La Escuela Como Organización Inteligente?

La Escuela Como Organización Inteligente

Compártelo La Escuela Como Organización Inteligente Una escuela inteligente es aquella que está informada, es dinámica y reflexiva. Necesitamos crear escuelas donde la cultura del pensamiento sea el oxígeno donde se respira. El principal desafío para la educación es conseguir el equilibrio entre la enseñanza y el aprendizaje.

¿Cuáles son las características de la escuela como organización?

✓ La Escuela tiene un objetivo y una misión definidos. ✓ Está estructurada jerárquicamente. ✓ Implica patrones motivacionales por parte de los alumnos. ✓ Posee una cultura organizacional: valores, normas y roles.

¿Cuáles son las funciones de la organización escolar?

En UNIR abordamos el concepto de organización escolar, en qué consiste y cuál es su importancia en el ámbito educativo. – Todos los centros educativos deben ajustarse a lo dispuesto por la normativa, por lo que parten de la ordenación legislativa, donde se reflejan las directrices que deben cumplir a nivel organizativo. Además, dentro de las propias Normas de Organización y Funcionamiento de un centro educativo se recogen otras indicaciones que van a permitir que el centro funcione. En UNIR abordamos el concepto de organización escolar , en qué consiste y cuál es su importancia en el ámbito educativo.

¿Cómo se organiza la escuela?

Elementos a tener en cuenta [ editar ] –

  • Dirección (la deberá representar una persona que contenga los aspectos básicos de una organización y contar con aptitudes de liderazgo ).
  • Planificación (tener un diseño claro de educación y de evaluación ).
  • Recursos (tener recursos suficientes para lograr los objetivos).
  • Conexión con la didáctica y el orden general (disponer de personal idóneo y suficiente).
  • Motivación alumno y maestro o profesor (contar con conexiones científicas, pedagógicas, revistas y otros centros).
  • Pertenencia (el personal deberá demostrar pertenencia con el establecimiento).
  • Prestigio del individuo (Tener establecida buena comunicación entre el alumno y su familia con el centro educativo).
  • Trabajo con cooperación (se deberá impulsar el trabajo en equipo, interactuando con los maestros o profesores ).
  • Objetivo (contar con metas claras en el periodo escolar).
  • Control de gestión (realizar controles y seguimiento a la planificación).
  • Responsabilidades (cada individuo en el establecimiento debe ser responsable de su rol, llámese alumno o personal docente).

¿Qué es la escuela como institución?

      Afirmar el rol social de la escuela implica pensarla como una entidad inserta en el entramado de instituciones sociales que componen un territorio y una comunidad. Esto supone, no solamente aceptar que la escuela está siendo interpelada por problemáticas sociales que impactan en su cotidianeidad, sino también entender que se constituye como un núcleo fundamental para la construcción de redes que aborden los diversos problemas sociales de forma colectiva.

Pensar la Escuela como institución social requiere abrir lazos al entorno para construir una certeza: la escuela no está sola. Pensar la Escuela como Institución Social requiere además reflexionar acerca de la compleja interrelación que se desarrolla entre los conceptos escuela, institución y sociedad; y entre estos y el contexto socio-histórico, político y cultural en el que se encuentra inmersa y los sujetos que la componen.

Teniendo en cuenta que para el proyecto político provincial, educar implica asignar un sentido diferente de ser y estar en el mundo, de trabajar hacia un horizonte en permanente movimiento, en apertura a lo otro que adviene siempre como extraño a lo igual y a ayudar a construir modos diferentes de comprensión, de pensamiento y de aprendizaje, es que se concibe a la escuela como un escenario posible para la asignación de nuevos sentidos a la vida, de nuevos modos de aprender, pensar, hacer, ser y estar con otros; como espacio habitable; como lugar de protección garante de la integración y conexión con el mundo cultural externo a ella y como un espacio que contribuye a la construcción de subjetividades necesarias para la incorporación a una ciudadanía responsable”1.

Desde esta perspectiva, la escuela en tanto institución -ley, norma, modo o manera de vincularnos entre sujetos- debe pensarse como una organización de la sociedad dentro de una estructura de gobierno con capacidad de transmitir saberes y producir cambios sociales.

Pensamos en una escuela que revise su historia, que sea crítica y consciente del origen común de las instituciones de la modernidad basadas en el encierro y el disciplinamiento, pero que, con los pies en el presente, sea protagonista de procesos de apertura hacia el entorno y promotora de igualdad en la sociedad del futuro.

  1. Cuando hablamos de esto hacemos hincapié en la construcción de subjetividades a partir de la acción política de educar en valores, participación, solidaridad, democracia, diálogo y respeto;
  2. La escuela como institución recrea y reproduce en los actores sociales ciertos valores y bienes culturales seleccionados en un proceso de lucha de intereses entre distintos grupos y sectores sociales, luchas que se expresan y concretan en su propuesta curricular, ya que se trata de una institución cuya función es asegurar el acceso a saberes socialmente legitimados;

En efecto, la escuela es uno de esos espacios que deja marcas y huellas en los sujetos en tanto se dedica a enseñar, en palabras de Estanislao Antelo, “al reparto de signos entre las nuevas generaciones” (Antelo, 2009). Teniendo en cuenta que concebimos a la escuela como un territorio interconectado en diferentes ramas nodales que no se paraliza ni se diluye ante la complejidad, sino que la entiende y aporta desde su lugar a la idea de un desarrollo local sostenible, se plantea volver a la idea de “reconectar” los distintos ámbitos de vida y de participación de los/as ciudadano/as para que comience a forjarse en las conciencias de los mismos/as la idea de un todo común, de un proyecto colectivo donde la igualdad conviva en la diferencia y en la libertad.

