La Investigacion Educativa Como Base De La Nueva Educacion?

La Investigacion Educativa Como Base De La Nueva Educacion
La investigación educativa que se desarrolla en el Sistema Educativo Mexicano debe fortalecer su capacidad de análisis crítico de anticipación y de visión prospectiva; para elaborar propuestas alternativas de desarrollo y para enfrentar, con un horizonte de largo plazo, las problemáticas emergentes de una realidad en
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¿Cuál es el papel de la investigación en la educación?

Editorial Investigación educativa ¿para qué? La investigación educativa tiene como propósito conocer detallada y minuciosamente un problema de conocimiento, así como exponer y publicar los descubrimientos que arroja la indagación. El cuidado que ponen los investigadores en su trabajo hace posible que el lector cuente con información confiable y comprenda cómo son los actores, las instituciones y las prácticas que se desarrollan en los espacios educativos.

  • Así, los lectores de estos documentos podrán apoyarse en los resultados para profundizar en esos problemas de conocimiento, o para adentrarse en una problemática vinculada.
  • Otros más, al entender cómo son las cosas, incluso por qué son así las cosas, podrán pensar que es posible incidir en los procesos de enseñanza y aprendizaje, en las condiciones de las instituciones, de los profesores y de los alumnos, o en los procesos de gestión, entre otros, porque los datos indican las fallas y los sentidos que se tejen en las acciones e interacciones institucionales.

Sin embargo, el diseño y aplicación de una alternativa no es sencilla, porque se presentan numerosos obstáculos, tanto por parte del grupo de pares, como por las autoridades, los reglamentos, etc. No obstante, si los reportes fueran consultados por las autoridades educativas de los distintos niveles, así como por los altos funcionarios de la educación mexicana, con el propósito de comprender lo que ocurre en la educación, en las instituciones de los distintos niveles, y con los actores involucrados, entonces se diseñarían políticas educativas pertinentes y documentadas.

Esperamos que las autoridades educativas que asumieron la responsabilidad del gobierno de México el pasado mes de diciembre de 2012, estén dispuestas a informarse de los hallazgos de los especialistas de la investigación para apropiarse de los recursos necesarios y así diseñar propuestas de cambio. La otra parte de la responsabilidad radica en los actores vinculados con los procesos educativos, quienes también, al tener información seria, poseen los elementos necesarios para adentrarse en las propuestas que se diseñen desde las instancias oficiales.

El número 139 de Perfiles Educativos, el primero de 2013, inicia con el artículo de Norma Pedraza, Gabriela Farías, Jesús Lavín y Aldo Torres: “Las competencias docentes en TIC en las áreas de negocios y contaduría: un estudio exploratorio en la educación superior”.

Los autores se proponen conocer una problemática relevante en el presente: las competencias que poseen los profesores en tecnologías de la información y comunicación de un área específica. El sentido de la investigación es exploratorio. Encuentran que los profesores poseen competencias básicas las cuales se encuentran vinculadas con distintos componentes, situación que lleva al equipo de investigación a proponer una estrategia colaborativa para diseñar e instrumentar actividades que permitan elevar el desempeño de los docentes.

Los siguientes dos artículos tienen en común la investigación de las creencias de los profesores. Reconocer este ángulo de los procesos, consideramos, es de gran importancia porque demuestra que el profesor no es sólo un insumo sino un ser humano con sentidos diversos, dentro de los cuales se encuentran sus creencias acerca de la enseñanza, de la escuela, de los alumnos, de los contenidos, etc.

En el primero de los artículos, “Coherencia entre las estrategias didácticas y las creencias curriculares de los docentes de segundo ciclo, a partir de las actividades didácticas”, Juan Mansilla Sepúlveda y Juan Beltrán Véliz se interesan en encontrar la coherencia entre dos elementos de la práctica docente: las creencias del profesor y las estrategias didácticas.

Encuentran una correspondencia importante entre uno y otro elemento, no obstante, apuntan, también se presentan incoherencias entre una y otra. Las creencias de los docentes se imponen a las estrategias didácticas. El segundo de ellos, titulado “Prácticas educativas y creencias de profesores de secundaria pertenecientes a escuelas de diferentes contextos socioeconómicos”, de María Teresa Fernández Nistal, Ana María Tuset Bertran, Ricardo Ernesto Pérez Ibarra y Claudia García Hernández analizan las prácticas desplegadas por los profesores en diferentes contextos socioeconómicos.

Las prácticas no son neutras, sino que se encuentran vinculadas a las creencias incorporadas en los profesores. Los resultados indican que los profesores que laboran con adolescentes de los niveles socioeconómicos bajos expresaron la idea de que la pobreza influye en el aprendizaje, pero además invirtieron menor tiempo en actividades de reestructuración de conocimientos y habilidades; los autores encontraron también que en las escuelas de dicho estrato hay un desarrollo menor de estructuras comunicativas simétricas.

En el siguiente capítulo, Shadai Torres, Alhelí Arrona e Isabel Crespo, en “Asesoramiento del profesorado desde la perspectiva histórico cultural de la teoría de la actividad. Un estudio de caso” consideran que instrumentar un proyecto de intervención no es una actividad sencilla; prueba de ello es el trabajo que realizan en una escuela de nivel primaria, en donde la instrumentación del modelo Shere Rom se logró mediante el asesoramiento, el diálogo y la reflexión, y así se llegó a los acuerdos indispensables para rediseñar dicho modelo.

La investigación, como expresan sus autores, tiene una orientación histórica cultural, de la investigación-acción y la metodología etnográfica para la recolección de datos. Los dos artículos siguientes se centran en la enseñanza en el área de las ciencias naturales. En el primero de ellos, “La motivación como estrategia educativa.

Un estudio en la enseñanza de la botánica”, Felipe Tirado, Guillermo Santos y Daniel Tejero-Díez documentan los hallazgos encontrados en un estudio de corte experimental que tuvo como propósito promover la motivación en estudiantes universitarios para participar en un curso de botánica y evaluar una estrategia educativa.

  1. En ella se registraron los conocimientos, las opiniones y las actitudes de los estudiantes antes y después del curso.
  2. Los investigadores encuentran que se presentaron cambios importantes en los estudiantes, lo que probó su hipótesis inicial.
  3. En el segundo, “La enseñanza de la biología en el bachillerato a partir del aprendizaje basado en problemas (ABP)”, Julio César Pantoja Castro y Patricia Covarrubias Papahiu consideran que el ABP es una opción para contrarrestar la enseñanza tradicional de la ciencia.

