Qué Sucedería Si En La Escuela No Hubiera Normas?

Qué Sucedería Si En La Escuela No Hubiera Normas
Las reglas son aquellas pautas que deben cumplirse por estar convenidas por las personas en un ámbito determinado. Así, son fundamentales para poder desarrollar las actividades compartidas de una manera ordenada y correcta. Los ámbitos que se manejan a través de reglas son de lo más diversos: una escuela, una casa de familia, una empresa, un órgano del estado, incluso la sociedad misma en su conjunto.

  1. Si no existieran las reglas, las personas tenderían a hacer lo que les resulta mejor o más beneficioso para sus propios intereses, y eso no siempre coincide con los intereses comunitarios;
  2. De esta manera, los ámbitos que deberían estar regidos por reglas se volverían un caos, y probablemente no podrían funcionar con normalidad;

Sin reglas, no tendríamos justicia, no tendríamos normas para movernos en sociedad, no sabríamos de qué manera conducirnos por la calle, no podríamos asistir a la escuela, convivir con nuestras familias, etc. Por ejemplo, supongamos que una institución educativa que no tuviera reglas: los alumnos llegarían en el horario que les resultara más conveniente, saldrían a la hora que quisieran, asistirían solo a los cursos que les interesaran, no escucharían al docente, no rendirían exámenes si no lo desearan, entre muchas otras cosas. Más información:

  • ¿Por qué son importantes las reglas en los juegos y en la vida diaria?
  • ¿Por qué es importante respetar y cumplir las reglas y normas?
  • ¿Por qué una sociedad necesita reglas para convivir en armonía?

¿Qué pasa si no se cumplen las normas en la escuela?

La consecuencia de no cumplir con las leyes es la aplicación de una sanción. Esto significa que el incumplimiento tiene un efecto, generalmente negativo, para el infractor de la norma (persona que no respeta la norma ).

¿Qué pasa si no se cumplen las reglas del juego?

El futbol ha sido un acompañante más o menos sistemático a lo largo de su vida. Recuerda aquellos años en Monterrey cuando, frente a la casa de sus primos, veía salir al arquero Gama y soñaba con ser como él cuando fuera adulto. Todo mundo sabe que José Woldenberg forma parte de una cofradía mínima, casi desaparecida, a la que llaman hinchada necaxista , cuyos integrantes pueden contarse con los dedos de una mano, dejando libre el pulgar.

La charla sucede en su cubículo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha vuelto a la cátedra, cosa que le va bien, se le nota tranquilo y feliz. Y más cuando la plática tiene que ver con la pelotita, parece un chiquillo juntando estampas para el Panini de la existencia.

“Cuando uno prende la tele, lo que espera es que gane su Selección” , responde cuando se le pregunta sobre el futuro del equipo de Miguel Herrera en este certamen que ya ha causado bajas importantes como la española y la inglesa. Cita a Rafael Pérez Gay , otro afamado hincha del pasatiempo más hermoso: “Somos aficionados condenados a la infelicidad, pero mientras la esperanza dure, hay que acercarse a ella”.

  1. -La esperanza del jugador número 12… -La esperanza es lo que hace que el juego sea juego;
  2. -La esperanza es lo que venden los políticos, también;
  3. -Sí, aunque la política no es un juego;
  4. De pronto, el esquema, una conversación 4-3-3;

Brasil, la violencia y la economía. Pase a Woldenberg. Recibe, traza: “De repente parecía que Brasil tenía una imagen de una economía emergente, una economía que iba a cambiar las reglas del concierto. Puede ser cierto. La economía de Brasil creció, ni duda. Pero también es cierto que es un país absolutamente desigual, como la mayoría de los países de América Latina.

Por desgracia, como decía el programa de la ONU hace diez años: América Latina no es con continente más pobre; es África, pero Latinoamérica es el más desigual. Y esa es realmente nuestra patología. La pobreza se vuelve más agraviante cuando está rodeada de desigualdades”.

Explica, en media cancha, que cuando se trata de relacionar economía con éxito futbolero, justamente el futbol es la excepción. Uruguay y Brasil han sido campeones del mundo y no representan a las economías más brillantes. El mundial, dice, es un encuentro cultural.

De pronto, un 4-2-4. Con extremos al fondo. Es estadio. Centro. Remate al arco del astro de la ciencia política: “Ir a los estadios y observar lo que en ellos sucede ayuda mucho a entender el comportamiento de las personas en otras esferas de la vida.

