Objeto de estudio de la escuela – La Escuela de Frankfurt se centra en dos intereses principales. Por un lado, pretende realizar una crítica a las sociedades industriales desarrolladas. Este análisis va a ser interdisciplinario pues, abarca no solo en el aspecto político, sino también económico y el de las industrias culturales.
En una primera etapa, se realiza una reformulación del marxismo bajo un nuevo paradigma y con una reflexión de la sociedad y los procesos que la conforman. Más tarde, tras la Segunda Guerra Mundial, entre los temas de interés de la escuela aparece el de la influencia de los medios de comunicación en la sociedad.
Al mismo tiempo, que se pone en evidencia la “libertad individual” en las sociedades democráticas. Así, los integrantes de la escuela pretenden desarrollar una sociedad de individuos conscientes y de espíritu crítico. Para ello, se comprometen en la denuncia de toda forma de opresión vigente en las sociedades modernas, ya sean socialistas o capitalistas.
Contents
- 1 ¿Que se le crítica a la Escuela de Frankfurt?
- 2 ¿Cuáles son las ideas principales de la Escuela de Frankfurt?
- 3 ¿Que explica la Escuela de Frankfurt?
- 4 ¿Qué características tiene la escuela crítica?
- 5 ¿Cuáles son las principales características de la teoría crítica?
- 6 ¿Cómo se define la teoría crítica a la industria cultural?
- 7 ¿Qué es la teoría crítica de la educación?
¿Que se le crítica a la Escuela de Frankfurt?
El núcleo de la teoría crítica de la escuela de Fráncfort es la discusión crítico-ideológica de las condiciones sociales e históricas en las que ocurre la construcción de toda teoría, y la crítica —así mediada— de esas condiciones sociales.
¿Qué crítica la teoría crítica?
Teoría crítica de la Información, la comunicación, los medios y la tecnología –
La noción de teoría crítica tiene un significado general y otro específico (Maces 2001: 74f, Payne 1997: 118). Como término general, “teoría crítica” designa aquellas teorías que son críticas del capitalismo y de la dominación. Como un término más específico, “teoría crítica” refiere al trabajo de la Escuela de Frankfurt, y particularmente de Theodor W. Adorno, Max Horkheimer, Jürgen Habermas, y Herbert Marcuse. Su punto de partida es la obra de Karl Marx (Held 1980: 15, Macey 2001: 75, Payne 1997: 118, Rush 2004: 9, Wiggershaus 1994: 5). Para Horkheimer y sus colegas, la teoría crítica “era una etiqueta para camuflar `Teoría marxista'” (Wiggershaus 1994: 5) cuando estaban en el exilio de los nazis en Estados Unidos, donde temían exponerse como pensadores comunistas y por tanto debían cuidar el léxico que empleaban”. En primer lugar, hay definiciones de teoría crítica que siguen siendo vagas y generales. Por ejemplo, David Macey ofrece una definición circular, puesto que define “crítico” por ser crítico, sin aportar mayor cualificación de lo que signifique ser crítico.
Las teorías inespecíficas incluyen aquellas que no definen un proyecto normativo concreto, sino que argumentan que la teoría crítica concierne al compromiso político en general, o bien se concentran en mostrar las diferencias entre potencialidad y actualidad.
Craig Calhoun se centra en definir la teoría crítica como un proyecto que muestra la diferencia entre potencialidad y actualidad, argumentando en favor de futuros potenciales: la teoría social crítica “existe fundamentalmente para facilitar un compromiso constructivo con el mundo social y parte del supuesto de que las circunstancias existentes –incluyendo las identidades y diferencias actualmente afirmadas- no agotan el espacio de posibilidades.
(…) Al tomarse en serio la cuestión de lo que significaría transcender la actualidad, la teoría crítica abre un espacio nuevo para considerar la posibilidad de que el mundo sea diferente de como es, más allá de cualquier simple afirmación de las diferencias existentes o de la tesis de que la postmodernidad es sólo cuestión de perspectiva” (Calhoun 1995: xiv, 9, 290).
Deben añadirse cualidades adicionales para evitar considerar críticas teorías que no lo son, como por ejemplo las que favorecen el extremismo de derecha o fines nacionalistas. En segundo lugar, hay definiciones tan específicas que sólo incluyen una sola o unas pocas aproximaciones, excluyendo del calificativo de teoría crítica otros planteamientos.
