La ética del cuidado entiende el proceso de enseñanza–aprendizaje como ocasiones para el encuentro moral humano. Desde la perspectiva de la ética del cuidado, el profesorado está interesado en el logro académico de su alumnado, pero más aún en el desarrollo de los estudiantes como personas morales.
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Contents
- 1 ¿Qué quiere decir la ética del cuidado?
- 2 ¿Cuáles son los elementos de la ética del cuidado?
- 3 ¿Quién establece la ética del cuidado?
- 4 ¿Quién creó la ética del cuidado?
- 5 ¿Qué es la ética del cuidado Wikipedia?
- 6 ¿Cómo generar una educación ética?
- 7 ¿Cuáles son las teorías de ética del cuidado de la salud?
- 8 ¿Qué actitudes éticas y morales se relacionan con cuidar correctamente?
- 9 ¿Qué clases de ética se aplican en la ética del cuidado?
¿Qué es la ética del cuidado en la educación?
Es por esto que, la ética del cuidado, comprende el mundo como una red de relaciones humanas, donde se produce un reconocimiento y una responsabilidad hacia los otros. El ser humano, al reconocer al otro y ver una necesidad o demanda en éste, se siente con la responsabilidad de ayudar a que la resuelva.
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¿Qué quiere decir la ética del cuidado?
Aquichan vol.4 no.1 Bogotá Jan./Dec.2004 – La ética del cuidado Alejandra Alvarado García * * Enfermera. Profesora auxiliar. Docente, Facultad de Enfermería, Universidad de La Sabana. [email protected] Recibido : 30 de marzo de 2004 – Aprobado : 05 de mayo de 2004 RESUMEN Esta recopilación bibliográfica pretende resaltar algunos aspectos importantes acerca del origen de la ética del cuidado, para de esta manera poder entender el cuidado de enfermería, a la luz de los valores y principios éticos que emergen de su disciplina.
Se resaltan aquellas responsabilidades, derechos, valores y principios éticos en la relación paciente-enfermera, durante las diversas etapas del proceso de enfermería, al igual que en todos aquellos momentos de contacto directo al ingreso a un centro asistencial, y a la salida de él. Todo lo anterior nos lleva a finalizar nuestra revisión en un análisis que pretende fortalecer los aspectos éticos en la atención de salud y el cuidado de enfermería al individuo.
PALABRAS CLAVE Ética del cuidado, valores y principios éticos, etapas del proceso de enfermería, cuidado de enfermería, atención en salud, políticas y recursos. ABSTRACT This bibliographic review pretends to emphasize some important aspects about the origin of care ethics, to understand nursing care, under the orientation of values and ethic principles originated in its discipline.
- Those responsibilities, rights, values and ethical principles in patient nurse relation are stated, during different steps of the nursing process, as in all direct contact situations at the admittance and discharge from a hospital.
- The above, takes us to end our review in an analysis which pretends to strength ethic aspects in health and nursing care.
KEY WORDS Care ethics, values and ethical principles, steps in nursing process, nursing care, health care, sanitary politics and resources. ¿Qué significa la ética del cuidado? Para definirla es preciso revisar el significado de cuidar. “Cuidar es, por tanto, mantener la vida asegurando la satisfacción de un conjunto de necesidades indispensables para la vida, pero que son diversas en su manifestación” 1,
- Cuidar es “encargarse de la protección, el bienestar o mantenimiento de algo o de alguien” 2,
- Por otra parte, el cuidado ético involucra la interacción y el contacto moral entre dos personas, en el que media una solicitud, en el que hay unión entre las personas, como parte de la relación humana.
- De lo anterior podemos deducir que la ética del cuidado es la disciplina que se ocupa de las acciones responsables y de las relaciones morales entre las personas, motivadas por una solicitud, y que tienen como fin último lograr el cuidado de sus semejantes o el suyo propio.
La ética del cuidado se basa en la comprensión del mundo como una red de relaciones en la que nos sentimos inmersos, y de donde surge un reconocimiento de la responsabilidad hacia los otros. Para ella, el compromiso hacia los demás se entiende como una acción en forma de ayuda.
- Una persona tiene el deber de ayudar a los demás; si vemos una necesidad, nos sentimos obligadas a procurar que se resuelva.
- La ética del cuidado tiene que ver con situaciones reales, tan reales como las necesidades ajenas, el deseo de evitar el daño, la circunstancia de ser responsable de otro, tener que proteger, atender a alguien.
La moralidad como compromiso deriva precisamente de la certeza de que el bienestar, e incluso la supervivencia, requieren algo más que autonomía y justicia: el reconocimiento y cumplimiento de derechos y deberes. ¿Cómo se origina y se desarrolla la ética del cuidado? Se origina a partir de las investigaciones en psicología para describir el desarrollo moral de las personas.
- Se inicia con los trabajos de Jean Piaget (1932) y Lawrence Kohlberg (1981-1984), quienes en sus estudios para describir el proceso y las etapas del desarrollo moral excluyeron inicialmente a las mujeres, y concluyeron que ellas tenían menos desarrollo moral que los hombres,
- Puesto que ellas poseen mayor sensibilidad hacia los otros, son capaces de cambiar las reglas; sus juicios se enfocan más hacia la responsabilidad, y la moralidad se basa en el cuidado del otro.
Por el contrario, los hombres poseen un juicio autónomo y sus decisiones son claras; son individualistas y su moral se basa en los derechos de los individuos 3, En 1982, Carol Gilligan refuta esa conclusión, a partir de los resultados que obtuvo en tres estudios realizados con mujeres: en el primero exploró la identidad y el desarrollo moral en los primeros años del adulto, el pensamiento acerca de la moral y la toma de decisiones, y en los otros grupos estudió la relación entre la experiencia, el pensamiento y el papel del conflicto en el desarrollo.
Las conclusiones de Gilligan ponen de manifiesto que el desarrollo moral de las mujeres es diferente al de los hombres, pero igualmente valioso. Señala que ellas, en vez de aplicar principios éticos abstractos a cuestiones morales, de conformidad con las teorías tradicionales, emplean estrategias diferentes en la toma de decisiones.
La mujer entiende los problemas morales en términos de conflicto de responsabilidades. Su juicio moral sigue una secuencia, en la cual primero se trata de la sobrevivencia, luego de la benevolencia y por último de la comprensión reflexiva del cuidado para la resolución de conflictos.
A partir de la teoría de Gilligan, en 1984 la filósofa Noddings combinó el reconocimiento de la ética con perspectivas sobre el desarrollo moral de la mujer, y centró sus ideas en el valor de los cuidados y la actitud solícita, que encontramos desde el momento del nacimiento, cuando somos totalmente dependientes del cuidado de los demás.
Estos estudios marcan el desarrollo de la ética del cuidado. En cuanto a la evolución de la conceptualización del cuidado, se puede observar que se inicia en las apreciaciones de las diferencias entre hombres y mujeres, que se han establecido muy bien prácticamente desde la creación.
- Desde allí ya se observa que la mujer y el hombre piensan y actúan diferente moralmente, se aprecia cómo en las culturas antiguas el hombre es símbolo de poder, de violencia, de fuerza, de muerte, mientras que la mujer simboliza la piedad, el cuidado, la sensibilidad ante el dolor.
- En lo que a la atención en salud se refiere, en el medioevo y en la modernidad el hombre presta atención al juicio justo, y la visión femenina al cuidado del enfermo.
En otras palabras, el papel del médico y su moralidad, encauzados a la función curativa, se opusieron a la tarea del cuidado, propio de las enfermeras, y justificaron esos roles profesionales en la concepción de los géneros masculino y femenino, en los cuales se asignaban a la mujer las labores de alimentación, vestido y cuidado.
En la posmodernidad, la propuesta de la ética del cuidado ha suscitado un gran interés, y muchos teóricos insisten que en lugar de replantear radicalmente la teoría moral, la teoría ética contemporánea debería tratar de establecer un equilibrio entre los enfoques orientados a los principios y a la ética del cuidado.
Algunos teóricos de enfermería han incluido el cuidado como un valor central en las dimensiones éticas de la práctica de la profesión. Gadow, en 1985, afirma que el valor de los cuidados apoya una ética de enfermería dirigida a proteger y promover la dignidad humana de los pacientes que reciben atención en salud.
- Watson, en 1985, sugiere que los cuidados constituyen el fundamento de la ciencia humana en la enfermería.
- Esta disciplina tiene como eje central el cuidado, entendido este como el gran interés de proteger, promover la vida y la dignidad, y se basa en satisfacer las necesidades del otro, generando así grandes sentimientos de bienestar, tanto para quien recibe los cuidados como para quien los brinda.
¿Cuál fue la contribución de Piaget, Kohlberg y Gilligan a la ética del cuidado? Realmente, los primeros estudios de Piaget sobre el desarrollo moral poco tienen que ver con conceptualizaciones éticas. La preocupación de él se basa más en “el criterio moral en el niño”, se dirige más a comprender el desarrollo de nociones particulares, como la mentira, el manejo y origen de las reglas, el castigo, etc., sin que se exigiera una comprensión clara de los problemas morales.
- Piaget entiende la justicia como el manejo de reglas sociales y el simple acto de transformación de estas por consenso social.
- Estas “capacidades” cognitivas corresponderían con lo que Kohlberg presenta como propio de un razonamiento convencional.
- Para la teoría estructural de Piaget y Kohlberg es irrelevante contemplar las diferencias en el desarrollo debidas a variaciones culturales, sociales, educativas o de género; de igual modo, consideran la justicia como el eje central de la moralidad.
Kohlberg manifiesta que el desarrollo moral implica un proceso jerárquico de seis etapas, guiado por un sistema racionalista, donde prima la justicia como base fundamental de su teoría, la cual es procedimentalista; es decir, no se puede decir que algo es bueno en general, solo que la decisión se ha tomado, siguiendo o no las normas.
