Que Son Los Juegos De Reglas En Educacion Fisica?

Que Son Los Juegos De Reglas En Educacion Fisica
¿Qué son los juegos reglados? – Tal y como su nombre lo indica, estos juegos cuentan con una serie de normas, las cuales los niños consideran que deben obedecer. Estas son fundamentales para diversos aprendizajes, entre los cuales resaltan los expresivos, sociales, lógico-conceptual, entre otros.

Estas reglas les permitirán a los niños conocer exactamente lo que se debe hacer y lo que no durante el juego. De igual manera, los juegos reglados son asimilados de manera diferente dependiendo la edad de los pequeños. Entre los cuatro y cinco años los niños desarrollan la capacidad de colocarse en el lugar de las otras personas.

Sin embargo, presentan ciertos inconvenientes al reflexionar. De esta manera, acatan las reglas como una manera de jugar, pudiendo ajustarlas o modificarlas si lo desean, A los seis años inicia a en los pequeños el desarrollo cognitivo de esta manera, las reglas del juego son exactamente las que se han indicado.
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¿Qué es el juego de reglas en Educación Física?

El juego en la iniciación deportiva escolar 1 / 5 1. Introducción Puede decirse que el conjunto de normas reglamentarias propio de cada modalidad deportiva determinan su esencia como práctica, en tanto que mediante tales normas se establecen los objetivos que se han de alcanzar, el tipo de acciones que se permiten para conseguirlos, las sanciones a las infracciones, las características del terreno de juego o del espacio de práctica deportiva, los requisitos que ha de poseer el material.

En consecuencia, las normas condicionan, en gran medida, a los otros dos aspectos estructurales, los técnicos (habilidades específicas) y los tácticos (estrategias de juego). En efecto, la configuración y el desarrollo técnico-táctico de una modalidad deportiva determinada está condicionado por las normas reglamentarias, ya que dicha configuración y desarrollo depende de factores tales como las posibilidades de acción personal y colectiva que se ofrecen, las características físicas y espaciales de los materiales propios de cada modalidad deportiva, la función y formas en que ha de ser utilizado tal materia, las posibilidades de utilización de los espacios que conforman el terreno de juego o del espacio de práctica deportiva., y tales factores son objeto de regulación por las normas recogidas en el propio reglamento.

Por otra parte, también puede decirse, en términos generales, que las reglas de juego, al establecer las condiciones en que ha de tener lugar la práctica deportiva, dotan a ésta, de forma implícita, de un grado de complejidad y de dificultad determinado.

Así, el número de componentes de los equipos, la altura o tamaño del objetivo, el peso o la forma o el tamaño del implemento (raqueta, stick, jabalina.) o del móvil (bola, balón, volante.) que se utilice, son factores estandarizados cuya modificación afectaría a la dificultad o a la complejidad de la práctica deportiva correspondiente.

Por ello mismo, la consideración didáctica de tales factores en la iniciación deportiva escolar adquiere una importancia fundamental, ya que la posibilidad de modificarlos o adaptarlos permite ajustar la dificultad y complejidad que poseen las diferentes modalidades deportivas, en su versión «oficial», a las capacidades del alumnado.

En efecto, se puede incidir sobre la dificultad de las acciones aliviando las exigencias técnicas o reglamentarias, sobre las características del material utilizando otro similar pero de diferente peso, tamaño, dureza., o sobre la complejidad de la práctica disminuyendo el número de jugadores o jugadoras y por tanto la incertidumbre 1,

A este respecto cabe señalar que Martínez de Dios (1996:54) distingue entre «adaptaciones reglamentarias cuantitativas » (cuando se obvia un número determinado de normas que precisan un trabajo especializado y que requieren un alto nivel de exigencia técnica, ya sea porque que pueden resultar peligrosas para el alumnado, o, simplemente, porque no hay justificación para aplicarlas a los principiantes), y «adaptaciones reglamentarias cualitativas » (cuando se aplican las normas pero de manera flexible o adaptada, en función del nivel de los principiantes y de acuerdo con las necesidades docentes).

En este sentido, y a modo ilustrativo, tomando como ejemplo el caso del aprendizaje de la entrada a canasta en baloncesto, piénsese en la enorme diferencia en dificultad y complejidad que habría en una situación de juego de 5×5, en la que no se introdujeran adaptaciones normativas ni cuantitativas ni cualitativas, se utilizara un balón de dimensiones y peso reglamentario, y se pretendiera la realización del gesto técnico correcto, si se comparase con otra situación de juego de 2×2 (o de 1×1+1, o de 2×2+1.) 2, en la que se utilizara un balón de tamaño y peso reducido, se aplicase de forma flexible la falta de «pasos» y se redujesen las exigencias técnicas en dicha acción.

Júzguese ahora el valor didáctico de una y otra actividad en la iniciación al baloncesto, considerando que el propósito inicial de ambas actividades fuera que los alumnos y las alumnas comenzaran a descubrir las ventajas que ofrece tal habilidad específica para conseguir el objetivo del juego, a identificar las situaciones apropiadas para utilizarla, y a familiarizarse con la realización de tal acción.

Pretender que los alumnos y las alumnas comiencen los aprendizajes técnico-tácticos de una modalidad deportiva determinada, como, por ejemplo, el hockey, el baloncesto o el voleibol, manteniendo desde el principio las exigencias reglamentarias de tales deportes en su versión «oficial», constituye a mi juicio una barbaridad pedagógica difícilmente justificable.