Axel Honneth localiza dos conceptos en el núcleo de la teoría crítica: irespeto y desreconocimiento. Concibe la teoría crítica como un análisis de estructuras que provoca falta de respeto y de reconocimiento: la teoría crítica analiza “relaciones sociales de comunicación (…) fundamentalmente en términos de las formas estructurales del irespeto que generan”, concentrándose en “dañar y distorsionar las relaciones sociales de reconocimiento” (Honneth 2007: 72).
De modo que, por una parte, si uno define la teoría crítica en un sentido muy amplio, entonces su aspecto normativo de crítica de la dominación se pierde. Y por otra parte, si uno define la teoría crítica en un sentido muy estricto, concentrándose en teorías, académicos o conceptos específicos, entonces se arriesga a una definición estrecha que debilita el poder académico y político de la teoría crítica, al aislar las distintas aproximaciones. Algunos ejemplos de tales definiciones son:
Karl Marx aportó una definición de crítica que nos permite definir la teoría crítica no sólo como crítica y análisis del capitalismo, sino de la dominación en general. La teoría crítica de la información como crítica de la dominación en el contexto de los medios, la cultura y la comunicación se corresponde perfectamente con la comprensión de la crítica ofrecida por Marx en la “Introducción a la Filosofía del Derecho” de Hegel en 1844: “La teoría es capaz de concitar las masas en cuanto se muestre ad hominem, y se muestra ad hominem tan pronto como se convierte en radical. Ser radical es entender la raíz del asunto. Pero, para el hombre, la raíz es el hombre mismo. (…) La crítica de la religión termina con la enseñanza que el hombre es el ser más elevado para el hombre – en consecuencia, aceptar el imperativo categórico de superar todas las relaciones en las que el hombre es un ser degradado, esclavizado, abandonado, despreciado, en suma todas las relaciones que no pueden describirse mejor que mediante el grito de un francés cuando se pretendió introducir un impuesto sobre los perros: ¡pobres perros! ¡Os quieren tratar como a seres humanos!” (MEW 1: 385 ). Si entendemos la ontología como la pregunta filosófica por el ser (¿qué existe?), la epistemología como la pregunta filosófica por la cognición del ser (¿cómo concebimos y percibimos la realidad?), y la axiología como la pregunta filosófica por la praxis humana como la consecuencia de la cognición del ser (¿qué forma de existencia es deseable para los humanos?), entonces podemos decir que un campo académico presenta estas tres dimensiones. Basándonos en esta idea y en la noción de crítica de Marx, podemos identificar los siguientes tres elementos básicos en la teoría crítica:
El realismo asume la existencia de un mundo independiente que incluye el ser humano y sus imaginaciones. El mundo material se entiende como primario y se asume que los humanos son capaces de captar, describir, analizar y parcialmente transformar este mundo en una obra académica. Se llevan a cabo análisis que buscan la esencia de la existencia social mediante la identificación de contradicciones en el corazón del desarrollo social. La teoría crítica analiza los fenómenos sociales basándose no en la razón instrumental y una lógica uni-dimensional, es decir, opera: 1. Bajo el supuesto de que los fenómenos no tienen causas y efectos lineales, sino contradictorios, abiertos, dinámicos y realizan ciertos potenciales de desarrollo, y por lo tanto deben ser concebidos en formas complejas; 2. Basándonos en la perspectiva de que la realidad debe ser concebida de modo que en los fenómenos sociales ni haya sólo ventajas ni sólo riesgos, sino tendencias contradictorias que plantean tanto potenciales negativos como positivos al mismo tiempo, esto es, tendencias que se realizan o suprimen por la práctica humana social.
Tales análisis asumen que el mundo no es como se nos presenta, sino que hay potencialidades que subyacen a los fenómenos sociales existentes.
