Que Es Educacion Para La Salud Segun La Oms?

Que Es Educacion Para La Salud Segun La Oms
— OMS (1969): «La educación sanitaria se basa en inducir a las personas a adoptar y mantener las costumbres de una vida sana, a utilizar razonablemente los servicios sanitarios puestos a su disposición y también a tomar decisiones, indi- vidual y colectivamente, para mejorar su estado de salud y el del medio en que
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¿Qué es educación para la salud según la OMS?

Se entiende la educación para la salud con enfoque integral como un proceso de generación de aprendizajes, no solo para el autocuidado individual, sino para el ejercicio de la ciudadanía, la movilización y la construcción colectiva de la salud en la cual participan las personas y los diferentes sectores del desarrollo
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¿Qué es la educación para la salud concepto?

Autor Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra Fecha de publicación 23 Diciembre, 2022 12:57 Fecha de actualización 23 Diciembre, 2022 12:57

Audiología, Foniatría y Patología de Lenguaje Psicología Trabajo Social

La Educación para la Salud es un proceso de educación y de participación del individuo, paciente y/o familiar, con el fin de que adquiera los conocimientos, las actitudes y los hábitos básicos para la promoción y defensa de la salud individual y colectiva.

  1. Tiene como objetivo general el promover en los individuos formas de vida saludables (prevención de enfermedades), la reducción de conductas y de situaciones de riesgo, y el conocimiento general de las enfermedades, de los tratamientos y de los cuidados correspondientes para cada paciente.
  2. Las actividades informativas y formativas van dirigidas a los pacientes del INRLGII y a sus familiares.

Son organizadas por personal del Instituto, quien es el responsable de la actividad. No tienen costo de inscripción. No se generan constancias para los asistentes.
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¿Cuál es la definición de la salud según la OMS?

«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades ».
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¿Qué es la educación para la salud introduccion?

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud ), la educación para la salud se define como la disciplina encargada de orientar y organizar procesos educativos con el propósito de influir positivamente en conocimientos, prácticas y costumbres de individuos y comunidades en relación con su salud.
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¿Qué diferencia hay entre educación para la salud y educación en salud?

La diferencia entre ambas radica en dos aspectos: -Su origen. La educación sanitaria nace del concepto de salud pública y la educación para la salud, del de salud comunitaria, más evolucionado, con la carga de partici- pación y auto-responsabilidad que ello conlleva.
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¿Cuáles son los objetivos de la educación para la salud?

De acuerdo con esta finalidad última, algunos de los objetivos de la Educación para la Salud son: Promover la salud como un valor fundamental y un recurso básico para el desarrollo personal y social. Estimular la adquisición de actitudes y hábitos de conducta saludables.
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¿Cuáles son los principios de la educación para la salud?

Se han establecido cuatro principios fundamentales que serían la base de todos los demás: no maleficencia, justicia, autonomía y beneficencia (20). La no maleficencia es el clásico principio de la ética médica que indica que lo primero es no dañar, no hacer daño al paciente.
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¿Qué es la educación para la salud Wikipedia?

La educación para la salud muestra los efectos de las conductas insanas, como este diagrama sobre las consecuencias del tabaquismo, con el objetivo de cambiarlas. La educación para la salud (EpS) es un proceso de enseñanza – aprendizaje planificado que conduce a la modificación de las conductas relacionadas con la salud, tras el cual las personas que reciben esta educación adoptan conductas saludables o cambian conductas perjudiciales para la salud por otras saludables.

​ La educación para la salud se presenta como una herramienta fundamental para promocionar la salud. Puede y debe practicarse en diferentes ámbitos, siendo los fundamentales el sanitario, el educativo y el comunitario, incluyendo en este último el ámbito laboral. Se considera una de las disciplinas más jóvenes en el ámbito de las ciencias de la salud,

El término EpS sugería la comunicación hacia fuera y hacia abajo de conocimientos sobre la salud a individuos a los que se suponía faltos de experiencia sobre cómo evitar las enfermedades. ​ La educación para la salud comprende las oportunidades de aprendizaje creadas conscientemente que suponen una forma de comunicación destinada a mejorar el alfabetismo sanitario, incluidas la mejora de los conocimientos de la población relacionados con la salud y las habilidades personales que conducen a la salud individual y de la comunidad.

  • La EpS es «la suma de experiencias que modifican favorablemente los hábitos, actitudes y conocimientos relacionados con la salud individual y comunitaria» ​
  • La EpS es «la ciencia de la salud que tiene como finalidad ayudar a los individuos a conseguir la salud por sus propios actos y esfuerzos» ​
  • «Se entiende por EpS cualquier combinación de actividad de información y educación que lleve a una situación en la que la gente DESEE estar sana, SEPA qué hacer para conseguirlo, HAGA lo que pueda individual o colectivamente para mantener la salud y BUSQUE ayuda cuando lo necesite» ​
  • Es un proceso planificado y sistemático de enseñanza-aprendizaje para facilitar la adquisición, elección y mantenimiento de las prácticas saludables y dificultar las prácticas de riesgo ​

La EpS aborda no solo la transmisión de información, sino también el fomento de la motivación, de las habilidades personales y de la autoestima necesarias para adoptar medidas destinadas a mejorar la salud. La EpS incluye no solo la información relativa a las condiciones sociales, económicas y ambientales que influyen en la salud, sino también la que se refiere a los factores de riesgo y comportamientos de riesgo, además del uso del sistema sanitario.

  1. La educación para la salud supone comunicación de información y desarrollo de habilidades personales que demuestren la viabilidad política y las posibilidades organizativas de diversas formas de actuación dirigidas a conseguir cambios sociales, económicos y ambientales que favorezcan la salud.
  2. En el pasado, la educación para la salud se empleaba como término que abarcaba una gama más amplia de acciones, que incluían la movilización social y el activismo sanitario.

Estos métodos están ahora incluidos en el término promoción de la salud, y lo que aquí se propone es una definición menos extensa de la educación para la salud para distinguir entre estos dos términos.
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¿Cómo surge la educación para la salud?

Resumen – La salud es un derecho fundamental y un recurso en la vida diaria integral y biopsicosocial del ser humano. Por lo tanto, debemos educarnos en salud porque por medio de la educación se promueve la salud mediante el compromiso de llevar una vida plena.

  • La educación para la salud une dos ámbitos: la educación y la salud, porque consideramos que no puede haber educación sin salud, ni salud sin educación.
  • Es necesario que la Educación para la salud debe legislarse e incluirse en los diferentes niveles de enseñanza ya que estos son lugares propicios para la implementación y la promoción de la salud, más aún, en el nivel universitario donde se pueden fortalecer hábitos y estilos de vida saludable individual y colectiva.

Para esto el profesorado debe ser capacitado para fortalecer los conocimientos teóricos y metodológicos. Educar para la salud es una estrategia útil para la promoción de la salud ya que es un proceso de aprendizaje que informa, motiva y ayuda a la población y que tiene como meta, la adecuación del comportamiento humano y los estilos de vida para mantener y mejorar la salud.

Etimológicamente Educación para la Salud, presenta diferentes connotaciones, en 1975, se definía como hábitos saludables a la población, para adquirir conocimientos, modificar sus conductas, realizar cambios en el ambiente, mejorar los estilos de vida, y capacitar, responsabilizando a la propia comunidad.

Por lo que debe convertirse a la Educación Superior en un eje transversal, propicio en asignaturas: Seminario de Formación Integral, psicología y sociología.
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¿Cómo evoluciona el concepto de la salud según la OMS?

La definición de salud dada por la Organización Mundial de la Salud en 1948 es la siguiente: ‘La salud es un estado de bienestar físico, mental y social completo, y no meramente la ausencia del mal o la enfermedad’.
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¿Qué es la salud según la OMS Wikipedia?

Según la OMS, «la salud es el estado de completo bienestar físico, psíquico y social de un individuo y no sólo la ausencia de enfermedad ».
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¿Cuáles son los componentes de la salud según la OMS?

Otros componentes del sistema de salud Los recursos humanos para la salud no sólo son el componente más costoso del sistema de salud (en la mayoría de los países, los RHS constituyen aproximadamente el 70% de los costos de servicios de salud) sino además, son el ingrediente más importante en la provisión de mejores servicios de salud que sean equitativos, efectivos, eficientes y accesibles.

  • Sin embargo, el impacto positivo de un mejor personal de salud en los servicios y, por lo tanto, en los resultados de salud, puede ser limitado si no se desarrollan otros componentes del sistema de salud que son esenciales para la productividad del personal de salud.
  • Por lo tanto, si bien los RHS constituyen el enfoque principal de este sitio web, es importante identificar y reconocer la importancia de otros componentes, además de los recursos humanos, que son críticos para mejorar la provisión de servicios de salud.

Según la OMS, los componentes críticos del sistema de salud que deben funcionar apropiadamente para proporcionar mejores servicios equitativos y sostenibles son los siguientes: Políticas, Financiamiento, Recursos humanos, Sistemas de suministro, Gestión de servicios y Sistemas de información y monitorización.

Políticas (más adelante la OMS lo cambió a Liderazgo y gobernanza/rectoría ) se refiere a la orientación estratégica establecida por los formuladores de políticas de alto nivel para proteger la salud y seguridad pública, controlar la corrupción y contribuir a un liderazgo eficaz del sector de salud nacional.

Incluye los procesos de legislación, regulación y formulación de políticas; incentivos y mecanismos de sanción; sistemas de adjudicación; y coordinación o armonización con otros donantes o actores del sector público para asegurar la provisión de servicios de salud equitativos y sostenibles.

  1. Financiamiento se refiere a movilizar, recolectar, reunir y distribuir recursos para la salud para mejorar su asignación y uso, incrementar al máximo los resultados, la equidad y el estado de salud y proteger a los ciudadanos de gastos en salud catastróficos.
  2. Sistemas de suministro/gestión de farmacéuticos e insumos se refiere al sistema nacional de suministro de medicamentos e insumos e incluye el desarrollo de políticas de medicamentos, registro y regulación, mecanismos de aseguramiento y control de calidad, además de selección de medicamentos e insumos, cuantificación, adquisición, almacenamiento y distribución.

Gestión se servicios se refiere a mejorar la organización, gestión y calidad de los servicios. La organización de los servicios se refiere al desarrollo e implementación de modelos de atención que promueven una provisión efectiva de servicios de alta calidad en el nivel apropiado (comunitario, primario, secundario, terciario) y reducen la segmentación de la atención.

Asimismo, las actividades se pueden centrar en redes o sistemas de referencia entre diferentes niveles de servicio y mecanismos de mejoramiento de la calidad. La gestión ocurre en muchos niveles diferentes dentro del sistema de salud, y las debilidades en la gestión pueden provocar que los servicios sean menos efectivos y que se desperdicien recursos.

