Fotos: Cortesía | Pinterest – Daniela Ocampo | Diario de Querétaro Un aspecto fundamental para la vida de todos es la educación, y así era también para los antiguos aztecas quienes dividían su educación en dos escuelas de formación que dependían de la clase social, el Calmécac y el Telpochcalli.
Para los hijos nobles aztecas estaba el Calmécac en donde se encargaban de preparar a los jóvenes para ser sacerdotes, guerreros de élite, jueces, senadores, maestros o gobernantes, recibían educación en historia, astronomía, la medición del tiempo, música, filosofía, religión, gobierno, economía, hábitos de limpieza, todo basado en disciplina y valores morales.
Algo muy importante para los aztecas era que sus gobernantes realmente se ganaran ese puesto y que estuvieran aptos para ese cargo. Con el propósito de formar un carácter fuerte, la educación era demasiado estricta; por las mañanas los jóvenes recibían baños de agua fría, hacían penitencia y autosacrificio, trabajaban duro, hacían rituales de purificación, se castigaba de forma dura si cometían alguna falta, entre otras cosas.
También se les instruía en los quehaceres cotidianos del campo, en la construcción de obras públicas, el cultivo de las bellas artes era obligatoria. Por otro lado, la institución educativa el Telpochcalli, era para todo el pueblo y había una escuela en cada barrio. La obediencia y el respeto a los mayores eran de los aspectos más importantes y cuando esto se desobedecía, los niños y adolescentes rebeldes eran castigados.
Las mujeres educaban a las hijas, mientras los varones instruían a los hijos, era así como niños y niñas aprendían las conductas adecuadas y diferentes para cada sexo. Quienes tenían habilidad paga la pintura, eran los encargados de registrar la historia en códices, los alumnos del Calmécac debían dominar los giros literarios del náhuatl y conocer las creaciones poéticas de los antiguos.
- Fuente: institutohistorico.
- Org Un aspecto fundamental para la vida de todos es la educación, y así era también para los antiguos aztecas quienes dividían su educación en dos escuelas de formación que dependían de la clase social, el Calmécac y el Telpochcalli.
- Para los hijos nobles aztecas estaba el Calmécac en donde se encargaban de preparar a los jóvenes para ser sacerdotes, guerreros de élite, jueces, senadores, maestros o gobernantes, recibían educación en historia, astronomía, la medición del tiempo, música, filosofía, religión, gobierno, economía, hábitos de limpieza, todo basado en disciplina y valores morales.
Algo muy importante para los aztecas era que sus gobernantes realmente se ganaran ese puesto y que estuvieran aptos para ese cargo. Con el propósito de formar un carácter fuerte, la educación era demasiado estricta; por las mañanas los jóvenes recibían baños de agua fría, hacían penitencia y autosacrificio, trabajaban duro, hacían rituales de purificación, se castigaba de forma dura si cometían alguna falta, entre otras cosas.
- También se les instruía en los quehaceres cotidianos del campo, en la construcción de obras públicas, el cultivo de las bellas artes era obligatoria.
- Por otro lado, la institución educativa el Telpochcalli, era para todo el pueblo y había una escuela en cada barrio.
- La obediencia y el respeto a los mayores eran de los aspectos más importantes y cuando esto se desobedecía, los niños y adolescentes rebeldes eran castigados.
Las mujeres educaban a las hijas, mientras los varones instruían a los hijos, era así como niños y niñas aprendían las conductas adecuadas y diferentes para cada sexo. Quienes tenían habilidad paga la pintura, eran los encargados de registrar la historia en códices, los alumnos del Calmécac debían dominar los giros literarios del náhuatl y conocer las creaciones poéticas de los antiguos.
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Contents
¿Cuáles son las dos escuelas de los mexicas?
Las escuelas La sociedad mexica contaba con un eficiente sistema de educación formal que le permitía no sólo transmitir los conceptos que le daban identidad sino también los conocimientos necesarios para colaborar en las empresas militares que eran su principal sustento.
Permitía además congregar la importante fuerza de trabajo que representaban los jóvenes y coordinar su participación en la obra pública. Todo lo anterior explica el porqué la asistencia a alguna de las instituciones educativas era obligatoria. Desde edad temprana, los padres de los niños debían ponerlos bajo la protección de algún templo, con el compromiso de, una vez alcanzada la edad adecuada, llevarlos a su escuela.
El ofrecimiento, en el que se dejaba un objeto como prenda, más que al templo mismo era a la deidad protectora y por lo tanto el no cumplir con el compromiso podría acarrear males tanto al niño como a sus padres. Existían dos tipos de templo-escuela a los que podían optar libremente los padres para enviar a sus hijos: el telpochcalli y el calmécac,
Se supone que en cada barrio había varios telpochcalli, en tanto que la cantidad de los calmécac era menor. Sin embargo, esa aparente libertad de elección estaba condicionada por las características de la estructura social mexica, claramente dividida en dos grandes grupos: gente común ( macehualtin ) y nobles ( pipiltin ).
Los primeros estaban destinados a asistir preferentemente al telpochcalli, y los segundos, al calmécac ; de hecho, la educación que se impartía en cada una de esas instituciones era diferente en la medida que estaba destinada a satisfacer distintas necesidades.
- Eso también explica los distintos grados de disciplina que había entre ambas instituciones; por ejemplo, mientras los jóvenes del telpochcalli podían eventualmente abandonar las instalaciones, los del calmécac eran castigados si lo intentaban.
- Aun con esas diferencias, ambas instituciones eran parte de un mismo sistema y de hecho había un responsable general de la administración y la observancia de la integridad de los contenidos impartidos, al que se conocía como mexícatl teohuatzin.
Telpochcalli “La casa de los jóvenes” o telpochcalli era la institución a la que acudían en su gran mayoría los jóvenes mexicas, con excepción de los nobles. En cada uno de los barrios de la ciudad existían varias de estas escuelas que eran dirigidas por un telpuchtlato, “el que ordena entre los jóvenes”.
- Ahí la gente común adquiría la disciplina y las habilidades necesarias para apoyar las actividades militares y participar adecuadamente en el largo y complejo sistema ritual mexica.
- Los alumnos del telpochcalli debían vivir en sus instalaciones, lo que además de servir para infundir disciplina tenía otra consecuencia práctica: aprovechar la fuerza de esos jóvenes para el cultivo y para las numerosas obras públicas que requería una ciudad en constante expansión como México-Tenochtitlan.
Cuando estaban listos, los jóvenes acompañaban a las expediciones militares como cargadores y podían intentar capturar un enemigo, lo que les permitía conseguir ascensos.
Los jóvenes debían permanecer en la escuela hasta que estaban listos para contraer matrimonio. Calmécac Los alumnos de esta escuela, cuyo nombre significa “en la hilera de casas”, eran sobre todo jóvenes de la nobleza. Cabe indicar que los macehualtin podían optar por ingresar a este tipo de escuela, aunque en la práctica sería algo inusual debido a condicionantes
sociales e ideológicas. Los alumnos del calmécac recibían una educación más enfocada a aspectos relacionados con la conducción de los asuntos militares, la religión y los distintos campos del conocimiento que se asociaban al ritual y al transcurso adecuado de la vida pública.
- Recibían, por ejemplo, lecciones sobre el calendario y la historia de los mexicas, y obtenían preparación para oficios como la metalurgia, la escultura, la carpintería y la plumaria.
- En suma, se preparaba a los alumnos del calmécac para ejercer el sacerdocio o cargos de alto rango en la burocracia de la ciudad.
Existían varias escuelas para nobles, asociadas a los templos dedicados a diferentes dioses. En vista de que las fiestas y los ritos tenían características particulares en función de su deidad patrona, es posible que, por lo menos a ese nivel, la enseñanza en cada calmécac fuese específica.