La investigación la realizan en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, con estudiantes del último semestre. Encuentran que la formulación de problemas es una opción pedagógica para el aprendizaje de los contenidos de la biología, y que de igual forma, puede convertirse en una estrategia didáctica que puede potenciar estrategias de enseñanza tradicionales.

Estos dos artículos indican que la enseñanza de las ciencias naturales puede realizarse de manera distinta a la convencional y que, cuando hay un diseño didáctico que involucre a los estudiantes en la apropiación del contenido temático, los resultados pueden ser favorables tanto para el profesor como para los estudiantes.

Romina De Luca y Natalia Álvarez Prieto, en “La sanción de la Ley Orgánica de las Universidades en la Argentina bajo la dictadura de Onganía y la intervención de los distintos organismos nacionales e internacionales en el diseño de las transformaciones” abordan la reforma universitaria en Argentina, efectuada en la década de los sesenta del siglo pasado.

  1. En la exposición destaca el papel que ocuparon los organismos tanto nacionales como internacionales en este proceso.
  2. La racionalización del gasto educativo y la mejora del rendimiento del nivel fueron algunos de los elementos propuestos por estos organismos, los cuales, a su vez, fueron retomados en la Ley Orgánica de las Universidades.

Felipe Martínez Rizo en “Dificultades para implementar la evaluación formativa. Revisión de literatura” destaca la función que tiene la evaluación formativa, contraparte de la cual es la evaluación sumativa. Mientras que esta última se centra en la suma de actividades para apuntar una calificación, la formativa, como su nombre lo indica, tiene beneficios para el estudiante porque le interesa su formación.

Este principio puede ser aceptado por numerosos actores de la educación, sin embargo, como lo expone el autor a través de la revisión bibliográfica, en la práctica docente se presentan diversidad de factores como también numerosos obstáculos, que concurren a la hora de adoptar la propuesta de evaluación formativa.

En “Un diálogo con la historia de la educación técnica mexicana”, Eduardo Weiss y Enrique Bernal mencionan que la educación técnica mexicana se ha apoyado, desde el siglo XIX hasta el momento actual, en el modelo politécnico francés. Este enfoque ha estado vigente desde el porfiriato, en los gobiernos posrevolucionarios y hasta finales del siglo XX, momento en el que experimentó una importante expansión mediante el sistema federal de educación técnica.

La característica de este modelo, que lo ha llevado a ser criticado, es su excesiva carga teórica y escolar, en detrimento de la formación práctica, indispensable en la formación técnica. En la actualidad, la educación técnica ha sido absorbida administrativamente por los estados y se enfrenta a cambios importantes, entre ellos, su integración a la educación general y el cambio de saberes y competencias que actualmente se promueven.

Este número 139 cierra con el artículo de María Herlinda Suárez Zozaya “Los estudiantes como consumidores. Acercamiento a la mercantilización de la educación superior través de las respuestas a la Encuesta Nacional de Alumnos de Educación Superior (ENAES)”.

  1. Para la autora, los estudiantes tienen en el momento presente un escenario que los convierte en consumidores de la educación superior, la cual se ha convertido en un producto más, es decir, se ha mercantilizado.
  2. La educación superior es una mercancía que se ofrece a los jóvenes como consumidores de este bien.

Para demostrar este supuesto, se apoya en la Encuesta Nacional de Alumnos de Educación Superior, ciclo 2008-2009 (ENAES). Como puede comprenderse, los artículos dan pie para ahondar en cada una de las problemáticas tratadas por nuestros colaboradores, como también para incursionar en nuevos problemas y también, como se mencionó al inicio de este documento, para que aquellos que detentan los medios de decisión, diseñen medidas de amplio alcance.
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¿Qué es la investigación educativa y su importancia en la docencia?

1. LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA Y EL PAPEL DEL PROFESOR La educación está permeada por contextos como el social, económico y político inmersos en la cultura, esto obliga a que los procesos de enseñanza y aprendizaje respondan a las nuevas dinámicas de la sociedad actual, a sus necesidades y claramente a las expectativas generadas por procesos como la globalización.

Para dar cuenta de las diferentes problemáticas que se presentan en los sistemas educativos y en el proceso mismo de la educación, se acude a la investigación educativa, entendida esta como proceso en el cual el investigador se cuestiona sobre un problema o situación de tipo educativo, lo define, analiza, formula acciones para mejorar y estas a su vez pueden ser aplicadas en las aulas de clase con el fin de provocar cambios relevantes (Martínez González, 2007; Imbernón et al., 2007).

Como lo afirma Martínez González, la investigación es una acción cada vez más necesaria para identificar y diagnosticar necesidades educativas, sociales, institucionales y personales, y para promover cambios eficaces en las prácticas educativas, de enseñanza, en la organización de los centros e instituciones educativas, en los procesos de convivencia y resolución de conflictos y en las relaciones que mantienen los diversos agentes de la comunidad educativa (2007: 7).

  • La investigación en educación es un proceso cada vez más indispensable para renovar y transformar los ambientes escolares, de enseñanza y aprendizaje logrando calidad en la educación, es decir, que responda a las necesidades de los estudiantes según sus contextos.
  • Entonces, la investigación se convierte en un factor importante y necesario en los entornos escolares, permitiendo transformaciones favorables, “es decir, la investigación debe proporcionar nuevas y mejores formas de comprensión sobre la dinámica de los procesos de enseñanza y aprendizaje” (Cit.

en Kennedy, 1997: 10), por lo que la mejora de los procesos y resultados educativos debe ser el principal propósito de la investigación educativa. En este contexto, “la investigación educativa tiene un doble objetivo: la producción de conocimiento y la mejora de la práctica docente” (Cit.

  1. En Vanderlinde & Braak, 2010: 299).
  2. La pretensión para el cumplimiento de estos dos objetivos conduce al reclamo en diversos estudios (Kennedy, 1997; Hiebert, Gallimore & Stigler, 2002; Lüdke, 2005; Miretzky, 2007; Schoonmaker, 2007; Cochran-Smith & Lytle, 2009) de una mayor inclusión de los profesores en la investigación educativa, en la que se concibe al profesional de la enseñanza como líder innovador, que tiene a su alcance las herramientas de tipo conceptual y práctico para pensar y actuar frente a aquello que la educación demanda.