1 Educación Secundaria. Ciclo orientado. Orientaciones curriculares. Diseño curricular de la provincia de Santa Fe para el ciclo orientado de la educación secundaria. Diciembre 2013. http://www. santafe. gov. ar/index.

php/educacion/content/download/191117/931874/file/C. Orientado- Dic. 2013. pdf.

¿Cuál es el objetivo principal de la escuela?

‘La educación es lo más cercano a la magia en el mundo. Nada puede transformar la vida de una persona como la educación. Insufla confianza y regala a las personas una voz. Además de sus evidentes beneficios para una vida más plena y mejor, la educación puede contribuir a la mejora de la sociedad en su conjunto; una sociedad en la que la gente sea consciente de sus derechos y deberes’.

(Nivasini, estudiante de secundaria de India y participante en la plataforma online El Mundo que Queremos/The World we Want). Con motivo de las próximas elecciones generales del 26 de junio , queremos insistir en el papel de la educación como elemento de transformación social y reivindicar las 6 claves para una agenda política responsable con la educación en España y en el mundo.

Iniciamos hoy una serie de entradas en las que invitamos a la reflexión. Y la primera que nos surge es: ¿cuál debe ser el objetivo, el propósito de la educación? ¿Qué educación queremos? ¿Para qué sociedad? Debemos recordar que, detrás de un modelo educativo, hay un modelo de sociedad.

En Entreculturas pensamos que la educación debe incidir en el desarrollo integral de la persona. Y para ello, tal y como señalamos en el informe ” La educación en el centro “, hay que superar concepciones más instrumentales o economicistas de la educación.

El Informe Delors, de 1996, realizó una propuesta basada en los cuatro pilares del aprendizaje –aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir– , y ofreció una base para el debate sobre cuáles son las elecciones que se deberían realizar en la formulación de las políticas. Un grupo de niños y niñas en una escuela de Uganda. / FOTO: Luca Fabris – Entreculturas   Esta visión está estrechamente alineada con los principios morales e intelectuales que sostienen la idea de educación como libertad propuesta por Martha Nussbaum , que, en su modelo de educación para una ciudadanía democrática, señala tres capacidades esenciales que deberían adquirirse a través de la educación: pensamiento crítico -capacidad de examinarse críticamente a uno mismo y a las propias tradiciones-; ciudadanía global -la aptitud no sólo de percibirse como ciudadanos de algún ámbito local, sino también como seres humanos unidos a los demás por vínculos de reconocimiento y correspondencia-; y comprensión creativa -pensar cómo podría ser el estar en los zapatos de una persona diferente-.

Hay que entender estos pilares como un todo y no como componentes individuales dirigidos a alimentar distintas estrategias educativas. No resultaría apropiado, por ejemplo, desarrollar las competencias cognitivas desconectadas de los valores éticos y sociales que guían la construcción de sociedades más justas.

En el mundo de hoy, estos planteamientos siguen plenamente vigentes. Las sociedades se enfrentan a cuestiones insolubles sobre el futuro y la sostenibilidad del planeta. Las respuestas innovadoras que las personas individuales o grupos puedan dar a estos cambios y desafíos dependerán en parte de sus conocimientos y capacidades para comprender los problemas a los que se enfrentan y para plantear y poner en práctica soluciones duraderas desde el reconocimiento de un destino común y el compromiso por la justicia social. .

¿Qué función tiene la escuela como organización social?

Las instituciones educativas como parte fundamental del tejido de nuestra sociedad actual, juegan un papel fundamental en la transmisión, recreación e inculcación de valores y representaciones organizadas y controladas desde el poder a través de los llamados procesos de socialización (Berger y Luckmann, 1966).

¿Que nos beneficia organizarnos en la escuela?

Autor: Katía Córdova  Peña, profesora del colegio Fernando Wiese Eslava-CPAL La organización en la vida de un niño(a) favorece la posibilidad de desarrollar un orden interno que le permite organizar su mente, su capacidad de ordenar y entender sus propios pensamientos, emociones y acciones.

Por ello, debemos poner especial atención en las diferentes etapas del desarrollo del niño(a) y en qué herramientas les estamos brindando, en pro de una adecuada organización. Para los niños pequeños (edad pre – escolar), es muy importante organizar sus hábitos diarios;  tener una hora para comer, bañarse y una preparación previa antes de dormir.

Ello contribuye a desarrollar una noción del tiempo y facilita la capacidad de organización y concentración. También ofrece estabilidad y seguridad emocional al niño(a). Con respecto a los espacios de juego libre, estos deben ser incluidos en la rutina diaria del niño(a) y deben ser programados con un inicio y un final.