Sistemas de información y monitorización se refiere a la recopilación y análisis de información rutinaria en salud para informar las decisiones tomadas a nivel gerencial. Esto incluye el desarrollo de sistemas y encuestas nacionales de vigilancia; el diseño de formularios para informes de programas y formularios estándar de registros o historias clínicas para elaborar informes estadísticos precisos de los servicios de salud; y el desarrollo de destrezas de análisis de datos y toma de decisiones en diversos niveles.1 Organización Mundial de la Salud.
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¿Qué es la educación para la salud Scielo?

TRABAJO DE REVISIÓN Generalidades sobre promoción y educación para la salud Overview on promotion and health education Dra. Yoimy Díaz Brito, I Dr. Jorge Luis Pérez Rivero, I Dr. Francisco Báez Pupo, II Dra. Marlene Conde Martín I I Universidad de Ciencias Médicas “Carlos J.

  1. Finlay”. Camagüey, Cuba.
  2. II Hospital Provincial “Manuel Ascunce Domenech”.
  3. Camagüey, Cuba.
  4. RESUMEN Se realizó una revisión bibliográfica con el objetivo de profundizar en el tema de la promoción de salud.
  5. Se explica cómo desarrollarla, a partir de la utilización de la herramienta de educación para la salud, para lo cual se tienen en cuenta como premisa fundamental, las necesidades de enseñanza y aprendizaje en un individuo, familia o comunidad.

Las técnicas educativas que se utilizan, constituyen un elemento clave para influir de forma positiva, en los comportamientos de los seres humanos. Palabras clave: promoción de salud, educación para la salud, técnicas educativas. ABSTRACT A literature review was conducted in order to pursue the subject of health promotion.

It explains how to develop, from the use of the health education tools. To this aim, the needs of teaching and learning in an individual, family or community are considered as fundamental premise. The educational techniques that we use are a key to positively influence on the behavior of humans. Key words: health promotion, health education, educative techniques,

INTRODUCCIÓN A pesar del progreso logrado en el campo de la salud, la buena salud no es la condición de miles de millones de personas. Continúan existiendo problemas de salud graves, 1 cada vez más numerosos y diversos, que son acumulados por la población de todo el mundo.

Ahora bien, está claro que la mejor alternativa para solucionarlos, es justamente, la promoción de salud (PS).2 Siglos de hambre, ignorancia, desempleo, incremento de agresiones y confrontaciones bélicas, la aparición de nuevas enfermedades y la reaparición de otras, la falta de recursos básicos para la salud, por solo mencionar algunos de los problemas más generales, constituyen grandes retos para la promoción de salud.3,4 En todas las unidades del Sistema Nacional de Salud, los profesionales realizan acciones de educación para la salud; sin embargo, no siempre estas se ejecutan con la calidad necesaria para garantizar la modificación de las actitudes y conductas de la población.

Los autores del presente trabajo realizaron esta revisión bibliográfica, con el objetivo de profundizar en el tema de la promoción de salud, ya que consideran que con el trabajo permanente de los profesionales, se pueden modificar las conductas de los individuos, familias y comunidades.

HISTORIA DE LA PROMOCIÓN DE SALUD La promoción de salud viene transitando y fortaleciéndose desde el siglo pasado; pero fue a partir de la década del 70 que se le prestó mayor atención, y en el presente siglo debe tener un mayor espacio de realización y consolidación.5 La primera vez que se usó el término promoción de salud fue en 1945, cuando Henry E.

Sigerist definió las cuatro grandes tareas de la medicina: promoción de salud, prevención de riesgos y enfermedades, curación y rehabilitación del enfermo.5-7 La promoción, como concepto de salud, comienza a abordarse por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1978, en la declaración de Alma Ata, donde se adoptó la meta de salud para todos.8,9 En esta declaración se reconoce formalmente el enfoque de cuidados primarios de salud, como estructura para el mejoramiento de la salud, en los habitantes del planeta.

Posteriormente, el 21 de noviembre de 1986, en Ottawa, Canadá, la OMS lleva a cabo la primera conferencia internacional; el objetivo estaba dirigido a la implementación, por parte de los países industrializados, de los principios sostenidos en la declaración de Alma Ata: resumir directrices que proporcionaran salud para todos los individuos.

Allí se redactó un documento conocido como la Carta de Ottawa, 9,10 donde se define que promoción de salud es proporcionar a los pueblos, los medios necesarios para mejorar su salud, y ejercer un mayor control sobre esta. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades, de cambiar o adaptarse al medio ambiente.5 La política de promoción de salud abarca múltiples sectores sociales, y no es prioritaria solo del sistema de salud.6 El concepto de promoción de salud irrumpió con fuerza desde la segunda mitad del pasado siglo, y se extiende en diferentes ámbitos, como son: la educación, la investigación, los servicios de salud y otros sectores sociales, así como en las agendas de los que toman decisiones, y de los gobiernos.

A pesar de ese progreso, muchos profesionales y ejecutores aún muestran desconocimiento y limitaciones, tanto en el alcance como en los principios, las metodologías y las herramientas inherentes a esta disciplina.3 Las condiciones y prerrequisitos necesarios para la salud son: la paz, la educación, la vivienda, la alimentación, la renta, un ecosistema estable, la justicia social y la equidad.

Cualquier mejora de la salud ha de basarse necesariamente en estos requisitos. La promoción de la salud se centra en alcanzar la equidad sanitaria.6,8,10 La condición indispensable para la promoción de salud, es crear condiciones de bienestar para todos, lo cual se traduce en garantizar accesibilidad, establecer oportunidades y mejorar la calidad en la prestación de los servicios.2 El compromiso de los gobiernos y de la sociedad entera, por terminar con la inequidad existente y potenciar un desarrollo integral de colaboración, a partir de los cambios estructurales que brinden las oportunidades necesarias, es sin duda, una tarea fundamental.3,11 En la Carta de Ottawa aparecen los lineamientos necesarios para realizar la promoción de salud con éxito, los cuales fueron ratificados en la segunda conferencia celebrada en 1988.

  1. Estos son: 6,10 1.
  2. Elaboración de políticas públicas saludables.2.
  3. Creación de ambientes favorables.3.
  4. Reforzar la acción comunitaria.4.
  5. Desarrollar aptitudes personales.5.
  6. Reorientar los servicios de salud.
  7. La Organización Mundial de la Salud efectuó otras conferencias internacionales, relacionadas con la promoción de salud.

La segunda conferencia fue realizada en 1988 en Adelaida, Australia, 3,12 y puso énfasis en “las políticas públicas saludables”. La tercera se efectuó en 1991, en Sundsvall, Suiza, 13 con el tema “Entornos propicios para la salud”, La cuarta se llevó a cabo en 1997, en Yakarta; 3,14 donde la acción comunitaria fue el eje de esta conferencia.

Se destacó cómo los diferentes escenarios, ofrecen oportunidades para el desarrollo de estrategias integrales de la promoción de salud.3 Un hito en este proceso para lograr un continente más saludable, fue la Quinta Conferencia Mundial de Promoción de la Salud, “Promoción de la salud: hacia una mayor equidad”, celebrada en junio de 2000, en México.15,16 Allí, delegaciones de la mayor parte de los países de la región, firmaron la “Declaración ministerial de México para la promoción de la salud: de las ideas a la acción”, conocida como la Declaración de México, a partir de la cual, los estados miembros de la Organización Panamericana de la Salud, se comprometieron a fortalecer la planificación de actividades de promoción de la salud, dándoles más espacio en las agendas políticas y en los programas locales, regionales, nacionales e internacionales.16 Posteriormente, en el año 2005 en Bangkok, se celebró la sexta conferencia, en la que se retomó la inquietud del alcance de la promoción de salud, y se subrayó el compromiso clave de lograr que esta disciplina sea: a) un componente primordial de la agencia de desarrollo mundial, b) una responsabilidad esencial de todos los niveles de gobierno, c) un objetivo fundamental de las comunidades y la sociedad civil d) un requisito de las buenas prácticas empresariales.3 La promoción de salud puede ser interpretada como un nuevo camino, una estrategia, una filosofía, o simplemente una forma diferente de pensar y actuar para alcanzar la salud de los pueblos.3,17 Es un bien social de carácter universal, impulsa el desarrollo de acciones en el ámbito social, económico, político y psicosocial, los cuales tienden a preservar la vida, no a degradarla; otorgan un mayor bienestar y protección a la población, a partir de programas que estimulan la adopción de conductas y estilos de vida saludables en lo individual y lo colectivo.2 La promoción de salud es integral e intersectorial, para realizarla se necesita la participación de todos los sectores; no es el sector de la salud el único responsable, este tiene que actuar con liderazgo, estableciendo alianzas intersectoriales y compromisos políticos, que faciliten la movilización de los recursos para la construcción social de la salud.

Específicamente, en el continente latinoamericano, la promoción de la salud presenta cada día más posibilidades, por cuanto son más los gobiernos, que asumen como compromiso, el bienestar de sus poblaciones.2,3 En Cuba, desde el comienzo del triunfo revolucionario, se adoptaron acciones que perseguían como fin la promoción de salud y la prevención de enfermedades, dentro de un sistema gratuito de salud pública.

  1. Con el transcurso de los años, estas medidas se acercaron cada vez más, a partir de un programa integral de salud, al medio en que se desarrolla el individuo y la familia, es decir, a la comunidad.
  2. Esta política de salud ha permitido que Cuba pueda mostrar, cada vez mejores y más alentadores indicadores de salud; lo cual se debe, en mayor parte, a la creación de los consultorios del médico(a) y enfermera(o) de la familia.9 En estos momentos, Cuba es uno de los países que más ha contribuido a aplicar y mantener los compromisos de “Salud para todos” plasmados en la Declaración de Alma Ata.5 HERRAMIENTAS PARA LA PROMOCIÓN DE SALUD Entre las herramientas necesarias para realizar la promoción se encuentran: 7 1.

La información: ofrece los elementos para concientizar a los decidores y otros actores sociales, en relación con hechos y factores que influyen en el estado de salud de la comunidad.2. Comunicación en salud: es un proceso en el que se realizan y transmiten mensajes, basado en investigaciones sobre el usuario, para promover la salud de los individuos y comunidades.3.