No sólo porque ello supone hacer que los alumnos y las alumnas deban afrontar la realización de aprendizajes cuya complejidad y dificultad apenas les ofrece posibilidades de éxito en la mayor parte de los casos, al no estar preparados para ello por carecer de los conocimientos previos y capacidades necesarias, sino también por los efectos negativos que los correspondientes fracasos podrían acarrear en muchos de ellos y de ellas, tanto en lo que se refiere a la propia estima como a la formación y desarrollo de actitudes positivas hacia la práctica deportiva.

Desde otra perspectiva, cabe considerar la relación entre las reglas de juego y la conducta moral. La funcionalidad de las reglas de juego ¾y de las reglas sociales en general¾ presupone su aceptación previa y el compromiso implícito de respetarlas, lo que, a su vez, requiere un difícil y complejo proceso de aprendizaje que permita alcanzar el desarrollo moral necesario para ello.

La enseñanza y aplicación de las reglas de juego en el aprendizaje deportivo ofrece excelentes posibilidades de contribuir a promover tal desarrollo moral, y deben ser aprovechadas como parte fundamental del proceso de iniciación deportiva escolar. A continuación se exponen algunas consideraciones sobre las dimensiones normativas más relevantes -reglas, material y terreno de juego- donde, además de efectuar algunas consideraciones de distinto tipo, me referiré a las posibilidades que ofrece su modificación, desde un punto de vista didáctico, para favorecer el proceso de aprendizaje deportivo y la consecución de objetivos educativos.

También realizaré algunos comentarios sobre otros aspectos -el balón, las porterías, y los compañeros y adversarios- que son específicos de los deportes colectivos de balón, por la importancia social y educativa que tiene este conjunto de deportes y por el interés que poseen dichos aspectos, no sólo en el marco de tales deportes, sino en relación con el proceso de enseñanza de los mismos.

Por último, expondré algunas reflexiones acerca de las modificaciones reglamentarias propuestas para favorecer el proceso de aprendizaje, en relación con la idea de que puedan dar lugar a una posible desvirtuación o deslegitimación de las diferentes modalidades deportivas que configuran lo que puede llamarse «deporte institucional».2.

  • Las reglas de juego Entre otras cosas, las reglas de juego determinan el conjunto de acciones válidas, prescritas y prohibidas durante la práctica para conseguir alcanzar el objetivo que subyace en cada modalidad deportiva.
  • Con respecto a su función, cabe decir que las reglas tienen una importancia fundamental, ya que, además de establecer un marco de igualdad al que debe someterse la conducta de todos los participantes, caracterizan y configuran la forma de práctica que adquiere en esencia cada una de dichas modalidades, sus estrategias y sus acciones más distintivas.

Así, por ejemplo, las reglas que impiden retener el balón en el juego del voleibol, que prohiben que sea golpeado dos veces seguidas por el mismo jugador, y que prescriben un máximo de tres golpes durante cada jugada para su devolución al campo contrario (obviando ahora las excepciones a estas normas), no sólo condicionan enormemente el transcurso, la forma y las estrategias del juego, sino que contribuyen a definir y a configurar la esencia de esta modalidad deportiva haciéndola sustancialmente diferente a otras.

Otro tanto sucede, en el caso de la gimnasia artística o deportiva, respecto a las prescripciones sobre la cantidad, dificultad y el tipo de habilidades que han de realizarse en los distintos aparatos, la forma en que han de ser ejecutadas cada una de ellas y enlazadas, o el valor atribuido al riesgo, a la originalidad y al virtuosismo existente en los ejercicios correspondientes a cada aparato.

El alto grado de regulación y reglamentación normativa a que se ha llegado en la actualidad, no sólo determina minuciosamente las condiciones y modos en que ha de tener lugar la competición deportiva, sino que hace necesaria la correspondiente dotación de personal y equipamiento necesario para verificar el cumplimiento de las normas y aplicar, en su caso, las sanciones previstas cuando se infringen.

A este respecto cabe decir que mediante dicha reglamentación y dispositivos de control no sólo se establecen los cimientos y la estructura propia de cada modalidad deportiva, sino que, en la práctica, también se la acaba revistiendo de un «ropaje» determinado que da lugar a un conjunto específico de conductas, símbolos y rituales que constituyen también factores distintivos de cada modalidad deportiva.

Así, por ejemplo, las formas tan diferentes de relación interpersonal entre adversarios, o entre jugadores y árbitros, que pueden observarse durante el juego, incluso en deportes similares (fútbol, balonmano, baloncesto, rugby.), pueden considerarse como distintas formas de «cultura deportiva» que acaban contribuyendo a caracterizar profundamente cada modalidad.

En un sentido similar se pronuncia Parlebas (1988:87 y 89), cuando señala que las normas instauran un código de conductas a través de un sistema de limitaciones y posibilidades que modela los comportamientos de los participantes, coordinando sus acciones y reacciones y asegurando la coherencia profunda de cada modalidad deportiva.

Desde el punto de vista del deporte «oficial» o federativo, tal y como señala este mismo autor (1988:88), y utilizando sus propias palabras: “. Tal conjunto de prescripciones, enumeradas con todo detalle, da la impresión de un mosaico en el que no siempre se aprecia claramente el diseño de los motivos.

A decir verdad, el código proporciona los «artículos» que permiten organizar y asegurar el desarrollo legal del juego: está concebido para que el representante legítimo de la Federación, es decir, el árbitro, disponga de los elementos que le autorizan a decidir y sancionar” “Concebido pues con un fin práctico de arbitraje, la letanía de las prescripciones se relaciona esencialmente con los actos observables en estado bruto.

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Remite a comportamientos de superficie” “Los comportamientos de superficie enmascaran estructuras profundas, que no son directamente perceptibles por la simple enumeración de las reglas.”.