El juego es una de las mejores herramientas para el aprendizaje en esta etapa, por lo que es importante destinar un espacio para que el niño(a) juegue y respete esos tiempos. Mencionarle, por ejemplo que podrá jugar hasta que sea la hora de bañarse o cenar, puesto que luego deberá prepararse para ir a dormir; esta explicación ayudará a que organice su juego y facilitará el paso de una actividad a otra.

Para niños a partir de los 6 años (etapa escolar, primer grado), se espera que maneje ciertas nociones de organización de su propio tiempo, por lo que se debe fomentar que elabore por sí mismo(a)  un horario que incluya sus tareas escolares, responsabilidades, así como sus tiempos de ocio y descanso.

Asimismo, este horario debe ser realista y acomodarse a las posibilidades del niño(a); debe servir como una herramienta de organización, más que como una fuente de ansiedad y frustración. Como menciona la psicóloga Liliana Tuñoque,  ” La clave radica en evitar saturarlos, pues el niño debe tener espacios para hacer lo que le gusta: ver televisión, jugar, descansar.

” Puede resultar de gran ayuda armar con nuestros hijos un horario,  de cómo se verá su semana y colocarlo en un lugar visible. Ello le permitirá al niño(a) anticiparse y organizarse, lo cual tendrá repercusiones positivas en su rendimiento y capacidad de concentración.

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Al organizar las rutinas es importante preguntarnos  ¿estamos dando suficiente tiempo libre o está  saturado de actividades. En síntesis, es conveniente siempre reflexionar e intentar que exista un balance entre las responsabilidades y el tiempo de juego que tiene un niño(a), pues ello permitirá el crecimiento saludable en él/ella.

La presencia de los padres, el vínculo y la participación tanto del niño(a) como de la figura cuidadora en las actividades diarias deben ser aprovechados. La hora de la cena, del baño,  de los juegos en familia, entre otros, pueden ser espacios donde se incentive la escucha y el diálogo familiar, permitiendo  conocer las actividades que más disfrutan y  aquellas en las que presentan dificultades.

  • Debemos centrarnos en construir una rutina agradable y saludable que les permita crecer y desarrollarse tanto en lo académico, como lo social y emocional;
  • Referencias – Anzar, A;
  • (2019);
  • El orden y su importancia en la  educación infantil;

– Tuñoque, L. (2012). La importancia de los horarios en los niños..

¿Cuál es la importancia de la escuela?

INTRODUCCIÓN La escuela compone el eje y núcleo central y primordial de la educación; tanto en la comunidad como en la familia, por tanto, su papel como institución está enmarcado en dos direcciones una formar y la otra preparar, para lograr la formación integral del hombre para la sociedad en la cual se va a desenvolver.

Para Echavarría (2003 ), constituir la escuela como escenario de formación y socialización connota dos tipos de reflexiones: la primera refiera la configuración de los elementos pedagógicos, metodológicos y estructurales propicios para la orientación de los procesos de enseñanza y aprendizaje; y la segunda se connota en la estructuración de la escuela como escenario de formación y socialización.

Partiendo de lo anterior, la escuela es el lugar donde el estudiante va a retener, comprender y hacer uso activo del conocimiento trasmitido, por lo que las prácticas educativas deben estar encaminadas a la reflexión y participación activa con el fin de desarrollar la mente en los diferentes ámbitos del individuo, esto permite tener mayor comprensión no solo de los temas académicos que se presentan, sino también de las enseñanzas que la vida le brinda a cada uno, donde el individuo podrá expresar sus ideales, habilidades, aptitudes, que darán espacio a la interacción, construcción y desarrollo de sus potencialidades.

  1. El presente trabajo aborda la importancia de la escuela, el profesor y el trabajo educativo en función de lograr la disminución de la deserción escolar en el contexto educativo colombiano, teniendo como objetivo reflexionar sobre la significación de la escuela y el profesor como agencia y agente educativo, respectivamente y el papel que deben jugar en la disminución de la deserción escolar;

DESARROLLO “La escuela, como ente educativo, desempeña un papel prioritario en la formación de las personas, puesto que ella, como institución social, debe responder a la necesidad de formar a las nuevas generaciones según los intereses que el Estado conciba en la dinámica de sus relaciones económicas, sociales, políticas y culturales, tanto nacionales como internacionales.

Así, la escuela fue creada por la sociedad y a ella se debe, por tanto, su misión es formar hombres para que, mediante el trabajo, satisfagan las necesidades que de ella brotan. Su esencia es, entonces, resolver los problemas que emanan de las necesidades sociales” (Álvarez, 1996: 248).

La institución educativa proporciona espacio de formación individual y colectiva, en el cual se realiza un proceso de identidad según la sociedad y actividades de socialización con los pares, por lo que se debe considerar como un espacio de trasmisión, no solo de conocimientos académicos sino de múltiples culturas, prácticas y expresiones sociales.