En el calmécac la disciplina era notablemente más estricta que la del telpochcalli, Los alumnos tenían varias actividades nocturnas; entre otras, debían levantarse para ir al monte a ofrecer incienso a los dioses, debían también pincharse con púas de maguey para ofrecer su sangre o se bañaban a media noche con agua fría.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Vela, Enrique, “Las escuelas”, Arqueología Mexicana, edición especial núm.75, pp.44-51. : Las escuelas
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¿Qué es el Telpochcalli y el calmécac?
El tepochcalli y calmécac eran los pilares de la educación mexica. El tepochcalli era el centro de enseñanza para la sociedad en general, mientras que el calmécac era la escuela para los hijos de nobles, sacerdotes y guerreros.
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¿Cómo se llamaban las escuelas?
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Telpochcalli (del náhuatl : telpochkalli ‘casa de los mancebos’ ), eran centros en los que se educaba a los jóvenes del pueblo, a partir de los 15 años, para servir a su comunidad y para la guerra. A diferencia de los nobles que asistían al calmécac, conocidos generalmente como pipiltin, los hijos de los plebeyos, los macehualtin, asistían al telpochcalli.
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¿Cómo se llama la escuela de los mexicas?
Para los niños existían dos tipos de escuelas: el Calmecac y el Telpochcalli. Las niñas no iban a estas escuelas. En el Calmecac se preparaba a los futuros sacerdotes y gobernantes. Los alumnos estudiaban lectura, escritura, historia, matemáticas y el movimiento de los astros.
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¿Cuáles fueron las dos primeras escuelas en México?
Desde las primeras escuelas: Calmecac y Telpochcalli, la evangelización colonial, los primeros artículos constitucionales, las instituciones de educación, la creación del Sistema de Educación, la incorporación de tecnologías, etc.
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¿Cómo era la educación en la escuela Telpochcalli?
Educación Todos los mexicas recibían instrucción, que sin embargo dependía de su origen social y género. La mayoría de los mexicas varones ingresaban entre los 5 y 15 años a las escuelas y egresaban cuando estaban listos para casarse. Los jóvenes nobles o pipiltin acudían a la escuela llamada – calmécac (casa en náhuatl); – allí recibían una educación muy estricta y claramente orientada a las tareas de dirigencia: la guerra, el sacerdocio y el gobierno. Algunos de estos jóvenes permanecerían en los templos como sacerdotes del reino y otros se incorporarían a las tareas de administración y gobierno.
En el calmécac se vigilaba con esmero la conducta de los jóvenes y se buscaba evitar que entablaran relaciones con mujeres. A los niños que transgresaban las reglas estrictas se les sancionaba con diferentes castigos corporales como punzarse el cuerpo con espinas de maguey. El calmécac dependía directamente de los templos sagrados y sus integrantes estaban consagrados a Quetzalcóatl.
En él los tlamatinime o sabios de la sociedad se dedicaban a enseñar la escritura, la ciencia, el arte y las estrategias de guerra. Estos maestros eran los que dominaban “la tinta negra y roja”. En un Huehuetlahtolli (libro de los consejos de padres a hijos) que se guarda en la biblioteca Bancroft de los Estados Unidos narra que “Se enseñaba también el arte plumario, el trabajo de los metales, la pintura de los códices, el pulido de las piedras preciosas, la composición de cantos, la oratoria, la música, el conocimiento de los cielos, la jardinería” (León-Portilla, M. En el Telpochcalli (casa de los mancebos), que se encontraba en los calpulli o barrios, la disciplina era más relajada y la instrucción menos académica. De sus egresados se esperaba que los jóvenes adquirieran los valores mexicas y los conocimientos necesarios para desempeñar los mismos oficios que sus padres. Tareas que aprendían los jóvenes en la escuela Mujer tejiendo. Códice Mendocino. Las niñas recibían generalmente instrucción directa de su madre y algunas jóvenes nobles acudían a los ichpochcalli donde recibían instrucción sobre las tareas domésticas, las relaciones sexuales y sobre todo a tejer, hilar y bordar.
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¿Que se enseñaba en la escuela Calmecac?
En esta institución se les entrenaba para ser sacerdotes, guerreros de la élite, jueces, maestros o gobernantes, educándolos en historia, astronomía y otras ciencias, la medición del tiempo, música y filosofía, religión, hábitos de limpieza, cuestiones de economía y gobierno, y, sobre todo, disciplina y valores morales
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¿Cómo era la educación azteca y cuáles eran sus principales escuelas?
La educación mexica constaba de dos etapas: hasta los catorce años era educado en el seno familiar y posteriormente en instituciones oficiales ;2 la educación doméstica era dura y austera, el padre tenía a su cargo la educación del hijo, y la madre la de la hija.
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¿Qué es la Ichpochcalli?
Época prehispánica, mujer y educación Las escuelas se dividían en: Calmecac (lugar de hilera de casas), Telpochcalli (casa de jóvenes), Ichpochcalli ( casa de doncellas ) y finalmente Cuicacalli (casa del canto).
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¿Cómo se llamaron las primeras escuelas?
Todo lo que debes saber sobre la historia de las primeras escuelas y universidades en Quito Por Emiliano Gil Blanco, Ph.D. Profesor de Historia y Artes Liberales de la USFQ
Una de las primeras universidades americanas se creó en Quito, la de San Fulgencio en 1586, tras Santo Domingo, México y Lima. Recién en 1.835, con Vicente Rocafuerte como presidente del Ecuador, aparecen las primeras escuelas para niñas. Durante la época colonial no hubo un intento serio de educar a las mujeres. El programa de estudios, en el primer colegio quiteño, consistía en la enseñanza de aritmética, castellano, oficios como carpintería, sastrería, mecánica, y artes como pintura, dibujo o música.
Estamos festejando la fundación de la ciudad de Quito (1534) y con ella van a llegar los primeros establecimientos educativos fundados como intento de “civilizar y culturizar” a sus habitantes. Estos van a ser creados fundamentalmente por las diferentes órdenes religiosas establecidas en la ciudad, mercedarios, franciscanos, agustinos, jesuitas y dominicos.
La enseñanza primaria estuvo a cargo de los cabildos o municipalidades y de la Iglesia. La mala hacienda no ayudaba a la educación. A pesar de los intentos de crear una enseñanza primaria pública, esta fue en mayor parte privada, sostenida por los padres de familia, con maestros no competentes y escasos, y de escuelas mixtas a pesar de la oposición de la Iglesia.
Estas escuelas fueron creadas para alumnos de extracción social baja, indígenas, mestizos y blancos pobres. La falta de escuelas para niñas no va a aparecer hasta 1835, con Vicente Rocafuerte como presidente del Ecuador, y fue latente durante este periodo.
- Hasta finales de la Colonia no habrá un intento serio de educar a las mujeres.
- La educación de niñas comenzó con la Bula del Papa Pío VI (6-X-1796), al mismo tiempo que hizo Carlos IV permitir educar a las niñas “honestas y de antecedentes limpios” en conventos de monjas, entre los 7 y los 25 años, en régimen de clausura hasta que se casaran o ingresaran definitivamente.
También eran educadas en la casa, por la madre o un maestro contratado. La ordenanza del Corregidor de Otavalo Diego Zorrilla (1612) nos muestra que ya existían por aquella época escuelas primarias bajo la dirección de maestros de capilla que enseñaban doctrina cristiana, cómo no, leer, escribir y cantar.
- Ganaban 50 patacones anuales pagaderos para San Juan y Navidad y estaban exonerados del pago de impuestos.
- Eran nombrados por el párroco y removidos por el corregidor.
- El virrey del Perú, Duque de la Palata, ordenaba en 1683 a los obispos que en cada pueblo donde hubiese un sacerdote, se pusiese un preceptor para la educación de indígenas en lengua española.