Hechas estas consideraciones iniciales sobre el carácter de las normas, y aun cuando sea muy sugestiva tal línea de reflexión, es preciso ahora adoptar otra perspectiva de análisis más acorde con las ideas que pretendo desarrollar sobre el significado, sentido y posibilidades educativas y didácticas que ofrecen las reglas en la iniciación deportiva que tiene lugar en el ámbito escolar. Las reglas de juego y el desarrollo moral

En primer lugar conviene ser consciente y tener presente que la mera existencia de reglas supone alejarse de una concepción de la actividad deportiva como juego 3 basado en una actividad libre y espontánea, al menos en sentido estricto. Aunque cabe aceptar la posibilidad de una práctica deportiva lúdica y anómica, como la que sostiene Sánchez Ferlosio (2000:479) respecto a la práctica de los deportes deslizantes (esquí, patinaje, windsurf.), en general, la concepción lúdica de la actividad deportiva se sitúa aquí en una línea próxima a la propuesta por Huizinga (1996:19 y ss., 24), donde coexiste en el juego la idea de actividad libre y la de un orden basado en reglas.

  1. Para Parlebas (1988:91), en cambio, el juego es una actividad concertada bajo coacciones que se aceptan porque son “.
  2. La condición imprescindible para la realización del juego y su cortejo de alegrías”, posición teórica que, desde mi punto de vista, también puede aceptarse en el fondo, aún cuando considere cuestionable la forma en que se plantea tal idea.

Sin entrar en el análisis de esta cuestión y de la contradicción que representa, me basta aquí con señalar y asumir la idea compartida por ambos autores de que la libertad en el juego adquiere sentido y significado en la libre aceptación por los participantes del orden creado por las reglas.

Ahora bien, en relación con la introducción y aplicación de las reglas en el proceso de iniciación deportiva que tiene lugar en el ámbito escolar, es preciso tener en cuenta algunas cuestiones importantes, tanto por la complejidad que encierra su aprendizaje y comprensión en determinadas etapas evolutivas del alumnado, como por el valor educativo del correspondiente proceso.

En este sentido, por ejemplo, ha de tenerse en cuenta, que, como apuntan Linaza Iglesias y Maldonado Rico (1996:253), uno de los aspectos más complejos ¾y puedo añadir que más importantes¾ en el aprendizaje deportivo es que los niños y las niñas aprendan a jugar utilizando las reglas de manera táctica -como sucede, por ejemplo, con el fuera de juego en el fútbol- tratando de aprovechar las limitaciones que imponen a las acciones de los jugadores contrarios.

Por otro lado, también se ha de considerar la conveniencia de utilizar el aprendizaje de las reglas del juego deportivo de manera que contribuya al desarrollo moral autónomo, en el que cada persona decide sobre su conducta mediante la reciprocidad, es decir, mediante la coordinación de puntos de vista, en lugar de contribuir ¾de forma más o menos consciente¾ a que tenga lugar un desarrollo moral heterónomo, basado en la aceptación acrítica de las decisiones de los individuos con autoridad (Piaget, 1932, en Kamii, 1982:4).

Ahora bien, la planificación didáctica de los procesos que permitan la consecución de ambos propósitos (utilización táctica de las reglas y desarrollo moral autónomo) requiere que se tenga en cuenta el momento evolutivo y de madurez en que se encuentra el alumnado del que se pretende que realice los aprendizajes correspondientes.

En efecto, como indica Durand (1988:97), hasta aproximadamente los ocho años de edad, los niños y niñas no asumen ni comprenden la necesidad de las reglas que provienen del mundo adulto, y tienden a transgredirlas sin vergüenza, remordimientos o sentimientos de culpabilidad, con el fin de vengarse o de alcanzar lo que pretenden.

Es entre los ocho y los diez años, cuando los niños y las niñas comienzan a comprender y a interesarse por las reglas como recurso contra las trampas, considerándolas como indispensables y legítimas; no obstante, tienden a mantener una actitud ambivalente aceptando las normas para evitar las trampas pero se conceden la posibilidad de infringirlas si piensan que van a ganar en eficacia, pues la escasa capacidad de descentralización que todavía tienen les lleva a no admitir el principio de reciprocidad.

Según el mismo autor, a partir de los once años las normas se aceptan libremente pero su transgresión es admitida y también reprobada simultáneamente; la violación de las reglas ya no suele ser justificada por los resultados sino bajo criterios morales como respuestas a otras trampas anteriores, lo que tiende a ser considerado como un derecho adquirido que restablece la igualdad de posibilidades frente a otros participantes percibidos como tramposos.

Este planteamiento coincide, en términos generales, con el de Parlebas (1988:97 y ss.), el cual señala que entre los siete y los once años, los jugadores y jugadoras se encuentran en una relación de interdependencia respecto al respeto a las reglas. Como consecuencia de su deseo de ganar los alumnos y las alumnas tienden a infringir las reglas, pero si lo hacen obtendrán una respuesta similar de sus compañeros y compañeras, lo que es fuente de insatisfacción por ambas partes y motivo de frecuentes pactos que tratan de asegurar el respeto mutuo a las reglas establecidas.

Para dicho autor (1988:101), a partir de los once años los niños y las niñas captan más fácilmente el provecho colectivo que obtienen de pactar y cooperar para respetar las reglas de juego, y para evitar los perjuicios que se derivan de su conculcación. Según se desprende del planteamiento de ambos autores (Durand, 1988:98; Parlebas, 1988:101), el periodo de edad comprendido entre los siete y los diez u once años puede ser considerado como una «etapa bisagra» -marcada por el egocentrismo de la corta edad y por el atractivo que comienza a tener la norma para la diversión en el juego- en la cual la interacción y conductas de los participantes con respecto a las reglas oscilará entre la infracción de las reglas y el respeto a las mismas.