  1. Es innegable que en todo proceso educativo, del nivel básico hasta la educación superior, el trabajo en equipo juega un papel determinante en la formación de los alumnos; y que la labor de los profesores requiere cada vez más del trabajo cooperativo, por lo que es de importancia vital el colegiar todas y cada una de las actividades que el personal desarrolla;

Para Álvarez “[. ] la relación entre maestros y estudiantes es algo más complejo que el proceso de enseñanza aprendizaje y está integrada por la relación sistémica existente entre siete componentes:

  • Primero, el problema, la situación de un objeto que genera una necesidad en un sujeto que desarrolla un proceso para su transformación.
  • Segundo, el objetivo, el propósito, la aspiración que el sujeto se propone alcanzar en el objeto para que, una vez transformado, satisfaga su necesidad y resuelva el problema.
  • Tercero, el contenido, los diferentes objetos de las ciencias que ha construido la cultura.
  • Cuarto, el método, la organización interna del proceso docente-educativo en tanto procesos de comunicación y acción; son los pasos desarrollados por el sujeto en su interacción con el objeto, a lo largo del proceso docente-educativo.
  • Quinto los medios, herramientas que se utilizan para la transformación del objeto.
  • Sexto, la forma, organización adoptada desde el punto de vista temporal y organizacional en la relación docente-discente para desarrollar el proceso docente-educativo.
  • Séptimo, la evaluación, constatación periódica del desarrollo del proceso, de modificación del objeto” (Álvarez, 1996: 247-248).

Esta relación forma un sistema de interacción entre maestro y estudiante, que no solo se desarrolla a nivel académico, sino también personal, lo que contribuye a que los estudiantes generen confianza hacia su docente y puedan desarrollar habilidades sociales que permiten una mejor comunicación y comprensión, en esta relación el objetivo es que el maestro acompañe al estudiante y le de herramientas para afrontar situaciones, además de revelar la importancia de la educación y de un proyecto de vida que defina y aclare las aspiraciones del individuo. Es así como la escuela y los maestros se convierten en un elemento fundamental en el desarrollo del estudiante, no solo a nivel académico sino personal, pues brindan herramientas para afrontar situaciones de la vida, de esta forma, ante la deserción escolar, las instituciones deben generar nuevas prácticas educativas que atraigan a los estudiantes y les brinden confianza y estabilidad, lo cual puede estimular deseos de permanecer en la escuela y buscar alternativas para no desertar de esta. Las instituciones educativas deben diseñar estrategias que mitiguen la deserción en los estudiantes, por lo que el Ministerio de Educación Nacional expone las siguientes estrategias:

  • La primera se enfoca a integrar “instituciones educativas” que estén en capacidad de ofrecer todo el ciclo básico. […] Si una sola institución se encarga de asegurar el ciclo educativo desde el grado 0 al grado undécimo, reduciremos los problemas de obtención de cupos y abriremos mayores espacios en torno a la consistencia de los programas de calidad educativa.
  • La segunda estrategia está asociada al diseño de los planes de mejoramiento y al fortalecimiento de las instituciones educativas en los frentes de gestión de recursos y de tipo pedagógico, para lograr que los estudiantes alcancen mayores niveles de logro. A partir de los resultados de las evaluaciones, todas las instituciones educativas deberán proponer y formular planes de mejoramiento, lo que les permitirá definir nuevas metas, corregir sus deficiencias, reforzar sus fortalezas, mejorar sus estrategias pedagógicas y aumentar las tasas de promoción con buenos niveles de calidad.
  • La tercera tiene que ver con la pertinencia. Tenemos que motivar a los niños por el acceso al conocimiento, por el desarrollo de la capacidad crítica y el pensamiento propio alrededor de sus propias realidades y de sus proyectos de vida, y generar vínculos constructivos con su institución, sus maestros y sus comunidades.
  • La cuarta tiene que ver con la flexibilidad de los modelos educativos que se implementan, que deben ser capaces de adaptarse a las necesidades de los niños y a las especificidades de cada región del país. (Ministerio de Educación Nacional, 2003).

Estas estrategias no solo se deben implementar en la zona urbana sino también en la rural, pues allí no se cuentan con programas que permitan relacionar la familia, escuela y comunidad, por lo que es necesario buscar alternativas en los modelos educativos, es decir, modificar la pedagogía donde sea posible introducir pequeños grupos trabajando con estrategias de educación personalizadas y colaborativas, buenos materiales educativos que permitan el avance gradual de los alumnos, así como lazos estrechos con la comunidad a través de proyectos de desarrollo local (Ministerio de Educación Nacional, 2001) De esta forma los profesores en compañía de la institución educativa, deben tener en cuenta las estrategias dadas por el Ministerio de Educación Nacional y crear un programa interdisciplinario que trabaje con la familia y la comunidad, implementando un modelo educativo acorde a las necesidades de los estudiantes, donde se apoye, se motive, se acompañe y se vigile el proceso de enseñanza-aprendizaje, garantizando una mejor calidad de vida para los estudiantes y la sociedad. Desde esta lógica de pensamiento, hay que destacar la importancia del trabajo educativo y sus potencialidades en la atención a la deserción escolar. Todo proceso pedagógico se desarrolla desde la interrelación armónica de lo instructivo, lo educativo y lo desarrollador.