Yo he hecho muchas analogías entre el futbol y la política. No me queda la menor duda que en el futbol uno puede detectar con mucha claridad a los aficionados y a los fanáticos. El aficionado es aquél que estando con un equipo esperando que gane es capaz de ver que se trata de un juego , que a final de cuentas ese juego puede ganarse, empatarse o perderse.

Vive quizás con pasión lo que sucede con su equipo, pero tiene la serenidad de dimensionar las cosas, de darle al futbol la característica de recreación lúdica”. El fanático, puntualiza, no tiene ese recurso.

Toma el asunto como una pasión desbordada, cree que todo lo que hace su equipo es correcto y todo lo que hace el adversario es incorrecto. Además, nunca acepta las derrotas ni las decisiones arbitrales. El fanático sobreactúa en lo que está viendo. Otro desborde, ahora por el centro.

El reglamento, el respeto a la promesa de pulcritud y al hombre que dicta sus fallos dentro del partido. Pero, en otro terreno, el electoral, los partidos que no siempre respetan las decisiones del árbitro.

El juego es un hecho político y democrático. Regate de Woldenberg, ex presidente del IFE: “Podemos hacer otra analogía. En la política democrática y en el deporte hay reglas, esas que permiten el desarrollo del juego, o bien, el desarrollo de las elecciones.

  • Sin esas reglas, sencillamente el juego sería imposible, sería anárquico;
  • Las reglas son las que le dan sentido al juego o al proceso electoral;
  • Ahora bien, todos sabemos que las reglas se pueden violar;
  • No hay ninguna regla que no pueda incumplirse;

Somos muy dados a culpar a la regla de todo lo que sucede, y luego a sorprendernos cuando se viola. Yo digo: si no fuera violable, no sería regla. Las reglas generan un “deber ser” que, por supuesto, siempre se puede romper. Por ejemplo, desde hace miles de años, está prohibido el asesinato.

Pero ahí nadie culpa a la regla, la regla es correcta…”. En el futbol o en los procesos electorales –agrega- se requiere de un árbitro, que es el que interpreta la regla y va marcando cuando se infringe.

Por supuesto que el árbitro se puede equivocar, eso lo sabemos, advierte Woldenberg, luego pasa al hueco: “La FIFA ha llegado a decir que los errores arbitrales son parte del juego. Eso me parece de una enorme inteligencia. Claro, hoy se pueden utilizar tecnologías para coadyuvar la labor arbitral, pero siempre existe la posibilidad de la duda.

  1. Recordemos aquel Mundial de Inglaterra: ¿cuántas veces se ha repetido aquel gol que se dio por bueno? Mucha gente dice que sí entro y mucha gente dice que no;
  2. Pero bueno, a final de cuentas, así es el juego”;

-¿Y en la cancha política? -En el caso de los procesos electorales, en México hemos entendido que, además de las reglas, se requiere un árbitro, y creo que se ha generado un arbitraje bastante completo, pero existe la posibilidad de que quien pierda, le eche la culpa o a las reglas o al árbitro o a sus adversarios.

  • Cambió de juego;
  • Desdoble por la otra banda, tres cuartos de cancha;
  • Los hinchas, la tribuna, Elías Canetti, la expresión de las masas;
  • – ¿Es acaso el estadio un parlamento del juego? Tapón en la media luna: “La tribuna no es un parlamento en el siguiente sentido;

Se supone que en el parlamento uno va a intercambiar puntos de vista. Si algo tiene la tribuna es que no escucha, sobre todo las porras, que quizás expresan sentimientos, pero no dialogan. Los estadios se parecen más a los mítines, a las marchas y muy poco a los parlamentos”.

El versátil creativo asegura que a Canetti le hubiera gustado ir a ver más partidos de futbol. Su brillante inteligencia hubiera tenido más argumente para analizar el fenómeno de las masas. -El país con su verdadero rostro.

“Yo diría que es uno de los rostros de un país, no exactamente ‘el rostro’. Y a veces podemos ver un rostro que aterra, que da miedo, que inhibe; porque ya lo sabemos: la masa congregada no actúa como la suma de individuos sino como otra cosa muy poderosa (según Canneti).

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No es casual que ahora en los estadios -cuando hay partidos muy importantes- haya un despliegue policiaco tan grande por temor a la reacción de una masa enfurecida. Lo que pasa es que mucha gente coloca su identidad en el futbol.

Siente que ahí se juega algo más que un partido, que se trata de algo más que un encuentro deportivo y que lo puede vivir como si se tratara de una confrontación bélica. Incluso hasta el lenguaje que se usa para descalificar al enemigo es muy propio de las actividades guerreras.