Por ello mismo, tales características convierten a este periodo en una etapa especialmente importante, desde un punto de vista educativo, por el estado de madurez cognoscitiva y afectiva del alumnado, y por la cantidad y diversidad de situaciones conflictivas que surgirán a lo largo del juego (Parlebas, 1988:101).

Dichas situaciones pueden y deber ser aprovechadas en un sentido formativo orientado hacia la adquisición progresiva de una moral autónoma, a través del análisis, la reflexión, la comprensión y la libre aceptación de las normas como elemento fundamental para regular el transcurso de la actividad deportiva.

A partir de los once años, aunque los alumnos y las alumnas manifiestan mayor capacidad para comprender, aceptar y respetar las normas, es conveniente reforzar tales actitudes a través de situaciones donde se reflexione y analice, con mayor profundidad que en el periodo anterior, la importancia y necesidad de respetar las normas para poder obtener del juego todo su caudal de diversión y bienestar personal, y como forma de respuesta ética ante los compromisos alcanzados con los compañeros y las compañeras.

En torno a esta edad, según señala Durand (1988:101), los niños y las niñas dejan de ver al profesor o a la profesora como el responsable de que se cumplan las normas y de reparar los daños causados, y empiezan a ver al docente como alguien que se puede equivocar y cuyas decisiones pueden ser discutidas.

: El juego en la iniciación deportiva escolar
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¿Qué es un juego de reglas?

– Los juegos de reglas son aquellos en los que los jugadores deben conocer y respetar una serie de normas, instrucciones y/o reglas para jugar, teniendo previsto un objetivo o meta a lograr.
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¿Cuál es el objetivo de los juegos de reglas?

En anteriores artículos se habló de las etapas y evolución de este tipo de juego. Hoy nos detendremos a analizar sus aportaciones, ¿qué desarrollan y qué favorecen los juegos de reglas? – Estos juegos son muy variados y se pueden dar entre dos personas, en grupo o por equipos.

  1. Los juegos de reglas abren una ventana al aprendizaje espontáneo y a la construcción de estrategias mentales que luego resultaran fácilmente extrapolables a otras experiencias vitales.
  2. Potencia el desarrollo del lenguaje, de la memoria, del razonamiento, de la atención y de la reflexión. Al tener que hablar entre los componentes del grupo, hace que discutan, negocien y escuchen los pormenores del juego, y es por ello que se fomenta el desarrollo del lenguaje expresivo
  3. Se favorece el aprendizaje para aprender a clasificar, seriar, ordenar, por lo que se adquieren nociones del tiempo y del espacio, nociones numéricas correspondientes al pensamiento matemático. Permite desarrollar el razonamiento lógico, para prever el punto de vista del otro.
  4. Al ser algunos juegos de actividad reiterativa, pueden desarrollar la memoria secuencial.
  5. Entre los principales beneficios que aportan los juegos de reglas al desarrollo del niño, está el de ejercer como agente socializador que enseña a los niños y niñas a ganar y perder, a respetar turnos y normas, y a considerar las opciones o acciones de los compañeros de juego.
  6. Es el escenario idóneo donde aprenden y se percatan de que en cada partida solo puede haber un ganador y esto conlleva acostumbrarse a superar la frustración de perder. Es por ello que aprenden poco a poco a regular su propia conducta, a compartir con sus iguales y a tratarse amablemente entre todos los miembros que componen la partida.
  7. Al interaccionar mutuamente aprenden a enfrentarse al reto de “pensar por sí mismos”.
  8. Posibilita la comunicación con su grupo, a la vez que potencia la aparición de diferentes roles, dentro de la estructura del grupo.
  9. El aceptar y cumplir las normas de juego, implícitas y explícitas, supone un paso hacia el desarrollo de la propia responsabilidad.
  10. Aprenden a tener conciencia de “la regla”, como producto de mutuo acuerdo entre los jugadores y cómo obligación aceptada voluntariamente por el grupo, por tanto toman conciencia de la organización y la disciplina mental. En paralelo, aprenden una nueva noción llamada “trampa” como transgresión voluntaria de la regla.
  11. En definitiva son juegos que proporcionan un contexto social, en el que poder desarrollar un conjunto de habilidades intrapersonales e interpersonales para educarse en las relaciones sociales y de resolución de conflictos.
  12. A nivel personal el niño aprende a controlar su agresividad, (por tanto potencia el desarrollo emocional), a ejercitar la responsabilidad y también a depositar la confianza en el grupo y con ello aumenta la confianza en sí mismo. Mediante el juego de reglas se exteriorizan las emociones, se fomenta la autoestima y la autoconfianza, y se contribuye al equilibrio emocional.
  13. Es el medio idóneo para que el adulto, como agente observador, se percate de los logros y las dificultades individuales del niño, y en el caso de las dificultades observadas, puede derivar al niño a los profesionales adecuados para ayudar a solucionar el problema.

Sirva como ejemplo y análisis de algunos juegos:

  • “El juego de la silla”, típico juego tradicional que tiene una pequeña regla: se hace sonar la música, se está muy atento para saber cuándo deja de sonar, a la vez que el niño ocupa rápidamente una silla. ¿Qué favorece? La atención, la agilidad y rapidez de movimientos dinámicos y estáticos, la habilidad social de tener respeto por la regla del juego.
  • Otro ejemplo seria “El juego de los bolos”, donde el objetivo principal es derrumbar el mayor número de bolos al tirar la pelota cada jugador. ¿Que favorece? El desarrollo del pensamiento lógico matemático, porque el niño tiene que utilizar sus conocimientos de númeración, medida, forma, espacio y a nivel social, el turno de juego, el saber esperar, etc.
  • Otro juego seria “El tres en raya” donde gana el jugador que haya podido colocar tres fichas alineadas dentro del tablero. ¿Qué se favorece?El desarrollo lógico matemático, la memoria, el razonamiento, el turno de juego, el respeto a las normas.
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Pilar Espinosa, psicóloga de Red Cenit Valencia
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¿Cómo se llama el juego de reglas?

