El sistema educativo durante el incanato no cubría a las personas en general. Estaba dedicado de manera específica a los hijos de la nobleza inca, los hijos de los gobernantes de los pueblos y las mujeres escogidas por su belleza y estatus social.
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¿Quién era la educación de los incas?
Costumbres de los incas – Las costumbres y formas de vivir de los incas también nos muestran a un pueblo muy particular que debemos conocer:
¿Dónde vivían? Los incas vivían en chozas hechas con piedra y paja, que solo tenían una habitación y no tenían ventanas. Las paredes están pintadas con colores brillantes. ¿Qué comían? Para entender la cultura peruana actual es fundamental entender la cultura inca y profundizar en cómo se alimentaban o cómo vivían. Entre sus alimentos destacan las papas rojas, los camotes, el maní, el maíz, los ajíes, el tomate, la oca, los frejoles el zapallo y la guayaba. En las zonas altas de los Andes se cultivaron y cosecharon hasta 200 especies de papas que se diferencian por su color y tamaño, En esa zona se desarrolló un sistema de intercambio económico. Educación. Los niños incas recibían la educación correspondiente a su nivel social. Para poder usar las orejeras debían estudiar cuatro años en la escuela, El primer año estudiaban la lengua quechua, el segundo año estudiaban educación religiosa que se basaba en la leyenda sobre el origen de los incas, el tercer año se les enseñaba a utilizar el quipu, que eran unas cuerdas que se usaban para aprender los números y los principales acontecimientos del imperio, y el cuarto año estudiaban la historia del imperio y se les enseñaban las normas morales. ¿A qué dioses adoraban? Los incas adoraban a varios dioses, por ejemplo, Viracocha, que era la divinidad principal, el Dios de los báculos porque se le representaba con dos báculos en las manos. También estaba el Dios Sol o Inti en quechua, se le representaba con un redondel de oro rodeado de rayos. También estaba Mama Quilla, la luna, que es la diosa de la fertilidad y la esposa del Dios Sol y Pacha Mama, que era la madre tierra. Los incas también adoraban a Pachacamac que era el Dios de los temblores, Illapa el Rayo y de las lluvias y los truenos y Apus, que eran los espíritus de las montañas. Por otro lado, existían tres animales sagrados que era la serpiente, el puma y el cóndor, Cuando llegaran los españoles se impuso la religión occidental lo que se hizo de forma paulatina y, en algunos casos, utilizando la violencia. Otras costumbres. Los incas también tenían costumbres curiosas, por ejemplo, cuando nacía un niño su padre lo llevaba al río para bañarlo y, a continuación, se lo envolvía en unas mantas y se le ponían unas tablas a los lados de la cabeza para que tuviera una forma alargada que era la que caracterizaba a los incas. Cuando el niño cumplía seis años se le asignaba un padrino que era miembro del Consejo de Ancianos y hacían una ceremonia que consistía en el corte de pelo y de las uñas y se le daba un nombre que habían escogido los padres. Desde ese momento el niño ya estaba listo para trabajar y ganarse la vida.
Tal y como has visto los incas eran un pueblo con unas tradiciones muy marcadas que, a día de hoy, perviven parcialmente y muestran la importancia que tuvo esta civilización en el pasado y su influencia.
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¿Que les enseñaban a las mujeres en el Acllahuasi?
El Acllahuasi: casa de las mujeres escogidas Las primeras instituciones educativas fueron creadas por Inca Roca y perfeccionadas por Pachacútec. Dentro de ellas tenemos el Yachayhuasi, institución educativa para los varones y el Acllahuasi para las mujeres, el termino Acllahuasi es una palabra quechua que significa casa de las escogidas, era un centro de formación femenina en el Imperio de los Incas. Todos los pueblos tenían obligación de tributar futuras Acllas al estado. El Inca destacabaa cada provincia a un funcionario llamado “Apo Panaca” o “Señor de las Hermanas”, el cual se encargaba de seleccionar a las niñas de entre los 8 y 10 años, a las que eran singularmente bellas, libres de defectos físicos.
- Se las ponía bajo el cuidado de las Mamaconas, que eran las maestras que instruían a las acllas en los ritos religiosos, la preparación de comidas sagradas y la elaboración de finos tejidos para el Sapa Inca y la nobleza del Tahuantinsuyo.