La primera escuela fue fundada por los mercedarios en 1537 y, más tarde, el cabildo va a encargar a uno de los conquistadores, Juan el Griego, en 1542 la creación de la primera escuela no religiosa. En ambas se va a enseñar las primeras letras y números, algún oficio y, lo más importante, van a evangelizar.
Los religiosos no sólo estaban preocupados por la evangelización, también por enseñar oficios y música a los alumnos. El primer colegio fundado fuera de la capital va a ser en Santiago de Guayaquil en 1554, por los dominicos. En otras ciudades del área de la Audiencia, como Cuenca, Loja, Riobamba, Ibarra, Ambato y Latacunga, surgieron escuelas alrededor de iglesias y de conventos a partir de 1570, donde párrocos y doctrineros catequizaron y enseñaron a leer, escribir, artes y oficios a indígenas, mestizos, criollos y españoles.
No debemos olvidarnos de que existieron durante este periodo escuelas particulares, muchas de ellas financiadas por los familiares de los alumnos o subsidiadas por los cabildos. De estas últimas, las fuentes son escasas y, por lo tanto, los estudios sobre ellas son mínimos o tan sólo referencias de otras obras más amplias sobre el tema.
El primer colegio quiteño, creado para blancos y como educación superior a las escuelas, fue fundado por los franciscanos en 1551, el de San Juan Evangelista, más tarde llamado de San Andrés (1568). Estaba dedicado a la formación de indígenas para el magisterio y de mestizos que aspiraban al sacerdocio.
El programa de estudios consistía en la enseñanza de aritmética, castellano, oficios como carpintería, sastrería, mecánica, y artes como pintura, dibujo o música, Tras los franciscanos, serán los agustinos con el Colegio de San Nicolás de Tolentino (1581), los jesuitas con el Colegio Real y Seminario de San Luis (1586) y los dominicos con el Colegio de San Pedro Mártir (1591), quienes continuaron fundando colegios en la ciudad.
Estos citados colegios se constituyeron como estudios generales y fueron el origen de las tres primeras universidades ecuatorianas: las de San Fulgencio (1586), San Gregorio Magno (1622) y Santo Tomás de Aquino (1686), respectivamente. Tras la expulsión de los jesuitas en 1766 y el cierre de San Fulgencio en 1786, se refundó y secularizó la Universidad de Santo Tomás (1788) como la Real y Pública Universidad de Santo Tomás de Aquino.
Tengamos en cuenta que una de las primeras universidades americanas se creó en Quito, la de San Fulgencio en 1586, tras Santo Domingo, México y Lima. Pensemos que no hubo muchas ciudades durante la colonia que llegaren a tener tres universidades funcionando al mismo tiempo.
- Ni que tuvieran una de las bibliotecas más grandes de todo el continente, como las de la Universidad de San Gregorio Magno y el del Colegio Real y Seminario de San Luis.
- Estos datos nos dan a entender que en la ciudad de Quito hubo una importante actividad intelectual durante el periodo colonial.
- Las tres universidades quiteñas tuvieron en común tres características: la primera de ellas es que su fundación surgió de colegios o de un seminario-colegio: San Fulgencio a partir del Colegio de San Andrés, más tarde, de San Nicolás de Tolentino; San Gregorio Magno a partir del Seminario de San Luis; y Santo Tomás de Aquino a partir del de San Fernando.
Son, por lo tanto, universidades-colegiales. La segunda es que fueron fundadas por órdenes religiosas, con autorización papal y más tarde ratificadas por el rey. Y la tercera es que tomaron como ejemplo para sus estatutos los de la Universidad de San Marcos de Lima.
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¿Cómo se llamo las primeras escuelas?
Las primeras escuelas en Mesoamérica – Los mexicas que pertenecían a la nobleza estudiaban en el Calmécac, donde practicaban deportes y aprendían rituales, interpretación del calendario, canto, poesía y artes militares. Los hijos de los funcionarios aprendían administración y gobierno, y los hijos de los sacerdotes seguían los pasos de sus padres y estudiaban religión.
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¿Cómo es la educación de los mayas?
La educación maya pre- hispánica era integral. En el idioma maya se encuentran vocablos relacionados con la educación y evidencias de la educación sistemática y en el proceso educativo, la intervención de mentores; son evi- dentes los que enseñaban en la Popol Naj, mentores de la escritura y artes de la guerra.
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¿Cómo se llamaban las primeras escuelas de constructores de la época prehispánica?
El Calmécac y Telpochcalli, las primeras escuelas.
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¿Cómo era la escuela anterior?
Aspectos jurídicos de la educación en México –
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En la antigüedad, la educación en México era obligatoria y gratuita. Sin embargo, no se otorgaba de igual forma a todos los habitantes: existían escuelas para hijos de clase alta, de clase media y de clase baja. La educación se encuentra ahora en cambio por las Reformas vigentes en la Constitución, en donde se hace responsables a los padres de familia de sustentar los gastos de las escuelas de la educación básica del país, teniendo la obligación de pagar las cuotas de mantenimiento de las instituciones, a pesar de ser públicas.
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¿Cómo se le conoce a las escuelas que eran para los indígenas?
Dorothy Tanck de Estrada El Colegio de México Los “justos títulos” Apenas vuelto a España CRISTÓBAL COLÓN, después de haber encontrado las tierras de “las Indias “, el papa ALEJANDRO VI se dirigió al rey FERNANDO y a la reina ISABEL en un documento conocido como la “donación papal”. En mayo de 1493, el pontífice señaló la manera en la cual España y Portugal se iban a repartir los terrenos descubiertos. Reconoció que los monarcas españoles habían financiado el viaje de Colón con el “santo y loable propósito sujetar las dichas islas y tierras firmes y los habitadores y naturales de ellas, reducirlos a la fe católica.” Luego, el Papa ordenó: “Os requerimos queráis y debáis con ánimo pronto y celo de verdadera fe, inducir los pueblos que vivan en tales islas y tierras a que reciban la religión cristiana.” Luego les concedió los territorios a cien leguas hacia el occidente de las Azores y el Cabo Verde, al mismo tiempo que les mandó “en virtud de santa obediencia. La concesión que obligó a España a evangelizar a los naturales del Nuevo Mundo fue conocida como los “justos títulos.” La enseñanza a los nativos de la religión y de buenas costumbres era la condición que justificaba la concesión a la monarquía española de los territorios occidentales. durante los trescientos años de la época colonial. Su principal ayuda durante el siglo XVI fue la iglesia católica, cuyos frailes, los franciscanos, dominicos y agustinos, dirigían las parroquias de los indios, llamadas “doctrinas”, y se encargaban de la evangelización y de la enseñanza., En 1585 el III Concilio Mexicano legisló sobre dos puntos relacionados con la educación indígena. Prohibió la ordenación de los indios como sacerdotes y mandó que los párrocos usaran la lengua indígena de cada región para la evangelización. La primera disposición sirvió para desanimar los esfuerzos para promover estudios avanzados para los indígenas porque ya no podían llegar a ser sacerdotes de la iglesia católica. A pesar de la prohibición para las órdenes sacras, algunos indígenas asistieron a la Universidad de México para estudiar filosofía, gramática latina, derecho y medicina, ya que esa institución, fundada en 1551, estaba reservada para alumnos españoles y para indígenas nobles El segundo mandato del Concilio por el cual los clérigos debieran aprender la lengua de los neófitos y al mismo tiempo procurar enseñarles el castellano no concordaba con la opinión del Consejo de Indias en España. Ahí las autoridades peninsulares criticaban que la conservación de los idiomas americanos propiciaba la idolatría y la superstición; además, la habilidad de hablar una lengua indígena por los sacerdotes “mestizos y criollos” perjudicaba, según el Consejo, el nombramiento a las doctrinas del Nuevo Mundo de clérigos ibéricos mejor calificados. Las cédulas reales posteriores al siglo XVII reiteraron el doble mandato: la colocación en las doctrinas