De Wikipedia, la enciclopedia libre Ir a la navegación Ir a la búsqueda Dentro del material de dibujo se denomina juego de escuadras al formado por una escuadra y un cartabón, pudiendo ampliarse con una regla graduada, El juego de escuadras, junto con el compás, forman el material imprescindible para la realización de dibujo técnico manualmente.
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¿Cuáles son las características de los juegos reglados?

Para que un juego sea considerado juego de reglas, es necesario que cumpla las dos condiciones siguientes: – Fijar las reglas que permitan dicha actividad. – Concreción en las reglas, las cuales determinarán claramente, la salida, avance, capturas, bloqueos, desbloqueos y finalización.
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¿Cómo se desarrolla el juego de reglas?

¿Qué son los juegos de reglas? Juego de reglas Los juegos de este tipo implican reglas, que ya se encuentran fijadas y que el jugador tendrá que seguir para participar óptimamente en este tipo de juegos. A través del juego el niño integra su experiencia y se adapta a las exigencias del medio ambiente (escuela y familia).

  1. Con la integración de sus vivencias jugando, se desarrolla hasta que después en la adolescencia busca modificar esa realidad con hechos y acciones propias.
  2. Se logra paulatinamente la adaptación social del niño a través de los juegos organizados y regidos por reglas, el niño se acerca más al mundo compartido de los otros y por ello deja de interesarse por otro tipo de juego.

Por eso cada vez más el juego de los niños se parece al trabajo, ayudándolo a la adaptación de la realidad y a la socialización con los demás con una nueva forma de crecer jugando. Así surgen los juegos colectivos con temas comunes como: la escuelita, la casita, el tráfico, etcétera, en el que cada uno de los niños que comparten la acción, despliega su papel en mutua convivencia y se desarrolla un juego organizado y efectuado realmente en conjunto.

  • Todos los juegos que implican una interacción y el compartir con los demás, trae consigo reglas que facilitan la convivencia, tolerancia y respeto entre los niños, algunas reglas intrínsecas que son transmitidas de generación en generación; otras veces son reglas que pueden variar de un grupo a otro y son los propios niños quienes se encargan de crearlas para el juego que están realizando.
  • Según la teoría de Piaget los juegos con reglas se inician como los rituales que cada niño crea para sí mismo; es decir, esas situaciones o acciones infantiles que en determinados momentos de la vida diaria él construye e instituye, por ejemplo, los hábitos de higiene, de alimentación y antes de ir a dormir o la norma de no pisar la raya de las banquetas mientras caminan.
  • Para que un juego pueda ser considerado como juego de reglas, debe cumplir con dos requisitos, por un lado deben fijarse las reglas que permitan realizar dicho juego, y por el otro debe presentarse las reglas, que determinan cada uno de las acciones que implica el juego como la salida, el avance, las capturas, bloqueos, desbloqueos y finalización.
  • Las reglas se dan también cuando el niño coloca sus cochecitos en determinada forma, por tamaño, color o en su propio orden, colocando filas interminables de coches u objetos y que lo hacen más hábil y diestro en su coordinación visomotora, pero también más capaz de comprender y practicar un orden.
  • Los beneficios que nos trae la aplicación de los juegos de reglas en los niños se muestra en la tabla 2.

TABLA 2. Beneficios de los juegos de reglas.

Aspecto general Características
1. Permiten desarrollar diferentes estrategias para prever el punto de vista del otro. – Salida del período Egocéntrico. – Desarrollo de los primeros elementos de razonamiento lógico.
2. Potenciar la aceptación y cumplimiento de las normas, implícitas o explícitas en todo juego de reglas. – Desarrolla el sentido de la responsabilidad.
3. Posibilitan la comunicación con su grupo de iguales, lo que potencia la aparición de diferentes “roles” dentro de la estructura de grupo. – Crea una situación de observación de las relaciones interpersonales.
4. La aceptación y creación de juegos de reglas favorece el descubrimiento de las leyes que rigen la convivencia. – Descubrimiento paulatino de las normas sociales.
5. Proporcionan la posibilidad de elaborar sus propios juegos a partir de otros tradicionales. – Potenciar la creatividad.
6. Favorecer las actividades de seriación, clasificación y ordenación entre otras. – Adquisición de nociones prenuméricas, correspondientes con el pensamiento matemático.
7. Permiten la aplicación sucesiva de las normas de juego y la exploración del espacio. – Adquisición de las nociones de tiempo y espacio.
8. Favorecen un tipo de actividad reiterativa, dado el carácter lúdico que les caracteriza. – Desarrollo de la memoria comprensiva.
9. Permiten explicar y discutir la propia actividad, en definitiva, evaluarla en función de objetivos concretos. – Aumentar la capacidad expresiva y comunicativa. – Desarrollar la capacidad de razonamiento.
10. Posibilita el cambio de papeles, en distintas situaciones, dentro del mismo juego. – Potenciar el fortalecimiento de las relaciones personales.

Fuente: Martínez Zarandona, Irene. Recuperado el 31 de mayo de 2010. Disponible en la web: http://sepiensa.org.mx/contenidos/2004/irene/eljuegoreglas/eljuegoreglas.html Es incuestionable la importancia que el jugo de reglas tiene para integrar lo aprendido por el niño en su desarrollo cognitivo, afectivo y social, debido a que la mayoría de las reglas impuestas por los niños en los juegos son imitadas, aprendidas, asimiladas y puestas en práctica tomando como modelo las acciones y las normas establecidas entre los adultos.