Educación para la salud: facilita el aprendizaje a partir de experiencias, que contribuyen al logro de conocimientos. Estas herramientas están estrechamente relacionadas entre sí, y se complementan unas con otras. No funcionan de manera aislada, y sí con un carácter sistemático, donde cada una contribuye a la promoción de salud.7 Contribuir y trabajar para que las personas, familias, grupos, colectivos y comunidades, asuman y elijan estilos o condiciones de vida saludables, o modifiquen los comportamientos de riesgo, es más humano y económico que incrementar los servicios de salud para darles tratamiento y rehabilitación.18 LA PROMOCIÓN DE SALUD Y LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD Si consideramos la promoción de salud (PS) como un proceso educativo de enseñanza-aprendizaje, a partir del cual la comunidad logra ejercer control de su salud y elevar su nivel, con la utilización de los recursos disponibles según las condiciones de vida que posee y la transformación de sus hábitos y costumbres en estilos de vida más saludables, entonces se entiende que la educación para la salud (EpS) constituye un instrumento fundamental en el proceso de promoción de salud.6 La Organización Mundial de la Salud define la EpS, como la disciplina que se ocupa de organizar, orientar e iniciar los procesos que han de promover experiencias educativas, capaces de influir favorablemente en los conocimientos, actitudes y prácticas del individuo, y de la comunidad con respecto a su salud.18 La educación para la salud tiene como objetivo, transmitir conocimientos que motiven y potencien el saber y el saber hacer, así como el desarrollo de conductas encaminadas a la conservación de la salud del individuo, la familia y la comunidad, para lograr estilos de vida saludables.

Debe ocuparse de que las personas conozcan, analicen las causas sociales, económicas y ambientales, que influyen negativamente en la salud; de desarrollar habilidades que lleven a una situación en la que las personas: deseen vivir sanas, sepan cómo alcanzar la salud, hagan lo que sea, individual y colectivamente, para mantener la salud, y busquen ayuda cuando lo necesiten.19 La educación para la salud que pretenda hacer hincapié solamente en la información, acerca de la repercusión de los distintos comportamientos sobre la salud, está destinada a fracasar.20 La educación para la salud orienta a los distintos grupos de la población, por lo que constituye un elemento esencial para que los ciudadanos puedan prevenir, y afrontar de una manera más autónoma, sus propios problemas de salud y los de su entorno.

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Les ayuda a conocer y comprender la necesidad de potenciar actitudes que permitan adquirir hábitos y comportamientos sanos y seguros, y a afrontar la posible enfermedad en un ambiente de normalidad.20 La clave para que una persona pueda decidir estar sana, es primero, que tenga conocimientos precisos, fiables sobre cómo alcanzar un buen estado de salud, y sobre los riesgos para la salud que se presentan en su vida cotidiana.

Segundo, que disponga de conocimientos que le permitan realizar las mejores elecciones posibles y ponerlas en práctica. Tercero, que sepa de qué manera puede disfrutar de una buena salud personal, y qué hace falta para que la familia se mantenga sana.19 El método que aplica la educación para la salud, se basa en la identificación de las necesidades educativas, para satisfacerlas a partir de programas educativos que se insertan y combinan, con los requisitos establecidos para lograr una promoción de salud a escala social.18,20 La educación para la salud, es una tarea de una dimensión que trasciende el hecho de transmitir información, y se relaciona con la acción comunitaria para lograr su participación activa.

Esta manera de ver dicha educación, establece su propósito y el hacia dónde deben dirigirse las acciones. La participación implica responsabilidad, integración, sentido de pertenencia y capacidad de organización, con el fin de que se compartan experiencias y de que mejoren los conocimientos, mediante el esfuerzo individual y de grupo, para elevar el nivel de salud.18 Para realizar la EpS se utilizan técnicas educativas, instrumentos y medios que le permiten al profesional de la salud, comunicarse con las personas y lograr su participación para la adquisición del conocimiento, lo cual propicia la toma de conciencia, ya que permite la modificación de hábitos y conductas insanas, y las convierte en conductas saludables.18 Para seleccionarlas debemos tener presente que: 19 – Potencien la adquisición de habilidades sociales, la solución de conflictos y la competencia en la comunicación.

– Incidan en la responsabilidad, en la autoestima y en la toma de decisiones. – Faciliten la práctica de las habilidades aprendidas. Para que una técnica sirva como herramienta educativa se necesita: 18 – Conocer el tema que va a tratar. – Ser usada con un objetivo concreto.

Implementarla de acuerdo con los participantes con los que se esté trabajando. – Conocer cuándo y cómo debe utilizarse, y aplicarla en el momento oportuno. – Conducirla correctamente, tener presente las funciones y responsabilidades del coordinador de la actividad. Para utilizar una técnica se requiere la imaginación y la creatividad, nunca se debe seguir de forma mecánica el procedimiento establecido para realizarla.21,22 Las técnicas educativas se clasifican en individuales o grupales.20 Entre las primeras se encuentran la entrevista, la demostración y la charla educativa, y entre las técnicas grupales más conocidas están el panel, la mesa redonda, las técnicas dramáticas y la dinámica de grupo: La entrevista: es un proceso de interacción social entre dos personas al menos, de las cuales una es el entrevistador, y la otra el entrevistado.

Su papel puede variar según el tipo de entrevista. Todas tienen alguna finalidad y esto determina su carácter.18 Permite penetrar en aspectos de la vida de los sujetos entrevistados, tales como sus motivaciones e intereses, sus sentimientos, etc. Por esto se considera útil para todo profesional, cuyo objeto de trabajo sea el ser humano.

La entrevista no es una simple conversación, sino una planificación, la cual debe tener objetivos previos que respondan a los intereses del entrevistador, teniendo en cuenta la información que se necesita, para prever los cambios que se desean producir en el entrevistado, como resultado final de la acción del entrevistador.

La demostración: es una técnica donde se combinan la acción y la palabra. El que ejecuta la demostración, al mismo tiempo que explica, realiza la actividad que pretende enseñar; o sea, es un proceso simultáneo donde se hace y se dice al mismo tiempo. La técnica de la demostración es muy eficiente, pues es una técnica audiovisual, el público recibe las explicaciones y puede obtener una visión dinámica del asunto.21 La charla educativa : consiste en una clase breve, en la cual el conferencista expone un tema específico.

Es económica, no se necesitan objetos costosos para su ejecución, basta con la sola presencia del conferencista. Permite, en poco tiempo, hacer una exposición bastante completa de un asunto determinado y llega a muchas personas al mismo tiempo. No es la técnica idónea para cambiar hábitos y actitudes, pues el sujeto que escucha se mantiene en actitud pasiva, puramente receptiva, independientemente de que al final puede hacer preguntas o brindar su aporte a la actividad.21 El panel: consiste en que un grupo de expertos comenta un tema ante una audiencia.

Se usa para tratar temas de interés general con cierta espontaneidad o informalidad.21 La mesa redonda : Un grupo de expertos habla con puntos de vistas divergentes sobre un tema, es decir, se aclara la información según puntos de vista opuestos.21 Las dramatizaciones : son técnicas propias de la psicología social, empleadas en educación para la salud en el trabajo con grupos, con la finalidad de orientarlos para que comprendan un problema o conozcan una técnica.

Las de uso más frecuente son el psicodrama y el sociodrama.18 La discusión en grupo (dinámica de grupo) : es la técnica colectiva con la cual puede lograrse la participación activa de todos sus miembros, aquellos sujetos a los cuales va dirigido el mensaje de salud; es precisamente esta característica la que promueve el aprendizaje más efectivo.

Se utiliza para modificar opiniones, actitudes y creencias erróneas, por otras que son las deseables para la salud. Los participantes discuten los hechos, en vez de limitarse a escuchar lo que dicen.18,21 Existen, aunque no tan conocidas, otras técnicas participativas grupales que facilitan que el grupo reflexione, dialogue, comparta y analice, a partir de su propia realidad y experiencia, de una manera amena y motivada.

En todas es necesario recordar que cuando no se definen bien los objetivos y se usan para buscar la participación, puede que la actividad sea movida, pero su contenido y resultados pueden ser improductivos.22 Dentro de estas se encuentran: 22 Técnicas de presentación: son instrumentos muy valiosos para lograr que los miembros del grupo se conozcan de una manera agradable y dinámica, tienen como objetivo animar, desarrollar la participación al máximo, y crear un ambiente fraterno y de confianza.

T écnicas de animación: permiten descansar al grupo después de momentos intensos y de cansancio; pueden ayudar a pensar y a solucionar aquellos problemas que las personas enfrentan cuando trabajan juntas. Técnicas de reflexión: permiten pensar y llegar a posibles soluciones, propician colectivizar ideas ordenadamente, resumir, sintetizar, discutir, hacer interpretaciones acerca del tema tratado; son apropiadas para lograr la unidad entre los participantes.

Permiten además, las modificaciones de actitudes, estados de ánimos y estilos de vida. La promoción de salud es un camino que vale la pena transitar, con la utilización de la educación para la salud como método más idóneo, y de las técnicas educativas, las cuales constituyen una herramienta para el educador en salud, ya que amplían las posibilidades de aprendizaje activo.

Es importante recordar que las técnicas participativas, no son juegos, se utilizan para enfrentar un problema; permiten organizar y dirigir el trabajo, para lograr cambios favorables en el estilo de vida de los individuos, ya que la salud se percibe, no como el objetivo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana.

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  6. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2008.p.1-151.
  7. Recibido: 27 de febrero de 2012.

Aprobado: 24 de abril de 2012. Yoimy Díaz Brito. Universidad de Ciencias Médicas “Carlos J. Finlay”. Carretera central oeste km 3 ½. Camagüey, Cuba. Correo electrónico: [email protected]
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¿Que entienden por educación para la salud y la promoción de la salud son sinónimos?

Distinguiendo conceptos – Es habitual escuchar que se utilizan los términos educación para la salud y promoción de la salud como sinónimos. Y si bien es cierto que cuando se hace educación para la salud se está haciendo promoción, no siempre que se hace promoción de la salud se está realizando a través de la educación.
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¿Cómo se clasifica la educación para la salud?

Campos de acción – El campo de acción de la educación sanitaria es toda la colectividad. Cualquier persona, sea cual sea su edad, sexo, nivel de renta y lugar de residencia, y con independencia de las circunstancias de su vida personal, familiar o social, puede y debe beneficiarse de la educación sanitaria.

Ahora bien, como es lógico, las necesidades de los distintos individuos y grupos sociales no son uniformes, por lo que los objetivos también son diferentes. Una primera distinción puede basarse en el estado de salud de la persona objeto de la acción educativa. Como es lógico, los objetivos de la educación sanitaria serán diferentes según se trate de educar individuos sanos o enfermos.

Esto permite ya una primera separación de los receptores de las acciones de educación sanitaria en dos grandes grupos, los sanos y los enfermos. La dificultad empieza en cuanto se trata de definir a unos y a otros, ya que la distinción entre salud y enfermedad no siempre es fácil, ni siquiera utilizando técnicas objetivas.