de sacerdotes que supieran las lenguas indígenas y el fomento de la enseñanza del castellano a los indios En la práctica, más importante que la legislación, tres hechos contribuyeron a la divulgación de la lengua española entre los indígenas. La primera era la situación demográfica: en lugares donde la población india no era tan numerosa en relación con los mestizos y criollos, se extendió el uso del castellano., Durante el reinado del último rey de los Habsburgos, CARLOS II, el “hechizado”, se expidieron una serie de cédulas reales, relacionadas con la queja del arzobispo de Lima de que había sido “tan conservada en esos naturales su lengua india como si estuvieran en el imperio del inca.” Por primera vez se hablaba de “escuela”, y no sólo de “maestros”, para la enseñanza del castellano. También se inició en la legislación el mandato de enseñar a “leer y escribir” a los indios. En tercer lugar, se prestó atención a la manera de financiar las escuelas. Se ordenó pagar a los maestros con fondos “de los bienes de comunidad de pueblos de los indios”, esto es, del dinero recaudado anualmente en las tesorerías municipales. Finalmente, se mencionó por primera vez el establecimiento de escuelas para las niñas indígenas en las poblaciones con mayor número de habitantes. En 1693 el rey encargó el fomento de las escuelas a las autoridades civiles locales (los alcaldes mayores) porque ellos eran los supervisores de las cajas de comunidad de los pueblos de indios, de donde se pagaba a los profesores, Estas cédulas se dirigían principalmente a los obispos de México, Puebla, Oaxaca, Michoacán y Guadalajara quienes respondieron que habían empezado a llevar a cabo la fundación de escuelas, Otro estímulo para la educación indígena que se realizó en este periodo fue la cédula real de 1697, repetida en 1725, que revocó la prohibición para la ordenación sacerdotal de los indios. Se declaró que los indígenas podrían recibir las órdenes sagradas y deberían ser tratados “según y como los demás vasallos en mis dilatados dominios de la Europa, con quienes han de ser iguales en todo.” Los tres colegios internos para indígenas en Parras, Coahuila, en 1622; en San Luis de la Paz en 1640, añadido la escuela establecida en 1594; y el Colegio de San Javier, Puebla, en 1751, probablemente sirvieron con los cuatro del siglo XVI, para la preparación de los alumnos nativos para ocupar puestos “eclesiásticos, políticos y civiles,” además de los seminarios diocesanos, fundados al final del XVII, que tenían becas para los seminaristas indios Educación indígena en el siglo XVIII Para entender la educación indígena en el siglo XVIII es importante tomar en cuenta la estructura y funciones de los “pueblos de indios” de la Nueva España. En la cédula real de 1691, el rey ordenó pagar a los maestros de escuela “de los bienes de comunidad de pueblos de los indios” y así reconoció que los pueblos representaban una forma de gobierno local y una fuente de divisas que se podría usar para las escuelas. era uno de tres tipos de asentamientos humanos reconocidos en la legislación. La base de la estructura política y administrativa del virreinato al nivel local consistía en las ciudades y las villas de españoles y los pueblos de indios. En el siglo XVIII había aproximadamente 70 ciudades y villas de españoles y 4 000 pueblos de indios.
En las ciudades y villas había ayuntamientos o cabildos, y en los pueblos de indios, el cabildo se llamaba la “república.” El pueblo de indios era una entidad corporativa, reconocida legalmente, con gobernantes indígenas electos anualmente, donde vivían por lo menos 80 tributarios (aproximadamente 360 indígenas) y había una iglesia consagrada y una dotación de tierra comunal inalienable.
Los “oficiales de república” eran el gobernador, el alcalde, el regidor, el alguacil mayor y el escribano, encargados de recolectar el tributo, supervisar las tierras de comunidad y los fondos de la caja de comunidad, administrar justicia para crímenes menores según la costumbre del pueblo, financiar y dirigir las principales fiestas religiosas, representar al pueblos legalmente y ser testigos de los testamentos de los indígenas. Los ingresos del pueblo provenían principalmente del producto de diez varas cuadradas de tierra (diez metros cuadrados) que cada tributario cultivaba y el arrendamiento de terrenos sobrantes de los bienes de comunidad. Casi todos los fondos eran gastados cada año en las ceremonias litúrgicas, comida comunal, fuegos pirotécnicos, música y flores de las festividades sacras, especialmente la del santo patrón del pueblo, Corpus Christi, Jueves Santo, y las tres pascuas: Navidad, Resurrección y Pentecostés A principios del siglo XVIII los obispos empezaron a ordenar que las cajas de comunidad o los padres de los niños indios financiaran las “escuelas de lengua castellana”, nombre usado hasta 1773 para las escuelas donde se enseñaban el castellano, la doctrina cristiana, leer y escribir., Posiblemente en otras diócesis los prelados llevaron a cabo programas parecidos al de México, A mediados del siglo XVIII, el arzobispo Manuel Rubio y Salinas ordenó a los párrocos en las doctrinas que establecieran escuelas Tres fueron los documentos enviados a cada sacerdote: un edicto del 31 de julio de 1753 en el cual se mandó que se cumpliera “las reiteradas cédulas de su majestad” referentes a la enseñanza del castellano: una “Instrucción para el establecimiento de escuelas de lengua castellana para los niños y niñas,” y las “Diligencias judiciales que se debían observar en orden a plantar, fundar y establecer la escuela. ” La “Instrucción” presentaba los ocho pasos que cada párroco debía seguir para lograr el establecimiento de la escuela. El primero era “captar la voluntad” de los gobernantes indígenas del pueblo y hablar a cada oficial indio “uno por uno, mañosamente para que condesciendan.” Los pasos dos a cuatro se referían al salario mensual adecuado para el maestro que se debería conseguir, según había ordenado el rey, de los bienes de comunidad, del cultivo de una tierra común o de una contribución de todos los del pueblo.
El quinto paso recomendó enseñar separadamente a los niños y la niñas a “leer, hablar y escribir en lengua castellana y a rezar y cantar en ella la doctrina cristiana.” El sexto punto señalaba que el fiscal indio del pueblo “ha de llevar los niños y niñas a la escuela aunque sus padres resistan.” El séptimo paso aconsejaba al sacerdote “exhortar pero no compeler” a los adultos a que aprendieran el español y el octavo, mostrar a los indígenas el edicto del arzobispo.
Se mencionó poner la escuela en la casa del párroco para poder supervisar el desempeño del preceptor y la posibilidad de que el sacerdote contribuyera al salario del maestro, Rubio y Salinas llevó a cabo el proyecto educativo al mismo tiempo que cumplió con la real cédula de 1749 que ordenaba la secularización de las doctrinas en todo el arzobispado de México. Esta sustitución de los frailes de las órdenes religiosas por sacerdotes diocesanos, esto es por clérigos seglares, provocó oposición de los feligreses indígenas, de los franciscanos y agustinos, y de los habitantes de la ciudad de México., El Rey Felipe V, dándose cuenta de la oposición, suavizó la secularización al ordenar que se debía realizar gradualmente, sin quitar al fraile hasta que muriera, para poner el sacerdote diocesano, y que los nuevos párrocos estuvieran “con perfección instruidos en los idiomas de los naturales y éstos en el castellano”, Para 1754 había escuelas en 281 pueblos de indios en el arzobispado de México. La mayoría estaba financiada por los padres de familia y las demás por el dinero de las cajas de comunidad o del subsidio dado por el párroco. Pueblos de indios con escuelas de lengua castellana en el Arzobispado de México, 1754, La década de 1760 a 1770 fue un teimpo de cambios abruptos en la política virreinal, los que no fueron bien recibidos por los moradores de la Nueva España. En 1765 llegaron 5 000 soldados mercenarios de España para formar el primer ejército permanente; durante los 250 años anteriores no habían existido tropas estacionarias en el virreinato.
- Luego llegó el visitador José de Gálvez para iniciar reformas económicas y tributarias y en 1767 la Corona ordenó la expulsión de la Compañía de Jesús de todos los territorios de la monarquía.