La teoría crítica es materialista en el sentido de afrontar fenómenos y problemas no en términos de ideas absolutas y desarrollo social predeterminado, sino en términos de distribución de recursos y conflictos sociales. La realidad se ve en términos que incluyen posesión, propiedad privada, distribución de recursos, luchas sociales, poder, control de recursos, explotación y dominación. Hacer un análisis materialista también significa concebir la sociedad como un todo interconectado (totalidad) y como negatividad, identificar antagonismos significa analizar las tendencias contradictorias que refieren a uno y el mismo fenómeno, crean problemas sociales y requieren un cambio sistémico fundamental para ser solucionados.
Esa dialéctica es una filosofía de la totalidad, que en este contexto significa que la sociedad se analiza en una escala macro para captar sus problemas y que han de aportarse razones para la necesidad de una transformación positiva.
Todas las aproximaciones críticas en uno u otro sentido toman el punto de vista de las clases o individuos oprimidos o explotados, y hacer el juicio que estructuras de opresión y explotación benefician a ciertas clases a expensas de otras y por tanto deben ser radicalmente transformadas por luchas sociales. Esta concepción constituye una forma de normatividad. La teoría crítica no acepta las estructuras sociales existentes tal como son, no se concentra puramente en la sociedad tal como es, sino que está interesada en lo que pudiera ser y convertirse. Deconstruye ideologías que afirman que algo no puede ser cambiado y muestra potenciales contra-tendencias y modos de desarrollo alternativos.
La dimension axiologica de la crítica es un interfaz entre la praxis teórica y la política. Se basa en el juicio categórico de que una sociedad participativa y co-operativa es deseable. La teoría crítica es un proyecto transdisciplinar que en un nivel epistemológico emplea los métodos y categorías teóricas que describen la realidad como campo dialéctico contradictorio que plantea riesgos y ventajas, de modo tal que al nivel ontológico la realidad se capta en términos que afrontan posesión, propiedad privada, distribución de recursos, luchas sociales, poder, control de recursos, explotación y dominación, de tal modo que en el nivel axiológico las estructuras dominativas se juzgan como siendo indeseables y se identifican modos potenciales de aliviar el sufrimiento y establecer una sociedad co-operatoria y participativa. Dos textos centrales de la teoría crítica, “Teoría tradicional y teoría crítica” de Horkheimer, y “Filosofía y teoría crítica” de Marcuse, pueden interpretarse como no constitutivos de la Escuela de teoría crítica de Frankfurt, sino de la teoría crítica en general. En estas obras, Horkheimer y Marcuse por una parte destacan los límites y unidimensionalidad del positivismo que juzgan como un paralizador de fuerzas que rechaza alternativas potenciales al capitalismo. Por otra parte, la peculiaridad más importante que une estas dos obras y que las convierte en obras de fundamentación de la teoría crítica en general, es el cuestionamiento axiológico de la dominación y el centrarse en la necesidad de una sociedad no dominativa. Para Horkheimer, el objetivo de la teoría crítica es la mejora de la sociedad: “En el interés de una sociedad futura organizada racionalmente”, la teoría crítica arroja “luz crítica sobre la sociedad actual (…) bajo la esperanza de una mejora radical de la existencia humana” (Horkheimer 1937: 233). Concreta esta mejora en el mejor tipo de sociedad que en términos negativos es no explotadora: “Las categorías marxistas de clase, explotación, plusvalía, beneficio, empobrecimiento y crisis son elementos en un complejo conceptual, y el significado de este todo debe buscarse no en la preservación de la sociedad contemporánea, sino en su transformación en el tipo correcto de sociedad” (Horkheimer 1937: 218).
La teoría crítica propone “la idea de auto-determinación de la raza humana, esto es, la idea de un estado de cosas en el que las acciones del hombre no provienen de un mecanismo, sino de su propia decisión” (Horkheimer 1937: 229). Tal sociedad está determinada por la “razonabilidad y deseo de paz, libertad y felicidad” (222) y el “establecimiento de la justicia entre los humanos” (243).
La transformación política es un proceso de negación cuyo proceso teórico correspondiente en la teoría crítica es el método de la negación: “El método de la negación, la denuncia de todo lo que mutila humanidad e impide su desarrollo libre, se fundamenta en la confianza en el hombre”.
Al convertir la negatividad en un resultado potencialmente positivo, Marcuse (1937: 135) dice que la teoría crítica se ocupa “de la felicidad humana, y la convicción de que puede alcanzarse sólo mediante una transformación de las condiciones materiales de existencia”.