  1. -¿Cuál sería la formación ideal, en términos políticos, para un equipo? “Yo creo que a partir del 4-2-4, lo que hemos vivido desde que Brasil lo inauguró a finales de los sesenta, son modificaciones sobre el mismo esquema;

Pero creo que todo esto ya no depende de la formación como tal, sino de la puesta en práctica de esa formación. Es decir: ¿cómo a partir de una formación inicial se mueven los jugadores? Creo que ahí está la clave. Final del juego..

¿Cuál es la importancia de las normas de la escuela?

¿Por qué es importante seguir las reglas? – Las reglas escolares permiten a los estudiantes estar conscientes de las consecuencias de un mal comportamiento. Aunque pueda parecer una imposición negativa, los reglamentos están pensados para mantener la seguridad y una sana convivencia en la escuela.

¿Cuáles son las normas de la escuela?

Normas de comportamiento y reglas de convivencia en el aula – Como se mencionó en el principio del artículo, debéis tener claro que las normas de comportamiento pueden variar dependiendo del ciclo educativo en el que se encuentre, pero hay ciertas normas básicas que deben ser implementadas y seguidas en todas las aulas de clase.

  1. Se debe entrar y salir de forma ordenada al salón de clase.
  2. Se debe saludar y despedirse
  3. Los turnos para tomar la palabra dentro del aula deben ser respetados.
  4. Se debe tener una actitud atenta durante las clases.
  5. Se debe escuchar a los demás compañeros durante las exposiciones.
  6. Los estudiantes se deben sentar correctamente.
  7. Se debe escuchar y atender a los maestros.
  8. Ayudar a los compañeros en caso de así ser requerido.
  9. Hablar en voz baja.
  10. No correr dentro del aula.
  11. Cuidar el material de estudio.
  12. Ser puntual a la hora de llegar a clase.
  13. Ser ordenado.
  14. Pedir la palabra y respetar los turnos.
  15. No interrumpir cuando otra persona está hablando.

Las anteriores son las normas básicas que todo alumno debe cumplir, sin embargo, el maestro debe también seguir unas normas básicas dentro del aula:

  1. Empezar las clases de forma puntual.
  2. Ser respetuoso con los alumnos.
  3. Tener el material adecuado para impartir las lecciones.
  4. Hablar de forma clara y precisa.
  5. Utilizar un tono de voz moderado.
  6. Ser imparcial con los alumnos.
  7. Tratar a todos sus estudiantes por igual

Debéis saber que cada centro educativo puede implementar sus propias normas de comportamiento según los valores éticos y el tipo de formación que este implemente, sin embargo, siempre debe imponerse el respeto frente a los demás, la tolerancia, la igualdad de derechos y la libertad de expresión. Siguiendo pautas y normas es como se fortalece una sociedad, es por eso que la implementación estas desde pequeños escenarios como el aula de clases, permite que se formen adultos mas éticos. Qué Sucedería Si En La Escuela No Hubiera NormasConoce algunas normas básicas de comportamiento en el aula, te ayudarán en tú tarea. Ya hemos visto 15 normas básicas de comportamiento en el aula, pero como el hogar, la familia, la escuela están unidos, ampliamos estas normas de convivencia para niños al hogar, la familia incluso los lugares públicos, continuamos…… La carencia de la transmisión de normas de convivencia en los niños trae como resultados la inadaptación de ellos en diferentes ámbitos; sociales, culturales, escolares y, ya en la vida adulta, laborales también.

Por tales razones es indispensable que les inculquemos estos valores que, poco a poco, se irán convirtiendo en hábitos adquiridos ayudándoles a convertirse en ciudadanos respetuosos. Las normas de convivencia deben tener su punto de partida en el hogar.

Si éstas se transmiten del modo adecuado, será mucho más sencillo que los niños reproduzcan estas en el aula, entre sus amigos o en la vía pública. En consecuencia y como primera norma, debemos ser claros en aquello que deseamos transmitirles a los niños.

¿Por qué es importante cumplir con las normas?

LA IMPORTANCIA DE LOS LÍMITES Y LAS NORMAS

  1. QUÉ SON LAS NORMAS Y LOS LÍMITES

El límite le dice al niño: “Hasta aquí puedes llegar, más allá no”. La norma es la forma en que se traducen los límites en el día a día. Cada familia ha de establecer sus propias normas. Los límites proporcionan seguridad al niño para enfrentarse al mundo. Las normas marcan la organización necesaria para que una familia, y por extensión cualquier otra forma de convivencia funcionen.