- Unos 400 jesuitas tuvieron que salir de la Nueva España al exilio en Italia.
- La mayoría eran criollos, que se habían dedicado a tres tareas: evangelizar a los indios en el norte; directores de ejercicios espirituales y predicadores en las áreas urbanas; y profesores en los colegios ubicados en 21 ciudades y villas de la Nueva España.
En muchos de estos colegios, un hermano coadjutor enseñaba las primeras letras a niños de todos los grupos sociales, incluyendo a los indígenas Uno de los encargos del visitador Gálvez fue la reforma administrativa de las finanzas de las ciudades españolas y de los pueblos de indios. El modelo para este proyecto era la Real Instrucción del 30 de julio de 1760, expedida por Carlos III para las poblaciones de España. ) El visitador redactó reglamentos para varias ciudades, como Guanajuato, San Luis Potosí y la ciudad de México y en 1773 se empezaron a elaborar reglamentos para los pueblos de indios. Para ambos tipos de municipios, de españoles y de indígenas, la pauta fue la misma: aumentar los ingresos, disminuir los gastos y enviar el dinero sobrante fuera de las localidades a las cajas reales., Reglamento del pueblo de Tequila, intendencia de Guadalajara, 1792 Gradualmente se fueron estableciendo escuelas para los niños indígenas o se aumentaron los sueldos en pueblos que ya tenían maestros antes de 1773 En el campo de la educación, el resultado de esta política fue que en la intendencia de México, 467 pueblos de indios (37% de los 1 245 pueblos) tenían escuelas de primeras letras; en la intendencia de Michoacán, 94 pueblos (37% de los 254 poblaciones) y en Guanajuato 50% de los 39 pueblos. Los reglamentos de bienes de comunidad y las cuentas financieras anuales de cada pueblo en la intendencia de México presentan datos sobre los 467 escuelas. En primer lugar, la Iglesia financió solamente 14 de estas 467 escuelas, esto es 3%. Los padres indígenas sostenían 114 (24%); las cajas de comunidad contribuían parte del salario en 205 localidades (44%) y en 134 (29%) pueblos de indios el salario completo del maestro fue otorgado por las cajas comunales. Nueve de las 43 subdelegaciones de la intendencia de México se destacaban por tener escuelas con excelentes salarios (96 pesos o más al año pagados por las cajas de comunidad): Tetela del Río, Otumba, Lerma, Tacuba, Coyoacín, las parcialidades de Santiago Tlatelolco y de San Juan Tenochitlan en la ciudad de México, Querétaro, Apan y Chalco.
- En las demás intendencias varios pueblos de indios también pagaban buenos sueldos a sus maestros y en algunos lugares sostenían escuelas para niñas indígenas.
- Los lugares donde se otorgaban los salarios más altos eran: Tenancingo, intendencia de México, 500 pesos al año Yanhuitlán, intendencia de Oaxaca, 300 pesos al año Pátzcuaro, intendencia de Michoacán, 300 pesos al año Malpaís, intendencia de Durango, 250 pesos al año San Andrés Tuxtla, intendencia de Veracruz, 250 pesos al año Tlaltenango, intendencia de Zacatecas, 200 pesos al año Tacámbaro, intendencia de Michoacán, 200 pesos al año Malinalco, Yautepec, Asuchitlan y Poliutla, intendencia de México, 200 pesos al año.
En algunas subdelegaciones había escuelas en la mayoría de los pueblos de indios y una escuela por cada 160 niños entre seis y doce años de edad: Huexolotitlán y Cuatro Villas, intendencia de Oaxaca Xalacingo y Orizaba, intendencia de Veracruz Chietla y Totmehuacan, intendencia de Puebla Jiquilpan, Zamora y Uruapan, intendencia de Michoacán Zapotlán, intendencia de Guadalajara Aguascalientes, intendencia de Zacatecas Zimapán, Lerma, Apan, Coyoacán, Tetela del Río, Malinalco, Ecatepec, Cuautla, Coatepec, Temascaltepec, Zumpango de la Laguna, intendencia de México, Las escuelas para niñas indígenas, llamadas “amigas” o “migas”, eran menos que las de varones. Sin embargo, al final del siglo XVIII, había escuelas para muchachas en las intendencias de México, Veracruz, Puebla y Durango, y posiblemente en otras regiones. Escuelas para niñas indias Además, en 1805 existían colegios internados para jóvenes indias en la ciudad de México (2), Cuescomatitlán y Cajititlán, subdelegación de Tlajomulco (intendencia de Guadalajara) y Toluca, Los internados de estudios primarios y avanzados para varones indígenas, al final del siglo XVIII, eran San Gregorio en la ciudad de México, el colegio en Pátzcuaro y el colegio de San Javier en Puebla. Los otros cuatro colegios (Santiago Tlatelolco, Parras, San Luis de la Paz y Tepotzotlán) ya no tenían internados, pues se habían convertido en escuelas de primeras letras, La educación indígena no consistía solamente en la enseñanza de la doctrina cristiana, sino que también incluía el castellano, la lectura, la escritura, el canto y a veces tocar algún instrumento musical y la aritmética, Los maestros eran laicos, no sacerdotes ni frailes; en Oaxaca seminaristas bi-lingües enseñaban en algunos pueblos Su financiamiento venía de las cajas de comunidad o de las familias indígenas, con excepción de la intendencia de Oaxaca, donde casi la mitad de las escuelas recibían ayuda financiera del párroco. Es importante recordar que había lugares donde se pagaba al maestro con dinero de la “dominica”, una recolecta llevada a cabo por los oficiales de república después de la misa dominical.
- Los fondos venían de los indios, no del sacerdote, aunque él supervisaba la colecta y recibía parte del dinero.
- En pueblos donde la caja de comunidad contribuía al salario magisterial, era la autoridad civil local, en la persona del subdelegado, quien vigilaba el pago al maestro de los fondos en las cajas comunales y nombraba al preceptor, a veces con la anuencia del párroco.
La vida escolar en los pueblos de indios Para los indios de la Nueva España no era extraño enviar a sus hijos a la escuela. Desde el siglo XVI la enseñanza diaria catequística en la parroquia, generalmente impartida en la lengua indígena por el fraile, el sacerdote o el indio fiscal, era común y los niños iban una o dos horas cada mañana Lo que cambió a mediados del siglo XVIII era que además de la enseñanza religiosa se incluían el castellano, la lectura y a veces la escritura; el horario era más largo y el sueldo del maestro era pagado por las cajas de comunidad o por los padres de familia.
- Las escuelas de doctrina cristiana se convirtieron en escuelas de lengua castellana y el “doctrinero” en “maestro de escuela” o preceptor.
- A menudo los documentos de este periodo mencionan la “repugnancia” de los padres indígenas de enviar a sus hijos a la escuela, argumentando tres razones principales.
La insistencia en el periodo de 1754 a 1770 de enseñar solamente en castellano no era del agrado de las familias, en parte por la actitud de las autoridades eclesiásticas y gubernamentales hacia las lenguas indígenas por considerarlas “bárbaras”, y en parte por querer que la instrucción estuviera en su propio lengua “por parecerles que su idioma tiene más sal o porque les parezca más dulce por ser de su Patria o porque lo maman.” Especialmente para la doctrina cristiana, los indios querían que la enseñanza fuera en su lengua nativa. Otro motivo de protesta estaba relacionado con el costo de la escuela. En vista de que frecuentemente los padres tenían que contribuir de sus bolsillos parte o todo del salario magisterial, la carga económica les pesaba y solicitaron al gobierno que las cajas comunales asumieran el financiamiento.
Otra razón económica para oponerse a la escuela en la Nueva España y en el resto del mundo occidental en esta época, era que la asistencia de los niños a clases durante varias horas, los apartaba de sus tareas en la agricultura. En general, la resistencia hacia la escuela estaba ligada a los efectos negativos que causaban en la economía familiar.