- Cuando cumplían los 10 años de edad las niñas tenían que decidir si querían regresar a sus lugares de origen con sus padres o continuar en el Acllahuasi para convertirse en sacerdotisas de los principales dioses, siendo el acllahuasi más importante el del Cusco, perteneciente al Dios Sol, además de tener a su disposición en algunos casos el cuidado y ofrenda de las momias incas.
Algunas de las mujeres del Accllahuasi eran destinadas al Inca como sirvientas, preparaban la chicha para el Inca, otras se convertían en mamaconas. Otras eran elegidas como premio a los grandes guerreros incas y a la nobleza normal y de privilegio. La fiesta del Sol, Inti Raymi Los cronistas Garcilaso y Guaman Poma de Ayala denominan a estas vírgenes del sol como monjas, Bernabé Cobo describe al acllahuasi cercano al templo del sol «Qoricancha» como un “monasterio de mamaconas, muchas veces esta institución del Acllahuasi fue comparada por los españoles con los conventos cristianos, pero en realidad sus funciones abarcaban mucho más allá, pues también tenían la finalidad de la producción textil en masas para el estado incaico.
- La producción textil para el estado tenía una finalidad: mantener la economía de redistribución estatal.
- Es sabido de que entre los regalos más apreciados que podía dar el Inca era la coca, mujeres y ropas.
- Esta acción se generaba como una forma de compensar a los fieles, guerreros o personas cuya actividad generaron un bien al estado inca.
La dádiva a modo de redistribución fortalecía los lazos con las etnias conquistadas o con los generales, ejerciéndose una situación estable entre ambas partes. Así, la economía incaica necesitaba para la redistribución cantidades muy grandes de ropa para mantener el equilibrio deseado, así como de coca y de mujeres.
Los acllahuasis también funcionaban como un almacén de mujeres, de donde el Inca podía disponer para regalar a modo de esposa a los curacas o personas cuyos servicios debían ser compensados. Además de ser dadas para compensar a los fieles, eran entregadas por el inca en “matrimonio” a algunos curacas para concertar determinadas uniones, con estos matrimonios establecían las alianzas políticas necesarias.
Otra función de la aclla es la de preparadora de alimentos y bebidas para las celebraciones o rituales, o de chicha, una bebida muy preciada, hecha a base de maíz. Las acllas fueron entonces importantes en el mantenimiento del sistema redistribuido. Al recinto del Acllahuasi no podían entrar hombres a ver a las mujeres.
El estado de las acllas y mamaconas era conocido por el Inca, pero gracias a que este mandaba a la Coya su esposa, quien al igual que sus hijas, eran las únicas que podían ver y hablar con las mujeres vírgenes, si alguien incumplía esta regla su pena era la muerte, y si era alguna de las mamaconas quien lo ayudaba a ingresar a ella se le daba la misma pena.
La institución del acllahuasi además de su gran importancia dentro del equilibrio económico incaico, demuestra el gran papel que jugó la mujer dentro del mundo andino. : El Acllahuasi: casa de las mujeres escogidas
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¿Que eran los amautas?
Uno de los oficios más respetados era el de los amautas, los encargados de impartir conocimiento y sabiduría a las clases más altas del Tahuantinsuyo, con el fin de convertirlos en los líderes que el imperio necesitaba.
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¿Cuál era el papel de la mujer en la cultura inca?
Rodrigo Alvez (Estudiante) 2do año de Historia CERP del Litoral Introducción La Historiografía latinoamericana siempre ha recurrido para el estudio de las mujeres prehispánicas, a documentos elaborados en dicho período, como las crónicas. Tal es el caso de la redactada por Felipe Guamán Poma de Ayala hacia el año 1615, la que titula Nueva Crónica y Buen Gobierno,
En este trabajo se opta por dar más peso al carácter descriptivo, etnográfico y al sustento iconográfico de la obra de Guamán Poma, y no tanto a la fidelidad histórica de la misma, la que es cuestionada, por ejemplo, por Franklin Pease y María Rostworowski, dos importantes representantes de la etnografía de Perú.