  1. LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN  

La forma en la que nos comunicamos en la familia es fundamental para establecer con éxito los límites y las normas. Todo lo que hacemos en la vida se acompaña de comunicación. Cuando no se expresa claramente el mensaje, o el interlocutor no entiende lo que se le quiere decir, aparecen barreras que producen dificultades en las relaciones. Con los hijos pasa lo mismo, si los padres son claros con el mensaje que quieren transmitir, si se aseguran de que los hijos les entienden, si escuchan lo que éstos tienen que decir, se puede establecer una relación de respeto y entendimiento.

A través de las normas el niño aprende qué está permitido, y qué no, y para ello es necesario decirle en ocasiones “no”, y mantenerlo siempre que sea necesario. Esto evitará que surjan discusiones, y ayudará a encontrar momentos de entendimiento.

Tener una buena comunicación en casa es fundamental para establecer una convivencia tranquila, sosegada y feliz. La comunicación sirve para:

  • Establecer contacto con los otros.
  • Dar o recibir información.
  • Expresar o comprender lo que pensamos.
  • Transmitir nuestros sentimientos.
  • Compartir o poner en común algo.
  • Relacionarse.

Elementos que facilitan la comunicación + La escucha activa : que consiste en mantener una conducta que le dé a entender al niño que se está atendiendo a lo que dice, como por ejemplo mirarle a la cara o colocarse a su altura para hablar con él/ella. + La habilidad para motivar y el refuerzo social , que consisten en señalar al niño cuánto nos gusta comunicarnos con él diciéndole cosas como: “me encanta que hablemos”, “ahora entiendo lo que quieres”, ayudan a mantener la atención evitando las distracciones.

Es muy necesario buscar momentos adecuados y frecuentes para hablar con los hijos, sentirán que son importantes, les dará seguridad y tranquilidad, y nos proporcionará información sobre cómo se sientes y podremos detectar preocupaciones, miedos, problemas, etc.

+ La empatía : que es la habilidad para ponerse en el lugar del otro. El objetivo es entender lo importante que son para el niño sus cosas, aunque para el adulto parezca que son cosas sin importancia. Para poner en marcha estos elementos facilitadores de la comunicación es necesario desarrollar las siguientes habilidades:

  • Dar información positiva.
  • Emitir mensajes coherentes, que no den lugar a contradicciones.
  • Expresar sentimientos, tanto los que nos resultan agradables como aquellos que no lo son (no hay sentimientos buenos o malos, algunos son agradables y otros desagradables. Hay que aprender a expresarlos y gestionarlos de forma adecuada).
  • Expresar un clima emocional de cariño y respeto.
  • Pedir y escuchar la opinión de los demás.

Cuando comunicamos un mensaje verbal, nuestras palabras van acompañadas de gestos, posturas, tono de voz, miradas, y otros recursos que constituyen la comunicación no verbal. Esto es muy importante, ya que tenemos que intentar que exista coherencia entre comunicación verbal y la no verbal. El diálogo Tanto el exceso como la falta de diálogo dificultan la comunicación, y en la mayoría de los casos producen distanciamiento entre padres e hijos.

  • Hay que evitar el exceso de diálogo , es necesario que se de tiempo al niño para que entienda lo que se le ha dicho, y después se le puede preguntar qué opina.
  • También tenemos que evitar la falta de diálogo. Debido a la falta de diálogo, puede parecer que disminuyen los conflictos, ya que al no hablar pueden disminuir las discusiones y los roces. Pero se pierde la oportunidad de compartir momentos en los que todos expresan cosas que les vinculan afectivamente, y a la larga esto puede generar problemas importantes.
  • Hay que enseñar a los niños a comunicarse , haciéndoles ver que lo que dicen es importante, y por lo tanto ellos también lo son. Las familias que dan prioridad a la comunicación no evitan los conflictos, sino que se enfrentan a ellos y aprenden recursos y estrategias para poder resolverlos.
  1. LA AUTORIDAD

El ejercicio de la autoridad suele ser una fuente de conflictos, pero se complica aún más cuando no se ejerce de la forma adecuada. Es importante para los niños identificar un modelo válido de autoridad. Para ganarse un reconocimiento que les otorgue autoridad los padres pueden: + Establecer normas de funcionamiento que tenga en cuenta las necesidades de los miembros de la familia, es decir, contar con lo que el niño precisa.