- El problema no radica en si los resultados son justos, sino en que se cumplan los procedimientos.
- Para la ética de la justicia es necesario partir de las personas como entes separados, independientes, lo cual supone una concepción del individuo como previo a las relaciones sociales, que comprende el mundo como una red de relaciones, en las que se inserta el yo, y surge un reconocimiento de las responsabilidades hacia los demás.
Gilligan propone la ética del cuidado como la responsabilidad social, desde la que se plantea la búsqueda del bienestar de las personas, de aquellas que habrían de ser afectadas por las decisiones morales, las cuales tienen consecuencias para la vida, para el futuro de las próximas generaciones; hace una propuesta por una segunda voz, “que aboga por las diferencias, por el reconocimiento de historias particulares, por el cuidado y el deseo de bienestar del otro, por la benevolencia como matriz de las relaciones sociales y del juicio ético”. No obstante, para la ética del cuidado la responsabilidad hacia los demás se entiende como una acción en forma de ayuda. Una persona tiene el deber de ayudar a los demás, de tal modo que no puede plantearse ni la omisión. Si vemos una necesidad, nos sentimos obligados a procurar que se resuelva; sin embargo, esto se basa en la comprensión del mundo como una red de relaciones, en la que nos sentimos insertos.
- Así, surge un reconocimiento de la responsabilidad hacia los otros.
- ¿Cuáles son los valores y principios éticos que fundamentan la relación enfermera-paciente-familia en las diferentes etapas del proceso de enfermería? La enfermera, como cualquier otra persona, es un ser moral que debe estar continuamente en una reflexión ética, la cual le permita revaluar sus compromisos con el cuidado de la vida en cualquiera de las etapas del ciclo vital.
Como primera medida, el mayor compromiso es el de defender la vida en sí misma, reconociéndole a cada persona su dignidad, su individualidad, intimidad, autonomía, capacidad de autorregularse, entre otros factores, siempre aplicando los principios y valores morales durante la elaboración del proceso de atención que debe brindar.
- En el cuadro 2 se mencionan algunos de ellos.
- Como se observa en el cuadro 2, se identifican algunos de los principios éticos y valores morales que predominan durante el proceso de atención de enfermería para cualquier paciente: en primera instancia, lidera la autonomía como derecho mismo del individuo de determinar sus propias acciones, de acuerdo con los planes que ha escogido, respetando sus convicciones y, por ende, sus decisiones.
Todo lo anterior antes del consentimiento informado. De igual manera, prevalece el principio de beneficencia, que significa evitar el daño y promover el bienestar de la persona. Con la reflexión anterior no se quiere demeritar ninguno de los principios éticos, tan solo realizar un breve análisis de los que más sobresalieron para la autora durante la descripción del proceso de atención de enfermería. En el cuadro 3 se esquematizan algunos valores y principios éticos, los derechos y responsabilidades que se deben tener en cuenta durante los diferentes momentos de la atención en salud de la persona, desde su admisión en un centro asistencial hasta la salida de él. ¿Cómo podríamos los profesionales de enfermería fortalecer los aspectos éticos en la atención de salud y en el cuidado? La profesión de enfermería, desde su origen, ha tenido la misión de velar por la calidad de las relaciones entre enfermera- paciente-familia y el personal de salud.
Desde este punto de vista, el profesional de enfermería tiene la obligación de capacitarse, para adquirir los conocimientos y habilidades que le permitan discutir o apoyar procesos relacionados con la práctica ética de las profesiones de salud. Por lo tanto, la responsabilidad de la enfermera, en el desarrollo de los aspectos éticos en la atención en salud, va más allá del nivel individual, trasciende al ámbito interdisciplinario y busca siempre el bienestar del paciente, aboga por los derechos de las personas a quienes cuida, para asegurar que sus necesidades sean atendidas en forma eficiente y humanizada.
Por todo lo anterior, la autora está convencida de que los programas de formación en enfermería deben enseñar, como herramienta fundamental de su currículo, la asignatura de ética y bioética, en la cual se brinden conceptos que permitan al profesional sentirse seguro, competente, con argumentos que sustenten las decisiones frente a los dilemas éticos y la toma de decisiones a los que se enfrenta cotidianamente.
De igual modo, conviene promover el diálogo interdisciplinario con los pacientes y los demás grupos de profesionales, con base en los valores y principios éticos. Durante la enseñanza se deben abrir espacios que permitan integrar la ética y la bioética en la práctica, de manera que el alumno adquiera habilidad en el razonamiento ético, a la vez que desarrolle sus habilidades de razonamiento clínico y experticia práctica.
Con ello, el profesional de enfermería estará en condiciones de participar activamente en los diferentes comités: de ética en enfermería, de ética hospitalaria, bioéticos clínicos asistenciales y de investigación, para aprender a considerar la dimensión ética del cuidado.
También se requiere que el profesional de enfermería, en su cotidianeidad, siempre ponga en práctica sus principios éticos, junto con sus valores, actuando con ejemplo, impartiendo educación a quienes lo rodean, divulgando el análisis de la ética en las organizaciones donde labora, entre sus colegas y superiores, involucrando todos estos aspectos en la elaboración de planes de cuidado.
¿Qué valores, derechos y principios éticos se deben atender en las políticas y en la organización del sistema de salud, en la discusión y en la utilización de los recursos disponibles? Después de analizar los conceptos y argumentos de los principios éticos y los valores, la conclusión a la que se puede llegar es que estos constituyen la fuerza moral indispensable para garantizar una atención de calidad en salud y basada en el cuidado.
- En todos los procesos relacionados con la salud deben estar concebidos e implícitos los principios éticos, porque en todos ellos el objetivo es la salud y el bienestar del ser humano.
- Los valores, por su parte, nos dan el soporte suficiente para que en la convivencia con nuestros semejantes y con la naturaleza podamos alcanzar la felicidad.
Los derechos son el camino para conseguir el bienestar, la solución a las necesidades básicas y fundamentales del ser humano, en la sociedad y en el mundo que habita. “La política sanitaria de una nación, de una comunidad o de una institución es su estrategia para controlar y optimizar la utilización social de sus conocimientos y recursos médicos” 5,
- En las políticas de salud se deben tener en cuenta las creencias y compromisos de un determinado pueblo, pues de no ser así, no se basan en la realidad, ni en las necesidades de una nación; por lo tanto, esas políticas no tienen fundamento real y no son acordes con las necesidades de las personas.
- Contar no solamente con la participación del sector salud, sino de otras disciplinas, las cuales ayudan a explicar mejor esas creencias y valores del pueblo, que son reales y hacen parte de la medicina tradicional.
Para atender la situación de salud en nuestro país, es importante tener en cuenta los principios éticos que rigen actualmente, en la Ley 100 de 1993:
Eficiencia: es la mejor utilización de los recursos administrativos, técnicos y financieros disponibles. Universalidad: garantía para que todas las personas tengan acceso a la salud. Solidaridad: práctica mutua de ayuda entre el sector. Integralidad: la cobertura de todas las contingencias que afectan la salud, condiciones de vida de toda la población. Unidad: articulación entre las políticas e instituciones para alcanzar los fines. Participación: intervención de la comunidad, a través de los beneficiarios de la seguridad social.
Estos principios éticos, que rigen en el servicio público de seguridad social, son planteamientos positivos de la Ley 100, frente a la cobertura total de los servicios y ante la comunidad colombiana. También está el régimen subsidiado, como herramienta fundamental para garantizar el servicio a todos aquellos individuos que no tienen acceso a un servicio de salud, por sus condiciones de pobreza absoluta.
- Sin embargo, estas normas en la práctica no siempre se llevan a cabo, pues las malas administraciones y las burocracias han hecho que no tengan el impacto adecuado.
- Además, los recursos en salud han disminuido o no son suficientes para atender las demandas.
- El derecho al que deben apuntar las políticas de salud y el sistema sanitario es el de salud para todos, pues toda persona tiene derecho a la protección de la vida y a la salud 6,
Esto se pretendía con la Ley 100, pero las metas no se cumplieron para el 2000. Hay una carencia absoluta para este logro, puesto que la infraestructura del país no estaba preparada para estas nuevas políticas, que se perfilaban como las mejores para sacar al país de la crisis sanitaria por la que estaba atravesando.
Así, la salud se convirtió en un negocio, y el Estado no asume su responsabilidad, sino que la transfiere al sector privado. Estos aspectos no son favorables para la población, en cuanto a la atención y cuidado que debería recibir, pues por la forma como se está actuando se observa que no se da espacio para los principios de equidad, justicia, beneficencia, solidaridad y servicios con calidad humana.
Una enfermera que se compromete con la atención indaga y busca soluciones a corto plazo, teniendo como base la ética del cuidado, a fin de establecer el puente de conciliación entre las políticas actuales y el servicio que presta, para hacer de este un servicio digno para la comunidad sujeta al cuidado.
Distribución y utilización de recursos: VALORES: veracidad, pertinencia, responsabilidad, equidad, solidaridad, respeto, conciliación, sensibilidad, cultura. DERECHOS: veeduría, participación, gratitud, no discriminación, oportunidad, suficiencia. PRINCIPIOS: justicia, universalidad, beneficencia, no maleficencia, calidad, autonomía, integralidad, confiabilidad.
Políticas de salud: VALORES: equidad, solidaridad, conciliación, sensibilidad, cultura, comprensión, competitividad, continuidad. DERECHOS: participación, información y educación en ética y valores, no discriminación. PRINCIPIOS: dialogicidad, integralidad, justicia, universalidad, veracidad, beneficencia, no maleficencia, confiabilidad.
Organización del sistema de salud: VALORES: honestidad, responsabilidad, sensibilidad, cultura, competitividad, solidaridad, continuidad. DERECHOS: oportunidad, calidad, suficiencia, cobertura, gratitud, accesibilidad, eficacia y eficiencia, oportunidad. PRINCIPIOS: beneficencia, no maleficencia, integralidad, justicia, confiabilidad, autonomía.