En primer término, se pretende mostrar brevemente la mirada de este cronista sobre las mujeres prehispánicas, la sociedad con la que convivía, y a la que describió Poma de Ayala. Pero especialmente se intentará mostrar el retrato hecho por Guamán Poma sobre la mujer incaica.
- Marco teórico Guamán Poma de Ayala por ser un mestizo, estuvo marcado por influencias de la cultura española pero especialmente por la cultura andina, de la región incaica.
- Cuando Poma de Ayala describe la realidad del Tahuantinsuyo, y a las mujeres de los Incas que allí vivieron, lo hace con una impronta particular, con una mirada mixta sobre la mujer incaica, denotándose en sus definiciones un ideal de las mujeres “Coyas” que se mezcla con el ideal de mujer europea.
Los ideales de Europa durante el siglo XVI estuvieron marcados por la corriente del Humanismo y los sucesos de la Contrarreforma. Sobre ello Rina Walthaus expresa que estos sucesos “suscitaron una necesidad de redefinir a la mujer y su lugar en la sociedad”,
- Con estos antecedentes observa, que en las primeras etapas de la época Moderna se consolida con mayor rigidez la marginación de la mujer, recluyéndola a lo doméstico que es donde tiene su esfera de influencia social, junto a su casa y su familia.
- El rol social de la mujer estaba ejercido mediante su función de hija, madre y esposa, su función económica a través práctica de la administración doméstica y su función pública a través del hombre como sujeto autónomo que domina el sistema patriarcal.
Rina Walthaus se refiere al dictamen impuesto por San Pablo, comenta a partir de allí se enquistó etiquetas que ningunearon a la mujer europea, lo que fue repetido y compartido por muchos, elaborándose así una historia oficial, hecha por hombres, marginando a las mujeres de los sucesos sobresalientes.
- Pero aclara que entonces será en ese lugar que habrá que buscar los actos trascendentes de las mujeres medievales, en esa oscuridad y marginación social es que se encontrarán las huellas incuestionables de la presencia histórica femenina.
- Sobre el trabajo que hace María Jesús Lacarra en relación a la imagen de la mujer sabia en la literatura medieval, a pesar de las ideas vigentes de la incapacidad intelectual de la mujer; comenta, que allí se demuestra y observa un “consenso general sobre la concepción del matrimonio como el cauce legítimo de la sexualidad de hombre y de mujer, y siendo la procreación su objetivo principal”,
Carlos Gonzáles Vargas analiza la obra de Guamán Poma de Ayala, especialmente interroga e investiga las láminas que el autor mestizo elaboró. González va señalando por ejemplo en las láminas, a qué escena remiten, cuál figura interviene, en qué lugar, pero además señala los elementos que a primera vista no se perciben pero que adquieren notoriedad en la escena.
- Así lo expresa analizando la lámina número 339 que aparece inserta en Nueva Corónica y Buen Gobierno: “La lámina remite a la escena de la crucifixión de Cristo en el Monte Calvario, en el momento que encomienda a su discípulo San Juan, que cuide a su madre María.
- La figura de Cristo, con rostro resplandeciente, ocupa el eje central de la lámina”,
Gonzáles señala que Guamán Poma de Ayala pone de manifiesto muchos aspectos del dogma católico, el que aprendió de su hermano Martín de Ayala y de los sacerdotes españoles, como también de la leyenda cristiana. La influencia católica occidental se ve plasmada en la obra, principalmente por el cometido que tiene el autor con la misma, informar a Felipe III sobre la situación de la región andina.
- Además, dar parte sobre la situación del clero misionero cristiano, en Ayala se nota una clara expresión a favor de las visitas eclesiásticas para reformar el clero y terminar con las prácticas rituales tradicionales andinas, que consideraba idolátricas porque era un católico convencido.
- Felipe Guamán Poma de Ayala Sobre el autor, la historiografía nos dice que fue escritor andino, el que pretendía en el siglo XVII escribir al rey de España Felipe III, sobre los abusos cometidos por ciertos funcionarios españoles en suelo incaico.
A ciencia cierta no se sabe la fecha de su nacimiento, pero se estima que fue en el año 1534 en Ayacucho y que falleció en Lima en 1615. La obra según se interpreta al analizar su biografía, la escribió siendo un hombre maduro, luego de haber vivenciado y recogido vastas experiencias en la región andina, las que retrata posteriormente en su obra.