Pugna por la libertad universal y puede por tanto ser considerada como una teoría universalista. Defiende que “todos y no sólo éste lugar o ésta persona particular debieran ser racionales, libres y felices. ) El interés de la teoría crítica es la liberación de la humanidad de Viejas verdades.
Quiere elevar “a la conciencia potencialidades que han surgido dentro de la situación histórica en proceso de maduración” (Marcuse 1937: 158). Si asumimos que la información, los medios, la comunicación, la cultura y la tecnología juegan un papel importante en el capitalismo contemporáneo, entonces la crítica de estos fenómenos en la sociedad actual es una de las tareas de la teoría crítica de la sociedad.
Dada tal definición, los estudios críticos de comunicación y medios son inherentemente normativos y políticos. Esta definición es bastante amplia y admite incluir diferentes conceptos que proceden de diferentes contextos críticos, como por ejemplo –por citar solo algunos de entre muchos-mercantilización de la audiencia, estrategias de acumulación de medios, estética mercantilista, industria cultural, conciencias/necesidades verdaderas y falsas, razón instrumental, racionalidad tecnológica, manipulación, crítica ideológica, teatro dialéctico, pedagogía crítica, aura, esfera proletaria contra-pública, públicos múltiples, uso emancipatorio de medios, uso represivo de medios, medios alternativos, medios radicales, fetiches de la comunicación, aparatos de ideología del estado, la multitud, la circulación de luchas, hegemonía, estructura de sentimientos, articulación, lectura dominante, lectura opositora, lectura negociadora, función acumuladora de capital de los medios, función de los medios en la circulación de mercancías, función de legitimación de los medios, funciones de publicidad y relaciones públicas, función regenerativa de los medios, modelos de propaganda de los medios, acción comunicativa, comunicación dialógica, comunicación de discurso, capitalismo informacional transnacional, cultura de la clase obrera, subcultura, etc, todos ellos bajo el paraguas común la definición que los comprendce como unidad diferenciada en la pluralidad que se califica como teoría crítica de la información, la comunicación y los estudios de medios. Los estudios críticos de información, medios y comunicación debieran de incluirse en una perspectiva científica más amplia para mostrar qué posición ocupan en el campo general de las ciencias sociales. Por tanto debemos conectarlos con la teoría social y las tipologías de teorías sociales. Anthony Giddens ve en la “división entre objetivismo y subjetivismo” (Giddens 1984, xx) uno de los problemas centrales de la teoría social. Las aproximaciones subjetivas se orientan a agentes humanos y a sus prácticas como el objeto primario de análisis, mientras que las aproximaciones objetivas se centran en estructuras sociales. En este sentido, las estructuras son relaciones institucionalizadas que se estabilizan en el tiempo y el espacio (Giddens 1984, xxxi). Teorías sociales integradoras (como las propuestas por Roy Bhaskar (1993), Pierre Bourdieu (1986), Anthony Giddens (1984), o Margaret Archer (1995)) pretenden superar la frontera estructura-agencia. Burrell y Morgan (1979) han combinado la distinción entre sujeto y objeto con la distinción entre continuidad y discontinuidad para identificar dos nuevos ejes que desvelan dos dimensiones de modo tal que cuatro aproximaciones diferentes pueden distinguirse en la teoría social: humanismo radical (subjetivo, cambio radical), estructuralismo radical (objetivo, cambio radical),sociología interpretativa (subjetiva, continuista), y funcionalismo (objetivo, continuista). Los planteamientos de Bhaskar y Bourdieu por tanto pueden describirse como cambio integrativo-radical, mientras que los de Giddens y Archer como integrativo-continuista. Esto impone ciertos cambios en la tipología de Burrell y Morgan, como se indica en la figura 2. “Este esquema es igualmente útil para representar las principales alternativas en teoría e investigación de medios de comunicación, que han sido escrupulosamente clasificados por sus metodologías y prioridades, así como por su grado de compromiso por un cambio radical” (McQuail 2002: 5). “Es altamente relevante al intentar entender las distintas tradiciones dentro del estudio de la comunicación” (Rosengren 2000: 7). Robert T. Craig (1999) identificó siete tradiciones de la teoría de comunicación que están basadas en cómo definen la comunicación (ver tabla 1). Aunque esta aproximación es muy relevante y su artículo (Craig 1999) una de las obras más frecuentemente citadas en los estudios de comunicación en la última década, no especifica un criterio subyacente para justificar su tipología, lo que la impone cierto carácter arbitrario.