Los indios, afianzado su caudal más que en su propio trabajo, en el servicio que les hacen sus hijos desde la pequeña edad de cinco años en que les aplican a guardar sus cerdos, gallinas, burros y bueyes, cuidando sus cortas siembras del perjuicio de estos animales y suministrando a sus padres la comida en el trabajo y habiendo de separarse de dichas cosas por la diaria concurrencia a las escuelas, estos mismos indios que antes eran beneficiarios y útiles a sus padres, les serán perjudiciales y gravosos, Por eso, en lugares donde las cajas de comunidad cubrían el salario del preceptor casi desaparecieron las quejas de los padres, aunque a veces el sacerdote quedó insatisfecho con la asistencia porque consideraba que debían asistir “todos los niños” Aunque en la cédula real de 1770 la meta oficial para América y las Filipinas era que “de una vez se llegue a conseguir el que se extingan los diferentes idiomas de que se usan en los mismo dominios, y sólo se hable el castellano”, cédulas posteriores de 1778 y 1782 dejaron de insistir en este mandato y pusieron hincapié en las primeras letras al promover, pero no obligar, la castellanización.
- Como resultado, a menudo los maestros eran bilingües y de hecho los indígenas los preferían así.
- El gobernador de Xochimilco señalaba que “necesitamos un sujeto que a más de estar impuesto perfectamente en los misterios de la fe que ha de enseñar, tenga facilidad de traducirla del idioma castellano a el mexicano.
Esta es casi la cualidad principal que se debe solicitar en el maestro que haya de cultivar a los párvulos de esta feligresía”, Muchas veces en las áreas rurales el preceptor de escuela era el único no indio en el pueblo. De los 36 maestros en la subdelegación de Tlapa (estado actual de Guerrero), 21 preceptores eran los únicos no indios en el pueblo. Características de los maestros en los pueblos de Tlapa, intendencia de Puebla, 1791 Regiones, como Tecali, Huachinango (Puebla), Villa Alta, Antequera, Nochistlán, Miahuatlán, Cuuilapan y Tehuantepec (Oaxaca), tenían maestros indígenas. En Yucatán, probablemente 33% de las 72 escuelas fueron dirigidas por “maestros de color” (mulatos) y las demás por españoles, algunos de los cuales cambiaron su residencia de Mérida al pueblo donde enseñaban., Lista de maestros de escuelas en la jurisdicción de Miahuatlán, Oaxaca, 1784 Si los moradores de un pueblo no estaban satisfechos con el preceptor, no podían despedirlo si su salario era pagado por la caja de comunidad, porque esta fuente de financiamiento estaba bajo la jurisdicción del gobierno virreinal; por ende, era el subdelegado de la región quien nombraba el maestro y sólo él, con el permiso del gobierno, podía destituirlo.
- ¿Qué podían hacer los pueblos con un preceptor no deseado? Lo más común era retirar sus hijos de la escuela o mandarlos sin pagar al maestro.
- Esta táctica se llamaba “aburrir” al maestro “y los maestros compelidos a la hambre se vean precisados a retirarse.” En pueblos donde el sueldo entero venía de las cajas comunales, la república tenía que solicitar por escrito su destitución, que en 50% de los casos estudiados era aprobada y en el resto, negada.
En otros casos los gobernantes indígenas llegaban a un acuerdo con el subdelegado y el sacerdote para cambiar al preceptor Los indios sabían lo que querían en un maestro: capacidad en la enseñanza, un trato amable con los niños y una vida ejemplar. No estaban conformes con preceptores ineficaces. Los padres de familia en Tepoztlán, al ver con disgusto que pocos alumnos habían aprendido a escribir, protestaron que “Perder dinero sin provecho a nadie le gusta.” Los de Villa Alta, Oaxaca, molestos por la falta de progreso de los niños, informaron que habían pagado al profesor “sin haber enseñado niño a leer. Generalmente el lugar de la escuela era un cuarto en la vivienda del maestro. En Chiapas era común tener las clases en el cabildo, esto es, el edificio ubicado en la plaza donde se reunía la república, donde viajeros pasaban la noche y donde se encarcelaba a los culpables de crímenes menores., También los alumnos y sus maestros se reunían en las salas de casas alquiladas para este propósito, en moradas vacías, en jacales, en la casa del párroco, en la portería de la iglesia, en la capilla poza en el atrio y en haciendas y trapiches Durante la época colonial, ni en las ciudades y villas de españoles, ni en los pueblos de indios se acostumbraba construir un edificio especialmente para la escuela de primeras letras. Sin embargo, cuatro pueblos se destacaban por haber edificado escuelas para acomodar alrededor de 100 alumnos. Otros pueblos con edificios escolares eran San Andrés Tuxtla, Veracruz, con un cuarto para los muchachos que aprendían a leer y otro para los que aprendían a escribir; San Miguel Nonoalco y Santa Ana Zacatlamanco, cerca de la ciudad de México. Esta última fue diseñada por el arquitecto Francisco Antonio Guerrero y Torres y costeada por la caja de comunidad., Croquis arquitectónico de la escuela y amiga de Santa Ana Zacatlamanco, Iztacalco, hecho por Francisco Antonio Guerrero y Torres ¿Qué pasaba dentro de la escuela? La enseñanza impartida a los indígenas era bastante parecida a la de las escuelas en las ciudades y villas de españoles. Había pocos útiles y textos escolares; de cuatro a seis niños compartían la cartilla y el catecismo.
- Se dividía a los alumnos en dos grupos: los principiantes en la clase de leer y los más avanzados, de mayor edad, en la clase de escribir.
- Como en todos los países de Europa y América en el siglo XVIII, el niño aprendía a leer durante dos o tres años y solamente después, cuando tenía alrededor de nueve años, aprendía a escribir.
No se enseñaba a leer y a escribir simultáneamente. Como resultado de esta práctica, en el mundo occidental durante el siglo XVIII y en buena parte del siglo XIX, debido a que muchos alumnos abandonaban la escuela al haber aprendido a leer, más personas sabían leer que escribir Para leer, primero se enseñaba la pronunciación de cada letra del alfabeto, como estaba presentada en la “cartilla”. Luego se aprendía a deletrear las sílabas de dos letras, tres, y cuatro letras, pronunciando cada letra y luego el sonido de la sílaba.
- Este método, el deletreo, era usado desde el siglo XVI y se empezó a introducir el silabeo en la Nueva España a principios del siglo XIX.
- La cartilla también contenía las oraciones más conocidas para practicar la lectura.
- También se leía el catecismo de Jerónimo Ripalda, otro libro del siglo XVI, además de memorizar las preguntas y respuestas del catecismo.
Había versiones del catecismo de Ripalda en varias lenguas indígenas y numerosas ediciones de enseñanza religiosa en la lengua mexicana en el Catecismo breve, del jesuita Bartolomé Castaño (1744,1746,1774, 1803, 1809) y en la Doctrina breve, del sacerdote Antonio Vázquez Gastelu (1689, 1793, 1716, 1726, 1756, 1792, 1838, 1846, 1854, 1878, 1885, 1888). Las parcialidades de Tlatelelco y Tenochitlan en la ciudad de México financiaron la publicación de la biografía de una india otomí de Querétaro quien tenía fama de santa: la Vida exemplar de la hermana Salvadora de los Santos, india otomí. En la primera frase del prólogo escrito por los dos gobernadores indígenas, se proclamaba que el propósito de la publicación era tener un texto escolar de lectura para los alumnos en las 13 escuelas y 9 amigas de las parcialidades., El libro fue publicado originalmente por el jesuita Antonio de Paredes en 1763, un año después de la muerte de Salvadora de los Santos. Los gobernadores indios decidieron imprimirlo en 1784 para que sirviera como libro de texto en las escuelas. Relataba la vida de una india nacida en Fresnillo, Zacatecas, que creció cerca de Querétaro.