  1. Es necesario buscar y reservar momentos todos los días para escucharse los unos a los otros, manteniendo una actitud abierta hacia las diferentes opiniones, y con predisposición para escuchar lo que dice cada uno;

+ Consensuar entre los que ejercen la autoridad (habitualmente padre y madre) lo que se quiere conseguir y seguir una misma línea. Una vez decidido, comunicárselo al resto de la familia, a los abuelos, cuidadores, etc para que exista coherencia en los mensajes que se le dan al niño. Algunas ideas para mantener la autoridad:

  • Tener buen humor, serenidad y paciencia.
  • Mantener una línea de actuación coherente.
  • Acordar en pareja cómo educar a cada hijo.
  • Prestar atención a los intereses y problemas del niño.
  • No mostrar discrepancias entre ambos progenitores delante de los hijos.
  • Es necesario ser firmes y constantes en la aplicación de las normas, sin olvidar que en determinados momentos también es necesario ser flexible, y no olvidar nunca el cariño.
  • Reforzar positivamente y dar valor a aquellos momentos en los que el niño presenta el comportamiento adecuado.
  • Fomentar la autonomía y la libertad, y al mismo tiempo fomentar que adquieran responsabilidades.
  1. EL VALOR DEL “NO”  
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Una de las dificultades más importantes a la hora de aplicar los límites en la familia, es el miedo que surge cuando hay que decir no a alguna demanda de los niños. Lo que se teme en concreto es no saber controlar la reacción que pueda tener el niño ante la negativa. Para mantener los límites de forma consecuente, en numerosas ocasiones los padres tienen que decir que “no”, y no ceder a las exigencias de los hijos.

  1. + Cumplir y hacer cumplir las normas marcadas, que han sido consensuadas;
  2. Es necesario que se lleve a la práctica lo previsto, y ser coherentes y constantes en la aplicación de las consecuencias que se derivan tanto del cumplimiento como del incumplimiento de dichas normas, que se han establecido y comunicado previamente;

Cuando decimos “no”, no debemos sentirnos culpables, ya que ello les va a ayudar a madurar y crecer. Además, decir “no” sirve de aprendizaje para cuando sean adultos, ya que la realidad es que no siempre saldrán la cosas como ellos quieren, sino que tendrán que enfrentarse a muchas frustraciones, y aprender a gestionar la tolerancia a la frustración de no tener lo que quieren cuando quieren.

  • Decir “no” cuando es justo y necesario, no culpabiliza a quien lo dice, y educa a quien lo escucha.
  • Un “no” dicho con convicción y énfasis ayuda al niño, y es mejor tolerado. En cambio, un “no” poco creíble carece de valor.
  • Tampoco debemos caer en decir “no” a todo aquello que pide el niño, ya que esto lleva a reprimir su iniciativa, y a que no se muestre comunicativo.
  1. LA IMPORTANCIA DE LOS LÍMITES  

Todos los niños quieren y necesitan comprender las normas de cada uno de los contextos en los que viven (colegio, casa, parque, etc). Necesitan saber hasta dónde pueden llegar, y qué pasa cuando rebasan esos límites. Si no pasa nada, es decir, si no hay ninguna consecuencia, seguirán rebasando dichos límites. Los límites dan seguridad   El hecho de establecer límites y normas permite que el niño se sienta seguro y protegido porque sabe con quién puede contar para que le guíe en su aprendizaje.

Dicha tolerancia a la frustración se aprende cuando los padres dicen “no” y lo mantienen. Si un niño nunca se enfrenta al “no” del adulto, le costara mucho más hacer frente a la adversidad, y a aquellas situaciones en las que no consigue lo que quiere, y no adquirirá recursos y estrategias que le ayuden a enfrentarse a ellas de forma adecuada.

Los límites también aportan a los niños seguridad emocional, porque lo nuevo desconcierta. Gracias a los límites tienen orientación que guíe su conducta. Los padres que informan claramente a sus hijos de cómo hacer las cosas, y de hasta dónde pueden llegar convierten su vida en algo predecible, y como consecuencia les dan seguridad.

Los niños que se rigen por normas justas saben lo que ocurre cuando no las cumplen. Los límites ayudan a aprender cuáles son las conductas adecuadas   Cuando los límites están claros y no cambian constantemente, los niños saben si la conducta que presentan es adecuada o no, y también qué consecuencias tiene el incumplimiento de una norma.

Los límites son un aprendizaje fundamental para la vida adulta   Cuando se marcan límites en casa es inevitable que surjan disputas, ya que lo más probable es que el niño intente saltárselos. Un actitud serena, tranquila y consecuente por parte de los padres es fundamental para superar el conflicto, y para que el niño aprenda que no siempre puede hacer lo que quiere.

  • Por un lado, esta actitud resulta más convincente que dar gritos o amenazar, y por otro, sirve de modelo al niño, que imitará la manera de comportarse de sus padres cuando tenga que solucionar sus propios conflictos;

Si los límites y sus consecuencias están correctamente definidos, el niño aprende a tomar decisiones. Por ejemplo: “¿Qué hago?, ¿Me como la cena y así luego puedo tomar el helado? ¿o elijo no probar bocado y renuncio al postre?”. Esto ayuda a los niños a hacerse responsables de las consecuencias de su comportamiento.