Tabla 1 : Una tipología de teorías de la comunicación La tabla 1 muestra que los estudios críticos de comunicación se caracterizan primariamente por su perspectiva de cambio radical, esto es, el análisis de cómo la comunicación contribuye a la dominación y cómo encontrar modos de comunicación sin dominación en una sociedad participativa. Esto también significa que son planteamientos subjetivos, objetivos y dialécticos subjetivo-objetivo. Craig menciona varias propuestas que cruzan los límites y que pueden considerarse como intentos de combinar varios de los cuatro campos señalados en la tabla 1: Kennth Burke, David S.
Carley (retórica-semiótica); Briankle Chang, Richard L. Lanigan (fenomenología-semiótica), David S. Kaufer y Brian S. Butler (cibernética-retórica), Klaus Krippendorff (cibernética-fenomenología), John C. Heritage, Gerald T. Schoening y James A. Anderson (estudios socioculturales-fenomenología-semiótica), W. Barnett Pearce (estudios socioculturales-retórica-cibernética), Rayme McKerrow (estudios críticos– retórica), Robert Hodge y Gunter Kress, Norbert Fairclough (estudios críticos-semiótica). Para Craig, la característica que distingue los estudios críticos de comunicación de los retóricos, semióticos, fenomenológicos, cibernéticos, sociopsicológicos, y socioculturales es que para “la teoría crítica de la comunicación el fundamental ‘problema de comunicación’ en la sociedad surge de fuerzas materiales e ideológicas que impiden o distorsionan la reflexión discursiva. ) Fundamentalmente en la tradición de Marx, lo fundamental no es entender el mundo (…) sino cambiarlo mediante la praxis, o la acción social reflexiva” (Craig 1999, 147f). Craig elabora las propiedades específicas de los estudios críticos y otras tradiciones en los estudios de comunicación.
Craig argumenta que “la teoría de la comunicación no ha emergido aún como un campo coherente de estudio” y que esta fragmentación puede superarse mediante la construcción de “una matriz disciplinar dialógica-dialéctica” (Craig 1999, 120) que haga possible la emergencia de una comunidad conversacional, “una conciencia común de ciertas complementariedades y tensiones entre diferentes tipos de teoría de la comunicación, de manera que es habitualmente entendido que éstos diferentes tipos de teoría no pueden desarrollarse legítimamente en total aislamiento mutuo, sino entrar en discusión” (Craig, 1999, 124). Lo mismo cabe decir de los estudios críticos de comunicación, como un subcampo de los estudios de comunicación: Una matriz disciplinaria de estudios críticos sobre la comunicación puede favorecer el diálogo entre varios subcampos, como teoría crítica, economía política crítica, estudios culturales, teoría feminista, teoría postcolonial, teoría queer y nuevos movimientos sociales en los estudios críticos sobre comunicación. De este modo emergerán tanto las asunciones comunes como las diferencias entre lo que significa desarrollar estudios críticos de comunicación. Fuchs (2010) identifica diferentes tipos de teorías críticas de medios, información y comunicación (ver tabla 2).
Aquellas aproximaciones que ven los medios, la información y la comunicación primariamente como formas potenciales de liberación pueden considerarse tratamientos más humanista-subjetivista, concentrándose en cómo los medios facilitan positivamente la participación humana y su liberación.
Tabla 2 : Una tipología de teorías críticas de medios Los defensores de la hipótesis mercantil entienden que los medios no son primariamente instrumentos de manipulación, sino esferas de acumulación de capital. La idea básica que subyace las hipótesis de la manipulación y la ideología es que los medios se usan como medios para manejar a la población, defender ideologías, impedir transformaciones sociales, crear falsa conciencia, falsas necesidades y un universo unidimensional de pensamiento, lenguaje y acción.
Tales planteamientos tienen una orientación fuertemente subjetiva. Los defensores de la hipótesis de recepción entienden que ésta es un proceso complejo y antagónico que aporta potenciales para interpretaciones y acciones opositoras. Los representantes más prominentes de esta hipótesis pueden encontrarse en los estudios culturales.