A efectos de la educación sanitaria, se considera sano el individuo al que la sociedad atribuye el estatus de estar sano, el cual lleva a cabo con toda normalidad sus actividades habituales (estudio, trabajo, ocio, etc), y se considera enfermo el individuo al que la sociedad atribuye tal estatus, el cual recibe asistencia sanitaria, bien en su domicilio, bien en el hospital u otro centro asistencial, y tiene más o menos limitadas sus actividades habituales a consecuencia de la enfermedad.

En la bibliografía americana se conoce con frecuencia a estos dos grupos de personas como consumidores (consumers) y pacientes (patients), respectivamente. Se trata de una definición puramente sociológica y no clínica (muchos individuos que hacen vida normal en la comunidad pueden presentar signos o síntomas y, sin embargo, se consideran sanos), pero sirve a los efectos de delimitar los dos grandes campos de acción de la educación para la salud: sanos y enfermos.

Sin embargo, no todos los individuos sanos gozan del mismo estatus. Unos son jóvenes, no han adquirido todavía hábitos insanos y asisten a la escuela, en la que llevan a cabo su socialización secundaria (la primaria ha tenido lugar en el hogar). Otros son adultos, muchos de ellos han adquirido ya hábitos insanos y llevan a cabo diferentes tipos de trabajo, algunos de los cuales conllevan riesgos específicos.

En el primer grupo, la educación sanitaria se efectuará en la escuela, como parte de la socialización secundaria; su objetivo principal será la adquisición de hábitos sanos (construcción de conductas positivas de salud) y la técnica utilizada para lograrlo será la educación, fundamentalmente.

En el segundo grupo, la educación sanitaria se efectuará en la comunidad o en el medio laboral (en el caso de riesgos específicos condicionados por el tipo de trabajo), su objetivo será el fomento y la defensa de la salud mediante la eliminación de hábitos insanos (modificación de conductas negativas) y las técnicas utilizadas serán la comunicación persuasiva y el consejo médico, principalmente.

Esta nueva delimitación permite ya separar tres campos principales de actuación dentro del grupo de sanos: la educación sanitaria en la escuela, la educación sanitaria en la comunidad (centros de atención primaria, medios de comunicación y grupos organizados de la comunidad) y la educación sanitaria en el medio laboral.

Estos campos de actuación no son compartimentos estancos, sino que se complementan e interrelacionan entre sí. Tanto el escolar como el trabajador se benefician de las experiencias educativas que les proporcionan los programas educativos comunitarios, y lo que el niño aprende en la escuela o el trabajador en la fábrica se difunde rápidamente a la comunidad gracias a la intensa interacción entre las personas, lo que condiciona la rápida circulación de las ideas.

En el caso del grupo de enfermos (educación de pacientes), también podrían establecerse distinciones según el marco en el que se realice la acción educativa (hospital, centro de asistencia primaria, domicilio del enfermo, etc) o según la clase de enfermedad (aguda o crónica).
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¿Cuál es el rol del educador para la salud?

Alcances del Título Educador Sanitario –

Realizar acciones destinadas a la promoción y prevención de salud y elevar la calidad de vida. Promover en los individuos, grupos y comunidades, actitud autogestionarias para el mejoramiento de la salud individual social. Elaborar diagnósticos de prácticas sanitarias de la comunidad y desarrollar las acciones educativo-sanitarias. Participar en la elaboración de estudios diagnósticos educativos sanitarios. Colaborar en equipos interdisciplinarios para elaborar, ejecutar y evaluar programas y proyectos de Educación para la Salud en los ámbitos hospitalario comunitario, medios de comunicación social, educativo y laboral. Colaborar con equipos interdisciplinarios en el análisis fatores socio-culturales que afecten el desarrollo de los programas de educación para la salud. Colaborar en la implementación de programas de higiene y seguridad del trabajo.

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¿Cómo se escribe educación para la salud?

La Educación para la Salud, como herramienta de la Promoción de la Salud, tendrá que ocuparse además de crear oportunidades de aprendizaje para facilitar cambios de conducta o estilos de vida saludables, para que la gente conozca y analice las causas sociales, económicas y ambientales que influyen en la Salud de la
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¿Qué es educación para la salud Minsa?

En este sentido, la educación para la salud busca fortalecer la capacidad de niños, niñas, adolescentes y jóvenes para la promoción y protección de su propia salud, la de su familia y comunidad, mediante procesos educativos básicos que les faciliten adquirir y poner en práctica los conocimientos, habilidades, actitudes
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¿Qué es la educación para la salud Wikipedia?

La educación para la salud muestra los efectos de las conductas insanas, como este diagrama sobre las consecuencias del tabaquismo, con el objetivo de cambiarlas. La educación para la salud (EpS) es un proceso de enseñanza – aprendizaje planificado que conduce a la modificación de las conductas relacionadas con la salud, tras el cual las personas que reciben esta educación adoptan conductas saludables o cambian conductas perjudiciales para la salud por otras saludables.

​ La educación para la salud se presenta como una herramienta fundamental para promocionar la salud. Puede y debe practicarse en diferentes ámbitos, siendo los fundamentales el sanitario, el educativo y el comunitario, incluyendo en este último el ámbito laboral. Se considera una de las disciplinas más jóvenes en el ámbito de las ciencias de la salud,

El término EpS sugería la comunicación hacia fuera y hacia abajo de conocimientos sobre la salud a individuos a los que se suponía faltos de experiencia sobre cómo evitar las enfermedades. ​ La educación para la salud comprende las oportunidades de aprendizaje creadas conscientemente que suponen una forma de comunicación destinada a mejorar el alfabetismo sanitario, incluidas la mejora de los conocimientos de la población relacionados con la salud y las habilidades personales que conducen a la salud individual y de la comunidad.

  • La EpS es «la suma de experiencias que modifican favorablemente los hábitos, actitudes y conocimientos relacionados con la salud individual y comunitaria» ​
  • La EpS es «la ciencia de la salud que tiene como finalidad ayudar a los individuos a conseguir la salud por sus propios actos y esfuerzos» ​
  • «Se entiende por EpS cualquier combinación de actividad de información y educación que lleve a una situación en la que la gente DESEE estar sana, SEPA qué hacer para conseguirlo, HAGA lo que pueda individual o colectivamente para mantener la salud y BUSQUE ayuda cuando lo necesite» ​
  • Es un proceso planificado y sistemático de enseñanza-aprendizaje para facilitar la adquisición, elección y mantenimiento de las prácticas saludables y dificultar las prácticas de riesgo ​

La EpS aborda no solo la transmisión de información, sino también el fomento de la motivación, de las habilidades personales y de la autoestima necesarias para adoptar medidas destinadas a mejorar la salud. La EpS incluye no solo la información relativa a las condiciones sociales, económicas y ambientales que influyen en la salud, sino también la que se refiere a los factores de riesgo y comportamientos de riesgo, además del uso del sistema sanitario.

La educación para la salud supone comunicación de información y desarrollo de habilidades personales que demuestren la viabilidad política y las posibilidades organizativas de diversas formas de actuación dirigidas a conseguir cambios sociales, económicos y ambientales que favorezcan la salud. En el pasado, la educación para la salud se empleaba como término que abarcaba una gama más amplia de acciones, que incluían la movilización social y el activismo sanitario.

EDUCACIÓN PARA LA SALUD – Unidad 1 – Salud según la OMS

Estos métodos están ahora incluidos en el término promoción de la salud, y lo que aquí se propone es una definición menos extensa de la educación para la salud para distinguir entre estos dos términos.
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¿Cuáles son los principios de la educación para la salud?

SALUD ESCOLAR Y EDUCACIÓN PARA LA SALUD: PRINCIPIOS Y VALORES DESDE LA BIOÉTICA SCHOOL HEALTH AND HEALTH EDUCATION: BIOETHICS PRINCIPLES AND VALUES SAÚDE ESCOLAR E EDUCACÃO PARA A SAÚDE: PRINCIPIOS E VALORES DESDE A BIO-ÉTICA Francisco Javier León Correa * * Filósofo, Doctor en Filosofía y Letras.

  • Pontificia Universidad Católica de Chile.
  • Santiago de Chile, Chile.
  • E-mail: [email protected], [email protected] Recibido en julio 16 de 2008, aceptado en agosto 21 de 2008 Resumen Conseguir una buena salud escolar es una tarea llena de deberes éticos para la sociedad, para las instituciones educativas y de salud, y especialmente para Enfermería.

Tenemos que saber cómo debemos tratar a las personas, y cómo debemos comportarnos las personas; en definitiva, qué derechos y deberes éticos surgen de esa condición personal de seres humanos, que llamamos dignidad, y que es especialmente importante en la formación de los más jóvenes.

Se trata de aplicar los principios éticos de la Bioética a la educación en salud en la escuela, analizando los deberes que surgen en este campo de la no maleficencia, la justicia como principio ético, la autonomía de las personas, y la beneficencia. Palabras clave Educación en salud, salud escolar, bioética, enfermería.

Abstract Obtaining good school health is a task full of ethical musts for society, for educational and health institutions, and especially for Nursing. It is essential that nurses find the way to treat people, and how to behave; in other words, the rights and ethical musts that arise from the personal condition as human beings, called dignity, especially important in the education of young children.

The ethical principles of Bioethics must be applied to health education in school, by analyzing the obligations that emerge in this field, taking justice as an ethical principle, as well as autonomy, and beneficence. Key words Health education, school health, bioethics, nursing. Resumo Conseguir uma boa saúde escolar é uma tarefa cheia de deveres para a sociedade, para as instituições educativas e de saúde, e especialmente para Enfermaria.

Teremos que saber como devemos tratar as pessoas, e como devemos comportarnos, em definitiva, que direitos e deveres éticos surgem de essa condição pessoal de seres humanos, que chamamos dignidade, e que é especialmente importante na formação das jovens.

Trata se de aplicar los princípios éticos da Bioética à educação em saúde na escola, analisando, os deveres que surgem neste campo da não maleficência, a justiça como principio ético, a autonomia das pessoas, e a beneficência. Palavras Chave Educação em saúde, saúde escolar, bioética, enfermaria. INTRODUCCIÓN La promoción de la salud y la educación en salud pretenden cambiar los comportamientos y conseguir estilos de vida saludables.

Esto es más importante en la etapa escolar donde se forjan los estilos de vida de los niños y jóvenes, y especialmente importante en países como los latinoamericanos, que necesitan de una atención preventiva en salud que pueda cubrir las deficiencias en la atención especializada dentro del sistema de salud público.

La Bioética ha surgido con una fuerte intención de tender puentes no sólo entre la ciencia y la ética, sino también entre las diversas mentalidades sociales y culturales, y para ello es imprescindible que no se quede exclusivamente en un ejercicio de toma de decisiones, o en la implementación de modelos éticos que ayuden en las decisiones clínicas de los médicos.