Ahí conoció a un grupo de beatas carmelitas y se unió a ellas durante 26 años, como ayudante en la vivienda y limosnera. Viajaba por el Bajío en busca de donaciones y en los recorridos encontraba gente buena y egoísta, santa y malvada, pero siempre les trató con bondad y consejos religiosos. Renombrada en la región por su abnegación, curaciones médicas para los enfermos, alegre canto y apariencia singular, el jesuita quiso conservar su memoria entre la población.
Al utilizar la obra en las escuelas, los gobernantes indígenas deseaban promover una orientación educativa que resaltara entre los alumnos las virtudes de un ilustre antepasado y fortaleciera la identidad étnica y cohesión social de los indios. Por haber sido financiado por las cajas de comunidad en 1784 y 1791 (mil ejemplares cada edición) y distribuido gratuitamente en las escuelas, se puede considerar este libro, Vida exemplar de Salvadora de Los Santos, india otomí, como el primer libro de texto gratuito en México.
Para la escritura los niños más grandes se sentaban frente al maestro para poder practicar la formación de las letras cursivas. No se enseñaba a los principiantes las letras de molde, sino directamente el estilo manuscrito. Empleaban plumas o “cañones” fabricados de las alas de pájaro y tinta hecha de huizache y vinagre.
La aritmética consistía en aprender a sumar, restar, multiplicar y dividir; en algunas escuelas, como en Tecali, se incluía la quinta regla de las fracciones Para las familias indígenas era importante también que sus hijos aprendieran a ayudar en misa y la música. El canto llano, o gregoriano, los preparaba para participar en las ceremonias eclesiásticas, igual que el tocar el órgano o algún instrumento musical, como el violín, el clarín y la chirimía. La enseñanza adquirida en las escuelas ayudaba a preparar a los jóvenes para participar en las ceremonias del culto sagrado, el manejo de los fondos de las cajas de comunidad y las cofradías y liderazgo en el pueblo en puestos civiles y religiosos tales como sacerdotes, gobernadores, alcaldes, escribanos, mayordomos de cofradías, fiscales, maestros de escuela, comerciantes, artesanos, y padres cristianos de familia.
En 1781 el alcalde mayor de Cuernavaca opinaba que la educación en las escuelas para indios era “único, importantísimo medio para hacer capaces a sus hijos, no sólo para los oficios y cargos de su república, sino aun de los que obtienen los españoles” y en el pueblo de Tepospizaloya, Guadalajara, la autoridad española anotaba que la enseñanza servía para el “bien común del pueblo de donde puedan resultar cantores, escribanos, sacristanes y aun sacerdotes y monjas como hay en otras partes.” El promotor fiscal de Chiapas en 1799 escribió que los indígenas con conocimiento de las primeras letras podrían llegar a ser “curas del pueblo.
tenientes o subdelegados de las intendencias” Algunos datos aislados sugieren que las familias indígenas tuvieron opiniones sobre el papel del maestro y su actitud hacia los alumnos que pudieron constituirse en una pedagogía distinta a la que existía en escuelas europeas. Los otomíes de Zayamaquilpa, Huichapan, escribieron que el preceptor español de su pueblo no debía entrometerse en los asuntos de la república y tampoco el hecho de que ayudara en la parroquia le calificara como maestro porque “incumbe eso a el sacristán y fiscal y no al maestro de escuela.” Los dirigentes de Xochimilco querían un maestro hábil en castellano y mexicano, que llamaba “su idioma nacional”, que además debiera “poseer el amor paterno para de algún modo acariciarlos y no amedrentarlos.” Una pedagogía paternal y deferencial para con los niños, sin renunciar los castigos corporales en moderación, parece haber sido importante para los indios y esto contrastaba con las ideas educativas de la época que hacían hincapié en la severidad del preceptor hacía el alumno. Un análisis del número de escuelas en la intendencia de México, de la población de edad escolar en los lugares con maestros de primeras letras y del el número de años que habían existido las escuelas, llega a la conclusión de que en 1810, aproximadamente 9.5% de los varones indígenas mayores de 14 años de edad sabían leer Conclusiones Se puede destacar diez puntos en relación con la educación indígena en el siglo XVIII.1.La educación en los pueblos de indios en el siglo XVIII era diferente a la del siglo XVI. Los maestros eran hombres laicos y no frailes; el financiamiento no era de la Iglesia, sino de los padres de familia y de las cajas de comunidad; y además de la doctrina cristiana, se enseñaba a leer y escribir y el castellano.2.
Desde las cédulas de finales del siglo XVII ( de 1686, 1688, 1691 y 1697) se encargaba el financiamiento de las escuelas a las cajas de comunidad y se permitía la ordenación de los indígenas al sacerdocio.3.Basado en estas cédulas, la corona primero impulsó la fundación de escuelas en los pueblos por medio de los obispos, pero a partir de 1773 se encargó la tarea al gobierno civil, esto es, a los contadores de Propios, Arbitrios y Bienes de Comunidad, bajo la supervisión de los virreyes.4.
El nombre de la institución educativa cambió: se llamaba escuela de doctrina cristiana, luego escuela de lengua castellana, y después de 1786, según el artículo 34 de la Ordenanza de Intendentes, se decían simplemente, “escuela” que significaba “escuela de primeras letras”, el mismo término para las ciudades y villas de españoles y para los pueblos de indios.5.
Para fines del siglo XVIII en casi todo el virreinato, la Iglesia no tenía ingerencia en las escuelas en los pueblos de indios.6. A menudo la enseñanza se impartía en castellano y también en la lengua indígena, y los maestros eran españoles, mestizos, mulatos e indígenas. Los indígenas preferían a los preceptores bi-lingües.7.
La resistencia de las familias indias a las escuelas era básicamente económica: se oponían pagar de su bolsillo, especialmente cuando había fondos suficientes en las cajas de comunidad, y se resentía la ausencia de sus hijos como ayudantes en la agricultura.8.,9. En 1803, calculamos que 26% de los 4 088 pueblos de indios en la Nueva España tenían escuelas de primeras letras. La mayoría de estas 1 015 escuelas fueron financiadas con fondos de las cajas de comunidad.10. Parece que tanto Lucas Alamán, como José María Luis Mora, desconocían este sistema de escuelas sostenidas por las cajas comunales y por eso, no informaban del desarrollo educativo en los pueblos de indios.
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¿Cómo son las escuelas indígenas?
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Programa de Educación Indígena Objetivo General: Ofrecer educación básica de calidad y equidad para la población indígena, en el marco de la diversidad, que considere su lengua y su cultura como componentes del currículo, y le permita desarrollar competencias para participar con éxito en los ámbitos escolar, laboral y ciudadano que demanda la sociedad del conocimiento.
- Objetivos Específicos: Contribuir a la obtención de logros educativos que se reflejen en el mejoramiento de los indicadores estatales a través de la operación de un modelo educativo pertinente para la niñez indígena, considerando su lengua y cultura como componentes del currículo.
- Contar con una planta docente con altos perfiles de desempeño académico y de gestión, con acceso a oportunidades de profesionalización y formación continua.
Fortalecer las competencias docentes para la enseñanza de las lenguas indígenas como segunda lengua bajo un enfoque intercultural bilingüe. Grupos indígenas de atención en Baja California
Grupos nativos indígenas: pai-pai, cucapá, kumiai y cochimi. Grupos indígenas inmigrantes: mixteco, triqui, zapoteco, nahuatl, purépecha, cora, huichol, mayo, mixe y mazahua.
Niveles educativos de atención Educación Inicial Indígena (modalidad no escolarizada) La educación Inicial proporciona cobertura a comunidades indígenas del Estado que carecen de este servicio educativo, con el propósito de brindar a madres y padres de familia indígenas, los primeros elementos necesarios que complementen la estimulación temprana y adecuada a sus hijos de 0 a 3 años; respetando sus conocimientos, habilidades, costumbres y tradiciones culturales propias de cada comunidad.