Podemos identificar algunos de los planteamientos existentes que apuntan en esta dirección. Integración y unificación no significan que se abole la diferencia a expensas de la identidad. Más bien significa una superación dialéctica hegeliana (Aufhebung), en la que se preservan elementos previos elevándose a un nuevo nivel. Emergen nuevas cualidades por la integración de momentos previos. Tal integración dialéctica es una unidad diferenciada basada en el principio de unidad en la diversidad. Se trata de una relación dialéctica de identidad y diferencia. Fuchs (2010) menciona los siguientes ejemplos de teorías críticas integradoras de medios: Robert McChesney, Stuart Hall, Douglas Kellner, Shane Gunster, Vilém Flusser, Herbert Marcuse. Estas teorías vincularían ciertas hipótesis de los estudios críticos de medios e información y los unificarían en mayor o menor grado, pero careciendo de una síntesis general.
El determinismo tecnológico (ver figura 3) es un tipo de explicación de la relación causal de medios/tecnología con la sociedad, asumiendo que determinados medios o tecnologías tienen exactamente un efecto específico en la sociedad y los sistemas sociales.
Una teoría crítica de los medios y la tecnología está basada en el razonamiento dialéctico. Esto permite ver la relación causal de los medios/tecnología y la sociedad de modo multidimensional y complejo: una tecnología o medio específico tiene múltiples efectos potenciales en la sociedad y sistemas sociales, efectos que pueden coexistir o contradecirse entre ellos. Qué potenciales se realicen depende de cómo la sociedad, los intereses, las estructuras de poder, y los conflictos dan forma al diseño y uso de la tecnología en múltiples sentidos que también son potencialmente contradictorios. Es un campo de batalla social, o tal vez una mejor metáfora sea un ‘parlamento de cosas’ en el que pugnan alternativas civilizatorias. (…) La teoría crítica mantiene que puede haber al menos dos civilizaciones modernas basadas en distintos caminos de desarrollo técnico.
Es un sistema ambivalente o ‘multiestable’ que puede organizarse alrededor de al menos dos hegemonías, dos polos de poder entre los que puede ‘inclinarse'” (Feenberg 2002: 87). “El desarrollo tecnológico está sobredeterminado tanto por criterios de progreso técnicos como sociales, y en consecuencia puede dividirse en direcciones diversas dependiendo de la hegemonía prevalente. (…) Mientras que las instituciones sociales se adaptan al desarrollo tecnológico, el proceso de adaptación es recíproco, y la tecnología cambia en respuesta a las condiciones en las que se encuentra, tanto como ella las influye” (Feenberg 2002: 143). Feenberg dice que la teoría crítica de la tecnología es una teoría dialéctica de la tecnología (Feenberg 2002: 176-183). Su objetivo es la transfromación de la tecnología “de la reificación a la reintegración” (Feenberg 2002: 183). La teoría crítica de Feenberg cuestiona el determinismo tecnológico que define como “el supuesto determinista de que la tecnología tiene su propia lógica autónoma de desarrollo.
Aunque factores políticos, culturales, y otros pueden influenciar el ritmo del cambio, no pueden alterar la línea general de desarrollo que refleja la lógica autónoma de descubrimiento. La organización social debe adaptarse al progreso técnico en cada fase de su desarrollo, de acuerdo a los requisitos ‘imperativos’ de la tecnología. La adaptación ejecuta una necesidad técnica subyacente. (…) La tecnología se presenta como una aplicación de las leyes de la naturaleza a problemas de producción, tan independiente de la voluntad humana como los movimientos de los cuerpos celestes” (Feenberg 2002: 138f). La teoría crítica dialéctica de la tecnología está fundada en la obra de Karl Marx, que dijo que la tecnología tiene potenciales contradictorios y que bajo el capitalismo predominan los negativos: “Las contradicciones y antagonismos inseparables de la aplicación capitalista de la maquinaria no existen, dicen, ¡porque no surgen de la maquinaria como tal, sino sólo de sus aplicaciones capitalistas! Por tanto, puesto que la maquinaria misma acorta las horas de trabajo, aunque cuando la emplea el capital las alarga; pues ella misma aligera el trabajo, pero aumenta su intensidad; pues en sí misma es una victoria del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza, pero en las manos del capital hace al hombre esclavo de esas fuerzas; pues en sí misma aumenta la riqueza de la economía burguesa, y la pura contemplación de la maquinaria en sí misma demuestra que todas estas contradicciones evidentes y presentes en la realidad cotidiana, no lo son en sí mismas, y por tanto tampoco tienen existencia teórica.