La deserción escolar se da a partir del debilitamiento de estos tres componentes de la actividad pedagógica. La debilidad en el conocimiento, en la instrucción, repercute en la educación del estudiante y lleva a manifestaciones de desinterés por el estudio, por la escuela y a la salida del sistema.

Para combatir la deserción escolar, hay que luchar contra las causas que la provocan y en esta tarea el trabajo en la dirección de la educación de los sentimientos y valores, juega un papel esencial. El trabajo educativo contribuye a la formación integral de las nuevas generaciones, fortaleciendo el sentido de pertenencia social, que le permite visualizar su compromiso con los sectores sociales más necesitados y vulnerables, siendo partícipes de los problemas que le permiten a los ciudadanos necesitados alcanzar su propio desarrollo, el de su comunidad y la nación.

Desde el trabajo educativo se busca que los estudiantes se formen a través de la prevención, atención y reducción de situaciones que afectan el desarrollo, fomentando la participación en el área educativa y social que genera mejoramiento emocional e intelectual, mejorando las condiciones de vida de los estudiantes, lo cual se puede implementar en las diversas instituciones educativas que buscan disminuir los índices de deserción escolar.

Martínez, propone desarrollar las siguientes actividades educativas: “(1) la adopción de centros preescolares o escuelas primarias para dotarlas de mobiliario, aulas, material didáctico, muros perimetrales, etc. (2) Reforestación en calles, parques, ríos, etc.

  1. (3) Alfabetización de jóvenes y adultos;
  2. (4) Acompañamiento a organizaciones comunales en sus proyectos;
  3. (4) Actividades de mejoramiento del medio ambiente;
  4. (5) Voluntariado en organismos de beneficencia;
  5. (6) Participación en campañas de salubridad” (Martínez, 2016);
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El trabajo educativo en Colombia, podría mejorar los indicies de la educación en la zona urbana y rural, mediante la creación de programas educativos que se encarguen de enseñar a la población que ha desertado, en donde la pedagogía debe cambiar a una forma más dinámica, lo que atraerá ciudadanos con ganas de superarse y mejorar las condiciones de vida de sí mismos y sus familiares.

Al generar actividades que incluyan a las poblaciones vulnerables, se motivará a estudiar con herramientas que brinden alto rendimiento; las principales características que deben tener estos proyectos están en la comunicación, la confianza, la motivación, el apoyo, la comprensión, entre otras, que busquen aumentar la cobertura educativa en las distintas zonas del país, promoviendo cambios positivos en la educación y disminuyendo el porcentaje de desertores en el país.

Este proyecto educativo contribuye a aumentar los índices de educación del país, para lo cual se realizan campañas que abarcan desde la alfabetización, hasta la enseñanza de la educación básica, donde su mayor impacto se centra en las poblaciones vulnerables y de escasos recursos.

El trabajo educativo debe vincularse al Proyecto Educativo Institucional de las instituciones educativas, dándole oportunidades a los estudiantes de acceder a una educación distinta y pensada en sus necesidades, además se podrá vincula a actores como familia y la comunidad del que ha sido desertor e integrarlo de nuevo al proceso de formación educativa, para lo cual se debe trabajar en conjunto con el Estado, la sociedad, la escuela, la familia, para hacerlo productivo y de alto cubrimiento.

Es importante que se desarrolle el trabajo educativo, como parte importante del proceso de socialización y que en el participen todos los agentes y agencias socializadoras. La socialización es un proceso de interacción con distintos entornos, en el cual se aprende normas, actitudes, creencias, que enseñan a desempeñarse correctamente en ámbitos como; el familiar, el escolar, laboral y social.

Flores manifiesta que la socialización es el “[. ] proceso de contacto e interacción que los niños deben realizar respecto de las demás personas. Esta es una construcción paulatina que permite la apropiación de las características observadas en el entorno” ( Flores, 2010 : 15).

Se asume la socialización como el proceso por el cual los individuos, en su interacción con otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales para su participación eficaz en la sociedad. Por medio del mismo los seres humanos aprenden e interiorizan, en el trascurso de su vida, los elementos socioculturales de su medio ambiente, los integra a la estructura de su personalidad, bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales significativos, y se adaptan al entorno social al que pertenecen.

“La formación del hombre es el objetivo de la educación, para lograrlo necesita trasmitir la cultura y regular el proceso de su asimilación por parte de cada sujeto social, propiciando su socialización.

En el proceso de socialización la educación juega un papel importante y junto a ella las agencias socializadoras: escuela, familia, comunidad, los medios de comunicación masiva, entre otros. En el marco de ese proceso se desarrolla la personalidad en todas sus potencialidades y elementos integrantes” ( Altavaz, 2012 : 27).

Dentro del proceso de socialización se hacen presentes los agentes que permiten incorporar a los individuos a la sociedad, mediante espacios de reflexión, interacción, dinamismo, dialogo, entre otros, además son instancias para la trasmisión de conocimientos, normas y valores.

Entre las agencias de socialización se encuentran: la familia, los grupos de iguales, la escuela, los medios de comunicación masiva, la iglesia, entre otros, las cuales influyen de forma positiva o negativa en la deserción escolar; por ejemplo, la familia al presentar problemas económicos propicia que el estudiante deje de estudiar por falta de dinero o por la necesidad de trabajar para generar ingresos familiares, por otra parte, la separación de los padres, la violencia, el descuido, por parte de los padres o acudientes, el cambio de domicilio, entre otros factores, generan deserción en los estudiantes.