Martínez Zarandona, Irene. Recuperado el 31 de mayo de 2010. Disponible en la web: http://sepiensa.org.mx/contenidos/2004/irene/eljuegoreglas/eljuegoreglas.html Martínez Zarandona, Irene. Recuperado el 31 de mayo de 2010. Disponible en la web: http://sepiensa.org.mx/contenidos/2004/irene/eljuegoreglas/eljuegoreglas.html Pérez Madorran, Enma.

(Diciembre-97). Los juegos de reglas como base metodológica en educación Infantil. Recuperado el 31 de mayo de 2010. Disponible en la web:
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¿Qué es el juego de reglas según Jean Piaget?

BUCM :: E-Innova BUCM :: Biblioteca Complutense Una perspectiva “activa”, en la que el juego y los juguetes son considerados como “materiales útiles” para el desarrollo psicomotor, sensorio motor, cognitivo, del pensamiento lógico y del lenguaje en el niño, abriría de forma inmediata el camino de Piaget para la elaboración de una Teoría estructuralista del juego, a partir de los estudios sobre la dinámica interior de las funciones mentales del niño.

  • A) Principios teóricos de la Teoría de Piaget:
  • Cuando el bebé se chupa el pulgar, desde el segundo mes, o agarra los objetos, en torno a los cuatro o cinco meses, cuando después los agita o aprende a lanzarlos, está poniendo en marcha dos tipos de mecanismos.
  • Los de de acomodación, ajuste de los movimientos y de las percepciones a las cosas, y otro de asimilación de esas mismas cosas a la comprensión de su propia actividad.
  • Hay pues una asimilación de lo real a sus incipientes esquemas sensorio-motores bajo dos aspectos que se complementan.

1.- Asimilación funcional o reproductora: repetición activa que consolida determinadas acciones.2.- Asimilación mental mediante la percepción o concepción del objeto en función de su incorporación a una acción real o posible. Cada objeto es asimilado como “algo para”.chupar, agarrar, sacudir.etc.

  • Es importante señalar que esta asimilación “primitiva” se encuentra centrada sobre el sujeto concreto, no es objetiva, “no es todavía científica”, es de carácter egocéntrico.
  • A medida que el niño repite sus conductas por “asimilación reproductora”, las cosas son asimiladas a través de las acciones y éstas, en ese momento se transforman en esquemas: esquemas de acción.

El esquema de “algo para” chupar, p.ej.

  1. Se produce entonces una auténtica revolución cognitiva mediante la cual los esquemas se convierten en ideas o conceptos.
  2. B) El juego y su clasificación a partir de los principios teóricos de Piaget.
  3. El juego infantil es sencillamente producto de la asimilación, haciendo participar como “elemento asimilador” a la “imaginación creadora”.

Después de haber aprendido a coger, agitar, arrojar, balancear, etc., finalmente el niño agarra, balancea, etc., por el mero placer de lograrlo, por la sencilla felicidad de hacer este tipo de cosas y de ser la causa de esas acciones. Repite estas conductas sin que le supongan un nuevo esfuerzo de asimilación y por mero “placer funcional”.

Se trata del “juego de ejercicio”. En la medida que se desprende de la acomodación sensorio-motora y con la aparición del pensamiento simbólico en la edad infantil (de 2 a 4 años), hace su aparición la ficción imaginaria y la imagen se convierten ahora en símbolo lúdico. A través de la imagen que el niño tiene del objeto lo imita y lo representa.

Aparece así “el objeto símbolo”, que no sólo lo representa sino que, también, lo sustituye. Un palo sobre el que se cabalga, representa y sustituye a la imagen conceptual del corcel, que en realidad es un caballo ligero de gran alzada.

  • Se produce entonces un gran salto evolutivo: desde el plano sensorio-motor hemos pasado al pensamiento representativo.
  • Se trata del “juego simbólico”
  • ” El juego simbólico – dice Piaget – es al juego de ejercicio lo que la inteligencia representativa a la inteligencia sensorio-motora ” (Piaget, 1973, pág.222)

El juego simbólico es, por tanto, una forma propia del pensamiento infantil y si, en la representación cognitiva, la asimilación se equilibra con la acomodación, en el juego simbólico la asimilación prevalece en las relaciones del niño con el significado de las cosas y hasta en la propia construcción de lo que la cosa significa.

  1. Con los inicios de la socialización, hay un debilitamiento del juego propio de la edad infantil y se da el paso al juego propiamente preescolar, en el que la integración de los otros constituye un colectivo lúdico en el que los jugadores han de cumplir un cierto plan de organización, sin el cual el juego no sería ciertamente viable.
  2. Se trata, finalmente, del “juego de reglas”
  3. Si, como hemos visto, los juegos sensorio-motores comienzan desde los primeros meses y cómo a partir del segundo año hace su aparición el juego simbólico, será a partir de los cuatro años y hasta los seis, en un primer período, y de los seis a los once, en un segundo período más complejo, cuando se desarrollan los juegos de reglas.
  4. Y así como el símbolo reemplazó al ejercicio, cuando evoluciona el pensamiento preescolar y escolar, la regla reemplaza al símbolo.

Estos juegos de reglas van a integrar y combinar todas las destrezas adquiridas: combinaciones sensorio-motoras (carreras, lanzamientos, etc.,) o intelectuales (ajedrez) con el añadido de la competitividad (sin la que la regla no sería de utilidad) y bajo la regularización de un código normativo vinculado a la naturaleza del propio juego o por simples pactos puntuales e improvisados.