También Herbert Marcuse es un representante de una teoría dialéctica crítica de la tecnología, que identifica potenciales contradictorios en la tecnología: “La técnica por sí misma puede promover el autoritarismo tanto como la libertad, la escasez tanto como la abundancia, la extensión tanto como la abolición de la herramienta” (Marcuse 1941: 41). En los últimos años se ha subrayado la posibilidad de combinar la teoría crítica y la ciencia de la información (Day 2001, 2005, 2007, Fuchs 2008b). Ronald E. Day argumenta que la ciencia de la información ha tratado la información principalmente como una “noción reificada y mercantilizada” (Day 2001: 120). “La voluntad de la investigación sobre información para realmente crear una cultura de la información y la comunicación en términos de los intereses y poderes sociales e históricos es evidente para cualquiera que eche una ojeada a las revistas sobre gestión de la información o estudios informacionales o en artículos políticos. Junto con la tendencia dominante de tal investigación, para ser ‘práctica’ al servicio de organizaciones profesionales y negocios, así como en el servicio de proyectos militares o industriales de investigación, la investigación en información evita cualquier compromiso crítico, así como obvia análisis fundacionales, cualitativos o materialistas, especialmente si emplea un vocabulario que parezca ‘pretencioso’, ‘político’ o ‘extranjero’, y menos aún análisis filosófico o marxista” (Day 2001: 116f). Day entiende la teoría crítica en un sentido muy general como “la obtención de conceptos en relación crítica e interruptora con los fundamentos conceptuales de las prácticas comúnmente aceptadas” (Day 2001: 116). El problema con ésta definición contextual de teoría crítica es que es puramente contextual: si el socialismo se convirtiera en una práctica comúnmente aceptada, la teoría de derechas se convertirá en teoría “crítica”.
Day (2007) argumenta que Rob Kling por una parte comprendió la Informática Social como la investigación empírica que desarrolla asociaciones positivistas, pero por otra parte intentó deconstruir la ideología del determinismo tecnológico. La informática social sería por tanto “‘crítica’ del discurso ‘acrítico’ sobre los valores sociales y usos de los ordenadores/TI/TICs” (Day 2007: 578).
Ajit K. Pyati (2006) sugiere que los estudios críticos sobre información deben basarse en una infusión Marcuseana, porque su noción de racionalidad tecnológica permite explicar porqué la información se trata principalmente como una mercancía y una cosa en la sociedad contemporánea y en los estudios de biblioteconomía e información. La noción de Marcuse de uni-dimensionalidad permitiría deconstruir el discurso neoliberal que argumenta a favor de considerar ideológica la privatización y mercantilización de la información y las bibliotecas. “Una sociedad de la información que se asocie al tecno-capitalismo, neo-liberalismo, e ideologías de desregulación puede en último término minar las bases de la misión de servicio público de las bibliotecas. En cierto sentido, las bibliotecas con mandatos de servicio público (particularmente públicas y ciertas bibliotecas académicas) actúan en cierto modo como ‘espacios anti-capitalistas’ y tienen el potencial de alterar la forma de la sociedad de la información de una manera más radical, democrática, culturalmente incluyente y progresiva.
Las bibliotecas, al convertirse en desarrolladores activos y dadores de forma a las TICs para fines democráticos y progresivos, pueden ayudar a combatir contra la visión hegemónica de la sociedad de la información” (Pyati 2006: 88). Christian Fuchs (2008a, b, 2009) ha argumentado que los estudios críticos sobre información debieran ser concebidos dentro del marco de la teoría marxista (es decir, la crítica de la economía política, compárese también el planteamiento “Ciber-Marx” de Nick Dyer-Witheford 1999) y una noción amplia de una teoría crítica de los medios, la información, la comunicación, la tecnología y la cultura.