Debe ir más allá. Debe interrogarse por quiénes son los actores presentes en la atención de salud: los médicos, los demás profesionales de la salud, los investigadores, los pacientes, los gerentes de la salud, los que elaboran las políticas y organizan los sistemas de salud.

Todos son “personas que tratan a personas”, como indica un gran letrero en la entrada principal del Ministerio de Salud de Perú, en Lima. Y también, muy especialmente, es una tarea de la Enfermería y de todos los que deben educar en salud a los más jóvenes en las escuelas y colegios, en la enseñanza básica y media.

Conseguir una buena salud escolar es una tarea llena de deberes éticos para la sociedad y para las instituciones educativas y de salud. Y tenemos que saber cómo debemos tratar a las personas, y cómo debemos comportarnos las personas; en definitiva, qué derechos y deberes éticos surgen de esa condición personal de seres humanos, que llamamos dignidad, y que es especialmente importante en la formación de los más jóvenes.

  • La hipótesis es que la Bioética sí ofrece instrumentos válidos para profundizar en los principios éticos que deben animar la educación en salud en la escuela.
  • Y que el propio desarrollo actual de una Bioética más preocupada por la salud pública y menos centrada en la ética clínica puede ayudarnos a realizar esta aproximación.
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El objetivo de este trabajo es precisamente aclarar cómo puede ayudar la Bioética a la educación para la salud en la escuela, desde su propio ámbito definitorio de principios éticos y valores morales que deben estar presentes en toda actuación en salud.

  • No trata de abarcar los aspectos metodológicos que deben aportar las ciencias de la educación, sino solamente de ofrecer una primera aproximación a un análisis ético de los principales problemas presentes en la educación para la salud en la escuela.
  • Va dirigido especialmente a los profesionales de Enfermería que deben realizar la educación en salud a nivel escolar, y a los profesores de ética o Bioética en las escuelas, pero también a todos los docentes en general.1.

EL DESARROLLO DE LA BIOÉTICA: DE LA ÉTICA CLÍNICA A UNA BIOÉTICA SOCIAL Históricamente, la Bioética ha surgido a finales de los años 70 de la ética médica, centrada en la relación médico-paciente. Respecto a esta última, la Bioética supone un intento de conseguir un enfoque secular, interdisciplinario, prospecti¬vo, global y sistemático, de todas las cuestiones éticas que conciernen a la investigación sobre el ser humano y en especial a la biología y la medicina (1) y de todo lo que concierne a la atención en salud, incluyendo también la salud pública y la educación para la salud (2-4).

  1. Las definiciones que se han dado son muy diversas y reflejan, en cierta forma, la variedad de enfoques y concepciones.
  2. Una de las primeras señala que “la Bioética es el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, en cuanto que esta conducta es examinada a la luz de los valores y principios morales”(5).

Algunos ponen más de relieve la necesidad de responder a los nuevos problemas planteados por las ciencias biomédicas; otros acentúan los aspectos sociales o comunitarios, o señalan su papel de solución a “los conflictos de valores” en el mundo de la intervención bio-médica (6).

No cabe duda de que la Bioética ha desarrollado una racionalidad práctica en el debate de las cuestiones de ética social referentes a la vida humana y la salud (7), a la que se ha añadido la deliberación como forma de llegar a una toma de decisiones prudente. Para ello ha elaborado un sistema de principios fundamentales que ayudan a descubrir los deberes deontológicos de los profesionales de la salud, pero que van más allá de la deontología y de la ética médica tradicional.

Los principios de no maleficencia y justicia expresan el nivel universal obligatorio, generalizable y exigible jurídicamente, mientras los de respeto a la autonomía y beneficencia conforman el nivel de atención a lo particular, individual o personal (1).

  1. ¿Cómo jerarquizar estos principios cuando entran en conflicto unos con otros? Las propuestas han sido muy variadas.
  2. Beauchamp y Childress los entienden como principios prima facie, que vinculan, pero no se pueden jerarquizar y sólo la situación concreta permitirá establecer cuál debe predominar.
  3. Diego Gracia, y otros muchos autores en el ámbito iberoamericano, proponen una jeraquización donde la autonomía y la beneficencia –nivel 2– se subordinan en caso de conflicto a la no maleficencia y la justicia, nivel 1.

Veremos cómo esto puede ser importante para priorizar los deberes éticos por parte de las instituciones educativas. La fundamentación de estos principios es uno de los puntos de mayor debate y cada corriente filosófica proporciona su propia explicación racional.

No cabe duda de que las propuestas neokantianas consiguen fundamentar la universalidad de las normas morales, y por tanto, proporcionan una base sólida a los deberes de no maleficencia y de justicia; pero también es cierto que la ética dialógica –Apel, Habermas, Adela Cortina en nuestro medio– es la que mejor establece las condiciones de respeto a la autonomía, deliberación participativa y racionalidad práctica en los debates de ética social en los sistema democráticos.

Diego Gracia expone cómo la Bioética no ha podido menos que acudir a las aportaciones de los criterios aristotélicos de deliberación y prudencia (7: 118-119) y pensamos que son complementarias las éticas neokantianas y dialógicas con las aportaciones desde la ética personalista y la ética del cuidado, como modo de fundamentación de los deberes de beneficencia, y como modo de conseguir la armonía entre la racionalidad universal de los principios y la atención ética a lo concreto y particular, que hoy se demanda desde múltiples posiciones: posiciones antiglobalización, defensa de la interculturalidad (2), ética feminista (8), etc.

El propio desarrollo de la Bioética global de Potter (9), el desarrollo de la ética institucional y empresarial aplicada a la salud (10-11), las propuestas de las éticas del desarrollo (12-15) y de la interculturalidad (16), la necesidad de legislar y los debates sociales y en los medios de comunicación, han llevado a un reciente desarrollo de la Bioética como una ética institucional y social, que va mucho más allá de la Bioética general y clínica (17).

Y precisamente este desarrollo nos permite ver mejor las posibilidades de aplicación en la salud pública y la educación para la salud, que hasta ahora han sido temas menos tratados desde el discurso bioético.2. PRINCIPIOS ÉTICOS PARA LA EDUCACIÓN EN SALUD Estamos en Latinoamérica en los comienzos de la difusión y aplicación de la Bioética clínica en todo lo que es la relación médico-paciente, en la atención de salud, con el desarrollo legislativo de los derechos y deberes de los usuarios del sistema de salud y la institucionalización de los Comités de Ética en los hospitales.

  1. Pero no podemos quedarnos sólo en esto, es necesario ampliar la Bioética clínica a la Atención Primaria de Salud y desarrollar y promover la ética de las instituciones de salud: hospitales, consultorios, etc.
  2. Y también es muy necesaria la reflexión sobre los valores y principios éticos que deben estar presentes en la educación para la salud en todos los niveles, incluida la enseñanza básica y media (18).

Objetivo de las actuales instituciones de salud es vigilar y promover el compromiso de respeto a los derechos de los pacientes (19), y esto puede ser tarea de los Comités de Ética Asistencial en los hospitales, y de los Comités de Ética que puedan crearse en los Centros de Salud.

Pero muchos de los problemas ético-clínicos, no provienen directamente de la relación profesional de la salud-paciente, sino de otros dos factores importantes: – los problemas institucionales y los problemas éticos planteados por las políticas y sistemas de salud, por un lado, – y por otro, los problemas derivados de una mala educación en salud de una mayoría de la población, que conlleva unos hábitos de vida no saludables y una mayor exposición a las enfermedades, una mayor vulnerabilidad en salud.

Por ello, la Bioética también debe contemplar la introducción de principios éticos en toda la tarea de educación de la salud, en el ámbito escolar previo a la asistencia en las instituciones de salud, tanto de los niños y jóvenes como de los padres. Expliquemos un poco más los principios bioéticos mencionados en el párrafo anterior.

Se han establecido cuatro principios fundamentales que serían la base de todos los demás: no maleficencia, justicia, autonomía y beneficencia (20). La no maleficencia es el clásico principio de la ética médica que indica que lo primero es no dañar, no hacer daño al paciente. La justicia es el principio ético que nos lleva a respetar los derechos de los demás y a darle a cada uno lo suyo, reconociendo esos derechos también legalmente.

La autonomía es el respeto a la decisión de cada uno en lo que respecta a su propia salud, de forma que el paciente ya no es una persona pasiva que es atendida de modo paternalista por los profesionales de la salud, sino que debe participar en la toma de decisiones. En la interpretación norteamericana, todos tienen el mismo valor y en cada caso concreto deberemos establecer cuál de ellos debe prevalecer. En la interpretación más difundida en nuestro medio, no es así. Dos de esos principios son absolutos, tienen carácter obligatorio y nunca podemos transgredirlos: la no maleficencia y la justicia.

En cambio, los otros dos, aunque son importantes, nos obligan en la medida de lo posible y admiten excepciones: en la medida de lo posible, respetaremos la autonomía de los demás y buscaremos lo mejor para ellos. Por eso, habitualmente, los dos primeros son regulados por el derecho, y determinan las responsabilidades civiles y penales por mala praxis o por faltar a la justicia, mientras el campo de los otros está más bien regulado por la ética y valores personales de cada uno.

Pensamos que en ocasiones se realiza una aplicación un poco superficial de estos cuatro principios, y que no basta con eso para asegurar en nuestros países el respeto a los derechos o la mejora de la situación vulnerable de gran parte de la población.

Es necesario concretar más, en cada uno de los principios, que salvaguardan los derechos y los deberes, y nos muestran las virtudes necesarias para la atención y educación en salud. La no maleficencia puede concretarse en tres principios: no abandono del paciente o sujeto de investigación; principio de precaución, que nos ayuda a evitar cualquier mala praxis; y principio de responsabilidad ante las consecuencias de las decisiones ético-clínicas, o de la toma de medidas en salud pública.

Pero también existe el abandono, no sólo por parte del equipo profesional de salud, sino de la familia y la comunidad: están los deberes de responsabilidad familiar (no abandono familiar del paciente), y responsabilidad comunitaria (no abandono institucional y social).

El de justicia contiene otros varios: principio de equidad, en el acceso a los recursos de la salud; principio del respeto a los derechos o a la legalidad vigente; y más allá, el principio de protección, para conseguir efectivamente un nivel adecuado de justicia con los más vulnerables en la ética clínica o en la investigación biomédica (21).

En cuanto a la autonomía, no es solamente el respeto por las decisiones libres, voluntarias e informadas del paciente, a través del proceso del consentimiento informado. Existe también más allá el deber ético de los profesionales de promover la competencia, y de ayudar –sin paternalismos– a que el paciente pueda ejercer una libertad responsable.