Así, poco a poco, van aprendiendo que son ellos quienes marcan sus propios límites. Al principio necesitan que el límite venga de fuera, que lo fijen sus padres, pero con el tiempo serán ellos los que establezcan las normas que dirijan su comportamiento.

Una vez que se conviertan en adultos, no precisarán que alguien les diga cómo actuar, ya que habrán aprendido e interiorizado cuándo un comportamiento es adecuado y cuándo no. Los límites ayudan a establecer relaciones   Una de las cosas que con más frecuencia exploran los niños es el grado de control o de poder que sus padres tienen sobre ellos.

La experiencia les enseña hasta dónde pueden llegar, y cuál es su posición con respecto a los otros miembros de la familia. Al principio este aprendizaje tiene lugar en la familia, y posteriormente se extrapola a otros ambientes donde existe autoridad como el colegio.

Un niño con límites poco claros y no definidos se hace preguntas del tipo: “¿quién nada aquí?” o ¿hasta dónde puedo llegar?”, y mantiene una incesante lucha con las normas que rigen la organización del grupo. Esta actitud puede extenderse a otros contextos, y por ejemplo puede llevar a problemas de comportamiento en el colegio, que pueden derivar también en problemas sociales con iguales.

  1. CÓMO DAR UNA ORDEN  
  1. Limitarnos a una sola instrucción

Hay que usar un lenguaje que el niño entienda en función de su edad y sus características personales. Si nos dirigimos a él en estos términos: “Deja de jugar, recoge, prepara el pijama, y cuando estés en el baño avísame”, el niño cuando esté a mitad de camino, ya no se acordará de lo que le hemos pedido, y lo más probable es que siga jugando en su cuarto.

  1. Es importante que se le explique con claridad qué puede hacer, mediante el establecimiento de limites adecuados y haciendo un continuo seguimiento de que se cumplan, esto ayudará a evitar conductas tiranas, exigentes y agresivas en los diferentes contextos en los que se desarrolle;

Su capacidad de atención y retentiva es limitada. A medida que vaya siendo más mayor podemos darle varias órdenes o instrucciones juntas.

  1. Las órdenes e instrucciones tienen que ser claras

Los niños necesitan que les pidamos con mucha claridad y de forma específica lo que queremos y esperamos de ellos. La diferencia entre “aséate” y “lávate las manos y péinate” es grande.

  1. Marcar una pausa para ver si el niño nos ha entendido

Puede ser útil que repita lo que tiene que hacer, y las consecuencias de hacerlo o no, para comprobar que ha entendido nuestro mensaje.

  1. Repetir el mensaje

Este paso sólo es necesario si el niño no ha sabido hacer lo que le hemos pedido.

  1. Ayudarle a hacer lo que le hemos pedido

Podemos acompañarle e iniciar la acción con él. Una vez que empiece a hacerlo, nos retiramos para que continúe solo. Así le ayudamos a que se centre en la tarea y no se despiste con otros asuntos.

  1. Reforzarle cuando nos haga caso

Es importante reforzar de forma positiva al niño con comentarios como: “Estoy muy contento por lo que has hecho”, “creo que te has esforzado muchísimo”, “cada vez te salen las cosas mejor”, etc.

  1. CÓMO DAR UNA ORDEN  

Tenemos la tendencia a ser selectivos y fijarnos en lo negativo, pasando por alto lo positivo. Se debe evitar dar órdenes o instrucciones haciendo hincapié en comportamientos negativos. Por ejemplo: “no grites”, “no cojas el mando de la tele”, “no tires de la cortina”. Cuando marcamos las órdenes negativas estamos atendiendo a lo que no tiene que hacer el niño, pero no le decimos qué es lo adecuado.

Son convenientes mensajes del tipo: “habla bajito, así te oigo mejor”, “dame el mando para que lo guarde yo”, “juega aquí en la mesa en vez de detrás del sillón”. De esta forma el niño sabe lo qué le estamos pidiendo, y puede llevar a cabo la conducta adecuada.

Otro de los riesgos de hablarle en negativo es caer en la regañina crónica. Cuando los padres no dicen al niño qué puede hacer, y se limitan a prohibir comportamientos, están favoreciendo que los repita, ya que es una forma de recibir atención. Es conveniente dar la instrucción y orden en positivo, y así plantear alternativas de comportamiento..

¿Cuál es la importancia de cumplir las normas?