Esta investigación se asume como una forma posible para el desarrollo profesional, “en la medida en que puede relacionarse con la práctica docente y con los profesores que se encuentran inmersos en tales procesos de investigación” (Cit. en Maciel de Oliveira, 2003: 1), por lo que una práctica profesional docente solicita profesores con un fuerte compromiso educativo, conscientes de la responsabilidad social que conlleva la enseñanza, competentes y autónomos en la toma de decisiones, dispuestos al cambio, con dominio de conocimientos en lo disciplinar, didáctico y pedagógico, con cualidades éticas y valores que lo distingan de otros profesionales, líderes críticos para transformar su quehacer profesional y la escuela a la vez, empeñados en aprender mediante la formación continua, con capacidad para el trabajo en equipo y, con habilidades y destrezas para la investigación.

En este sentido, Cochran-Smith & Lytle “muestran el rol del profesor como tomador de decisiones, consultor, desarrollador del currículo, analista, activista, líder escolar, y también como conocedor de los cambios en los contextos escolares” (2009: 4). Esto transforma el rol del profesor pasando de ser un mero consumista de los productos de las investigaciones, y lo convierte en un ente activo de dichos procesos y resultados.

Son bastantes las cualidades, conocimientos, actitudes y aptitudes que se esperan de los profesores, que permitan posicionarlos en la sociedad como gestores de verdaderos cambios educativos y sociales. Desde el siglo pasado se ha estudiado los beneficios de la investigación para que el profesor adquiera y desarrolle saberes propios de su profesión y los aplique en su contexto.

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Cochran-Smith & Lytle plantean que “la idea de emplear los resultados de las investigaciones en las aulas de clase está ligada a programas de desarrollo profesional y estrategias de profesionalización docente, al mejoramiento escolar y curricular procurando cambios estructurados y organizados” (2009: 4).

El énfasis es transformar la teoría y la práctica educativa hacia un fin emancipador, transformando la práctica profesional y la investigación educativa en formas de empoderamiento, en la que los profesores generan conocimiento en y sobre la enseñanza, el aprendizaje y la escolaridad, cuando convierten sus salones de clase, en espacios y proyectos de investigación, aprovechando el trabajo colaborativo entre comunidades de investigación.

Reconocer que la investigación educativa es un proceso que mejora la enseñanza y genera conocimiento, debe estimular al profesor para que sea una práctica recurrente en su quehacer profesional. Investigaciones evidencian que “las actividades desarrolladas por los alumnos poseen características rutinarias y repetitivas, alejadas del entorno sociocultural y los saberes previos de los alumnos, lo cual no favorece el aprendizaje” (2004: 8), por lo que los profesores deben involucrarse como agentes activos en las investigaciones para superar las dificultades que se presentan en las aulas de clase.

Esto se puede lograr mediante el análisis, la reflexión y el actuar frente a las múltiples problemáticas que se presenta en los contextos escolares, el docente debe enfrentar los retos que exigen los niños, niñas y jóvenes con los que se trabaja a diario.

Como lo afirman Cochran-Smith & Lytle (2009: 3), “los profesores podrían ser poderosos agentes en la escena educativa, capaces de hacer una diferencia en virtud de las decisiones que pueden tomar basadas en el día a día”. Analizar y reflexionar propicia el repensar sobre el para qué enseñar cierta disciplina y también acerca de los procedimientos y fundamentos usados que permiten que los alumnos aprendan.

Por su parte, actuar es poner en práctica conocimientos construidos y adquiridos en la práctica, según Schoonmaker, “la investigación deberá elaborar los problemas de la práctica y ayudar a los profesores en la toma de decisiones”, sin embargo, se debe evidenciar cuales son los tipos de conocimiento que caracterizan un profesional de la educación, para de esta manera, poder facilitar tales procesos de investigación (Schoonmaker, 2007: 266).2.

  • DEL CONOCIMIENTO DEL PROFESOR Identificar los saberes del profesor, se hace relevante para establecer las características básicas que pueden diferenciar al profesor investigador del experto y del novato.
  • Además, para transformar y optimizar los procesos de enseñanza en el aula, “la profesión docente necesita una base de conocimientos que crece y mejora” (Hiebert et al., 2002: 3).

Kennedy (2002) plantea tres conocimientos básicos en la enseñanza: el artesanal, el prescriptivo y el sistemático. El primero se asocia en mayor medida al adquirido con la experiencia, el segundo relacionado con las políticas educativas e institucionales y el tercero se relaciona con lo aprendido en investigaciones, estudios profesionales y comunidades de especialistas, entre otros.

  1. La dinámica de los procesos educativos obliga a que existan interrelaciones entre estos conocimientos, los que deben ser adaptativos y actualizados.
  2. Hiebert et al.
  3. 2002), al igual que Kennedy (2002), caracterizan tres tipos de conocimiento: profesional, base y práctico.
  4. El conocimiento profesional se estructura por la formación en la disciplina, la historia, epistemología, normas y leyes educativas; mientras el conocimiento base reúne los componentes didáctico, pedagógico, y establece las relaciones con la disciplina básica y finalmente el conocimiento práctico se refiere al componente actitudinal, procedimental y actuacional (Garay, 2013: 18).

Al igual que en la propuesta de Kennedy (2002), no es posible dejar de lado el carácter relacional de estos tres tipos de conocimientos, ya que es este carácter el que posibilita las transformaciones de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Al profesor investigador lo debe distinguir su habilidad y pericia para hacer posible en su trabajo cotidiano el dominio de los conocimientos profesional, base y práctico.

Mediante la formación en el pregrado, especializaciones, posgrado, cursos y diplomados, la participación en investigaciones y en eventos académicos, el profesor estructura unas bases conceptuales que le permiten construir de forma articulada su conocimiento profesional relacionándolo con su conocimiento base y práctico por medio de dicha preparación continua y reflexiva.

El conocimiento base estará ligado a las bases conceptuales del área del conocimiento específica y a su didáctica, que posibilitan de manera más eficaz trabajar en el contexto educativo un determinado saber, ya que el profesor transforma el conocimiento especializado en conocimiento escolar.

El conocimiento base y práctico se vincula gracias a la reflexión y planificación del quehacer diario en las aulas de clase. El conocimiento práctico se constituye de las acciones del educador que serán guiadas por sus actitudes y forma de proceder frente a los diferentes sucesos que puedan generarse en el contexto específico educativo, se correlaciona con los conocimientos profesional y base mediante la praxis y el aprendizaje que se obtiene por el desarrollo de la labor educativa (ver Figura 1 ).

Figura 1. Relaciones entre los conocimientos: profesional, base y práctico En cualquiera de los casos es preciso reconocer el contexto del estudiante, de la institución, y en general de la sociedad en la que se está inmerso, convirtiendo la labor realizada en pertinente y aplicada a las necesidades sociales que emergen. Estos conocimientos esenciales del profesor demanda de ellos, en primera instancia una formación profesional que apunte al aprendizaje de los componentes disciplinar, didáctico y pedagógico enmarcados dentro de la investigación y una práctica profesional reflexiva.