Y más allá de la subrogación de la autonomía desde el punto de vista legal –muchas veces confundido con el ético– en los casos de falta de competencia momentánea o definitiva, está buscar al representante mejor de los intereses del paciente, y el papel de la familia en nuestra cultura. No se trata de una autonomía individualista, en muchos casos, sino del individuo en el ámbito familiar, y a veces comunitario, más amplio.

Coexisten en nuestros países de hecho dos modelos, el de la salud privada y el de la salud pública. Pero no podemos mantener la idea de que la privada sería el ámbito del paciente que desea ser autónomo, mientras la pública queda –de hecho, no en los teóricos derechos– como el ámbito de la beneficencia y la justicia.

  1. Este planteamiento sería radicalmente injusto.
  2. También corresponde al principio de autonomía la participación de todos los ciudadanos en el control social y en la elaboración de las políticas de salud públicas, o en las líneas de investigación biomédica.
  3. En la medida en que todos sean más autónomos de hecho, deberán también participar en mayor grado en la delimitación de los valores éticos presentes en el sistema de salud y en las políticas de salud.

Por último, el principio de beneficencia, que es hoy en día mucho más que hacer al paciente el mayor bien posible según su propia escala de valores (22). Se entiende que el paciente desea una atención de calidad y excelencia, y éstas son valores que deben incorporar los equipos y profesionales de la salud.

  1. Se requiere una medicina –y una enfermería– mucho más cercana al paciente, con una relación más personal, más humanizada.
  2. El profesional de la salud está ligado al paciente por un contrato profesional, y en el marco de una institución.
  3. Es, por tanto, un agente que interviene en lo que denominamos con Paul Ricoeur el tercer nivel de la intención ética, el de la justicia.

Pero a la vez, debe establecer relaciones personalizadas con los pacientes que atiende, y por eso su actuación se mueve en el segundo nivel ético del “con y para los otros”. No puede ignorar la justicia, pero debe actuar con beneficencia, desde una ética de las virtudes que ayude al otro a conseguir una vida lograda, en la mayor medida posible (23).

  • Y aquí son básicos los postulados de la ética del cuidado, que acerca la decisión al paciente concreto, con atención a lo singular, circunstancial, y no sólo al universalismo racional de los principios.
  • Y también es imprescindible el principio de solidaridad, más allá de la justicia, tanto a nivel social como individual.

Una sociedad puede implementar un sistema que generalice la asistencia en salud a todos, con prestaciones de alta calidad, pero podría ser calificado como deshumanizado, distante, no acogedor, por parte de los usuarios, y puede dar lugar a un aumento de las quejas o a una mala percepción de la atención recibida.

  1. Mientras que por el contrario, un sistema con menos recursos –económicos y humanos– como el sector de salud pública en bastantes países de Latinoamérica, ve de hecho compensadas sus deficiencias actuales por una solidaridad beneficente desde la propia sociedad o los individuos.
  2. Pero existe también un deber ético de solidaridad por parte de todas las instituciones públicas a todos los niveles, y es un deber ético para las instituciones de enseñanza conseguir una buena educación en salud que mejore a través de la medicina preventiva las condiciones de salud de la población.3.

LA NO MALEFICENCIA EN SALUD ESCOLAR 3.1. La competencia para unir educación y salud – Es urgente el trabajo conjunto de las instituciones educativas y de salud para buscar el desarrollo físico, psicológico, social y espiritual en el marco de la promoción de la salud, dentro de las propias escuelas.

El plan de “Escuelas saludables” de la Organización Panamericana de la Salud promueve precisamente este objetivo. “Esta implementación necesariamente debe apoyarse en los procesos de educación para la salud, la comunicación social, las alianzas estratégicas, la intersectorialidad, la interdisciplinariedad, el establecimiento y fortalecimiento de las redes como herramientas de todo proceso de promoción de la salud escolar; estas herramientas deben ser aprovechadas por las instituciones educativas si quieren desarrollar verdaderos y efectivos programas de salud escolar, los cuales deben de estar integrados dentro del PEI institucional” (24).

– La institución de enseñanza debe tener profesores competentes para transmitir los conocimientos científicos y humanísticos, y también profesionales de la educación y de la salud preparados para realizar la educación en salud, Es el primer deber ético de las instituciones docentes.

Un profesor o una escuela no competentes en este ámbito pueden estar produciendo con su actuación un daño a los alumnos. Es deber de cada uno –y también de las instituciones– estar al día en su cualificación y conocimientos profesionales, o contar con algunos profesionales de la salud que puedan realizar esta tarea.3.2.

Competencia para la atención de urgencia – Dentro de esta competencia, es importante tener profesionales preparados para realizar la atención de urgencia necesaria en casos de accidentes, traumatismos, etc., que puedan controlar las situaciones sin riesgo vital (fracturas, cortes, etc.) y sobre todo, las que pueden tener riesgo vital: paro cardíaco, asfixia, electrocución, etc.

– Se deben tener muy expeditos los canales para recibir esa atención de urgencia por parte de profesionales de la salud especializados, pero también se debe contar con algún profesional que pueda realizar la atención urgente en un primer momento, y contar con los medios materiales posibles: al menos, con un botiquín de urgencia al día c11:21 a.m.19/06/2009on lo imprescindible, un lugar en el que se pueda dar la atención de Enfermería.

No preverlo es ya realizar maleficencia.3.3. Ética y prevención en salud – La prevención es parte de la responsabilidad por la salud de los alumnos, Por eso, todo el desarrollo del autocuidado con los alumnos, la higiene, ofrecer una buena alimentación, y atender a los factores pre-clínicos antes de que se produzca la enfermedad; cuidar la seguridad de las instalaciones, especialmente de las deportivas.

  • En definitiva, prever en lo posible los problemas probables que pueden suceder, como accidentes, fracturas, epidemias, problemas respiratorios, etc.3.4.
  • Principio de no abandono – En primer lugar, de parte de los profesores, no dejar de lado esta tarea de educar en salud a los alumnos, y de transmitir valores también en este ámbito.

– Después, procurar que no se produzca el abandono de los padres o tratar de suplirlo : toda la educación en salud que se les dé a los escolares será ineficaz si no va acompañada de una tarea educativa también dirigida a los padres, especialmente en el caso de los más jóvenes.

– Dentro de esto, también en la escuela es posible adelantarse a probables maltratos infantiles o violencia intrafamiliar, que tanto repercute en los más pequeños, y evitar así en lo posible que se realice maleficencia física o psíquica con ellos (25-26). – Por último, también entraría dentro de este principio de no abandono el procurar una atención más específica, tanto en la docencia general como en la educación para la salud, a los niños más difíciles, con menos habilidades o capacidades, o con más actitudes negativas o enfrentadas a los profesores, que a veces pueden verse relegados de la atención.3.5.

Violencia y respeto ético del otro – El problema de la violencia en las aulas es bien complejo, y su abordaje tiene que ser multidisciplinar: deben intervenir los psicólogos, expertos en relaciones familiares, etc. Pero tiene también una raíz ética: debemos formar a los alumnos en el respeto ético del otro como persona,

La violencia con los demás es fundamentalmente una falta de respeto maleficente hacia seres humanos que merecen nuestra atención y cuidado. – En una primera fase, los alumnos deben aprender ese respeto del otro en la forma como les respetan a ellos los profesores y sus propios padres, Cualquier persona que tiene autoridad –el profesor, el educador en salud, los padres, los directores de la institución– debe imponerla de modo dialogado a los alumnos, haciéndoles partícipes de las razones de las decisiones o de las propuestas, conforme a los distintos niveles de edad.

En la educación para la salud es más necesario esto también, pues debemos entrar en la intimidad de la conducta, la familia, las condiciones sociales y económicas, del niño o del joven, y debemos realizarlo sin imposiciones que a veces pueden suponer una violencia psicológica, y con una adecuada información.

  1. En una segunda fase, debemos abordar el problema de la violencia entre los compañeros, o entre alumnos de distintos cursos.
  2. El “matonaje” escolar, y la violencia gratuita sin motivos aparentes desconciertan a educadores y padres.
  3. Es necesaria una vigilancia atenta para descubrir y prevenir esas conductas, y reforzar el compañerismo, basado en el respeto de los demás como personas,3.6.

Educación para la paz y respeto a los derechos humanos – Parte importante de la profundización en la no maleficencia es la educación para la paz y la no violencia, en situaciones sociales de conflicto social o bélico. Esto es especialmente importante en los países latinoamericanos que han sufrido violencia armada o guerras civiles.

Una cultura social acostumbrada a la violencia, o que justifique la utilización de la violencia para alcanzar fines políticos, lleva a los más jóvenes a tratar de resolver sus conflictos también de modo violento (27). – Y junto con esto, para que una sociedad resuelva de modo pacífico sus conflictos de intereses, debe haber un efectivo respeto de los derechos humanos fundamentales, que son tan importantes en las discusiones de los temas bioéticos que afectan a la vida y la salud (28).

Y por tanto, también tienen que estar bien presentes en la educación de los más jóvenes como valores transversales de toda la enseñanza. En la educación para la salud, son especialmente importantes el derecho a la vida y el derecho a la salud, así como también el derecho a la libertad de conciencia.3.7.

  • Drogas: hacerse el mal a uno mismo.
  • ¿Por qué no? No se debe ejercer violencia con los demás, y se deben respetar sus derechos, pero pueden preguntar algunos jóvenes por qué no podrían libremente hacerse el mal a sí mismos, por ejemplo, con el consumo de drogas, o del alcohol.
  • Si uno considera que eso es un bien para sí mismo, y no afecta a los demás, ¿por qué no? (29).

La respuesta desde la ética es que la autonomía individual no es absoluta, y debe complementarse con la responsabilidad hacia uno mismo, Esto vale en todos los ámbitos, pero muy especialmente en el de la salud. El derecho humano a la salud no es un derecho positivo, a estar sano o a no enfermarse, sino un derecho negativo: a que nos atiendan en salud si estamos enfermos, o nos devuelvan la salud en lo posible.

  1. Y está invariablemente unido a un deber: el deber ético de cuidar la propia salud y la propia vida.
  2. Por eso, el uso de drogas es una violencia física y psíquica ejercida por la persona contra sí misma, y es una manifestación de la libertad humana, que pueda volverse contra la misma persona, pero no es un ejercicio responsable de la libertad.

No existe un derecho a drogarse, o un derecho a arruinar la propia salud. Por eso, en la educación para la salud en la escuela se debe insistir en este aspecto ético fundamental: no tenemos sólo derechos, tenemos también deberes para con nuestra propia vida y con nuestra salud.4.