“La regla – sostiene Piaget – tan diferente del símbolo como puede serlo éste del simple ejercicio, resulta de la organización colectiva de las actividades lúdica” Así las reglas incluirán además, en la dad del colegio, esa otra exigencia, la de la victoria o la derrota, la de la competitividad. Al principio los jugadores suelen ser pocos y las alteraciones de las normas muchas.

Pero con el paso a la escolaridad se irá alcanzando un equilibrio sutil entre el principio asimilador del Yo, que es consustancial a cada juego y la adecuación de éste a la vida lúdico-social.

  • RECUERDA.
  • CLASIFICACIÓN TIPOS DE JUEGOS SEGÚN SU ESTRUCTURA:
  • (1) Juegos de ejercicio sin especial carácter lúdico.
  • (2) Juegos simbólicos y de ficción que representan realidades no actuales en el campo perceptivo.
  • (3) Juegos con reglas tradicionales transmitidas de generación en generación.
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EN RESUMEN.

El juego contribuye a la formación del símbolo en el niño.

Mediante él asimila lo real mediante esquemas de acción.

Asimila y acomoda la realidad a las caracterísicas de su desarrollo cognitivo, de su comprensión de ésta.

Entre los 2 y los 4 años aparece el juego simbólico que supone la representación de la imagen mental.

De 4 a 6 años, y como resultado de una vida más colectiva, aparece el juego de reglas y la regla reemplaza al símbolo.

De 6 a 11, el juego adquiere una dimensión más social y las reglas entre jugadores se hacen más complejas, requiriendo una representación simultánea y más abstracta por parte de ellos.

  1. ¿Te atreverías a elaborar brevemente tu propia definición y teoría del juego y enviarla, ilustrada con imágenes, a esta sección?
  2. Activa tu mente educativa,
  3. ANALIZA Y COMENTA POR ESCRITO ESTE TEXTO DE PIAGET:

” El gran mérito de Groos es el de haber comprendido que un fenómeno tan común a los animales y al hombre, no podría expolicarzse fuera de las leyes de la maduración psico-fisiológica.Groos vio en el juego un fenómeno del desarrollo del pensamiento y de la actividad ” PIAGET, J., (1961) La formación del símbolo en el niño,
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¿Qué importancia tienen las reglas en los juegos?

¿Para qué sirven las reglas y por qué es importante seguirlas? Alan Porras Porras, conductor de Once Niños: ¿ Te has dado cuenta que en todas partes hay reglas? En tu casa, en la escuela, cuando juegas o prácticas un deporte. Nora, productora de Once Niños : Pero ¿para qué sirven las reglas? ¿Por qué es importante seguirlas?

Alan: Las reglas nos ayudan a tener orden en las actividades y los juegos en los que participamos. Nora: También sirven para saber cómo actuar en los diferentes lugares donde convivimos, como en la casa, la escuela, el museo o la biblioteca. Alan: Las reglas nos protegen, nos ayudan a evitar accidentes y a convivir mejor con todos. Nora: Por ejemplo, no tirar la basura en su lugar, contamina el ambiente. Alan: Si no respetas tu turno en la fila, podrías provocar un accidente. Nora: O si en el partido de fútbol no se siguen las reglas, alguien podría salir lastimado. Alan: ¡Si respetas las reglas Alan y Nora: todos salimos ganando!

: ¿Para qué sirven las reglas y por qué es importante seguirlas?
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¿Qué es un objetivo de juego?

El juego es una actividad que tiene el fin en sí misma, es decir, el individuo realiza la propia actividad para conseguir el objetivo que es ser placentera. El juego tiene un carácter de finalidad intrínseca y es liberador de los conflictos, ya que ignora los problemas o los resuelve.
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¿Cuáles son los juegos de reglas para niños?

La utilización de juegos de reglas en el acto de jugar aparece tímidamente y de forma progresiva, junto con el juego simbólico y durante toda la fase pre-operacional, como la denominó Joan Piaget al hablar del desarrollo cognitivo del niño de 2 a 6 años.

Es alrededor de los 3 años cuando empiezan a surgir los primeros juegos de reglas y se requiere la participación de un adulto o también por imitación, al verlo hacer a otros niños mayores. Podría servir como ejemplo “pasemisí pasemisá», pero el que se den este tipo de juegos va a depender del medio en el que se mueve el niño.

Por tanto el uso de las primeras “reglas” o mejor dicho “normas” están presentes mucho antes de que el niño llegue a la etapa cognitiva de las operaciones concretas. Entre los 4 y 5 años empieza a emerger la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, sin embargo el egocentrismo sigue estando muy presente en esta fase, por lo que todavía tienen dificultad para acceder al pensamiento y a la reflexión; los niños cuando juegan juntos utilizan normas pero no son conscientes de ello, ni están interesados en ganar y “el ganar” solo sirve para volver a empezar.

  1. Las normas se acatan como una forma de jugar más, también juegan por su cuenta sin tener en cuenta las acciones de los otros, sus normas son egocéntricas, las incumplen y las modifican sobre la marcha.
  2. Pero en los 6 años, cuando empieza la etapa cognitiva de las operaciones concretas (de 6 a 12 años), la mente del niño evoluciona y con ella las normas de juego, que se convierten en “reglas propiamente dichas”, algunas son trasmitidas de generación en generación.

La actividad de juego trasciende de lo individual a lo colectivo. Son reglas externas al niño y las acepta al tiempo que aprende a compartir; estas regulan el juego del grupo, y tienen un carácter de “verdad absoluta” por lo que se deben cumplir; son momentos en los que ya ha superado la tendencia al arrebato y el egocentrismo de las primeras edades.