Según Chi, “en la práctica reflexiva, los profesores deben ser alentados a prestar más atención a la reflexión con respecto a la forma en que enseñan y cómo involucrar a los estudiantes en las actividades” (2010: 182) y cómo tales actividades son asertivas o por el contrario deben ser reformuladas. Es así, que la reflexión puede ser asumida como un “proceso de compromiso con la enseñanza que brinda la oportunidad de un análisis crítico y una evaluación continua, con el fin de mejorar las prácticas educativas” (Black & Plowright, 2010: 246), lo que le permite al educador realizar conexiones entre sus diferentes conocimientos para que sean transformadas ciertamente sus prácticas profesionales favoreciendo los procesos generados en el interior de las aulas de clase, gracias al aprendizaje de conocimientos propios del ejercicio docente como a su aplicación en la enseñanza.

De acuerdo con Chi “este proceso obliga a los profesores a adoptar una actitud autocrítica y desafiar a sus propias creencias personales sobre la enseñanza y el aprendizaje” (2010: 172). También, la colaboración es un proceso fundamental para el éxito profesional porque garantiza la comunicación y el trabajo en equipo para posibilitar “que lo que se descubrió será transmisible, ya que se hizo en el contexto de la discusión en grupo, el debate, la verificación y la refutación o modificación” (Hiebert et al., 2002: 7).

La colaboración facilita la mejora de la educación mediante el intercambio dialógico de saberes, por ejemplo, en las comunidades de aprendizaje diferentes profesionales y estudiantes con una meta en común interaccionan para cuestionar, razonar, discutir y generar conocimiento acerca de temas relevantes de la educación.

La colaboración se enfoca a ir más allá de un aporte de cada miembro del grupo, en estos casos, el objetivo u objetivos propuestos permiten la cohesión de cada integrante para llegar a un punto en común gracias al trabajo mancomunado de la comunidad.

Además, como lo plantean Meirink, Imants, Meijer & Verloop (2010), la colaboración entre equipos es útil como entorno de aprendizaje y para diseñar y experimentar con nuevas prácticas de enseñanza.3. LIMITACIONES DE LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA Es notoria la distancia entre práctica docente e investigación educativa, ya que esta última, como lo afirman Kennedy (1997), Schoonmaker (2007), Vanderlinde & Braak (2010) no ha sido relevante para la práctica, es limitada en su uso práctico, los estudios no han sido lo suficientemente impactantes como para proporcionar resultados convincentes, no proporciona resultados válidos y fiables, no se ha ocupado de las preguntas de los profesores, se usa poco o inadecuadamente en el ejercicio profesional.

Los resultados de las investigaciones no se han expresado de manera que sean comprensibles para los profesores y adicionalmente, los profesores se resisten a involucrarse en ellas (Miretzky, 2007), porque les demanda esfuerzos que no se quieren asumir, las instituciones para las que se trabaja no apoyan verdaderamente estos procesos, los maestros tienen poco tiempo para leer y aplicar la investigación incluso si son apoyados, o porque resulta poco interesante aplicarlas, ya que no se relacionan con los contextos y necesidades particulares (Kennedy, 1997; Schoonmaker, 2007; Vanderlinde & Braak, 2010).

Otra limitante en la investigación educativa es la poca inclusión en los planes de estudio del pregrado de las suficientes disciplinas específicas sobre formación en investigación y la falta de posibilidad de participación en la investigación universitaria (Lüdke, 2005) o si se cuenta con asignaturas específicas en investigación, el enfoque que se da a estas no es el pertinente para que los estudiantes aprendan en dicho proceso y que a su vez esto constituya un eje articulador del ejercicio docente.

Las instituciones educativas que forman maestros deben reflexionar sobre la trascendencia de los programas ofrecidos, dando mayores espacios reflexivos en sus currículos a la investigación como una forma eficaz de evitar el futuro fracaso de los profesores en las escuelas.

Según Lüdke, se demanda de la universidad, especialmente, “la formación de profesionales con un nuevo perfil, capaces de dar respuestas más adecuadas a los problemas que enfrenta el sistema escolar, a través del trabajo en investigación y discutiendo la estructura misma del conocimiento en sus diferentes ámbitos, impulsando a los jóvenes a cuestionarse constantemente” (2005: 346).

Se deben reunir varias condiciones para que sea exitosa la misión de las instituciones de educación superior en la formación de profesionales de la educación, por ejemplo, profesores que promuevan y creen grupos de investigación; asignaturas que procuren el aprendizaje de conocimientos relacionados con epistemología, perspectivas teóricas, metodologías y métodos de investigación; prácticas pedagógicas donde se apliquen estos conocimientos teóricos, en los que se practique un ejercicio profesional autónomo y reflexivo; vínculos formativos entre docentes de educación primaria, secundaria, pregrado y posgrado; fomento en la participación de actividades académicas nacionales e internacionales, entre otros.4.

LA INVESTIGACIÓN EN LOS CURRÍCULOS DE LAS UNIVERSIDADES FORMADORAS DE PROFESORES EN CIENCIAS DE BOGOTÁ Para estar a la vanguardia con las tendencias de la educación, las instituciones educativas requieren de profesores investigadores que lideren cambios y propongan estrategias que impacten de forma asertiva las comunidades escolares y la sociedad en la cual están inmersos.

Para ello, los programas de las universidades que forman a los profesores deben ofrecer a sus educandos en los currículos, un enfoque de investigación educativa permanente que trascienda en las aulas de clase, provocando nuevas formas de pensar, centrada en un perfil de educador como innovador que genera conocimiento en sus prácticas pedagógicas, que comparte, discute y se cuestiona sobre los problemas de la educación.

Las universidades deben combinar elementos disciplinares, didácticos y pedagógicos junto a metodologías de investigación que permitan la construcción de conocimiento teórico y práctico, recobrándose la importancia del papel del profesor como investigador y líder en estos procesos. Como lo expresan, Ferraro de Velo y Martínez “el avance en investigación educativa universitaria requiere de equipos de investigación multidisciplinares que apliquen procesos de búsqueda de conocimientos, caracterizados por la creatividad e innovación, por los métodos rigurosos utilizados, por el juicio crítico de pares y para mejorar la calidad de la vida en el aula y en la institución” (Ferraro de Velo y Martínez, 2011: 1099).