1 Francoise Colliére, Marie. Promover la vida, McGraw-Hill Interamericana, Madrid, 1993, p.8.2 Fry, Sara. La ética en la práctica de la enfermería, Guía para la toma de decisiones éticas, Ginebra, Consejo Internacional de Enfermeras, 1994, p.37.3 Grupo de Cuidado.
- Avances conceptuales del grupo de cuidado”, Facultad de Enfermería, Universidad Nacional de Colombia, 1997.
- En: Dimensiones del cuidado, p.77.4 Gilligan, Carol.
- La moral y la teoría,
- Psicología del desarrollo femenino, México, Fondo de Cultura Económica, 1985, p.35.5 Bankowski, Z.
- Foro mundial de la salud,
La ética y los valores humanos en las políticas sanitarias, vol.17, 1996, p.153.6 Lemos, Carlos. Constitución Política de Colombia, 1991, 18a. ed., Bogotá, Panamericana, p.68. BIBLIOGRAFÍA 1. Bankowski, Zbioniew. “Ética y salud”, Salud Mundial, abril, 1989, pp.2-5.2.
- Fry, Sara.
- La ética en la práctica de la enfermería, capítulos 2, 3 y 4, Ginebra, Suiza, CIE, 1995.3.
- Garzón, Nelly.
- La ética del cuidado de enfermería”, Dimensiones del cuidado, Bogotá, Colombia, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Enfermería, Unibiblos, 1998, pp.76-82.4.
- Gracia, Diego.
- Bioética clínica, capítulos 1 y 2, Santafé de Bogotá, Editorial El Búho Ltda., 1998.5.
Grupo de Cuidado, Facultad de Enfermería, Universidad Nacional de Colombia. Dimensiones del cuidado, Santafé de Bogotá, Unibiblos, 1998.6. Martin, Jean. Ética y servicios de salud: el debate continúa, Foro Mundial de la Salud, vol.17, 1996, pp.432-441.7.
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¿Qué es la ética en el ambito de la educación?
¿Cómo se enseña la ética en el colegio? La ética en el colegio desempeña un papel fundamental para reforzar los valores de los seres humanos, a partir de los 3 años y hasta los 18 años los colegios comparten parte de la responsabilidad con los padres para la formación ética de los estudiantes.
- En el ámbito escolar la ética se define como una ciencia que estudia el bien y el mal, las relaciones con la moral y el comportamiento del estudiante.
- La ética permite tener una mejor convivencia entre las personas y es una manera de relacionarnos con el entorno.
- Como padres deben ayudar a que sus hijos sean personas libres, capaces de tomar sus decisiones de una manera responsable; mostrando con el ejemplo conductas de respeto hacia las personas y el cuidado de los bienes materiales.
Como parte de los programas educativos se han incorporado prácticas sociales durante el aprendizaje en clase; para que los alumnos distingan o cumplan con plena consciencia y responsabilidad qué está bien y qué está mal, por respeto y no por temor a recibir un castigo.
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¿Cuáles son los elementos de la ética del cuidado?
Objetivo: conocer si en la práctica los profesionales de enfermería utilizan los ‘ elementos éticos del cuidado ‘ de Tronto y González: atención, responsabilidad, competencia y respuesta como un medio cierto para aspirar a la excelencia.
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¿Cómo surge la ética del cuidado?
Resumen – La ética del cuidado surge al reconocer la vulnerabilidad y la dependencia del ser humano cuando, a lo largo de su vida, pasa por momentos en los que no puede cuidar de sí mismo y precisa de otros para vivir y encontrar su bienestar. Este artículo relaciona la dimensión ética del cuidado con las formas y maneras con las que se ha llevado a cabo, mayoritariamente por las mujeres.
- Tanto en el hogar como profesionalmente las mujeres se han ocupado de cuidar a los demás.
- A partir de la perspectiva feminista del cuidado del hogar, de la perspectiva enfermera del cuidado profesional y de las últimas aportaciones de la teoría social se muestran los principales factores y dimensiones que configuran la ética del cuidado hoy en día.
El valor ético del cuidado se presenta como clave para encontrar respuestas a las preguntas y dilemas éticos de la sociedad de hoy, aportando un marco de referencia y una forma de actuar para aplicar principios universales a las situaciones reales y viceversa reformular los principios universales de acuerdo a las situaciones concretas.
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¿Qué es la ética en la educación ejemplos?
Ejemplos de actitudes éticas de los estudiantes – Respetar el derecho de aprender de otros estudiantes. -No copiar. -No practicar la intimidación. -Tener un comportamiento para crear un ambiente positivo y agradable en la escuela.
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¿Quién establece la ética del cuidado?
Carol Gilligan en 1982 desde la psicología introdujo la ética del cuidado como respuesta a lo que ella definió como modelo masculino de razonamiento moral y toma de decisiones.
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¿Quién creó la ética del cuidado?
A partir de diversos estudios, Carol Gilligan desarrolló la teoría moral denominada ética del cuidado (1985: 291). Esta autora tomó como punto de partida una teoría influyente en materia de pensamiento moral elaborada por Lawrence Kohlberg en los años ochenta.
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¿Qué es la ética del cuidado Wikipedia?
La ética del cuidado – Según el psicólogo educativo Lawrence Kohlberg, hay seis niveles de desarrollo moral del humano: (a) aquel en el cual se cree que lo correcto es la obediencia y para evitar el castigo; (b) el intercambio instrumental individual que satisface las necesidades de quien solicita y de quien da; (c) el de los intereses, relaciones y conformidad en las reciprocidad humanas; (d) etapa del cumplimiento social y de mantenimiento de la conciencia; (e) se acatan derechos primarios y el contrato social o de la utilidad, (f) y la adquisición de principios éticos universales.
Ohlberg observó que las niñas de once años habían alcanzado solamente el nivel (c), mientras los varones ya habían desarrollado capacidades morales propias de los niveles (d) o (e). Él interpretó estos resultados como una forma de flaqueza moral de la mujer. Ésta filósofa hace una crítica hacía Kohlberg, al decir que su teoría difiere entre hombres y mujeres.
Gilligan, que había ayudado al propio Kohlberg en algunas de sus investigaciones, respondió en el libro citado aduciendo que los menores de diferente sexo piensan de distinto modo y que esto no significa que ellas tengan menores capacidades para hacer razonamientos morales.
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¿Como debería ser la ética en el docente de una institución educativa?
La ética profesional docente, es un compromiso vivencial que trasciende las reglas escritas acerca del ejercicio de su profesión y espera que la puesta en práctica durante el desempeño, arroje evidencias acerca de su excelencia e integralidad.
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¿Cómo generar una educación ética?
La formación ética debe hacerse de una forma vivencial en la cual se planteen interrogantes, se hagan observaciones e indagaciones, se busquen y ejecuten alternativas de solución a los conflictos cotidianos, para que los niños, niñas y jóvenes logren comprender que la convivencia social no está dada, sino que es un
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¿Cuáles son los principios de la ética profesional docente?
Honestidad, educación, sinceridad, responsabilidad, lealtad, solidaridad, confianza, respeto de los derechos humanos, entre otros.
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¿Qué es el valor del cuidado?
Trabaja tus valores – Todos tenemos unos valores que rigen nuestras vidas. Marcan nuestras decisiones y establecen lo que nos parece bien o mal. Son un sistema de creencias que se ha ido forjando a lo largo de la vida y del que muchas veces no somos del todo conscientes.
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¿Qué entendemos por ética?
La ética es un análisis sistemático y crítico de la moralidad, de los factores morales que guían la conducta humana en una determinada práctica o sociedad.
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¿Cómo razonar con cuidado?
Cómo negociar con un inconvencible – Sabiendo ya cómo son los porquelodigoyoistas, hay que preguntarse ahora cómo tratar de negociar con ellos. ” La opinión que mantienen está ligada a su definición como persona “, avanza la experta en negociación Helena Soleto.
- Las personas inconvencibles consideran que sus ideas no son negociables y que ponerlas en duda supone una amenaza para todo lo que son.
- Por eso, conviene ir con cuidado.
- Con cuidado y practicando la escucha activa.
- Hay que preguntar al otro cómo se siente para tratar de delimitar los principales puntos de tensión (el objetivo es saber qué es, en concreto, lo que molesta a la otra persona de nuestra opinión).
También hay que expresar los sentimientos propios, las necesidades, pero sin enjuiciar al otro. Y todo combinando el lenguaje verbal y el no verbal. No es lo mismo preguntar a alguien cómo se siente mostrando interés por su respuesta con la expresión de la cara que acompañándolo de un gesto insultante como, digamos, una vulgar peineta.
Julio García Gómez aconseja aplicar a los debates las bases de la comunicación: concisión, brevedad y titulares efectivos. “Debemos evitar el ruido con palabras que no conducen a nada y mantener una mirada franca y generosa. Con movimientos pausados, lograremos rebajar el nivel de tensión de las palabras del otro y abriremos la vía del diálogo constructivo”.
Sin duda, habrá nudos imposibles de desenredar. No vamos a convencer al vegano de que coma huevos, pero sí de que respete a aquel que disfruta haciéndolo. Se trata de entender que el otro piense de una forma diferente, pero que siempre se podrán encontrar realidades que promuevan la convivencia pacífica.
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¿Cuáles son las teorías de ética del cuidado de la salud?
Ética profesional y teorías de enfermería Nelly Garzón Alarcón i i RN., BSN., MSN.; profesora emérita y honoraria. Universidad Nacional de Colombia; presidenta del Tribunal Nacional de Ética de Enfermería, Colombia. RESUMEN Las siguientes reflexiones plantean un acercamiento al desarrollo y a la evolución de la enfermería y de su práctica, que en la actualidad han incorporado importantes aportes teóricos, conceptuales y éticos.