- Obra Es una obra extraordinaria de la literatura latinoamericana, en la que excepcionalmente se da una mixtura y coexistencia de lenguas como el español, quechua, latín, aymara, en donde además las palabras están combinadas con la iconografía, las imágenes, el dibujo.
- Sobre ello la escritora Mercedes Lopez – Beralt expresa: “El intenso mestizaje lingüístico, genérico y discursivo de esta singular crónica propone una etnografía del mundo andino prehispánico, una narración de los hechos y la conquista del Perú, la denuncia de los abusos del régimen colonial, y a la vez un programa político para la buena administración del virreinato”.
Una hechicera y el primer inca En general Guaman Poma les concede a las mujeres de los Incas cierto poder, lo podemos apreciar cuando expresa que el primero de ellos descendía del Sol y de una hechicera: “La primera coya, llamada Mama Uaco fue muy hermosa y morena de todo el cuerpo y de buen talle.
Dicen que fue gran hechicera, según cuenta su vida e historia que hablaba de los demonios, esta dicha señora hacía hablar a las piedras, y peñas ídolos guacas. De esta señora comenzaron a salir reyes Ingas y dicen que a ella no le fue conocido su padre ni de su hijo Mango Capac Inga, sino que dijo que era hijo del sol y de la luna y se casó con su hijo primero Mango Capa Inga; para se casar dicen que pidió a su padre el sol dote, y le dio dote, y se casaron madre e hijo.
Dicen que murió en el Cuzco con edad de doscientos años en el tiempo de su hijo Roca Inga y tuvo muchos hijos bastardos de su marido con auquiconas y ñustaconas. Y esta señora dejo la ley del demonio muy entablado a todos sus hijos, nietos y descendientes”,
- Guamán Poma confirma la utilización de fuentes orales cuando expresa “dicen”, incorporando a esta investigación la tradición de este tipo de testimonios.
- La “Coya” mujer y hermana del inca, hija del sol (inti) y de la luna (quilla), en este caso la primera, Mama Uaco, fue la encargada del origen de la tradición Inca, junto al Sol.
Las mujeres de los Incas Guamán Poma no hace referencia a las mujeres de los pueblos o de la región andina en general, sino que su obra respecto a las mujeres, se centra en el caso de las Coyas, las esposas principales de los Incas, pero no en las secundarias, recordando que la clase dominante Incaica practicó la poligamia.
- Los Incas tenían hijos con las dos mujeres, la principal y la secundaria, pero los hijos de las segundas mujeres eran considerados “bastardos”.
- Ayala a pesar de ser descendiente de dos etnias andinas en su descripción durante la crónica, pero especialmente en la de las Coyas se expresa tanto a través del lenguaje europeo como el andino, debido a la influencia que recibió en su infancia.
Luego de nombrar y describir a la primer Coya Mama Uaco, Guamán Poma sigue la crónica en relación a las Coyas, con la segunda, llamada Chimbo Urma Coya. “Fue casada con Sinchi Roca Inga, y con alegre cara gobernaba a sus vasallos y les regalaba, y muy querida de su marido.
Y murió con ochenta años en el Cuzco y dejo infantes hijos () En su tiempo de su marido y de ella nació Nuestro Señor Jesucristo y murió y resucitó y subió a los cielos y fue enviado el Espíritu Santo y se repartió a todo el mundo los apóstoles y así vino San Bartolomé a este Reino de las Indias en este tiempo de Chinbo Urna”,
Además de describir la atención que le dedicaba a sus hijos y marido, el que la quería mucho, Guamán expresa que era “hermosa, exquisita”. La tercera Coya, Mama Cora Ocllo Coya la describe como muy linda pero avarienta: “Esta mujer avarienta de pocas cosas lloraba: no estaba bien con sus vasallos y de ello no le hacía tanto caso los señores y principales grandes; de todas las riquezas y comidas mandaba encerrar en el depósito, allí se pudría y se acababa.
- Como era tan triste de corazón comía maíz crudo.