Las familias pueden tomar un papel de apoyo y comprensión hacia el estudiante, donde se preocupen por su desempeño académico y participen de las actividades de las instituciones educativas, con el fin de fortalecer las relaciones entre estudiante-escuela-familia, lo que ayuda a la disminución de este fenómeno.

En el caso de la escuela, esta agencia de socialización, cuando no juega el rol que le corresponde, presenta falencias en la metodología de aprendizaje, pues los estudiantes buscan una mayor comprensión de los temas que se tratan y cuando no se llega a esto, se generan problemas que llegan a verse en la repitencia de los grados, lo cual da paso al fracaso escolar, y esto funda pensamientos negativos en los estudiantes que les hacen optar por abandonar sus estudios, ya que se sienten frustrados y no cuentan con una motivación para seguir estudiando.

  • Por lo que, las instituciones educativas deben reestructurar la metodología de enseñanza y generar estrategias pedagógicas que ayuden a una socialización más activa dentro de las aulas de clase y fuera de las mismas, de esta forma los estudiantes se sentirán motivados a estudiar y continuar con los procesos educativos durante los años escolares;

Los grupos de iguales realizan exigencias hacia el cumplimiento de normas estipuladas dentro del grupo, allí el individuo busca ser aceptado y en ocasiones esto le puede traer enfrentamientos entre las normas que fueron interpuestas en la familia y la escuela y las que debe cumplir para hacer parte de este grupo social, por otro lado, al ser rechazado y acosado por un grupo de personas, genera conflictos que afecta la autoestima y autonomía del individuo lo que le hace desertar.

Sin embargo, los grupos de iguales también pueden ser un factor protector y proporcionar apoyo a los demás, ante situaciones de motivación y acompañamiento escolar, como por ejemplo utilizar el plan padrino en materias que se le dificulten a otros estudiantes y así disminuir las posibilidades del fracaso escolar y por ende la deserción.

Los medios masivos de comunicación constituyen una fuente de gran influencia en la socialización de las distintas situaciones que presenta la sociedad a nivel, regional, nacional o internacional, y provee información frente a las situaciones que se presenta, por lo que se proporciona diferentes percepciones de la realidad en la que se vive, lo cual afecta de forma directa o indirectamente a los individuos.

  1. Es así como los agentes de socialización (profesores, padres, vecinos, amigos, entre otros) forman parte de las acciones y decisiones de los estudiantes hacia el abandono o permanencia en la institución educativa, pues mediante la interacción con ellos, generan herramientas que podrán permitirles aprovecharlas en la disminución de este fenómeno;

Es importante que los agentes socializadores formen parte del proceso de educativo de manera activa y continua, pues mediante la comprensión, acompañamiento, supervisión, motivación y apoyo hacia los estudiantes, se ayudará a mejorar la situación que se está presentando.

  1. “La educación, en cualquier etapa del desarrollo social, tiene la función de socializar a las nuevas generaciones; lo cual significa, prepararlas para vivir en sociedad, para convivir como ciudadanos responsables, capaces de cumplir funciones cívicas y poseedores de un sistema de valores que le permita actuar en correspondencia con su contexto social;

La educación como actividad sistemática, está llamada a formar a las personas en su condición de ciudadano. Destacando esta función de la educación, el Doctor en Ciencias Fabelo (2003 ), señala que educar significa socializar, es decir, transformar al educando en un ser social, en parte constitutiva de una comunidad humana particular, único modo posible para hacerlo representante y partícipe del género humano” ( Altavaz, 2012 : 28).

La educación es el deber que le corresponde cumplir tanto a la escuela, como a la familia y a la comunidad, pues estas están encargadas de trasmitir conocimientos, costumbres, creencias, ideales, etc. , que ayudan al individuo a relacionarse con sus entornos.

El rol de la familia en la educación de los estudiantes no solo se centra en participar de las actividades académicas dentro de la institución educativa, sino también en ser mediadores de aprendizaje, es decir, apoyarlos y acompañarlos en este proceso.

Los docentes deben tener la capacidad de escuchar dudas e inquietudes, para así orientar de forma adecuada a los estudiantes, así asumen un papel de apoyo, comprensión y motivación en el aula de clase, en la cual se plantean diversas formas de enseñanza y adaptación de los individuos, para evitar la deserción escolar.

Se requieren maestros comprometidos, que trabajen en el logro de mejores resultados de aprendizaje, que crezca el conocimiento intelectual del alumno, que busquen entender, ayudar y sacar adelante al estudiante para que encuentre una empatía con el sistema educativo.

  • El educador debe ser el facilitador, colaborador y orientador del aprendizaje del educando, por lo tanto, es el responsable de la calidad de la enseñanza junto con el hogar y las autoridades educativas;

Acosta expone que: “El maestro debe interactuar con las instituciones y los padres de familia en lo que se refiere a las metas de desarrollo integral del niño. Ser docente de educación inicial es tener la oportunidad de enfrentarse cada día a una caja de sorpresas: una sonrisa, el llanto, un logro, un interrogante difícil de responder, situaciones que hacen del ejercicio académico un rol gratificante y un reto permanente” ( Acosta, 2016 : 5).