- Resalta, igualmente, la contribución de destacados teorístas de esta disciplina en la definición de los paradigmas, modelos y teorías orientados a describir y explicar los fenómenos de la práctica desde las perspectivas ética, de la persona, el ambiente, la atención de salud y el acto de cuidado.
- PALABRAS CLAVE : Ética, teorías de enfermería, cuidado, persona, paradigmas.
ABSTRACT The following ponderings present an approach for the development of nursing and its practice, that currently have incorporated important theoretical, conceptual and ethical contributions. Also, it mentions the contribution of important theorizers of this discipline in the definition of paradigms, models and theories, oriented to describe and explain the phenomenon of practice from an ethical, personal, environmental, health care and the act of caring, perspective.
EY WORDS : Ethics, nursing theory, care, person, paradigms. INTRODUCCIÓN l avance de la enfermería como profesión, como disciplina, como ciencia y tecnología, ha exigido a sus profesionales hacer evidente, por medio de la investigación científica, la fundamentación teórica de la práctica que muestre la relación del conocimiento con los valores y los principios éticos y bioéticos que sustentan el ejercicio profesional de la enfermería como práctica social.
La evolución que ha tenido la enfermería al pasar de un oficio o trabajo artesanal con labores de cuidado basadas en el espíritu de servicio y en la intuición, a fin de actuar para hacer el bien, constituyen prácticas que fueron miradas con aprecio por las personas beneficiadas debido al espíritu de bondad y de acompañamiento que mostraron en su momento.
Las prácticas de enfermería, en la segunda mitad del siglo XX, han sufrido una reconocida transformación hacia un proceso de acción sistematizado, sustentado en conocimientos con fundamentos teóricos y aplicación progresiva de los adelantos de la tecno-ciencia y de la ética que hoy, con los cambios y progresos alcanzados, le imprimen a dichas prácticas de cuidado el carácter de una disciplina y práctica profesionales con su propia naturaleza, su carácter disciplinar e interdisciplinar, y su dimensión ética.
Reflexiones generales sobre la teoría y la ética de enfermería El sustento teórico de la enfermería comienza a desarrollarse y adquirir mayor precisión y validez con estudios de investigación desde hace un poco más de cien años, a partir de las reflexiones y los trabajos de observación, recolección y análisis de datos que hizo Nightingale en los hospitales donde prestó sus servicios, y que le sirvieron para sustentar sus proyectos de mejoramiento de los servicios de salud.
Sin embargo, es apenas hacia la mitad del siglo pasado cuando en verdad se concreta con el estudio sistematizado de la enfermería, con resultados de investigaciones realizadas con rigor metodológico, y la formulación de varias propuestas de modelos teóricos y teorías de enfermería que dan sustento a la práctica.
La fundamentación ética y humanitaria de la enfermería, por el contrario, se ha hecho evidente desde épocas antiguas. Se ilustra con el ejemplo del acto de cuidar que prodigó el buen samaritano al herido que encontró en el camino, y en su reconocimiento del valor de la persona humana, sin ningún tipo de discriminación racial o religiosa.
Su actuación mostró la responsabilidad o conciencia de hacer el bien al otro, limpiando sus heridas y asegurando la continuidad de su cuidado para dar atención a sus necesidades básicas, al solicitar y pagar por los servicios de cuidado que le brindaría el dueño de la posada. Es en las últimas décadas del siglo pasado cuando también se aprecia un progreso significativo en la investigación en enfermería con el propósito de definir paradigmas, modelos y enfoques teóricos orientados a describir y explicar la naturaleza de los fenómenos y los cuidados de enfermería, y para probarlos en diferentes escenarios.
Enfermeras investigadoras, individualmente y en grupos, prueban, evalúan, modifican y enriquecen sus trabajos sobre teorías de enfermería con diversos tipos de investigación y con proyectos de aplicación de sus hallazgos en la práctica y en la educación de enfermería.
- Durante el seminario sobre los avances en la aplicación de teorías de enfermería en la práctica y en la investigación en enfermería, realizado en la Universidad de La Sabana los días 25 y 26 de octubre de 2004, se tuvo la fortuna de apreciar algunos adelantos en este campo.
- Se conocieron algunos resultados de las investigaciones de las enfermeras y teoristas de enfermería invitadas al mencionado evento y algunos resultados parciales de las investigaciones y los trabajos que durante varios años han venido realizando los docentes y estudiantes de la Facultad de Enfermería de la Universidad de La Sabana con la participación de enfermeras de entidades de servicio con las cuales se desarrollan actividades de extensión para poner en práctica los avances y resultados de los trabajos de investigación.
Las experiencias y los logros alcanzados en el trabajo sobre modelos teóricos en enfermería realizado por enfermeras docentes investigadoras de Colombia, en asocio con enfermeras investigadoras de otros países, muestran los adelantos que se han logrado con el trabajo cooperativo de grupos y de redes de investigadores.
Es innegable que estas formas de trabajo cooperativo en investigación son un imperativo en el mundo de hoy que lleva a promover la investigación en líneas, en grupos y en redes de grupos de investigadores, con el fin de profundizar en los temas o problemas de investigación y en el conocimiento de una realidad o de un fenómeno, y así poder plantear acciones de cambio y de mejoramiento para el bienestar de la sociedad y de las personas.
Esta dinámica se relaciona con la dimensión ética en este campo de estudio. Es interesante observar que los primeros modelos teóricos y conceptuales de enfermería llevan el nombre de su autor o autora porque fueron iniciativas individuales, tales como Henderson, Orem, Rogers, Roy, y otros, los cuales se enriquecieron después con el trabajo de comprobación de grupos de enfermeras en diferentes escenarios de la práctica.
En los desarrollos más recientes, las teorías de enfermería de mediano rango llevan el nombre no de los autores sino del fenómeno de enfermería que estudian, por ejemplo, la teoría de síntomas desagradables, de la autotrascendencia, de las transiciones, del estrés y adaptación de la familia, entre otras, y las llevaron cabo o están realizando grupos de investigadores.
Estos enfoques conceptuales y teorías tienen como punto de partida la dimensión ética relacionada con el reconocimiento del valor y respeto a la dignidad del ser humano, el valor de la vida, la búsqueda del bienestar de la persona y las formas efectivas de atender sus necesidades y sus derechos.
Es también importante reconocer que el progreso de la ciencia y la tecnología es una respuesta a la crítica que se hace a la investigación para resolver interrogantes conceptuales o metodológicos, para aclarar dudas sobre procesos o resultados, o para resolver cuestionamientos de validez; éstos y otros aspectos también se relacionan con la dimensión ética de la investigación, que hoy se considera un criterio fundamental para su evaluación y crítica.
Es por esta razón que la crítica es esencial para el progreso de la ciencia en todas sus dimensiones. Las teorías de enfermería y su dimensión ética Samar Noureddine planteó un interrogante después de revisar y hacer un análisis crítico de algunos resultados y adelantos logrados en el campo de la teoría de enfermería, al no encontrar explícitos los elementos de ética.
- Ella consideró que si la teoría de enfermería tenía el propósito de guiar y dar calidad a su práctica, su componente ético no debía faltar y tampoco debía mantenerse apenas como un elemento implícito.
- En el artículo que publicó con el título “El desarrollo de la dimensión ética en la teoría de enfermería”, expresó que se proponía identificar el componente ético relevante a la teoría y determinar los criterios para evaluar esta dimensión en las teorías de enfermería (1).
Para este trabajo se toman algunos de los elementos que ella propone y se agregan otros a los cuales esta autora no hace explícita referencia. Estos mismos elementos conceptuales ya habían sido identificados en la revisión y el análisis de varias teorías de enfermería que realizó Fawcett (2), como se presentará más adelante.
Debe tenerse presente que estas dos investigadoras hacen referencia a teóricos de la década de los ochenta, por tanto, es posible que en la última década se hayan hecho algunos adelantos que utilicen los avances en el estudio y aplicación de la ética y la bioética en las ciencias y en la práctica de las profesiones en general y, en especial, en las de la salud.
Esta suposición se hace teniendo en cuenta las aplicaciones que hizo Larrabee al estudiar la calidad de algunos procesos en la organización de la atención de salud. En 1996, June H. Larrabee (3) desarrolló un modelo teórico de calidad que incluyó conceptos éticos y económicos con el fin de proponer un marco de referencia para mejorar la calidad de la atención de salud frente a los problemas relacionados con los costos, las dificultades de financiamiento, de acceso a los servicios de salud y el logro de metas esperadas.
Este modelo teórico estableció las relaciones entre los valores, la prudencia, la beneficencia y la justicia para lograr un cuidado de calidad. Aunque este modelo de calidad no es una teoría de enfermería que fundamente la práctica de esta profesión, es una evidencia o ejemplo de la conciencia que existe entre los teóricos de prestar atención a la dimensión ética e incluirla como aspecto relacionado con los postulados teóricos.
La ética y los elementos del paradigma de enfermería La doctora Jacqueline Fawcett (2), estudiosa de las teorías de enfermería, expresó que la disciplina de enfermería, a través de los trabajos de investigación en este campo, ha permitido concretar elementos e interrelaciones comunes, con los cuales se ha enunciado y formalizado un metaparadigma, éstos son: persona, ambiente, salud y enfermería, conceptos globales que se identifican en un fenómeno de enfermería.
Hace más de dos décadas esta autora expresó que quienes en esa época revisaron el desarrollo de la enfermería como disciplina señalaron que se apreciaba que muchos de estos trabajos aparecían desenfocados y descoordinados, porque los autores se movían rápidamente de un tema a otro, y muy pocos académicos dedicados a estas empresa compartían o aunaban sus acciones de investigación en determinadas áreas (2).