Las normas ayudan a poner límites a los impulsos y comportamientos, así como a crear conductas sociales y saludables. Además, aumentan el autocontrol de la persona. Imponer unos límites claros y coherentes, aunque sea complicado e ingrato, es más que necesario.

¿Cuándo se cobra offside en el fútbol?

Artículo 11 de la IFAB, “el fuera de juego” – Como recoge el artículo 11. 2 de la International Football Association Board (IFAB) , ” un jugador estará en fuera de juego si: cualquiera parte de su cabeza, cuerpo o pies se halla más cerca de la línea de meta contrario que el balón y el penúltimo adversario.

  1. No se tendrán en consideración las manos ni los brazos de los jugadores, incluidos los de los guardametas;
  2. Es decir, que en el momento en que se juega el balón se juzga la posición, no la infracción;
  3. Así mismo el texto de la IFAB recoge en el cómputo general que ” un jugador en posición de fuera de juego en el momento en que el balón toca o es jugado por un compañero de equipo será sancionado únicamente si llega a participar de forma activa en la jugada;
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” Se considerará que un jugador en posición de fuera de juego no ha sacado ventaja de dicha posición de fuera de juego no ha sacado ventaja de dicha posición cuando reciba el balón de un adversario que juega voluntariamente el balón, con la excepción de una ‘salvada’ por parte de un adversario “, continúa la norma.

  1. En el caso de las salvadas la IFAB aclarará en su artículo 11;
  2. 4 que los balones provenientes de rebotes o ” salvadas “, la acción que hace un jugador con el fin de detener o desviar un balón que va en dirección a la portería, también se considerará como infracción por fuera de juego: “g anando ventaja de dicha posición (fuera de juego) jugando el balón o interfiriendo en un adversario… “;

El reglamento no habla acerca de condicionar una jugada o una salvada , como en este caso, solo de interferir de manera directa o aprovecharse de un rechace.

¿Cuáles son las 10 normas de convivencia escolar?

¿Qué son las normas en la escuela para niños?

Las normas de convivencia en clase para los niños son unas pautas sociales basadas en el respeto entre las personas y cuyo objetivo es el de mantener un clima escolar adecuado.

¿Cuáles son las razones para no cumplir con las normas?

La norma recoge lo que se puede o no se puede hacer en algún sitio (la casa, el colegio, el trabajo…) En la mayoría de los casos las normas no se cumplen porque:

  • Porque no ha habido consecuencias ni positivas ni negativas tras incumplir esas normas. Por ejemplo: Te dicen en el trabajo que no se puede fumar. Al día siguiente enciendes un cigarrillo y nadie te dice nada. Entonces, dejaremos de cumplir esa norma, la olvidamos.
  • Porque los modelos de referencia no las cumplen. Por ejemplo: en casa ponemos la norma de que hay que hacer la cama antes de salir de la casa. Pero tú que eres la madre, sales y no la haces. Para tus hijos dejará de ser una norma porque alguien tan importante como tú no la cumple.
  • Porque hay contradicción entre normas. Por ejemplo: tú le dices que hay que comérselo todo pero tu pareja le retira el plato en cuanto dice que no quiere más. O le dices que cuando limpie la mesa no tire los restos al suelo, y su padre le dice que es igual, que va a barrer después de todos modos.
  • Porque la norma es inconsistente , es decir, sólo hay que cumplirla en determinados casos. Por ejemplo, la norma es que no hay que levantarse de la mesa mientras comemos, pero como estoy cansada le dejo que haga lo que quiera. Al día siguiente no se levanta hasta que se lo coma todo. El hecho de que las normas se cumplan unos días si y otros no, hace que los menores las entiendan como algo que no es importante.

¿Qué pasa si se cumplen las normas?

¿Por qué es importante tener reglas familiares? – Las reglas familiares ayudan a los niños a entender qué comportamientos son buenos y cuáles no. A medida que los niños vayan creciendo, irán a más lugares donde habrá reglas que deberán seguir. Seguir reglas en la casa puede ayudarles a aprender a seguir las reglas de otros lugares.

Es normal que los niños rompan las reglas y pongan a prueba los límites. Romper una regla es la manera que tienen los niños de aprender sobre el mundo que los rodea. Hacer cumplir constantemente las reglas al aplicar consecuencias cuando las rompen los ayuda a entender que son importantes.

Recuerde que los niños pequeños a veces rompen las reglas simplemente porque las olvidan. No siempre las rompen porque están poniendo a prueba los límites. No obstante, nuestra respuesta debe ser la misma sin importar cuál sea el motivo por el cual se rompió la regla.