En Bogotá son tres las universidades que cuentan con programas para licenciados en ciencias naturales (biología, física o química), dos de ellas públicas y una privada, con una duración entre cuatro y cinco años, divididos en 8 o 10 semestres. En ellas proponen, como perfil de sus estudiantes en términos generales, profesionales de la educación con formación investigativa, seres íntegros con valores, conscientes de la importancia social de las ciencias, que piensen y transformen la realidad educativa de sus contextos.

  • En sus planes de estudio presentan dos ciclos: uno de fundamentación y otro de profundización.
  • En el de fundamentación se propicia la comprensión de los principios básicos de la profesión docente centrada en una disciplina de las ciencias naturales, mientras que el ciclo de profundización está dirigido a espacios académicos referente a las líneas de investigación de los proyectos curriculares específicos.

Cabe resaltar que las asignaturas específicas en investigación están en su mayoría en el ciclo de profundización con miras a la inclusión de los estudiantes en investigaciones para el desarrollo de sus trabajos de grado. De lo anterior surgen los siguientes cuestionamientos: si el propósito de las universidades es una formación de docentes investigadores, ¿por qué en el ciclo de fundamentación no existen espacios académicos para la formación en investigación educativa? ¿por qué no es evidente en las instituciones educativas ese perfil de docente investigador? ¿qué impide que las investigaciones impacten los contextos escolares? Colombia no es ajena a las limitaciones en la investigación educativa que se plantean en estudios realizados en otros países (como los de Kennedy, 1997; Lüdke, 2005; Miretzky, 2007; Schoonmaker, 2007; Vanderlinde & Braak, 2010), lo que se requiere en nuestros centros formativos en primera instancia, es el conocimiento de dichas problemáticas para redireccionar los enfoques que se están dando a las investigaciones, de tal forma que trasciendan en los futuros profesores y este proceso se convierta en algo permanente del quehacer profesional en las aulas de clase.

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Al igual, es importante informarse sobre estrategias exitosas realizadas en otros países que sirvan como referentes para proponer soluciones a las limitantes enfrentando de forma más asertiva los problemas de la enseñanza y aprendizaje o como punto de referencia para proponer estrategias innovadoras aplicables a nuestro contexto.

También, es necesario que tanto los profesores de las universidades y los estudiantes generen una mayor cantidad de vínculos profesionales con otras instituciones educativas de diversos niveles y con otros profesionales para conformar comunidades de aprendizaje convirtiéndolas en espacios formativos para la generación de conocimiento y como espacios de discusión y reflexión sobre cuestiones educativas.5.

INVESTIGACIONES EDUCATIVAS Y PRÁCTICAS PROFESIONALES EXITOSAS: UNA MIRADA A OTROS CONTEXTOS Son múltiples las dificultades que afrontan las instituciones educativas tanto en el proceso de enseñanza como en el de aprendizaje, ejemplo de ello es la falta de interés de los alumnos por aprender, desinterés de los educadores por su formación, pérdida de la calidad en las relaciones generadas dentro de las comunidades educativas, renuencia por aprender ciertas áreas del conocimiento como las ciencias, limitaciones en generar procesos investigativos, dificultades en la comprensión de diferentes saberes, que sin duda, restan valor y desarticulan el proceso formativo que desean ofrecer los centros educativos.

A raíz de estos, se han propuesto alternativas como la formación profesional continua y las comunidades de aprendizaje, en las que los profesores juegan un papel relevante en la transformación de la escuela mediante la inclusión de la investigación como proceso usual en las labores profesionales educativas, “una de las ventajas señaladas por los investigadores que involucran a los profesores en la investigación es la conexión directa que se construye entre la investigación y la práctica” (Schoonmaker, 2007: 268).

• En Holanda, la colaboración en equipos innovadores (Meirink et al., 2010) permitió el aprendizaje de los profesores cuando trabajan en equipo buscando metas en común, permitiendo la reflexión y transformación de las prácticas para que los estudiantes aprendan de forma activa, regulada y autónoma. En esta estrategia, un ambiente de aprendizaje profesional docente fértil es aquel donde los equipos con un alto nivel de interdependencia y cohesión lograron alinear sus metas para la colaboración, y una proporción relativamente alta de profesores cambiaron sus creencias sobre la enseñanza y el aprendizaje de una manera congruentes con los objetivos propuestos.
• Trent (2010) utilizó un enfoque cualitativo para obtener una comprensión en profundidad del papel que juega la investigación-acción en un grupo de profesores en formación discursiva de inglés en Hong Kong, examinando la forma en que construyen y reconstruyen sus entendimientos y creencias sobre la enseñanza y el aprendizaje. De este trabajo se deduce que se requiere profesores en formación que interpreten y teoricen el significado de la enseñanza y el aprendizaje en términos de diferentes niveles de análisis, incluida la persona que aprende, el aula y la escuela.
• Phelps & Graham (2010) en Australia desarrollaron una propuesta investigativa a la que denominaron Technology Together, en la cual mediante la investigación acción colaborativa estudiaron la influencia metacognitiva sobre el uso de las TIC por parte de los profesores y las implicaciones de estas para el desarrollo profesional dentro del contexto escolar. El proyecto logró el aumento de la confianza de los profesores en el uso de los computadores; incrementó la integración de las TIC a la enseñanza; apoyó la mejora del currículo e incrementó el diálogo entre profesores dentro de un contexto de la escuela en relación con las TIC.
• Chi (2010), a través de su estudio informa sobre el contenido y el nivel de las reflexiones (descriptivo, interpretativo y crítico) utilizados por doce profesores de inglés en Taiwán, y explora cómo perciben la reflexión en la enseñanza. Los resultados indican que la reflexión puede ayudar a los profesores frente a situaciones de incertidumbre, inestabilidad y conflictos en múltiples contextos. Con la ayuda de prácticas reflexivas, algunos maestros cambiaron sus métodos de enseñanza y sus creencias de la enseñanza, ya que lograron comprender mejor las situaciones relacionadas con la enseñanza mediante las reflexiones interpretativas y críticas.
• Tee Ng & Tan (2009) proponen el empleo de comunidades de práctica para profesores. En las comunidades de práctica se comparten objetivos con el fin de resolver problemas comunes apoyándose en el conocimiento de los demás, mediante el aprendizaje crítico reflexivo.
• Ileana Greca, de la Universidad Luterana en Brasil, y Eduardo González, de la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina (2002), formularon la conformación de comunidades de aprendizaje aprovechando el uso de la Internet y las nuevas tecnologías como herramientas útiles para la interacción de redes colaborativas de profesores investigadores, estudiantes y especialistas. Este tipo de trabajo colaborativo implica tanto la construcción de significados por medio de la interacción con otros como el esfuerzo por alcanzar un mismo objetivo, y en el que todos los actores cumplen al mismo tiempo un papel activo y con responsabilidades diversas.
• García, Greca y Meneses (2008) expresan la importancia de comunidades virtuales de práctica para el desarrollo profesional docente en la enseñanza de las ciencias. El potencial que ofrecen las comunidades virtuales puede ser usado en el ámbito educativo, constituyéndolas con el objetivo de mejorar la práctica educativa, creando así un espacio donde las cuestiones relacionadas con el quehacer diario del profesor tengan eco y sean discutidas y compartidas por otros actores implicados en la educación como especialistas en ciencias y didactas de las ciencias.