Es posible que hoy, con la investigación organizada en líneas y desarrollada por grupos de investigadores, se esté profundizando en el estudio de los fenómenos de enfermería con resultados más coordinados para enriquecer el conocimiento de la profesión.
- Los trabajos de Fawcett muestran un gran esfuerzo y un análisis serio para identificar los conceptos comunes en las teorías de enfermería con miras a dar mayor sustento al metaparadigma que ha permitido explicar la naturaleza del conocimiento de la disciplina.
- La posibilidad de construir el metaparadigma de enfermería ha sido un trabajo progresivo y acumulativo, a través del cual Fawcett y otros autores han promovido el análisis y enriquecimiento del significado y la operacionalización de los conceptos globales de la disciplina antes mencionados, los cuales tienen un significado que se nutre en las distintas corrientes de la filosofía, las ciencias sociales, la historia, la política, y otras formas de pensamiento (4).
Los trabajos realizados con este propósito ofrecen una base muy valiosa. Si bien es cierto que no existe un acuerdo entre las teóricas en la definición que ellas proponen de los conceptos, situación explicable por los diferentes fundamentos, orientaciones y enfoques que utilizan en sus respectivas teorías o modelos teóricos, se considera que es una tarea importante por hacer en la cual es evidente que se viene avanzando y se está enriqueciendo constantemente a la luz de los cambios sociales y políticos; por lo tanto, los profesionales de enfermería requieren mantener una ilustración actualizada sobre los cambios que ocurren y los enunciados que se proponen en los nuevos enfoques teóricos y las nuevas teorías de enfermería que se formulan.
Con los trabajos de las teóricas de enfermería, que de una u otra forma definen estos conceptos, en concordancia con el enfoque de su teoría se ha podido avanzar en precisar la visión de la naturaleza de enfermería, y la comprensión de los fenómenos que vienen a construir, actualizar y enriquecer el conocimiento de la disciplina desde lo filosófico y, específicamente, desde lo ético, lo ontológico, lo epistemológico y lo estético.
La visión que se tenga de la naturaleza de la enfermería, y la comprensión de sus fenómenos, fortalece en diversas formas las bases de la práctica y ofrece nuevas orientaciones para adaptarla a las exigencias de los diferentes contextos y a los avances de la ciencia y la tecnología incorporada a la atención de salud y a la organización de los servicios.
Para discutir la aproximación ética y bioética en el conocimiento teórico de enfermería, se tomarán los elementos conceptuales identificados en el paradigma de enfermería propuesto por Fawcett: persona, ambiente y salud; y para no incurrir en la tautología ya reconocida, no se hablará de enfermería sino de cuidado de enfermería o del acto de cuidado de enfermería.
Es importante recordar que en el paradigma no solamente se consideran los elementos, sino las diferentes interrelaciones entre ellos. En las teorías de enfermería las mayores diferencias, o características propias de cada enfoque teórico, se aprecian en las interrelaciones que se proponen entre los mencionados elementos del paradigma de enfermería.
- Estas interrelaciones también son importantes en el momento de analizar la dimensión ética.
- La ética, como sabemos, se refiere a los comportamientos de la persona en sus relaciones con los otros y con su ambiente, por lo tanto, para reflexionar sobre este aspecto es necesario identificar las interrelaciones entre los elementos del paradigma propuesto, a fin de resaltar los principales comportamientos éticos y bioéticos en las relaciones de la persona con el otro, tomando como guía los valores, los principios éticos (ética principialista), los aspectos o comportamientos humanitarios (ética personalista), y los aspectos bioéticos relacionados con el respeto y valor de la vida humana y de todas las formas de vida, y las condiciones y los comportamientos de las personas para preservarla.
Los aspectos éticos y la persona El ser humano, la persona, se aprecia en el valor de sí mismo y en la ética de sus comportamientos e interrelaciones con los otros, con la familia, con la sociedad, con la comunidad. La persona que da cuidado de enfermería se valora en su comportamiento, en las relaciones con la persona cuidada, que a veces se denomina paciente, o cliente, con quien se relaciona individualmente, o como miembro de una familia o de un grupo comunitario, siempre respetando su individualidad, su valor y dignidad, sus derechos, sus necesidades y sus prioridades, su cultura, su historia y el ejercicio de su autonomía.
En la relación enfermera (cuidador) – paciente (persona cuidada) es fundamental la aplicación de la ética comunicativa o dialógica de Habermans, en la cual la persona se respeta como un interlocutor válido, que tiene derecho y capacidad para razonar y participar en las decisiones sobre su cuidado, sobre su salud.
En la interacción del profesional de enfermería como cuidador y la persona cuidada se emplean las diversas formas de comunicación verbal y no verbal, a través de las cuales se intercambia y valora la información para interpretar las necesidades, los valores y los deseos de la persona cuidada.
Los aspectos éticos y el ambiente Los valores de la persona, la familia o el grupo de personas que reciben el cuidado reflejan la influencia de su historia, su cultura, los factores que se deben respetar y comprender, porque estos aspectos forman parte de ella, y se relacionan con sus costumbres, creencias, valores y prácticas de salud que se deben respetar.
En la relación cuidador-persona cuidada también se debe considerar y respetar el ambiente psicoafectivo familiar, el valor y las expresiones de amistad, de amor, la privacidad, la autoridad y el manejo del poder en su ambiente familiar y social. Otros factores que se relacionan con el estilo de vida de la persona cuidada son el ambiente físico del vecindario y la vivienda, las costumbres y las formas de recreación, la organización y las normas sociales para mantener la comodidad y la convivencia.
Los aspectos éticos y la atención de la salud En la atención de la salud se incluyen en forma primordial los principios éticos de beneficencia, autonomía, justicia y equidad para hacer accesibles los servicios de salud y de cuidado de enfermería a todas las personas, sin ningún tipo de discriminación o exclusión.
La accesibilidad de los servicios de salud se relaciona con la accesibilidad cultural, económica y no solamente geográfica. Es parte del derecho a la atención de salud, que se debe prestar con calidad y oportunidad, y que en algunos momentos se relaciona con el valor de la vida humana, el respeto a la persona, sus derechos, su cultura, su capacidad socioeconómica, y el respeto al uso de su autonomía para decidir y dar su consentimiento.
La disponibilidad y el acceso a los servicios de salud es ante todo un derecho de la persona, con dignidad e igualdad, sin importar su condición o posición social, económica, cultural, la enfermedad que sufra o su estatus relacionado con condiciones sociales discriminadas tales como la de prisionero, guerrillero, asesino, drogadicto, ciudadano de la calle, homosexual, desplazado, inmigrante y otras categorías similares.
Los aspectos éticos en el acto de cuidado de enfermería El cuidado de enfermería es un derecho; tiene las características individuales propias de la persona que recibe el cuidado, es respetuoso de los derechos del ser humano, del valor de su vida, su dignidad y sus valores.
Se fundamenta en el respeto a la integralidad del ser humano, por lo tanto considera todas sus características individuales al administrarle el cuidado, el cual debe ser libre de riesgos, con miras a mantener y proteger su integridad. Este aspecto hace referencia a la calidad del cuidado, que comprende la atención de las necesidades básicas de la persona en forma oportuna y segura, atendiendo las dimensiones social, biológica, espiritual, mental que se basan en los principios éticos de beneficencia, no maleficencia, equidad y justicia.
El cuidado comprende también el respeto a la autonomía, la privacidad, la confidencialidad, confiabilidad y la fidelidad. Un elemento fundamental en el cuidado es la relación enfermera-paciente, que se construye sobre la ética del respeto al otro como interlocutor válido, y la intersubjetividad y la comunicación efectiva teniendo en cuenta y respetando los aspectos culturales, los valores y las creencias.
El cuidado del ser humano es indispensable desde la concepción hasta la muerte; en las etapas de crecimiento y desarrollo normal, en los estados de salud, como los de enfermedad, en las discapacidades, así como en las etapas de duelo por pérdidas diferentes, exigen comprensión, respeto y cuidado bondadoso.
La ética en el cuidado, responsabilidad profesional de enfermería El Consejo Internacional de Enfermeras ha declarado que el cuidado de enfermería es una necesidad y un derecho universal. Es responsabilidad del profesional de enfermería orientar sus acciones para ayudar a mantener, proteger, y restaurar la salud, evitar las enfermedades, aliviar el sufrimiento y, en fin, ayudar a mantener la calidad de vida de las personas.
- El respeto por la vida, la dignidad y los derechos del ser humano son condiciones esenciales de la enfermería, que se practicarán sin ningún tipo de discriminación (5).
- Con estos enunciados se encabeza el Código Deontológico de Enfermería, del Consejo Internacional de Enfermeras.
- En la Ley 911 de 2004, que establece la responsabilidad deontológica para el ejercicio de la profesión de enfermería en Colombia, se define el acto de cuidado de enfermería como sigue: El acto de cuidado de enfermería es el ser, la esencia del ejercicio de la profesión.
Se fundamenta en sus propias teorías y tecnologías, y en conocimientos actualizados de las ciencias biológicas, sociales y humanísticas. Se da a partir de la comunicación y relación interpersonal y humanizada entre el profesional y el ser humano, sujeto de cuidado, la familia o el grupo social, en las distintas etapas de la vida, situación de salud y del entorno (6).
Janice Morse (7) identificó cinco categorías de cuidado: 1) el cuidado como una característica humana, 2) el cuidado como un imperativo moral, 3) el cuidado como una forma de afecto, 4) el cuidado como una relación interpersonal, y 5) el cuidado como una intervención terapéutica. También identificó el cuidado como una experiencia subjetiva del paciente y el cuidado como una respuesta física.
Esta clasificación, que se describe como un proceso, lo utiliza la teórica para clarificar el significado de cuidar, por tanto, se considera como una perspectiva epistemológica de la autora. Al considerar el cuidado como un proceso, Morse identifica las relaciones que existen entre las diferentes categorías de cuidado observadas.