  1. LA JUSTICIA EN LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN LA ESCUELA 4.1.
  2. No discriminación injusta – No discriminar a alumnos con discapacidades físicas o psíquicas, o patologías especiales,
  3. En la capacidad de integración a los niños con sida (30-31), o con deformaciones físicas o discapacidad intelectual (32), está en juego la virtud de la justicia, que no sólo es respetar los derechos de todos y la igualdad de todos ante la ley, sino también proporcionar el trato debido o especial a aquellas personas que lo necesiten más, a los más vulnerables de la sociedad o a las personas dependientes (33).

– No discriminar a los alumnos por motivos sociales : situaciones familiares, económicas, etc. (34). – La igualdad de trato e integración de los niños extranjeros : en Chile, peruanos, bolivianos, etc., no sólo en el ámbito educativo sino también en la atención en salud que se les presta.

En la promoción de esta igualdad tiene un papel importante la enfermera dentro del sistema de salud, pues ella coordina y gestiona la atención (35), y así se promociona la justicia y también la tolerancia ante los “otros”, que no son del propio país. – La igualdad de trato e integración de los niños de otras etnias,

En Chile, por ejemplo, la población de origen mapuche. En el respeto a la gente “distinta” de “nosotros”, con esquemas culturales o de salud diferentes, está en juego la posibilidad de interactuar valorando lo positivo de las diferentes culturas que integran la sociedad (36).

– Adolescentes embarazadas, Es uno de los problemas más señalados y analizados en bastantes países de Latinoamérica (37). No podemos extendernos aquí, pero sí señalar que es de justicia no discriminarlas ni en la escuela ni en la atención de salud, y que puedan seguir con sus estudios, con la ayuda social que se necesite en cada caso.

– Los “niños problema”, Ya vimos anteriormente que no deben ser abandonados, por su situación marginada del resto o con los profesores. Se les debe prestar asimismo una atención especial, de acuerdo con las posibilidades educativas de la comunidad, sin discriminarles injustamente.4.2.

  • Justicia con sus compañeros La responsabilidad por los propios errores y las propias faltas, es un elemento esencial en el conocimiento de uno mismo, y para conseguir la madurez como seres humanos.
  • En la etapa de formación en la escuela se aprenden los valores básicos de justicia con los demás: por qué no se debe mentir, por qué es injusto para con los compañeros copiar.

Se deben respetar los derechos de los demás compañeros, y también los derechos de la escuela y los profesores: el trato respetuoso, la integración social en la comunidad, son valores de justicia, y ayudan a la preocupación por los otros, más allá del grupo de los “amigos”,4.3.

Justicia con el otro género, la educación sexual y el respeto por la vida La educación sexual en la escuela debe incidir en el ejercicio de una sexualidad respetuosa de los derechos del otro, con una educación en la igualdad y el respeto del otro, hombre o mujer, evitando conductas “machistas” de dominación, violencia intrafamiliar, etc.

Cada alumno tiene diferentes modelos en su propia familia o comunidad cercana, y en los años de colegio va a ir formando sus propios valores en este tema. Es necesario que la escuela fomente una visión integral de la sexualidad, más allá de unas intervenciones meramente informativas y las incitaciones superficiales de los medios de comunicación, que tenga en cuenta los problemas reales que se dan en sus familias y en la sociedad donde se desarrollan (38).

  1. En esta tarea colaboran de manera muy directa los profesionales de la salud que atienden a los adolescentes y jóvenes.
  2. No son los directos responsables de la educación en la sexualidad –son los padres y también los formadores del colegio– pero pueden entrar en la intimidad de la actuación de las personas y aconsejar, más allá de los aspectos clínicos de salud.
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Las conductas tienen una directa repercusión en aspectos de salud, en este ámbito, y atendiendo esos aspectos se pueden llegar a proponer cambios conductuales que ayuden a la maduración humana y sexual de los jóvenes. En la educación para la salud se deben por tanto promover no sólo conductas “seguras” desde el punto de vista epidemiológico, sino conductas responsables, que observen toda la profundidad que tiene la sexualidad humana, unida a la apertura al otro del ámbito de los propios afectos y sentimientos, de la propia vida, y ligada también a la transmisión de la vida.

  1. No se trata solamente de reivindicar los “derechos reproductivos”, a una reproducción segura y médicamente atendida, o regular la autonomía en la regulación de la fertilidad de la pareja.
  2. También hay que reivindicar los deberes de un ejercicio responsable de la sexualidad y de la fertilidad humana.
  3. Es de justicia un trato respetuoso y personal con el otro actual –con la pareja– y el respeto a la vida y salud del otro posible, del hijo (39, 40).

Como ha señalado la Sociedad Chilena de Ginecología y Obstetricia: “nuestra Institución respalda la puesta en marcha de normas ministeriales de regulación de la fertilidad, pero también respaldamos la necesidad urgente de implementar planes de educación sexual a todo nivel.

Creemos con igual convicción en los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, pero sin olvidar el derecho a la vida y los derechos humanos del embrión y feto” (41). La sexualidad humana es todo un horizonte de sentido, importante en la maduración como personas y seres sociales. Es de justicia que la educación en general, y la educación en salud en particular, tengan en cuenta esta visión profunda de la sexualidad integrada y centrada en la persona.5.

AUTONOMÍA: FOMENTAR LA LIBERTAD Y LA RESPONSABILIDAD PERSONALES 5.1. Libertad responsable Una de las misiones de la educación es promover el ejercicio de la libertad responsable en los jóvenes. También es uno de los principios éticos más destacados en la actualidad en la atención de salud en general: el paciente no sólo puede sino que debe intervenir en las decisiones que se toman respecto a su atención en salud.

  • Hemos pasado de una Medicina paternalista a un modelo de atención en salud donde se cuenta con el consentimiento informado del paciente, entre otros derechos, que es expresión del valor que concedemos a la autonomía de las personas.
  • También es necesario extender ese consentimiento a los niños y jóvenes, bien mediante la figura del asentimiento que dan a las decisiones que han tomado sus padres –en los menores de 14 años, y en la medida de sus posibilidades–, o en el consentimiento conjunto que firman con ellos, en el caso de los jóvenes entre 14 y 18 años.

Algunos también plantean que los mayores de 14 años pueden dar solos el consentimiento informado en salud, y que no habría que informar a los padres si ellos no lo quieren, como aparece en la última redacción del Proyecto de Ley de derechos y deberes de las personas en la atención de salud, en Chile, aunque es un punto discutido que necesita todavía de una mayor ponderación (42, 43, 44).

  • El consentimiento informado en las acciones de salud, y también en la educación para la salud, protege esa libertad de la persona del joven o del paciente.
  • Pero no basta sólo con eso.
  • Es necesario promover la competencia del niño y del adolescente, mediante una adecuada información que sea comprensible.5.2.

Responsabilidad familiar y social Legalmente se considera que el menor de edad no es plenamente autónomo y se restringe por lo tanto su autonomía para decidir por sí mismo. Desde el punto de vista de la ética es algo diferente, pues un menor puede ser competente aunque legalmente no lo sea aún.

  1. De todas formas, siempre está la participación de los padres en la educación en salud y en las decisiones del hijo, precisamente para asegurar el mejor interés y el mejor bien del menor de edad.
  2. Y en caso de que los padres no estén presentes, lo representan los tutores legales del menor.
  3. Es preciso, también desde la ética, la participación de los apoderados, de los padres, en las decisiones de la escuela, y también en la educación en salud de los niños.

Su participación en la escuela y su ayuda para completar la formación que allí se les da, es siempre también en un deber ético de responsabilidad.6. DEBERES ÉTICOS DE BENEFICENCIA. EDUCACIÓN DE CALIDAD, Y CALIDAD DE VIDA Más allá de lo debido en estricta justicia, es un deber ético buscar la mayor excelencia posible en la tarea educativa, y también ese nivel de exigencia debe estar presente en las tareas de educación para la salud, buscando la mejor calidad de vida de los alumnos, y formarles en valores.

Estar al día en los mejores métodos educativos, en los planes de salud escolar más eficaces, en los sistemas de prevención en salud más actualizados. La meta que señala la beneficencia en salud es mejorar la calidad de vida del paciente, y esa meta, que en muchas ocasiones no puede alcanzarse con las intervenciones clínicas en situaciones críticas que sabemos dejarán una calidad de vida disminuida, sí es deseable y posible en la prevención en salud y en la educación para la salud.

Con la ventaja de que todo lo que se invierta en esto en el presente mejora la calidad durante toda la vida de las personas. Es necesario realizar una buena promoción de la salud y educación para la salud, Más allá de la no maleficencia, debemos promover hábitos de vida saludables, y calidad de vida.

La promoción de la salud y la educación en salud pretenden así “intervenir en los sujetos de atención de salud, para que tomen conciencia sobre el cambio de las costumbres nocivas a la salud por otras que representen los comportamientos y estilos de vida saludables, que los lleve a lograr un desarrollo armónico y equilibrado en el cumplimiento del proyecto vital en todas sus etapas, roles y ámbitos en los que transcurre su existencia.

Si se lee con atención se encuentra una coincidencia entre lo que plantean los organismos internacionales sobre las condiciones mínimas necesarias para el desarrollo humano y la promoción de la salud, que en su esencia se relacionan con los postulados de la bioética” (45).7.

  • FORMAR A LOS ALUMNOS EN VALORES 7.1.
  • Cambiar actitudes y transmitir valores La educación en salud, por su propia materia, es una de las principales ocasiones en que los docentes pueden también educar en valores a los alumnos.
  • La educación escolar en salud tiene tres objetivos, que son a la vez retos para el docente: primero, entregar conocimientos, desde una visión interdisciplinar, sobre un ámbito cada vez más amplio y complejo de temas.

Segundo, llegar a cambiar actitudes y comportamientos, e incidir en los hábitos de vida saludables de los alumnos. Tercero y quizás lo más difícil, transmitir valores éticos, los valores más apropiados en esa etapa de desarrollo de los jóvenes (46).7.2.

Promover las actitudes y la capacidad de diálogo Debemos, por tanto, promover decididamente algunas actitudes y comportamientos en los alumnos. En primer lugar, las que resultan imprescindibles en todo diálogo bioético: “respeto al otro, tolerancia, fidelidad a los propios valores, escucha atenta, actitud interna de humildad; reconocimiento que nadie puede arrogarse el derecho a monopolizar la verdad y que todos hemos de hacer un esfuerzo para ser receptivos; aceptar la posibilidad de cuestionar las propias convicciones desde otras posiciones, la razonabilidad de los argumentos.

En otras palabras: son necesarias la escucha recíproca; el enriquecimiento de la competencia profesional interdisciplinar y la autenticidad de los acuerdos. Son un auténtico estorbo los dogmatismos científicos o espiritualistas y las visiones reduccionistas.