En las anteriores investigaciones, el educador es eje fundamental en el desarrollo de las mismas, no es solo ejecutor, sino partícipe activo en el proceso para generar conocimientos y cambios en las prácticas educativas. Mediante las prácticas reflexivas los profesores pueden detectar sus fortalezas y debilidades aplicando estrategias que les permitan mejorar las últimas.

Pensar, analizar y proponer sobre el ejercicio profesional facilita la discusión entre pares para llegar a soluciones donde el trabajo en equipo de forma colaborativa llega a convertirse en un factor decisivo en el éxito o fracaso de las estrategias seguidas por los equipos. De tal forma, el desarrollo de propuestas innovadoras en educación y su efectiva transferencia al aula puede ser más eficaz como resultado del trabajo de una comunidad en la que participan personas con funciones diversas, pero todas imprescindibles e interrelacionadas, que comparten objetivos y planteamientos conceptuales.

Estas comunidades posibilitan a los participantes acercarse y construir conjuntamente conocimiento. También, el uso de las TIC son una herramienta que facilita la comunicación entre profesores, alumnos o especialistas para establecer comunidades de aprendizaje, comunidades de práctica y redes colaborativas en las que la discusión y reflexión sobre cuestiones educativas alcanza niveles en los que las transformaciones sobre el propio aprendizaje y la enseñanza trascienden a las aulas de clase de forma positiva.

Son muchos los ejemplos y propuestas que sirven como referentes en los que la investigación presenta resultados propicios para responder a las necesidades de la educación como sistema que logre la formación de personas capaces de generar conocimiento para transformar sus entornos, demostrando valores en una sociedad cambiante y que requiere de todos la adaptación a las exigencias diarias.6.

DISCUSIONES FINALES La investigación educativa es un proceso de formación continua, del que el profesor enriquece sus conocimientos teóricos y los aplica en las prácticas. La sociedad que está en constante cambio requiere profesionales en educación que transformen sus prácticas para lograr la formación de sus educandos acorde a las necesidades del contexto.

En este sentido, “el ejercicio profesional docente, asumido como un ejercicio de profesionalización, pasaría de la expresión de acciones y rutinas, a convertirse en una praxis, intencionada, generadora de sentidos y de saberes docentes” Núñez, Arévalo y Ávalos (2012: 13), es decir, las prácticas también han de ser espacios académicos que permitan al profesor reflexionar y aprender.

Es así, que gracias a los procesos de investigación educativa, el docente adquiere destrezas y habilidades que le permiten construir conocimiento, cambiar sus discursos, metodología y métodos usados en las intervenciones directas e indirectas en las clases, transformando no solo sus conocimientos (profesional, base y práctico), sino también sus procesos de enseñanza, fomentando en los educandos a su vez conocimientos que puedan ser usados en los contextos particulares para los que se están formando.

La primera barrera a vencer, como agentes activos de la educación, es una mayor participación en lo referente a la mejora no solo de conocimientos mediante una formación continua, también es importante un mayor esfuerzo y dedicación en cuanto a la búsqueda de estrategias que permitan solucionar las dificultades que afectan el aprendizaje de los educandos.

Las instituciones de todos los niveles de educación tendrán que buscar mayores vínculos entre ellas para fomentar la enseñanza y aprendizaje tanto de profesores como de alumnos, donde la colaboración sea un recurso que posibilite el logro de metas comunes para proponer soluciones a las problemáticas de la educación mediante el análisis, la discusión fundamentada, la creatividad y la innovación.

El profesor es, por tanto, el articulador entre la teoría y la práctica educativa desempeñando el papel protagónico en la mejora de la profesionalidad docente y, por tanto, de la educación, siendo el intermediario entre la investigación y la práctica, empoderándose de todo lo que conlleva el ejercicio de la enseñanza, donde involucre su conocimiento base, profesional y práctico, y al igual que le permita emanciparse de sus viejos hábitos donde se limita a dar a conocer sus saberes sin que ellos trasciendan en sus estudiantes.

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¿Que se entiende por investigación educativa?

37) nos ha- blan de la ‘investigación educativa como un conjunto sistemático de conocimientos acerca de la metodología científica aplicada a la investigación de carácter empírico sobre los diferentes aspectos re- lativos a la educación ‘.
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¿Cómo se ha desarrollado la investigación educativa?

La investigación educativa se desarrolla en contextos institucionales diversos y en función de una compleja y multiforme vinculación, no sólo en el campo del saber académico de las Ciencias sociales y las Humanidades, sino también en el terreno de los saberes técnico-burocráticos y de las prácticas pedagógicas.
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¿Cómo influye la investigación educativa en la enseñanza aprendizaje?

DESARROLLO – El proceso educativo está orientado al desarrollo integral del alumno, y los procesos de enseñanza y aprendizaje deben estar orientados a que el alumno tome conciencia de lo importancia de su aprendizaje, y que sea capaz de tomar decisiones pertinentes para llevar a cabo de manera eficiente sus actividades de aprendizaje mediante las diferente herramientas de investigación.

  1. Como investigadores debemos tener claro: Por qué investigar, para quien investigar con respecto a qué posicionamiento crítico investigar (Casullo 1998: 54).
  2. Contestando a la pregunta de ¿para qué investigar?, seria para ampliar fronteras del saber y producir conocimiento nuevo que llene el vacío existente y resuelva las necesidades intelectuales y materiales de los alumnos y docentes, así mismo investigar sirve para superar una educación y una cultura memorística y reproductiva que propicia la copia y el plagio.
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En los procesos de enseñanza y aprendizaje se debe de fomentar la investigación manejando fuentes de consulta que permitan la reflexión teórica para la elaboración de cualquier actividad académica, y que los alumnos sean capaces de razonar lo que están investigando para facilitar su aprendizaje.