¿Qué se puede hacer si alguien no cumple con las normas de convivencia?

10 consejos para poner normas en casa – Estos 10 consejos te ayudarán a llegar a un correcto establecimiento de las normas en casa: 1. La norma debe responder a una necesidad. A parte de las fundamentales que siempre responden a una necesidad, las normas importantes se deben poner cuando hemos visto que reiteradamente se produce un comportamiento que no nos gusta, (llega tarde a casa, no se lava los dientes tras las comidas, habla faltando al respeto.

Deben estar en consonancia con la edad y madurez de tus hijos. Solo así tendrá un sentido realista y los niños estarán preparados para cumplirla. Para establecer una norma tiene haber consenso, es decir, los dos padres deben estar de acuerdo con la norma.

Si entre los padres hay fisuras, los hijos pueden utilizarlas para incumplir la norma. Además, la considerarán inútil porque saben que carece de importancia para el otro progenitor. Las normas deben estar formuladas en positivo , es decir, en vez lugar de “no faltar al respeto” decimos “hablamos con respeto”.

Las normas no deben imponerse. Al contrario, deben establecerse en un momento de calma y explicarla en positivo. Evita establecer normas y límites tras un enfado o en un momento de cansancio para no trivializar con este tema.

Las normas deben comunicarse cuando los niños estén receptivos y acepten las normas y los límites como algo positivo para ellos, nunca como un castigo. Las normas deben explicarse de manera clara. Argumentar sin rodeos y con asertividad es muy útil para que los niños entiendan el sentido de la norma.

  1. El incumplimiento de la norm a tiene consecuencias;
  2. Deben entender la norma como las consecuencias positivas (cumplimiento) y negativas (incumplimiento);
  3. Para conseguirlo debemos mantenernos firmes, pero colaboradores, es decir, debemos encontrar el equilibrio animando al cumplimiento y vigilando el éxito aplicando las consecuencias positivas o el fracaso aplicando las negativas previamente establecidas;

Las normas deben ser revisadas y evaluadas a lo largo del tiempo. Las normas no valen para siempre, por eso deben ser abiertas y estar en consonancia con el grado de maduración de los niños. Por eso, revisarlas y evaluarlas con frecuencia puede ser garantía de éxito. 10. Los niños necesitan un periodo de adaptación a las normas. Evita rendirte antes de tiempo. Los niños necesitan tiempo para asumir las normas y cumplirlas. Si al principio les cuesta, dales nuevas oportunidades.

¿Por qué nos cuesta cumplir con las normas?

Difícil acatar órdenes – Para Delgado, a la mayoría de seres humanos les cuesta acatar o seguir órdenes y lineamientos porque dentro de su entorno cultural y social se han acostumbrado a transgredir la más mínima normativa, alegando que son libres de hacer cualquier acto que para ellos son de su agrado y por lo tanto hacen a un lado lo correcto.

Delgado también señala que observamos en la actualidad la ausencia de sentido de la función que tiene sobre nosotros la cultura , por lo que existe una falta de solidaridad con los demás y eso se nos vuelve en contra.

“Incluso la noticia del contagio no ha calado tan hondo en la mente de muchos que siguen dispuestos a transgredir las normas y leyes, incluso, cuando está en riesgo su propia vida. La cultura lo que viene hacer es reducir las pulsiones o impulsos agresivos y de muerte para permitir que las pulsiones o impulsos de vida se puedan manifestar”, sostiene.

Asimismo indica que en estos momentos de nuestra realidad social, la mayoría de seres humanos han regresado a su estado más primario de la naturaleza humana , olvidando la importancia de respetar las normas para cuidar de su bienestar.

¿Y por qué sucede esto? se pregunta Delgado, quien al mismo tiempo da la respuesta. “Porque la cultura nos ha permitido crear vínculos y lazos sociales con los cuales se puede convivir en comunidad, pero esto da como resultado el hecho de reprimir nuestros impulsos más primarios y de esa manera se genera un malestar en el ser humano a causa de la represión”, comenta.

“El hecho de no poder hacer lo que queramos, sino lo que nos imponen, y lo que dicen que es “correcto” deja en evidencia que nuestra formación cultural ha dejado una marca notable porque no está claro lo que significa hacer lo correcto”, añade.

Asimismo indica que lo primero que nos debemos plantear es la siguiente pregunta ¿Qué es lo correcto? Significa “libre de errores o defectos, conforme a las reglas”. “Es el significado que se le da a esta palabra, pero lo primordial es cuestionar el significado que le da cada sujeto y esta significación radica en la historia de cada individuo y el encuentro con lo que ha logrado construir”.