En todas estas categorías se hace evidente la dimensión ética. Morse cita como ejemplo de este proceso el constructo teórico de Leninger en el cual reitera que los humanos son seres que reciben y dan cuidado, y que el tener la necesidad de ser cuidado es una característica vital para la supervivencia humana.
En el ser humano se encuentran los atributos comportamentales de cuidado. En este sentido, la definición del concepto de cuidar se extiende desde la categoría de la característica humana de cuidar hasta la categoría de la intervención terapéutica del cuidado (7).
Como se ha discutido en apartes anteriores de este trabajo, cada una de estas categorías de cuidar, y las interrelaciones entre ellas, tienen su fundamentación en los valores y principios éticos y bioéticos. Conclusión En los diferentes comportamientos, conductas e intervenciones del profesional de enfermería y de su equipo, al realizar el acto de cuidado se debe traducir la dimensión filosófica, ética y bioética, de humanización y científico-técnica que fundamenta su conocimiento y su actuar, y que la sociedad percibe y valora como buen cuidado.
Infortunadamente, en ocasiones el contexto de la práctica y el sistema de organización no permiten mantener la coherencia esperada entre el saber ético y el saber de enfermería que debe traducirse en las prácticas de cuidado, y por tanto, la percepción de la persona que recibe el cuidado lo califica como mal cuidado o cuidado deshumanizado, al sentir o percibir que no se tienen en cuenta su valor y sus derechos como persona.
Nuestro gran reto profesional frente a estas realidades que afectan el cuidado de enfermería es promover los cambios necesarios para salvaguardar la calidad ética, científica y técnica del cuidado; es demostrar por medio de la investigación la bondad del cuidado de enfermería que ofrece directamente el profesional o a través de su equipo humano con su permanente dirección y liderazgo.
Se requiere un trabajo arduo y consistente de los profesionales de enfermería que muestre resultados convincentes de investigación para introducir políticas y sistemas de prácticas de cuidado guiados por los conocimientos teóricos de enfermería y por los componentes de ética, bioética y humanización que sustentan todas las intervenciones.
- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1.
- Nouredine S, Development of the Ethical Dimension in Nursing Theory, International Journal of Nursing Practice 2001;7:2-7.2.
- Fawcett J, The Metaparadigm of Nursing: Present status and future refinement, Image: Journal of Nursing Scholarship 1984;XVI(3): 84.3.
- Larrabee JH.
- Emerging Model of Quality, Image: Journal of Nursing Scholarship1996;28(4):353.4.
Bredow T, Analysis and Evaluation of Middle Range Nursing Theory. In: Middle Range Theories, Application to Nursing Research. Philadelphia: Lippincott Will and Wilkins; 2004.5. Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), Código para Enfermeras; 1989.6. República de Colombia, Ley 911 de 2004.7.
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¿Qué actitudes éticas y morales se relacionan con cuidar correctamente?
ENSAYOS Sentimientos morales en la relación de cuidado enfermeras(os) -personas que viven con VIH/SIDA Moral feelings of the nursing relation between nurses and people who live with HIV/AIDS Rubiano Mesa, Y.L.*; Ruiz Silva, A.** *Profesora Facultad de Enfermería-Universidad Nacional de Colombia.
- E-mail: [email protected] **Profesor Titular Universidad Pedagógica Nacional. Colombia.
- RESUMEN Vivir con el Virus de Inmunodeficiencia Humana y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida se torna en una experiencia personal negativa, que se traduce en dolor y sufrimiento.
- Esto representa, un reto para el cuidado de enfermería, el cual se fundamenta en una interacción humana cuya complejidad depende del diálogo y de la interacción bilateral entre la enfermera y el paciente, e implica una reflexión de tipo moral, en cuanto involucra valores, sentimientos y justificaciones morales que en la práctica han sido muy poco visibilizados.
Este artículo tiene como propósito presentar un marco teórico apoyado en la investigación empírica que permita explorar y comprender los sentimientos morales que guían la relación enfermera (os) -personas que viven con VIH/SIDA. De este modo se acude a concepciones teóricas de la filosofía moral y de la enfermería.
- Palabras clave: cuidar; ética del cuidado; sentimientos morales.
- ABSTRACT Living with the Human Immunodeficiency Virus and the Acquired Immunodeficiency Syndrome usually becomes a negative personal experience, which translates into pain and suffering.
- This means a real challenge for the nursing care, which is based on a human interaction which complexity depends on the dialog and bilateral interaction between the nurse and the patient, and implies a reflection of moral kind, in all that it involves values, feelings and moral justifications; that in the practice have frequently been overlooked.
This article intends to show a theoretical framework based on empirical research that allows exploring and understanding, the moral feelings that guide the relation nurse-person, who live with HIV / AIDS. In this way, it is necessary to resource to theoretical concepts of the moral philosophy of nursing.
Ey words: caring; ethics of caring; moral feelings. Introducción La literatura producida en el campo disciplinar de la enfermería deja ver que esta es, fundamentalmente, una actividad humana cuya esencia es el cuidado de la salud y la vida de las personas y los colectivos; por ello el cuidado es el dominio central de conocimiento de la disciplina, el mismo que parte de considerar la realidad frágil y vulnerable del ser humano.
En su acción cotidiana, el profesional de enfermería cuida a seres humanos en situación de extrema vulnerabilidad, como ocurre en el caso del padecimiento del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), que, como hecho biológico y social, supone un cambio en la vida de las personas, un cambio que no se refiere solamente a su estructura somática, sino también a su integridad, a su dignidad.
Vivir con VIH/SIDA suele tornarse una experiencia personal negativa, de dependencia, de dolor, de sufrimiento y aislamiento del mundo social y laboral; además, la vivencia de esta enfermedad altera las relaciones interpersonales, llegándose incluso a producir situaciones como las del estigma y la discriminación.
Todo esto representa, un reto para el cuidado de enfermería, el cual se fundamenta en una interacción humana cuya complejidad depende del diálogo y de la interacción bilateral entre la enfermera y el paciente, e implica una reflexión de tipo moral, en cuanto involucra valores, sentimientos y justificaciones morales; que en la práctica han sido muy poco visibilizados.
- Desde las disciplinas filosofía y enfermería se pueden interpretar dos aspectos del cuidar: el de la técnica y el actitudinal, que se complementan y articulan.
- La técnica, definida como ayudar o asistir, requiere conocimiento y aplicación de procedimientos, y se evalúa a través de la relación entre quien es cuidado y quien cuida.
El aspecto actitudinal exige tiempo, espacio, dedicación, compromiso y conocimiento teórico, conocimiento del otro y praxis. Desde la articulación de estos dos aspectos cuidar de un ser humano en el proceso de vivir su sufrimiento o en su proceso de muerte no puede ser una secuencia premeditada de actos, sino que, fundamentalmente, se trata de una profunda sabiduría ética y moral que da supremacía a la dignidad humana del otro 1,
Así, se desprende de esta conjunción de elementos los conceptos ética del cuidar y cuidado ético. La ética del cuidar-el cuidado ético La ética del cuidar no es nueva, se encuentran referencias a ella, entre otros autores, en Mayeroff, quien sostiene que cuidar significa “vivir el significado de mi propia vida” 2 ; este autor denomina devoción o compromiso a esta dedicación y asevera que las obligaciones que se derivan de la misma son un elemento constitutivo del cuidado; por tanto, cuando nos comprometemos al cuidado, como una forma de ser, nos sentimos obligados moralmente.
En el proceso de cuidar hay valores morales que le son inherentes, por eso cuando cuidamos crecemos, porque somos más autodeterminantes y porque seleccionamos nuestros propios valores e ideales 2, Por su parte, Noddings 3 visualiza la ética del cuidado como un tipo de teoría de la virtud, en la que los ideales morales son preferidos a los principios éticos, como guías de la acción.
Noddings centra sus ideas en el valor del cuidado y en la actitud de cuidar, y señala que la ética del cuidado nos pone de cara a un sentido de obligación. El sentimiento de que “yo debo” hacer algo aparece cuando alguien se dirige a nosotros; este yo debo nace del encuentro directo con el otro, como preparación de la respuesta.
El yo debo, para Noddings 3, expresa un deseo o una inclinación, no un simple reconocimiento formal del deber. La ética del cuidar es esencialmente relacional y empieza con el deseo universal de ser cuidado y de establecer una relación positiva con otros seres humanos; así, se centra en las necesidades y en las respuestas indispensables para mantener las relaciones de cuidado.
- El cuidado se basa en sentir con el otro y recibir del otro; es un proceso, a la vez cognitivo y emotivo, y requiere cambios permanentes en la motivación y en la relación con el otro.
- Mayeroff 2 y Noddings 3 permiten ver que la ética del cuidar es un proceso cotidiano que involucra la preocupación por el otro, el compromiso, la responsabilidad y la obligación moral para responder a las necesidades del otro.
Nos muestran que las relaciones humanas son guiadas por la fuerza del cuidado. Ahora bien, desde el campo mismo de la enfermería vale la pena considerar los planteamientos de Leininger 4, quien precisa algunos elementos de la ética del cuidado, como el respeto y el reconocimiento de ciertas creencias, de ciertas tradiciones y de los valores de cada cultura, de cada paciente, para conservarlos y consolidarlos.
La autora se refiere a acciones y decisiones profesionales de asistencia, de sostén, de facilitación o de habilitación que ayudan a la gente de una cultura particular a conservar o a consolidar los valores importantes del cuidado para mantener el bienestar, recuperarse de la enfermedad, afrontar las malformaciones o enfrentarse a la posibilidad inminente de la muerte.