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Parta Vergara “Los actores motivan al estudiante para permanecer en la institución educativa, se relacionan con el apoyo que obtiene de su núcleo familiar para desempeñar sus actividades académicas, su relación con compañeros de clase y la misma institución, la cual juega un papel importante y hace que el estudiante sienta ese deseo de asistir y permanecer por compartir espacios de conocimiento y recreación, y también el acercamiento y la relación que pueda establecerse entre el docente y el estudiante, que en gran forma genera un vínculo que ayuda a su continuidad en el ciclo educativo” ( Vergara, 2014 : 18).

La relación de estos actores, garantizan el proceso de enseñanza-aprendizaje, proporcionando apoyo, comprensión, motivación, asistencia, trabajando de manera conjunta, para lo cual debe existir una comunicación asertiva entre estas partes, de esta forma habrá mayor entendimiento y se podrá actuar desde las posiciones de cada actor.

Según Navarro “La relación escuela-familia se plantea desde la escuela porque a esta le interesa que sus esfuerzos sean adecuadamente complementados por los actores no-escolares (la familia) que pueden, sin embargo, cumplir un rol educativo.

A la inversa, para la familia, el desempeño de la escuela es importante puesto que espera que los aprendizajes escolares sean también aprendizaje para la vida, esto es, que resulten aplicables al desempeño actual y futuro del estudiante fuera de la escuela” ( Navarro, 2004 : 71).

  1. Mientras que la comunidad ha optado por ser un espectador ante la educación de los individuos, expone situaciones que lo motiva a los estudiantes a dejar de estudiar como lo es la falta de oportunidades, tanto para él, como para la familia, también pueden adquirir dinero fácil mediante situaciones ilegales, la aceptación de un grupo social los incita a desertar y muchos factores más que dan paso a este fenómeno;

La comunidad debe ser quien esté pendiente y apoye el trabajo con los individuos ante el proceso de educación, es decir, velar por el cumplimiento de este derecho fundamental. También este contexto debe generar y aumentar oportunidades para el individuo y su familia, promover herramientas de afrontamiento ante situaciones conflictivas.

  1. Este contexto le permitirá al individuo tener herramientas para continuar con el proceso de aprendizaje;
  2. La relación de la escuela, la familia y la comunidad debe propiciar el desarrollo y crecimiento de cada individuo, pues estos entornos le permiten socializarse en distintas situaciones, generando un aprendizaje basado en las vivencias cotidianas;

Asimismo, esta relación demuestra que los entornos nombrados, proporcionan espacios de aprendizaje, comparten responsabilidades a la hora de formar nuevas generaciones y afrontan diversos retos en el momento de educar de manera conjunta a los individuos.

  • Esta relación se convierte tanto en un derecho como un deber colectivo, es decir, que todos podemos acceder a la educación, pero debemos cumplir con algunas obligaciones como acompañamiento y apoyo familiar, motivación, mejoramiento de la pedagogía escolar, cumplimiento de las obligaciones académicas, aumento de oportunidades, entre otras;

La relación entre las familias, las escuelas y la comunidad debe basarse en el apoyo, acompañamiento y conservación de la comunicación asertiva, para velar por un buen desempeño en los estudiantes, lo que permitirá garantizar el derecho a la educación, promover pautas y estrategias educativas que mitiguen la deserción escolar en las instituciones.

CONCLUSIONES La escuela constituye el núcleo central y primordial de la educación; tanto en la comunidad como en la familia, por tanto, su papel como institución está enmarcado en dos direcciones una formar y la otra preparar, para lograr la formación integral del hombre para la sociedad en la cual se va a desenvolver.

La interacción entre maestro y estudiante se debe desarrollar a nivel académico y a nivel personal, lo que contribuye a que los estudiantes generen confianza hacia su docente y puedan desarrollar habilidades sociales que permiten una mejor comunicación y comprensión En esta relación el objetivo es que el maestro acompañe al estudiante y le de herramientas para afrontar situaciones, además de revelar la importancia de la educación y de un proyecto de vida que defina y aclare las aspiraciones individuales La escuela y los maestros se convierten en un elemento fundamental en el desarrollo del estudiante, al brindar herramientas para afrontar situaciones de la vida Ante la deserción escolar, las instituciones deben generar nuevas prácticas educativas que atraigan a los estudiantes y les brinden confianza y estabilidad, lo cual puede estimular deseos de permanecer en la escuela y buscar alternativas para no desertar de esta, lo cual debe ser contenido esencial del trabajo educativo..

¿Por qué la escuela es un espacio importante para la socialización?

La Escuela Como Organización Inteligente Foto: Gokhan Okur El objetivo principal de la educación es potenciar al máximo el desarrollo integral de los alumnos atendiendo así a los diferentes ámbitos o dimensiones del desarrollo: motor, afectivo, cognitiva, comunicativa y social. Es necesario educar a personas completas, no solamente en lo académico, sino también educar en lo personal y social. Así pues, la educación persigue dos finalidades básicas en el alumnado; por un lado, la formación humana orientada hacia la socialización y formación en valores, normas y actitudes para desarrollarse como miembro activo y participativo de la sociedad en pro de su mejora; por otro, la formación cognitiva o académica orientada a la capacitación del individuo.