Ahora es capaz de ponerse en el lugar del otro por lo que se tienen en cuenta las acciones de los demás. Se trata de jugar unos contra otros, para ver quién es el ganador, pero al principio el niño no acepta perder y aparecen “las trampas” pues las necesita para conseguir su objetivo. De normal los primeros juegos de reglas suelen ser sencillos como el escondite, pillar, la gallina ciega, juegos de pelota.

Pero hay muchísimos repartidos entre ” juegos de mesa o de patio “, como piedra-papel-tijera, el parchís, el dominó, la oca, tres en raya, ajedrez, los memoramas, sillas musicales, monos locos, los bolos, también pies quietos, el juego del pañuelo, las canicas, entre otros muchos.

  • Estas son las diferencias entre el juego de reglas de los niños pequeños (preescolar) y el juego de reglas de los niños mayores.
  • Es necesario tiempo, madurez y practica para entender que las reglas pueden surgir de los acuerdos entre los jugadores y se pueden modificar por negociación, por lo tanto pueden organizarse para conseguir objetivos comunes.

Es la etapa cognitiva de las operaciones formales, donde su capacidad mental es más flexible (de los 12 años en adelante), donde el juego se va adaptando más a la realidad y a la socialización con los demás, por lo que aparecerán los juegos colectivos y luego juegos de ejercitación donde se perfeccionan las normas acordadas.

Para todas las personas que estamos cerca de los niños, padres, familiares, profesores, terapeutas etc. el juego es una herramienta indispensable, ya que nos aporta información acerca del momento evolutivo en el que se encuentra, de sus capacidades y de sus necesidades. A través de esta modalidad de juego podemos detectar ciertas dificultades como pueden ser los trastornos del neurodesarrollo ; podemos observar a niños que se frustran y son poco tolerantes ante cualquier cambio en las normas del juego; otros pueden no querer compartir juego con sus iguales, o puede que les cueste comprender; otros pueden tener dificultades en esperar su turno de juego, pues tienden a precipitarse y tienen poco control de la espera.

A todos ellos se les tiene que enseñar las habilidades necesarias para saber jugar con sus iguales de forma satisfactoria y en Red Cenit enseñamos, entre otras cosas, estas habilidades tan importantes en la etapa infantil de los niños, porque los juegos de reglas intervienen en su proceso psicoevolutivo, favoreciendo su desarrollo, así como otras capacidades y competencias de las que hablaremos en próximos artículos.
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¿Cuáles son los beneficios de seguir los reglamentos?

Por: Lic. Mariana Soria Torres Al vivir en una sociedad, los seres humanos necesitamos guiarnos por reglas de convivencia para poder funcionar armónicamente, esto aplica también para los niños que primero se enfrentan a las reglas dentro del sistema familiar y posteriormente a las que existen dentro del contexto escolar.

Como mediadores dentro del aula, el uso de un reglamento dentro del salón de clases puede apoyarnos en el cumplimiento de reglas básicas que brinden estructura y seguridad en los alumnos, favoreciendo así la comunicación, el respeto, la autorregulación y el control del impulso, entre otros. Un reglamento es una guía que ayuda a los alumnos a reconocer sus derechos y sus deberes, por lo tanto genera un orden que dará como resultado una mejor convivencia y procesos grupales de aprendizaje.

Es importante mencionar que esto se lograra con facilidad si el reglamento se basa en el análisis y reflexión, y no solo en el cumplimiento de la consecuencia (en caso de romper alguna regla). Además de promover la reflexión y la conciencia social el docente (por medio de la elaboración de normas de convivencia) también puede generar un ambiente de paz, convivencia y resolución de conflictos por medio de la no violencia.

Es fundamental que los alumnos participen en la construcción de su reglamento de aula, esto se puede llevar a cabo dentro de una asamblea o en un espacio dispuesto específicamente para esa actividad.

La edad de los niños será determinante para el diseño del mismo, en preescolares o niños de primaria baja es necesario reforzar con imágenes llamativas y claras, en el caso de chicos más grandes el texto puede ser el que comunique las ideas y únicamente las imágenes serán para hacerlo más llamativo.

Debe ser colocado en un lugar visible para todos, con imágenes y tamaño de letra suficientemente grandes para que todos dentro del grupo tengan acceso a él.

Se deben llegar a acuerdos con los alumnos sobre lo que se vale dentro del salón y lo que no se vale, qué se espera de ellos por parte del docente y cuál o cuáles serán las consecuencias en caso de no cumplir con lo acordado.

Se puede redactar en primera persona y en positivo. Por ejemplo: “Debo mantener limpio mi lugar”, “Tiro la basura en el bote”, “Me mantengo en mi lugar”, “Pido permiso para ir al baño”, “Pido permiso para salir del salón”, etc.

Cuando el docente recuerda una regla a un niño siempre por cada “NO” se debe dar un “SI”, por ejemplo: “recuerda que no puedes correr en el salón, si puedes estar sentado” o “No tires los papeles en el piso, si los puedes tirar en el bote”, etc.

El reglamento debe incluir reglas sobre el trabajo en clase, el respeto y convivencia entre los alumnos y maestros, entradas y salidas del aula, materiales, libros y cuadernos, etc. Es primordial escoger las más importantes y colocarlas en el reglamento, es probable que en el transcurso del ciclo escolar se modifiquen o agreguen nuevas reglas.

Recordemos que la disciplina será una herramienta clave para el futuro de nuestros niños, hay que trabajar desde etapas tempranas por lograr habilidades, hábitos y fomentar valores como el respeto, el trabajo en equipo, la conciencia social, la generosidad y la solidaridad, por nombrar algunos.
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