De modo complementario Watson 5 tiene un ideal moral de la enfermería basado en la protección, mejora y preservación de la dignidad humana. Señala que el compromiso que invoca el trabajo en este campo disciplinar es un servicio compasivo motivado por el amor tanto humano como “cósmico”; la compasión y el cuidado expresados “a través de nuestro propio ser, a través de nuestra presencia humana, a través de dar a nosotros mismos y a otros, los mantenemos en las manos para el bien o para el mal, o través de abrir el horizontes al infinito o de totalizar nuestra propia humanidad y la de los demás” Desde esta perspectiva humanista e integradora el cuidado es una responsabilidad moral que trasciende el campo profesional para involucrarse en el campo de los valores y las acciones moralmente justificadas; en este sentido, el cuidado demanda preocupación y compromiso por el otro, por su modo de ser y estar en el mundo, así como respeto de los significados que se le asignan a la experiencia de la enfermedad.
- Para Watson 6, entonces, el cuidado es un imperativo moral, en el que prima el valor y la dignidad de la persona cuidada, a quien es necesario ayudar a “obtener más autoconocimiento, más autocontrol y disponibilidad para la autocuracion, independiente de la condición externa de salud”.
- Así, el cuidado ético de enfermería se comprende como compromiso y reconocimiento de la vulnerabilidad del otro, como compasión, amor, obligación moral o como práctica moral; por tanto, el buen cuidado incluye atención de las dimensiones físicas, relacionales, sociales, psicológicas y espirituales del paciente como componentes orientadoras de la relación enfermera-paciente.
Las anteriores posturas convergen en la búsqueda de condiciones básicas e ineludibles del cuidar y en la profundización de sus condiciones ideales. Éstas éticas del cuidar nos hablan de la forma como el ser humano cuida de sus semejantes en circunstancias naturales de la vida e involucra una relación de contacto moral entre dos personas, que no se guía solamente por principios éticos abstractos, sino por la solicitud que nos hace el otro, por su demanda de atención, por el interés de sentir con el otro y recibir del otro.
- Tal solicitud, como forma de relación, constituye una obligación moral.
- La ética del cuidado en enfermería, basada en la relación enfermera-paciente, se fundamenta, entonces, en una base moral que tiende a proteger y mantener la dignidad humana de las personas que reciben cuidado.
- Se expresa en la preocupación y compromiso por el otro, por su particularidad existencial, respetando los significados que éste le asigna a la experiencia de la enfermedad.
En suma, la relación de cuidado enfermera-paciente es un proceso complejo que demanda participación activa y autónoma de los participantes. Las acciones mediante las cuales se lleva a cabo el cuidado son acciones fundamentalmente comunicativas, por tanto, en ellas intervienen saberes, deseos, intereses, valoraciones y múltiples sentimientos morales.
- Justamente, de esto último y de su papel en la orientación de la relación de cuidado enfermera-paciente es de lo que se va a tratar a continuación.
- Sentimientos morales en la relación de cuidado Para dar cuenta de los sentimientos morales es necesario partir del concepto de sentido moral que finca sus raíces en la filosofía de los siglos XVIII y XIX.
Haremos, primero, un breve recorrido de carácter histórico-filosófico sobre el origen de esta noción para, finalmente, desembocar en algunos desarrollos contemporáneos sobre los sentimientos morales y su relación con la idea del cuidado. Según Seoane 7, el sentido moral se entiende como una concepción de nuestro comportamiento ético y político.
Hutcheson 8 lo determina como un “sentido interno”, es decir, que no se ve ni se toca; es interno “no porque suponga una reflexión bajo las operaciones mentales, sino porque no se produce por medio de ningún órgano de los sentidos particulares”. El sentido moral no es ni bueno ni malo, ni virtuoso ni vicioso, sino simplemente es la estructura perceptiva -de conocimiento- con la cual sentimos y otorgamos sentido moral a las acciones.
Ante las acciones humanas, el sentido moral automáticamente reacciona de dos modos: “o se place y con ello aprueba; o se duele y, de este modo, desaprueba”. Hutcheson 8 considera que las nociones fundamentales de la ética y de la estética (el bien, lo bello, lo correcto) son ideas derivadas directa e indirectamente de las impresiones de los sentidos; de un sentido moral y de un sentido de la belleza recibimos las ideas placenteras de regularidad, orden y armonía; el autor afirma que las sensaciones morales son subjetivas, son percibidas por el particular sentido de cada quien.
Por ser el sentido moral un esquema de percepción de la realidad connatural a todos los hombres, se complace con lo bueno en general y no con aquello que satisface intereses particulares. El sentido moral se satisface con actos benevolentes, encaminados a la felicidad general. Para Hutcheson, desde una perspectiva ideal, nuestro sentido moral, además de complacerse con nuestra propia felicidad, se complacerá sintiendo una felicidad universal; es un proceso que da un estatuto nuevo a las pasiones e inicia un ámbito donde estas, ya concebidas como sentimientos, pueden dialogar con la razón 8,
En este sentido, Hume funda su reflexión filosófica en una teoría de los sentimientos morales y sostiene que “no existen determinaciones morales o conclusiones morales en las que no se hallen presentes la razón y el sentimiento aunque, es el sentimiento el que define un fin benéfico a la razón” 9 Smith 10, por su parte, se refiere al interés natural de los seres humanos por la suerte de otros y plantea que tan solo es posible comprenderlo a través de la simpatía mutua, en la cual tanto el espectador como la persona afectada simpatizan con el otro, se identifican recíprocamente, intercambian posiciones e intentan captar todas las circunstancias que los rodean; no solo se ponen en el lugar del otro para mirarse desde sus ojos, sino también para sentir cómo está sintiendo el otro.
En consecuencia, para que la simpatía mutua se pueda dar, el espectador tiene que entrar en la situación y ser afectado por ella; requiere que se ponga en relación con los sentimientos del directamente afectado, debe estar dispuesto a asumir todas las circunstancias que los rodean y ambos buscar su identificación.
Así, el deseo innato de la identificación mutua se convierte en el motivo para modificar las pasiones, para sentir y actuar apropiadamente, tanto el espectador como el afectado. Por lo tanto, el ejercicio de la simpatía en el cuidado es fundamental para vincular al paciente con el cuidador.
La simpatía se refiere al esfuerzo del cuidador para involucrarse en la situación que está viviendo el paciente y en sus sentimientos, con el ánimo no solo de encontrar el punto de identificación recíproca de los sentimientos, sino también como una forma de juzgar la conducta de esta persona y los sentimientos que la animaron, utilizando como norma su propia afección.
En el marco de una simpatía mutua se puede fundar una relación interpersonal basada en la confianza, en el compromiso, en el actuar bien porque así se siente. Cuidar desde la simpatía exige la superación de prejuicios y el reconocimiento del otro como mi prójimo.
Nussbaum se refiere al sentimiento de compasión, advirtiendo que si existe alguna diferencia entre simpatía y compasión, en su empleo contemporáneo, consiste en que la “compasión parece más intensa y sugiere un grado más alto de sufrimiento, tanto por parte de la persona afligida como por parte de aquella que se compadece de ella” 11,
La compasión tiene tres elementos cognitivos: el juicio de la magnitud (a alguien le ha ocurrido algo malo y grave), el juicio del inmerecimiento (esa persona no ha provocado su propio sufrimiento) y un juicio eudaimonista (esa persona es un elemento valioso en mi esquema de objetivos y planes, y un fin en sí mismo, cuyo bien debe ser promovido) 11,
Así, desde esta perspectiva es posible derivar que el concepto de compasión puede ser explorado en la relación de cuidado entre enfermera(o) -persona que vive con VIH/SIDA debido a que el concepto abarca juicios del cuidador de lo que le está sucediendo al otro, y estos juicios tienen que ver con creencias o valoraciones como la de que el sufrimiento debe ser grave, no trivial e inmerecido.
Para Nussbaum 11, el reconocimiento de la afinidad en la vulnerabilidad es un requisito casi indispensable para que los seres humanos se compadezcan. Esta noción de compasión contiene una invitación al juicio reflexivo por parte del cuidador, para construir de la mejor manera una noción acerca del mal que aqueja a otro; relaciona a la persona que sufre con las posibilidades y la vulnerabilidad del cuidador y finalmente, conduce a la preocupación por la persona que sufre, motivando a su ayuda.
- Por su parte, Strawson 12 nos presenta una red de sentimientos y actitudes que forman parte del marco general de la vida humana y una parte esencial de la vida moral.
- En consonancia con Hume, para Strawson los sentimientos morales dialogan con la razón: “si bien la justificación de las acciones y decisiones morales es el principal recurso de la ética racional, los sentimientos morales son su fundamento” 12, y sostiene que estos son actitudes reactivas a nuestras propias acciones y decisiones basadas en el derecho al respeto mutuo entre los seres humanos 12,
Así, parte de una exigencia de reciprocidad entre los seres humanos que da lugar a unas convenciones, y el incumplimiento de estas convenciones otorga espacio a las actitudes reactivas; las cuales las define el autor como “esencialmente reacciones humanas naturales ante la buena o la mala voluntad o ante la indiferencia de los demás, conforme se ponen de manifiesto sus actitudes y reacciones” 12,
Igualmente, el autor hace referencia a las actitudes autorreactivas asociadas a demandas que los demás nos hacen; estas incluyen el remordimiento, la culpa, el sentirse responsable de algo y la vergüenza por las acciones realizadas por uno mismo, las cuales son susceptibles de modificación, crítica y justificación 12,
Strawson también se refiere a otro tipo de actitud que se presenta en las relaciones humanas: la actitud objetiva, que presupone un distanciamiento crítico en la perspectiva desde la cual reaccionamos ante la conducta de individuos considerados anormales: “la adopción de la actitud objetiva hacia otro ser humano consiste en verle, quizá, como un objeto de táctica social, como sujeto a lo que, en un sentido muy amplio, cabría llamar tratamiento; como algo que ciertamente hay que tener en cuenta, quizá tomando medidas preventivas; como alguien a quien haya quizá que evitar” 12,
- En este tipo de actitud ubica sentimientos como la repulsión, el miedo y la piedad; estos podrían ser explorados, igualmente, en una relación de cuidado establecida entre enfermeras(os) y personas que viven con VIH/SIDA.