Fuchs sugiere que este planteamiento permite construir una teoría crítica de internet/TICs y sociedad (Fuchs 2008a, 2009) y una teoría crítica de la información (2009a). Una noción objetivista de información es para Fuchs una ideología que conduce a la mercantilización de la información.
Al final, las nociones subjetivistas de información muestran ser ideologías que legitiman la propiedad privada y la forma mercantilista de información. La alternativa es considerar la información como un proceso dialéctico que establece una interconexión de sujetos y objetos via un proceso triple de cognición, comunicación y cooperación.
|
Entradas.
¿Cuáles son las ideas principales de la Escuela de Frankfurt?Su principal tesis sostenía que para progresar y conseguir cada vez un mayor grado de desarrollo, los seres humanos debíamos utilizar la Razón como guía para actuar y tomar decisiones. La Ilustración era optimista respecto al papel del conocimiento y la Razón en las relaciones entre las personas. ¿Que explica la Escuela de Frankfurt?
¿Cómo influye la Escuela de Frankfurt en la filosofía?La trascendencia del aporte de la Escuela de Frankfurt al pensamiento social contemporáneo tiene que ver con la radicalidad de su crítica a la modernidad, al sistema filosófico que la sustenta y al orden social que deviene de éste, pero a la vez, con su apuesta por la emancipación humana basada en la recuperación y. ¿Qué características tiene la escuela crítica?En términos generales, caracteriza a la ‘Teoría crítica ‘ el rechazo por la justificación de la realidad sociohistórica presente por considerarla injusta y opresora (‘irracional’), postulando en su lugar, la búsqueda de una nueva realidad más racional y humana. ¿Cuáles son los principios de la teoría crítica?Principios de la teoría crítica – Uno de los principios de la teoría crítica es que se opone a la separación entre sujeto y realidad. De acuerdo a esta postura, todo conocimiento depende de las prácticas de la época y de la experiencia. No existe, de este modo, una teoría pura que pueda sostenerse a lo largo de la historia.
A partir de estos razonamientos, la teoría crítica presta especial atención al contexto de la sociedad y se opone a las teorías cerradas, apostando por una construcción del saber de tipo dialéctico. ¿Por qué se creó la teoría crítica?Instituto de Investigación Social de la Universidad Goethe de Fráncfort La noción de Teoría Crítica se aplica en la filosofía para designar a la doctrina que nació en la Escuela de Fráncfort para establecer una crítica a la teoría tradicional y a la cultura y moral occidental. Esta Teoría tuvo su origen en el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Fráncfort del Meno. La Teoría crítica es representada principalmente por: Theodor Adorno , Walter Benjamin , Max Horkheimer , Herbert Marcuse , Jürgen Habermas , Oskar Negt o Hermann Schweppenhäuser , Erich Fromm , Albrecht Wellmer , Axel Honneth e incluso Paulo Freire , entre otros.
Con raíces en la sociología y la crítica literaria , sostiene que los problemas sociales provienen más de las estructuras sociales y los supuestos culturales que de los individuos. Sostiene que la ideología es el principal obstáculo para la liberación humana. ¿Cuáles son las principales características de la teoría crítica?En términos generales, caracteriza a la ‘ Teoría crítica ‘ el rechazo por la justificación de la realidad sociohistórica presente por considerarla injusta y opresora (‘irracional’), postulando en su lugar, la búsqueda de una nueva realidad más racional y humana. ¿Cómo se define la teoría crítica a la industria cultural?Lo que la teoría crítica ‘clá- sica’ revela a propósito de la industria cultural es precisamente que las relaciones de dominio determinan la existencia individual y colectiva hasta sus rincones más ocultos de ahí la insistencia de Adorno en la atrofia de la espontaneidad. ¿Qué es la teoría crítica de la educación?La teoría crítica de la educación es el fundamento epistemoló- gico adoptado, porque concibe el pensamiento social en el terre- no de la educación. Independientemente de la fuente o el origen de la ciencia crítica de la educación hay elementos comunes a las diversas fuentes. ¿Cuál es el objetivo de la teoría crítica de la sociedad?La teoría crítica surge para promover un entendimiento de la situación histórica y cultural de la sociedad con el propósito de generar acciones en torno a una transformación de ésta. detector |