- Fue casada con Lloque Yupanqui Inga y así tuvo infantes hijos () con ellos tuvo otros infantes los cuales sus hermanos ellos los mataron por quedarse en el reino solo su marido; y por mandado de su marido esta señora hacia muy grandes daños”,
- En la descripción de Guamán Poma sobre esta tercera Coya se ve con la naturalidad que toma el casamiento entre hermanos, como un hecho de tradición cultural.
Mama Cora Ocllo Coya y con Lloque Yupanqui Inga eran hijos de Chimbu Urma Coya. Sobre la cuarta Coya expresa Poma: “La cuarta coya Chinbo Mama Yachi, reyna coya, fue algo fea y monera y bizarra, amiga de salir a la vista de otras señoras principales, y holgarse con música, fue mujer de Mayta Capac Inga; esta mujer dicen que siempre hurtaba hacienda de su marido para darle de comer a viejas y viejos y a los pobres () dejó en su testamento todo por heredera a su madre Mama Cora Ocllo”,
- Seguramente Chimbo Mama no fue una Coya con las características “deseables”, al menos desde la visión de quienes le transmitieron oralmente a Poma sobre esta esposa Inca.
- La quinta Coya Chimbo Mama Caua, continuó con la tradición cultural de casarse con su hermano como lo describe Guamán Poma, pero “() después de haberse casado le dio el mal de corazón y no podía gobernar la tierra y así dicen que el dicho de su marido Yupanqui pidió otra mujer al Sol su padre para casar y gobernar su reino”.
Sobre la sexta Coya Ayala describe: “Gran señora y gobernadora fue casada con Inga Roca. Y por esta señora fue respetado grandemente su marido por los señores grandes de este reino y tuvo infantes () se murió a edad de ciento y veinte años y dejo mucha riqueza; repartió en tres partes en el testamento; lo primero para el sol, lo segundo para la luna y lo tercero para sus hijos”,
Inga fue una mujer respetada, aclamada, por el estado del Tahuantinsuyu. Dejó una herencia material pero especialmente la de sus infantes. Como así también lo hizo Ipa Guaco Mama Machi Coya, la séptima Coya, a la que Guamán describe así: “Ipa Guaco Mama Machi Coya casada con Yuar Uacac Inaga. Volvia mucho por los hombres y quería mal a las mujeres, tuvo infantes hijos () y dejo al Sol en su testamento por heredero de todos sus bienes que había”,
La octava Coya según Guamán Poma de Ayala es Mama Yunto Cayan Coya, quien estuvo casada y tuvo hijos, entre ellas a Mama Anauarque Coya, quien se convirtió en la novena Coya a quien se le atribuyen muchos vicios según Ayala, como el de beber y de comer mucho.
- Mama Ocllo Coya la décima coya es citada y elogiada por Ayala por ser la madre del último Inca: “y se cubrió todo de luto cuando murió su marido en tiempo de la conquista de los cristianos.
- Y no se escribe de su hijo ni hija, ni lo había legítimos ni bastardos, y así en este rey y reina, Inga, Coya, se acabaron los reyes Ingas”,
Concluye Guamán Poma: “No os espantéis mujeres, el primer pecado fue cometido por una mujer, Eva que quebrantó el mandamiento de Dios, y así el primer idolatra fue mujer y sirvió a los demonios”, A través de la detallada descripción que hace de las doce mujeres de los Incas, se deja ver la historia de la cultura Inca, desde allí, también, se desprenden la tradicional asociación simbólica entre pecado y mujer y el simbolismo cristiano que tanto exalta Guamán Poma.
Influencia europea en Guamán poma de Ayala Quizás lo más interesante de la obra sea la analogía que hace del origen del mundo andino y las especies con los relatos bíblicos de los colonizadores. La crónica que escribe Poma de Ayala está plagada de ambigüedad, lo que define una falta de identidad, no siendo mestizo, pero tampoco español, sino como él se describe descendiente de dos culturas andinas, la de los Incas y la de los Malqui.
La catequización recibida lo impactó e influenció, desde el lenguaje utilizado para describir a las Coyas, a pesar de que sus juicios son más neutrales que los emitidos críticamente hacia los Incas varones. Es evidente también que en pasajes de las descripciones sobre las mujeres de los Incas a veces intenta valorar la cultura Inca, pero otras veces la crítica.