  • La ignorancia convierte en imposible el diálogo bioético” (47).
  • Para promover la educación moral en general, y la Bioética en particular, la discusión de dilemas morales puede ser un buen recurso metodológico.
  • El uso de los dilemas, cuya piedra angular no es más que el reconocimiento en el otro de la capacidad de la “palabra”, del “dia-logos”, puede llegar a ser una clara ejemplificación de cómo los alumnos, convertidos en sujetos activos, construyen su propio aprendizaje en la medida en que interactúan reflexivamente con el medio y tratan de comprenderlo.

En una época en la que urge desarrollar la capacidad dialógica de las personas para resolver los problemas sin hacer uso de la imposición o la violencia, es muy útil conocer este procedimiento educativo, válido para suscitar el diálogo y para adoptar posturas razonadas y razonables en el terreno de los valores, de las actitudes y de la conducta (48).7.3.

Conseguir que “quieran hacer” Transmitir y formar en valores. Este es el reto más importante para un educador y para un profesor de Bioética. Llegar a lo íntimo de la formación moral del estudiante y poder ayudarle a incorporar o mejorar, o jerarquizar de un mejor modo, los valores éticos que ya tiene y los que va a ir adquiriendo en su estancia en la escuela.

Conseguir “entrar” en esa “disposición moral de ánimo” que Max Scheler define como la actitud o motivo que nos lleva a querer hacer algo, antes incluso de tener la intención de hacerlo, y que sería previa a la acción moral, y a la explicitación de valores morales (49).

No es posible cambiar directamente esa disposición moral esencial del ánimo del estudiante, pues sólo conseguiríamos quizás una conducta hipócrita, realizada de cara a sus profesores, o a sus compañeros. No porque “expliquemos” muy bien cuáles son los valores éticos, el alumno los va a incorporar de modo racional.

Se necesita una acción indirecta, de modo que sea el propio alumno el que vaya “descubriendo” esos valores, los matices que presentan, las incidencias de cada uno de ellos en la propia actuación personal. No sirven los mandatos u órdenes, ni siquiera la mera demostración de la racionalidad de lo que proponemos; es necesario proporcionar indicaciones educativas que sugieren acciones a alguien, al estudiante, para que las lleve a cabo libremente, y de ese modo se perfeccione como persona individual.

El educador puede proponer no acciones sino intenciones o campos de acción, no algo que el estudiante “debe hacer”, sino que debe “querer-hacer”. No es lo importante de la acción educativa –al menos al intentar transmitir valores éticos– conseguir que el estudiante haga algo, sino que quiera por sí mismo hacer algo, porque lo encuentra valioso, como persona.7.4.

La importancia del profesor y del profesional como modelo ¿Cómo conseguir esto? Algo esencial para la formación moral de la persona son los modelos. El “seguimiento” de modelos como transformación moral de la persona es el medio más común y adecuado en la niñez y la adolescencia, y sigue siendo válido después.

Esto convierte la tarea educativa en algo mucho más exigente para todos los que colaboran en la formación de los estudiantes. Nuestra forma de actuar es la mejor clase que podemos dar a los alumnos. Los hábitos saludables de los profesores son la mejor forma de educar en salud a los alumnos. Pero no basta sólo con hacer que se propongan seguir determinados modelos.

Es fundamental el respeto por la autonomía del alumno. El principio de autonomía es clave en la educación. Y es clave que el propio alumno sea partícipe de su formación, sin ninguna pasividad, cuestionándose de modo autónomo sus propios comportamientos y valores.

Si en un grupo de debate de temas de ética no habla alguno de los alumnos de los problemas que se discuten, se está “aislando” de los demás y del profesor, no entra en el diálogo ético, e implícitamente está rechazando al profesor y a sus compañeros como “interlocutores válidos” para él, no tienen nada que decirle porque él ya tiene sus valores bien definidos y “no quiere” cambiarlos o cuestionarlos.

Hemos de conseguir como profesores que todos participen de ese diálogo racional autónomo imprescindible para conseguir una personalidad moral adulta (50). Y aquí pueden ayudarnos mucho esas características metodológicas de los propios temas que tratamos de enseñar, la Bioética y la ética: el diálogo racional como medio de avanzar en los planteamientos éticos, y los diferentes métodos de deliberación para la toma de decisiones éticas o la resolución de casos, que ayudan a profundizar también en la fundamentación de las propias convicciones y valores morales.7.5.

  1. Y ¿qué valores? Ya hemos hablado de algunos valores, como la capacidad de diálogo, la participación activa, la capacidad de tomar decisiones autónomas y de hacerse responsables por ellas, etc.
  2. Pero no bastan estos, debemos promover algunos valores fundamentales, para no “estar rodeados de científicos, intelectuales y profesionales, sobresalientes en ciencias y tecnologías pero deficientes en valores morales, culturales y sociales” (51).

La escuela debe poner los fundamentos de la madurez moral de las personas y no puede renunciar a su función educadora, con el máximo respeto a la autonomía de los alumnos y profesores. La formación de la inteligencia, de la voluntad y de los valores éticos, es más necesaria aún en nuestros días, y debemos convencernos de que es posible educar en valores (52).

  • Algunos de los que hemos hablado son los valores comunes a todos en una sociedad democrática, pero otros tienen que ver más directamente con el cuidado de la vida y la salud.
  • Entre todos, los que consideramos más fundamentales en la educación para la salud son los que están en la base de los principios bioéticos: – el respeto a la vida y la salud como bienes básicos es un valor que se realiza a través de la no maleficencia y la beneficencia; – el respeto a los derechos del otro –y en especial de los más vulnerables– es uno de los valores fundantes del principio de justicia; – el respeto a la autonomía, unida la madurez moral y la responsabilidad por las consecuencias de las propias acciones van muy unidos al ejercicio de la libertad, en el principio de autonomía; – y valores como poner a la persona del otro por encima de los intereses legítimos propios, la compasión y el cuidado de la vida frágil, y la solidaridad individual y social, que fundamentan el principio de beneficencia.8.

CONCLUSIONES Dado el carácter de reflexión y primera aproximación al tema de los principios éticos que deben priorizarse en la educación en salud, y a la posible ayuda para esto de las propuestas de principios y valores desde la Bioética, las conclusiones de este trabajo son necesariamente provisionales.

La educación en salud –al igual que toda la actividad educativa– debe basarse en principios y valores éticos. Y a la vez, forma parte de la atención en salud, como una de las principales acciones preventivas. La Bioética, como ética aplicada en el ámbito de la salud, puede proporcionar instrumentos valiosos para efectuar esa tarea, tanto por su propia metodología como por el desarrollo que ha efectuado en la explicitación del contenido de los principios éticos fundamentales.

El propio desarrollo de esta disciplina, en el ámbito latinoamericano, desde el campo más directamente clínico al ámbito social, puede facilitar esta tarea. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Gracia D. Fundamentos de Bioética. Madrid: Eudema; 1989.2. Lolas F, Douglas KM, Quezada A (Ed.).

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¿Cómo se clasifica la educación para la salud?

Campos de acción – El campo de acción de la educación sanitaria es toda la colectividad. Cualquier persona, sea cual sea su edad, sexo, nivel de renta y lugar de residencia, y con independencia de las circunstancias de su vida personal, familiar o social, puede y debe beneficiarse de la educación sanitaria.

  • Ahora bien, como es lógico, las necesidades de los distintos individuos y grupos sociales no son uniformes, por lo que los objetivos también son diferentes.
  • Una primera distinción puede basarse en el estado de salud de la persona objeto de la acción educativa.
  • Como es lógico, los objetivos de la educación sanitaria serán diferentes según se trate de educar individuos sanos o enfermos.

Esto permite ya una primera separación de los receptores de las acciones de educación sanitaria en dos grandes grupos, los sanos y los enfermos. La dificultad empieza en cuanto se trata de definir a unos y a otros, ya que la distinción entre salud y enfermedad no siempre es fácil, ni siquiera utilizando técnicas objetivas.

A efectos de la educación sanitaria, se considera sano el individuo al que la sociedad atribuye el estatus de estar sano, el cual lleva a cabo con toda normalidad sus actividades habituales (estudio, trabajo, ocio, etc), y se considera enfermo el individuo al que la sociedad atribuye tal estatus, el cual recibe asistencia sanitaria, bien en su domicilio, bien en el hospital u otro centro asistencial, y tiene más o menos limitadas sus actividades habituales a consecuencia de la enfermedad.

En la bibliografía americana se conoce con frecuencia a estos dos grupos de personas como consumidores (consumers) y pacientes (patients), respectivamente. Se trata de una definición puramente sociológica y no clínica (muchos individuos que hacen vida normal en la comunidad pueden presentar signos o síntomas y, sin embargo, se consideran sanos), pero sirve a los efectos de delimitar los dos grandes campos de acción de la educación para la salud: sanos y enfermos.

  1. Sin embargo, no todos los individuos sanos gozan del mismo estatus.
  2. Unos son jóvenes, no han adquirido todavía hábitos insanos y asisten a la escuela, en la que llevan a cabo su socialización secundaria (la primaria ha tenido lugar en el hogar).
  3. Otros son adultos, muchos de ellos han adquirido ya hábitos insanos y llevan a cabo diferentes tipos de trabajo, algunos de los cuales conllevan riesgos específicos.

En el primer grupo, la educación sanitaria se efectuará en la escuela, como parte de la socialización secundaria; su objetivo principal será la adquisición de hábitos sanos (construcción de conductas positivas de salud) y la técnica utilizada para lograrlo será la educación, fundamentalmente.

En el segundo grupo, la educación sanitaria se efectuará en la comunidad o en el medio laboral (en el caso de riesgos específicos condicionados por el tipo de trabajo), su objetivo será el fomento y la defensa de la salud mediante la eliminación de hábitos insanos (modificación de conductas negativas) y las técnicas utilizadas serán la comunicación persuasiva y el consejo médico, principalmente.

Esta nueva delimitación permite ya separar tres campos principales de actuación dentro del grupo de sanos: la educación sanitaria en la escuela, la educación sanitaria en la comunidad (centros de atención primaria, medios de comunicación y grupos organizados de la comunidad) y la educación sanitaria en el medio laboral.

Estos campos de actuación no son compartimentos estancos, sino que se complementan e interrelacionan entre sí. Tanto el escolar como el trabajador se benefician de las experiencias educativas que les proporcionan los programas educativos comunitarios, y lo que el niño aprende en la escuela o el trabajador en la fábrica se difunde rápidamente a la comunidad gracias a la intensa interacción entre las personas, lo que condiciona la rápida circulación de las ideas.

En el caso del grupo de enfermos (educación de pacientes), también podrían establecerse distinciones según el marco en el que se realice la acción educativa (hospital, centro de asistencia primaria, domicilio del enfermo, etc) o según la clase de enfermedad (aguda o crónica).
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