Los docentes debemos trasmitir en los alumnos la necesidad de innovar y cuestionar sobre algún tema de clase, así mismo debemos estar convencidos de que el verdadero aprendizaje surge de los procesos de analizar las situaciones que fundamenten el cuestionamiento, la reflexión y la construcción de conocimientos.

Pozo (2006) señaló, que en los últimos años las formas de aprender y enseñar, en el área formal, han cambiado de manera radical en la teoría, aunque esto no se ve reflejado en la práctica. Si los maestros utilizamos en nuestra práctica docente la investigación podremos obtener mejores resultados en el aprendizaje de los alumnos y fomentar en ellos la autonomía de sus conocimientos y dejar atrás el modelo tradicionalista.

  1. Latorre (2004) señaló, para cambiar los procesos de enseñanza y aprendizaje se necesita cambiar las prácticas docentes y para esto el profesorado requiere reflexionar sobre su práctica docente, ser investigador de su propio hacer.
  2. Concebir la enseñanza como investigación y al docente como investigador de su práctica profesional es una herramienta de transformación en las prácticas educativa lo que permitirá mojar la calidad de la educación.

Si todos los docentes toman su quehacer cotidiano como un objeto de reflexión y sistematización y utilizan las herramientas de la investigación cualitativa en el aula podrán convertir en un área de aprendizaje donde surgieran innovaciones y transformaciones en los conocimientos de los alumnos.

Además es importante considerar que si el alumno pone en práctica la investigación podrá lograr un aprendizaje significativo y sobre todo si el maestro le hace notar la importancia de dicha estrategia, alumno podrá notar que la investigación es una valiosa herramienta para aprender a aprender. La investigación como responsabilidad del docente lleva implícito un cambio en la enseñanza y en el aprendizaje, ya que activa las capacidades de la mente humana y puede hacer que los alumnos se vuelvan críticos y reflexivos además que se debe considerar que las experiencias de cualquier docente que aplica la investigación en el aula están relacionadas con su proceso de enseñanza.

La función del docente en el proceso de enseñanza es motivar a estudiantes para interrogar de forma permanente el mundo además debe de considerar que al final de todo proceso de investigación se espera que los alumnos tengan una actitud activa, critica, autocritica y comprometida con las situaciones que se le presenten en su entorno donde se desenvuelve.

Como docente debemos de considerar que enseñar no se reduce simplemente en transmitir conocimientos sino hay que transmitir saberes prácticos, actitudes y valores donde interviene la estrategia de la investigación debido a que los alumnos deben a prender a generar nuevos conocimientos través de esta estrategia lo cual les permitirá tener otro visión que los lleve a ver la realidad de su entorno social.

Como facilitador del conocimiento debemos de enseñarles a los alumnos como se produjo que se enseña, discutir procedimientos, para que observe de qué manera fue creado lo que se le esta enseñado y con base a su experiencia personal, proponer pautas de cambio que permitan desarrollar de manera eficiente la mentalidad del alumno y el cambio en los docentes.

La investigación tiene una gran importancia dentro del proceso de aprendizaje debido a que a través de ella los docentes tienden a mejorar la enseñanza, y los alumnos a conocer el mundo en el que viven, y aprender a actuar en él, deben de comprender críticamente todo lo que pasa en su entorno y actuar para transformarlo.

Tanto el docente como el alumno deben de tomar conciencia de la utilidad de la investigación ya que deben de estar conscientes que se va a investigar, para que se va a investigar y como se va a investigar lo cual ayudara a los estudiantes a estar encaminados hacia una acción sistemática para alcázar sus objetivos de aprendizaje.

Scharifker (1999), “La investigación es para la búsqueda de la verdad, generación de conocimiento, resolución de problemas y formación de recursos humanos, y según Padrón (1994:32) “La investigación en el aula se entiende como la actividad compleja que exige a quien la realiza un claro entendimiento y una voluntad tenaz, es un proceso generador de conocimientos científicos, culturales y tecnológicos que san respuesta a la problemática social que se vive” Una estrategia para aplicar la investigación en el aula, es presentar situaciones problemáticas que sean suficientemente nuevas y únicas, para estos es necesario formular una o varias preguntas como un objeto de indagación, en sí, la tarea del docente consiste en instalar la incertidumbre respecto de los conocimientos previos del alumno, los cuales le brindaran la seguridad para que se arriesgue en la búsqueda de nuevos saberes provisionales y aprende de manera autónoma y con facilidad.

Nérici (1990), plantea la necesidad de enseñar investigando para que el alumno no reciba los conocimientos ya elaborados sino que, en la medida de lo posible, los construya por sí mismo. Intencionalmente la investigación en el aula, es un auxiliar valioso para el desarrollo de la personalidad, pues al colocar al estudiante en contacto con nuevas situaciones, aumenta su capacidad de acción y comprensión, evitando un alumno pasivo y memorístico.
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¿Qué es la investigación educativa y sus características?

Características de la investigación educativa – ¿Cuáles son las características de la investigación educativa? Este tipo de investigación guarda unas características comunes como pueden ser la precisión y la explicación detallada. Aun así, vamos a enumerar detenidamente cada característica de la investigación educativa:

La investigación educativa busca resolver problemas. Este tipo de investigación recurre a datos existentes o recopila datos de fuentes primarias. Se basa en la experiencia observable o la evidencia empírica. Diseña procedimientos de una manera cuidadosa y tras un análisis riguroso. Este tipo de investigación requiere de ciertas habilidades técnicas y de estar familiarizado con el ámbito educativo. Como toda investigación, queda registrada para un futuro.

Por otro lado, hay características de la investigación educativa más enfocadas en el objetivo de estudio, que viene a ser la educación. Esta serie de características serían las siguientes:

Los fenómenos educativos son más complejos. Plantean una mayor dificultad epistemológica. Tienen que un carácter pluriparadigmático (que cuenta con multitud de perspectivas y métodos) y un carácter plurimetodológico (la experimentación y observación). El investigador forma parte de la educación, por lo que se da una relación peculiar. No está correctamente delimitado porque el marco educativo es muy amplio. Es más difícil hacer generalizaciones o conclusiones, ya que el ámbito educativo es muy cambiante.

Como ves, existen numerosas características de la investigación educativa, Y es que un ámbito peculiar al que hay que adentrarse con mucho cuidado y tras conocerlo a la perfección. Por ello, te animamos a que completes cualquiera de nuestras formaciones, especializadas en educación.
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¿Cuáles son los enfoques de la investigación educativa?

Finalmente, se describen las posibilidades de la investigación educativa con el enfoque cuantitativo y cualitativo, la investigación acción participativa, la etnografía y la fenomenología.
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¿Cuáles son los tipos de investigación educativa?