- En consecuencia, en una relación entre seres humanos las ofensas o daños producidos por una acción o por indiferencia dan lugar, en el ofendido, a sufrimiento y a un sentimiento moral como el resentimiento.
Cuando la reacción ante una ofensa o un daño no surge en el ofendido, sino en un tercero -quien no sufre la ofensa-, que sólo observa la situación y siente el sufrimiento del ofendido, se habla de indignación 12, Por lo tanto, una relación de cuidado que privilegie el encuentro con el otro se caracteriza por existir reciprocidad, es decir, mutua afectación; por un diálogo verbal y no verbal, incluye elementos como los gestos, la mirada, las posturas corporales, con el fin de expresar disposición a aceptarse mutuamente, crea confianza para expresar lo que se siente y lo que se está viviendo, lo que preocupa.
- La relación interpersonal de cuidado se caracteriza por el acercamiento al otro y por la transformación positiva de los sentimientos morales de ambos miembros de la relación.
- Todo lo anterior para mantener la relación interpersonal con un grado de buena voluntad, respeto, participación y compromiso mutuo.
Por otro lado, la relación interpersonal de cuidado se puede romper cuando existe la indiferencia, cuando la situación y los sentimientos del otro no son de mi interés, cuando no se reconoce al otro como sujeto humano, individual y único, dando lugar a sufrimiento y a sentimientos como el resentimiento.
Se pierde la relación interpersonal de cuidado cuando se responde a las necesidades de otro únicamente con habilidades y aplicación de procedimientos, posiblemente porque imperan creencias y prejuicios relacionados con la causa de la enfermedad y la conducta del otro; este tipo de actitudes promueven una relación de cuidado sustentada en el miedo o si acaso en un sentido distante de piedad.
Continuando con la idea de las actitudes como formas de reacción a nuestras propias acciones y decisiones, y a las de los demás, quizás sea el momento de establecer una relación más visible entre estas y la idea de enfermedad. Para Ricoeur 13, la enfermedad, en el plano de lo biológico y en reacción a las normas establecidas por la ciencia médica, es definida, con mucha frecuencia, como déficit, carencia e impotencia, y en el plano de lo social, la valoración de la enfermedad está ligada a la satisfacción de criterios normativos que responden al poder vivir con los otros y a hacer lo que los otros hacen.
En estos dos planos en los que se juega el concepto de enfermedad surge el criterio de la comparación de un ser vivo con otro, de este modo la diferencia biológica se regula desde la diferencia social, razón por la cual se aplican protocolos para diagnosticar y tratar la enfermedad respondiendo a realidades estadísticas vinculadas a la noción de población, produciéndose, a menudo, una expresión particular de los prejuicios sociales.
En consecuencia, cuando se presenta alguna incapacidad, alguna deficiencia en un individuo que no puede hacer lo que los otros hacen, la sociedad manifiesta actitudes de rechazo, de indiferencia, de desprecio, de estigmatización, de exclusión, todo lo cual la mayoría de las veces se intenta “corregir” mediante medicalización.
Pero el mismo autor invita a ir más allá del plano de lo biológico y lo social de la enfermedad, a ubicarnos a nivel de la existencia humana, a reflexionar en torno a las heridas, así como a las pérdidas, a los ideales y a los símbolos abandonados como consecuencia de vivir con una enfermedad. Lo que importa, no es quedarnos en el cuadro del desastre, sino avanzar en cómo “el arte médico puede responder a esta amenaza extrema la denegación de la dignidad”, por lo que hace un llamado a ayudar a recuperar el sentimiento de la estima de sí mismo, no solo considerado como una relación consigo mismo, sino también incluyendo la espera de aprobación que viene de los otros; así la enfermedad deja de ser un defecto, una carencia y pasa a considerarse “otra manera de ser-en-el mundo, y el paciente tiene una dignidad objeto de respeto” 13,
Así, a las enfermedades de transmisión sexual, como es el caso del VIH/Sida, se les atribuye un juicio de incapacidad y deficiencia biológica relacionado con una causa de debilidad o perversión, y se les carga con un significado adicional relacionado con una conducta anormal, como resultado surgen individuos estigmatizados, con limitaciones y sin mayores oportunidades de vida, debido a que la enfermedad los aleja de ser considerados parte del grupo de los normales.
Ahora bien, retomando el mensaje propiamente ético de Ricoeur, podríamos decir que en una relación de cuidado entre enfermeras(os) y personas que viven con VIH/SIDA corresponde a los primeros comprender la experiencia de vivir con el VIH/SIDA no solo en el plano de lo biológico y social sino también en el existencial, haciendo énfasis en los recursos de convivencia y en los sentimientos ligados a sufrir y vivir con la enfermedad, con el fin de respetar la dignidad del paciente y ayudar a compensar el déficit de estima de sí, aspectos que merecen ser posteriormente reflexionados e indagados.
Reflexiones finales El cuidado de enfermería como toda actividad humana tiene un significado moral que se sustenta en la relación enfermera- paciente. La importancia de una esfera moral en el cuidado de enfermería se define en el campo de las acciones, depende de en qué medida se logra establecer vínculos no solo entre principios éticos, sino también entre valores, sentimientos y acciones concretas que contribuyan a promover y fomentar una vida saludable o a afrontar los riesgos o manifestaciones de un problema de salud, con el compromiso de proteger y promover la dignidad de las personas que reciben cuidados de enfermería.
Siendo la moral “un complejo y variado mundo valorativo, regulativo y expresivo” 14, en una relación de cuidado entre enfermera(o)-personas que viven con VIH/SIDA se ha de propiciar la expresión de actitudes y sentimientos, a partir de los cuales sean posibles acciones que ayuden a las personas a mantener su integridad y sus condiciones de vida saludable.
La expresión de actitudes y sentimientos morales considerados en una relación de cuidado enfermera(o)-personas que viven con VIH/SIDA posibilita el ejercicio de la crítica y la autorregulación por parte de los implicados en esta relación. Además de ello, conocer y comprender, a partir por ejemplo de la investigación cualitativa, los sentimientos morales que orientan la relación de cuidado desde la perspectiva de las personas que viven con VIH/SIDA y de las enfermeras(os) representa una interesante alternativa en la medida en que puede contribuir a redimensionar la situación existente.
A la vez, para la disciplina de enfermería se puede convertir en un aporte para ampliar la comprensión de lo que de manera teórica se afirma sobre el cuidado como interacción y realidad de la práctica profesional y moral de la enfermería. Referencias bibliográficas 1. Torralba i Roselló. Antropología del cuidar.
España: Institut Borja de Bioética, 1998.2. Mayeroff Milton. On Caring. New York: Harper & Row Publishers, 1971.3. Noddings Nel. La educación moral. Propuesta alternativa para la educación del carácter. Buenos Aires: Amorrortu, 2009.4. Leininger Madeleine. Culture Care Diversity and Universality: A Theory of Nursing.
New York: National League for Nursing Press, 1991.5. Watson Jean. Love and Caring: Ethics of Face and Hand-an Invitation to Return to the Heart and Soul of Nursing and our Deep Humanity. Nursing Administration Quarterly 2003; 27(3):197-202. Citada por Sánchez B. Dimensión espiritual del cuidado de enfermería.
Un análisis de los aspectos históricos y teóricos. En: Grupo de Cuidado: Avances en el cuidado de Enfermería. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia- Facultad de Enfermería, 2010; 15-59.6. Watson Jean. Filosofía y teoría de los cuidados humanos en enfermería.
En: Riehl-Sisca J, eds. Modelos conceptuales en enfermería. Barcelona: Doyma, 1992; 180-82.7. Seoane Julio. Del sentido moral a la moral sentimental. El origen sentimental de la identidad y ciudadanía democrática. Madrid: Siglo XXI, 2004.8. Hutcheson Francis. Escritos sobre la idea de virtud y sentido moral.
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¿Qué acciones y valores consideras en la ética del cuidado al paciente?
Responsabilidad, para asumir fallas por parte del paciente y el equipo de salud. Honestidad en el proceso y en la comunicación de resultados. Libertad, para que el paciente y la familia expresen sus juicios y opiniones. Individualidad en el momento de evaluar los logros del paciente y de la enfermera.
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¿Cómo se aplica la ética y la moral en el contexto escolar?
Asumir la formación ética y moral como contenido cardinal del currículo exige ir más allá de los buenos propósitos. El compromiso debe ser total. A la manera del lenguaje y la aritmética, debe concertarse un núcleo básico como contenido de enseñanza.
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¿Qué clases de ética se aplican en la ética del cuidado?
La ética del cuidado se sitúa en la tradición de la ética de las virtudes y de la responsabilidad, humaniza la ética de la justicia, que también es irrenunciable como mínimo exigible de dignidad humana.
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¿Qué es la ética del cuidado según Savater?
Y por otro tenemos la denominada ética del cuidado que reivindica la importancia de tener en cuenta la diversidad, el contexto y la particularidad, esta concepción de la moral se preocupa por la actividad de dar cuidado, centra el desarrollo moral en torno al entendimiento de la responsabilidad y las relaciones, así
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¿Qué autor habla del tema de la ética del cuidado?
A partir de diversos estudios, Carol Gilligan desarrolló la teoría moral denominada ética del cuidado (1985: 291). Esta autora tomó como punto de partida una teoría influyente en materia de pensamiento moral elaborada por Lawrence Kohlberg en los años ochenta.
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¿Qué es la ética en resumen?
La ética es un análisis sistemático y crítico de la moralidad, de los factores morales que guían la conducta humana en una determinada práctica o sociedad.
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