  1. Es la primera finalidad a la que nos referimos cuando hablamos de  escuela como institución socializadora y podemos decir que en la actualidad esta cayendo en el olvido ya que nos encontramos frecuentemente ante sujetos con carencia de valores, ausencia de capacidad crítica, etc;

Cuando hablamos de la escuela como institución socializadora nos estamos refiriendo a la dimensión social del alumno. Uno de los grandes fines de la educación es integrar socialmente al alumno en la comunidad en la que está inmerso, así como, prepararle para desenvolverse con éxito en la misma.

  • DEWEY definía la escuela como una institución social cuya vida debería ser un fiel trasunto de las características y experiencias positivas de la vida real;
  • La escuela proporciona a sus alumnos la experiencia socializadora de una comunidad educativa que debe introducir a sus alumnos en la sociedad en nombre de la cual funciona y trata de lograr sus objetivos;

Así pues, en la escuela tradicional el principal agente socializador era el profesor, que constituía la única vía por donde llegaban al discípulo los estímulos educativos propios de la institución escolar. En la escuela contemporánea ha perdido ese cariz específico, pero obviamente ofrece a sus alumnos experiencias de socialización más ricas y, por supuesto acordes con las exigencias y necesidades de la sociedad actual.

  • Hoy se concibe la escuela como una institución social que se constituye en una comunidad educativa dentro de la cual se integran tanto los alumnos y profesores como la familia y las propias entidades del entorno;

Si la escuela integra grupos y personas diferentes las experiencias sociales que ofrece a sus alumnos son más ricas y variadas que las de la escuela encerrada en sí misma. Si los intercambios con el entorno son habituales y forman parte del currículo organizado, las perspectivas y posibilidades de socialización que ofrece la escuela se amplían y su papel como agente educador social se ve facilitado y potenciado.

  • La escuela como institución proporciona, a través de las funciones de socialización, oportunidades de adquirir y consolidar el sentido del “yo” o la autoestima, de integrarse como miembro activo de la comunidad escolar y de mantener relaciones sociales en diferentes niveles de convivencia;

La escuela es concebida como institución socializadora ya que en ella se transmiten pautas sociales y valores que ayudarán al alumno a vivir en grupo e integrarse posteriormente a la sociedad respetando sus normas, leyes y valores. Por lo tanto, desde la escuela se está socializando a los alumnos, entendiendo la socialización como el proceso mediante el cual se ayuda al niño a convertirse en miembro adulto, activo y responsable dentro de la sociedad en la que se desenvuelve.

  • La socialización es un proceso continuo y gradual;
  • Mientras el niño se educa, se socializa;
  • Por lo tanto, la escuela es uno de los principales agentes socializadores ya que en ella el niño adquiere una serie de normas y valores para su posterior integración en la sociedad como adulto;

Escolarizarse significa integrarse debidamente en un grupo social; se va a la escuela para obtener autonomía y status en la vida cotidiana y aprender lo que se precisa para vivir en sociedad. No obstante,  es importante destacar que tradicionalmente los valores y pautas de conducta se consideraban implícitos en la tarea educativa.

Se daba por supuesto que el profesorado, al transmitir los contenidos de las distintas materias, formaba al mismo tiempo al alumnado en valores. Pero en la actualidad se ha visto que es necesario proponernos intencionalmente la educación en valores y, por tanto, la transmisión de ellos por parte de la escuela si lo que se quiere es lograr objetivos específicos al respecto.

En este sentido, es fundamental que la escuela desarrolle programas de habilidades sociales, educación en valores, resolución de conflictos para desarrollar así en los alumnos la competencia social y ciudadana y la competencia de autonomía e iniciativa personal recogidas en el currículo de las diferentes etapas educativas.

No obstante,  no queda recogido en el currículo ninguna hora específica para el desarrollo de estas competencias, por lo que sería muy aconsejable que se contemplara al menos una hora de tutoría semanal en Primaria, ya que en secundaria si que existe, muy adecuada para el desarrollo de estas competencias ya que en el marco de la tutoría se contemplan diferentes líneas de acción tutorial siendo especialmente interesantes en este sentido el enseñar a ser persona , enseñar a ser y   enseñar a convivir.

Una educación centrada en la transmisión de pautas sociales y valores es una educación centrada en la persona, pues la persona está por su propio ser llamada a la socialización y a la realización de valores. La transmisión de valores en la escuela ha de hacerse en el marco de la cultura y de las necesidades concretas de la sociedad a las cuales la educación debe dar respuesta.

En este sentido, la sociedad global a la que pertenece una escuela está presente en la relación educativa que se da en el aula. Por tanto, la escuela como institución socializadora tratará de inculcar, entre otros, valores como la verdad, la libertad, el amor, la solidaridad, el sentido crítico, la responsabilidad, la creatividad y el sentido moral.

Rosa Elena Gil Álvarez 26 de diciembre de 2011.

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