Entre los diversos métodos aplicados a la investigación educativa podemos citar los siguientes: la etnográfico, la investigación-acción, el hipotético-deductivo y le dialéctico- crítico, los cuales en este documento se consideran como los más utilizados.
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¿Cómo influye la investigación educativa en la práctica docente?

La investigación educativa genera una transformación en el hacer docente, debido a que busca el trabajo en equipo, cooperativo, comunitario con una secuencia sistemática y con cambios permanentes en el proceso, con el objetivo de llegar al contexto a la realidad social de los actores.
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¿Qué beneficios aporta la investigación a la formación profesional del docente?

La investigación docente permite, justamente, lograr ese fin; es una herramienta que contribuye a que los profesores identifiquen soluciones prácticas a las problemáticas concretas en el aula. Además, permite que los profesores monitoreen su desempeño desde una postura más autocrítica.
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¿Cuál es la importancia de la investigación?

La investigación científica en los diferentes campos de las ciencias, es un pilar fundamental porque contribuye a la calidad de vida y bienestar de las personas, en la formación de nuevos profesionales y en el desarrollo de los profesionales que se encaminan hacia la investigación.
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¿Dónde se aplica la investigación educativa?

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada, Este aviso fue puesto el 14 de septiembre de 2019.

Se entiende por investigación educativa a todas aquellas acciones de investigación que tienen como fin esclarecer diversos aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje o intervenir en dicho proceso para optimizarlo. La investigación educativa se extiende al funcionamiento de las instituciones educativas, los métodos de enseñanza, el diseño curricular, los materiales y recursos educativos, las innovaciones introducidas y cualquiera otros aspectos relacionados con la educación, y responde a la necesidad de identificar, diagnosticar y generar acciones educativas eficaces.

  • Los diversos métodos utilizados en la investigación educativa comparten las características de la búsqueda sistemática, dirigida y documentada.
  • Pretende, de manera sistemática, dar respuesta a preguntas, explicación a fenómenos y solución a problemas educativos.
  • Las metodologías a las que se recurre cuando se procede a realizar investigaciones educativas pueden ser cualitativas, cuantitativas o mixtas.

En el caso de las investigaciones cualitativas, dentro de los métodos más usuales encontramos: la etnografía educativa, estudios de casos, las narraciones narrativo-biográficas, por ejemplo. Como también aproximaciones emergentes como la sistematización de experiencias, ​ las historias y relatos de vida, la cartografía social aplicada a la educación, ​ la Investigación Acción Educativa o la cartografía social pedagógica,
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¿Como la investigación educativa promueve los avances dentro del ámbito educativo?

En el ámbito educativo, la investiga- ción educativa, como fuente de conocimiento, tiene la función servir a profesionales de la educación para dar respuesta a los problemas sur- gidos en la práctica diaria. (García, 2004). Contribuyendo a la mejora de los procesos educativos en el aula.
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¿Cómo está presente la investigación en la práctica docente?

En conclusión, la práctica de investigación en el campo educativo nos ayuda a mejorar el estudio y nos permite un acercamiento con la realidad a fin de que la conozcamos y comprendamos mejor, además de constituir un estímulo para la actividad intelectual creadora.
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¿Que requiere un docente para realizar una investigación educativa?

El docente puede considerarse un investigador, y para llevarlo a cabo necesita más que poseeruna formación profesional, necesita de una formación metodológica sólida, si el docente cumple con dicha formación estaría en toda la capacidad de llevar a cabo una investigación educativa eficaz y con toda la disposición de
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¿Cuál es la importancia de la investigación?

La investigación científica en los diferentes campos de las ciencias, es un pilar fundamental porque contribuye a la calidad de vida y bienestar de las personas, en la formación de nuevos profesionales y en el desarrollo de los profesionales que se encaminan hacia la investigación.
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¿Cuál es la función de la investigación?

1.1 La investigación La investigación es una actividad que se lleva a cabo con la finalidad de generar conocimiento. El conocimiento es la información que hemos adquirido sobre las cosas (la naturaleza) y sobre nosotros mismos. Dependiendo de cómo se realiza la investigación, el conocimiento puede ser científico, intuitivo, de sentido común, etc.

Las principales características del conocimiento científico son: a) Lógica, El conocimiento científico asume que todo fenómeno tiene explicación (aunque haya fenómenos para los cuales no la tenemos en este momento). b) Sistematización, (El conocimiento forma un cuerpo interrelacionado de “leyes”, que son enunciados de validez general).

c) Objetividad, Cualquier individuo puede replicar el proceso y verificar los resultados. d) Parsimonia, Se debe recurrir al menor número posible de factores explicativos. e) Autocorrección, El procedimiento de generación de conocimiento científico hace posible la rectificación cuando es erróneo.

La ciencia es el cuerpo de conocimientos adquiridos con el método científico. Tiene como finalidad general ayudar a mejorar las condiciones de la existencia mediante la profundización en el conocimiento de los fenómenos y las causas que los generan. Las funciones de la ciencia son describir, predecir, explicar y ser susceptible de aplicación.

Función descriptiva : El conocimiento científico tiene carácter descriptivo cuando se utiliza para definir, clasificar y caracterizar el objeto de estudio (por ejemplo cuando se describe los síntomas de un trastorno de la personalidad). Función predictiva : El conocimiento tiene carácter predictivo cuando el conocimiento de un fenómeno (o fenómenos) permite prever lo que ocurre con otro fenómeno.

Para predecir es suficiente el conocimiento de que los fenómenos están relacionados. Función explicativa : Explicar supone mucho más que predecir, pues supone establecer cuáles son las causas de los fenómenos. La aplicabilidad del conocimiento significa que éste puede ser aprovechado para mejorar las condiciones de vida.

Las ciencias aplicadas (como buena parte del conocimiento psicológico) pretenden aportar soluciones (o al menos paliar) a los problemas y mejorar las condiciones de la existencia. En cambio, el objetivo de las ciencias básicas es profundizar la comprensión del objeto de estudio.
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¿Cuál es el objetivo de la investigación?

El objetivo de investigación es el enunciado claro y preciso, donde recogemos la finalidad que se persigue con nuestra investigación, es decir, plasmar qué queremos lograr alcanzar o conseguir con nuestro estudio.
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¿Por qué es importante la investigación en la educación superior?

La investigación abre un nuevo e interesante mundo en el cual se puede experimentar un continuo mejoramiento personal y profesional, y es una garantía de calidad para las instituciones de educación superior.
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