Educación Preescolar Indígena Los centros de Educación Preescolar Indígena imparten educación preescolar a niñas y niños indígenas de 3 a 6 años de edad, atendiéndolos cultural y lingüísticamente a través de los campos formativos: desarrollo personal y social, lenguaje y comunicación, pensamiento matemático, exploración y conocimiento del mundo, expresión y apreciación artísticas y desarrollo físico y salud para favorecer su identidad local, regional, nacional y universal; así como el desarrollo de actitudes y prácticas libres y justas.
Educación Primaria Indígena La educación primaria indígena atiende a niñas y niños indígenas de 6 a 14 años de edad. Es una modalidad educativa que responde a los criterios de la educación intercultural bilingüe al fortalecer la identidad étnica del niño y fomentar el desarrollo de competencias con una calidad y pertinencia que le permita apropiarse de los conocimientos, actitudes, valores, destrezas y habilidades fundamentales; así como respetar y enriquecer su herencia cultural y lingüística.
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¿Cómo era la educación en Mesoamerica y quién podia ir a la escuela?
Escrito por: Samanta Urquía En equipo con: Montserrat Alarcón, Daniela Molina y Carla Sarabia La educación pública de Mesoamérica estaba en manos del estado desde miles de años ante que en Europa (siglo XIX). La finalidad de su educación tenía dos objetivos esenciales: el religioso y el bélico. Los adolescentes eran entregados al Calmecác si eran hijos de nobles o al Telpochcalli si eran hijos de plebeyos. La educación era impartida por separado entre hombres y mujeres. El calmecac Le ofrecían a Quetzalcóatl, para entrar al Calmécac, y la veían como la casa de penitencia y lágrimas, en donde se criaban los nobles.
- La educación tenía un predominante carácter formativo, caracterizada por rudeza, rigidez y disciplina.
- Las actividades que realizaban eran alfarería y construcción de paredes.
- El calmécac estaba situado junto a los templos, el curso constaba de tres grados, para llegar a ser sacerdote y duraba aproximadamente cinco años cada uno; y quienes en ellos ingresaban podían permanecer ahí toda la vida sirviendo como sacerdotes o salir a contraer matrimonio.
Los maestros de los nobles eran sacerdotes y ellos se dirigían a ellos con los siguientes términos: “Señores sacerdotes y ministros de nuestro s dioses”. El Telpochcalli Su función consistía en enseñar a los jóvenes de las clases populares. Esa enseñanza abarco especialmente a los aspectos cívicos y militares y fomentaban a alcanzar honores y ascensos en la comunidad social, pero no alcanzaban a las más altas dignidades de la milicia o el sacerdocio también formaba a los maestros elementales del pueblo.
- La vida en el Telpochcalli era tan dura como en el Calmécac, pero las actividades eran de orden práctico.
- Quienes ingresaban eran encargados de barrer y limpiar la casa, encender la lumbre y practicar las penitencias establecidas.
- Estaba sujeto a dos entidades: una, de orden material, que era la ciudad-estado; otra espiritual, que era la religión.
Conclusiones Nos dimos cuenta que la educación fue pública por muchos años, estuvo a cargo del estado y si había varios Telpochcalli y Calmecac, pero descubrimos que Telpochcalli al haber muchos plebeyos había muchos de ellos pero en cambio en el Calmécac como había pocos nobles solo había uno a lado de cada templo mayor.
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¿Cuáles son las 3 escuelas de los mexicas?
Fotos: Cortesía | Pinterest – Daniela Ocampo | Diario de Querétaro Un aspecto fundamental para la vida de todos es la educación, y así era también para los antiguos aztecas quienes dividían su educación en dos escuelas de formación que dependían de la clase social, el Calmécac y el Telpochcalli.
Para los hijos nobles aztecas estaba el Calmécac en donde se encargaban de preparar a los jóvenes para ser sacerdotes, guerreros de élite, jueces, senadores, maestros o gobernantes, recibían educación en historia, astronomía, la medición del tiempo, música, filosofía, religión, gobierno, economía, hábitos de limpieza, todo basado en disciplina y valores morales.
Algo muy importante para los aztecas era que sus gobernantes realmente se ganaran ese puesto y que estuvieran aptos para ese cargo. Con el propósito de formar un carácter fuerte, la educación era demasiado estricta; por las mañanas los jóvenes recibían baños de agua fría, hacían penitencia y autosacrificio, trabajaban duro, hacían rituales de purificación, se castigaba de forma dura si cometían alguna falta, entre otras cosas.
- También se les instruía en los quehaceres cotidianos del campo, en la construcción de obras públicas, el cultivo de las bellas artes era obligatoria.
- Por otro lado, la institución educativa el Telpochcalli, era para todo el pueblo y había una escuela en cada barrio.
- La obediencia y el respeto a los mayores eran de los aspectos más importantes y cuando esto se desobedecía, los niños y adolescentes rebeldes eran castigados.
Las mujeres educaban a las hijas, mientras los varones instruían a los hijos, era así como niños y niñas aprendían las conductas adecuadas y diferentes para cada sexo. Quienes tenían habilidad paga la pintura, eran los encargados de registrar la historia en códices, los alumnos del Calmécac debían dominar los giros literarios del náhuatl y conocer las creaciones poéticas de los antiguos.
- Fuente: institutohistorico.
- Org Un aspecto fundamental para la vida de todos es la educación, y así era también para los antiguos aztecas quienes dividían su educación en dos escuelas de formación que dependían de la clase social, el Calmécac y el Telpochcalli.
- Para los hijos nobles aztecas estaba el Calmécac en donde se encargaban de preparar a los jóvenes para ser sacerdotes, guerreros de élite, jueces, senadores, maestros o gobernantes, recibían educación en historia, astronomía, la medición del tiempo, música, filosofía, religión, gobierno, economía, hábitos de limpieza, todo basado en disciplina y valores morales.
Algo muy importante para los aztecas era que sus gobernantes realmente se ganaran ese puesto y que estuvieran aptos para ese cargo. Con el propósito de formar un carácter fuerte, la educación era demasiado estricta; por las mañanas los jóvenes recibían baños de agua fría, hacían penitencia y autosacrificio, trabajaban duro, hacían rituales de purificación, se castigaba de forma dura si cometían alguna falta, entre otras cosas.
También se les instruía en los quehaceres cotidianos del campo, en la construcción de obras públicas, el cultivo de las bellas artes era obligatoria. Por otro lado, la institución educativa el Telpochcalli, era para todo el pueblo y había una escuela en cada barrio. La obediencia y el respeto a los mayores eran de los aspectos más importantes y cuando esto se desobedecía, los niños y adolescentes rebeldes eran castigados.
Las mujeres educaban a las hijas, mientras los varones instruían a los hijos, era así como niños y niñas aprendían las conductas adecuadas y diferentes para cada sexo. Quienes tenían habilidad paga la pintura, eran los encargados de registrar la historia en códices, los alumnos del Calmécac debían dominar los giros literarios del náhuatl y conocer las creaciones poéticas de los antiguos.
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¿Qué es la Ichpochcalli?
Época prehispánica, mujer y educación Las escuelas se dividían en: Calmecac (lugar de hilera de casas), Telpochcalli (casa de jóvenes), Ichpochcalli ( casa de doncellas ) y finalmente Cuicacalli (casa del canto).
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¿Que se enseñaba en la escuela Calmécac?
En esta institución se les entrenaba para ser sacerdotes, guerreros de la élite, jueces, maestros o gobernantes, educándolos en historia, astronomía y otras ciencias, la medición del tiempo, música y filosofía, religión, hábitos de limpieza, cuestiones de economía y gobierno, y, sobre todo, disciplina y valores morales
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