Incluso exalta lo positivo de los españoles con su llegada, como su cultura y su catequización. Porque Guamán Poma era cristiano y opositor de las idolatrías incas. Poma de Ayala como muchos otros cronistas de la época fue unánime al escribir con términos europeos, sobre el Tahuantinsuyo, su cultura y las mujeres Incas.
Utilizando palabras como: testamento, imperio, reino, infantes, casar, casamiento, mandamiento, pecado, legitimo, señor, Jesucristo, apóstoles. La iconografía representada por el autor en las láminas de las Coyas, está impactada de igual forma que el lenguaje por la influencia española, incluido el lenguaje expuesto a pie de cada lámina.
- En cada una de las láminas que dibuja Poma de Ayala hay representados principios de lateralidad y de relación entro lo de arriba y lo de abajo, definida según la jerarquización andina pero también la católica europea, la que Guamán Poma no olvida.
- El eje vertical entre lo masculino y lo femenino está siempre presente, así como el eje horizontal que divide el mundo terrenal del divino.
Reflexión Este autor ilustra el ambiguo universo andino, regado de infidelidades, traiciones, idolatrías, bastardías. Muchas de sus conclusiones sobre estas cuestiones las expone en extraordinarias láminas, dibujos, de un valor histórico incomparable.
Más allá de cuestiones de precisión histórica el legado de Guamán Poma sobre la mujer incaica es interesante, permite ver el universo femenino del Tahuantinsuyu desde las crónicas y nos da la posibilidad de descubrir una rica experiencia histórica. La Historiografía latinoamericana siempre ha recurrido para el estudio de las mujeres prehispánicas, a documentos elaborados en dicho período, como las crónicas.
Tal es el caso de la redactada por Felipe Guamán Poma de Ayala hacía (no lleva tilde en este caso) el año 1615, la que titula Nueva Crónica y Buen Gobierno, En este trabajo se opta por dar más peso a el (no se escribe a+el sino al, en español) carácter descriptivo, etnográfico y al sustento iconográfico de la obra de Guamán Poma, y no (no tanto, porque no es que no le vas a dar importancia) a la fidelidad histórica de la misma, la que es cuestionada, por ejemplo, por Franklin Pease y María Rostworowski, dos importantes representantes de la etnografía de Perú.
En primer término, se pretende mostrar brevemente la mirada de este cronista sobre las mujeres prehispánicas, la sociedad con la que convivía, y a la que describió Poma de Ayala. Pero especialmente se intentará mostrar el retrato hecho por Guamán Poma sobre la mujer incaica. Marco teórico Guamán Poma de Ayala por ser un mestizo, estuvo marcado por influencias de la cultura española pero especialmente por la cultura andina, de la región incaica.
Cuando Poma de Ayala describe la realidad del Tahuantinsuyo, y a las mujeres de los Incas que allí vivieron, lo hace con una impronta particular, con una mirada mixta sobre la mujer incaica, denotándose en sus definiciones un ideal de las mujeres “Coyas” que se mezcla con el ideal de mujer europea.
Los ideales de Europa durante el siglo XVI estuvieron marcados por la corriente del Humanismo y los sucesos de la Contrarreforma. Sobre ello Rina Walthaus expresa que estos sucesos “suscitaron una necesidad de redefinir a la mujer y su lugar en la sociedad”, Con estos antecedentes observa, que en las primeras etapas de la época Moderna se consolida con mayor rigidez la marginación de la mujer, recluyéndola a lo doméstico que es donde tiene su esfera de influencia social, junto a su casa y su familia.
El rol social de la mujer estaba ejercido mediante su función de hija, madre y esposa, su función económica a través práctica de la administración doméstica y su función pública a través del hombre como sujeto autónomo que domina el sistema patriarcal.
Rina Walthaus se refiere al dictamen impuesto por San Pablo, comenta que partir de allí (a partir de allí) se enquistó etiquetas que ningunearon a la mujer europea, lo que fue repetido y compartido por muchos, elaborándose así una historia oficial, hecha por hombres, marginando a las mujeres de los sucesos sobresalientes.
Pero aclara que entonces será en ese lugar que habrá que buscar los actos trascendentes de las mujeres medievales, en esa oscuridad y marginación social es que se encontrarán las huellas incuestionables de la presencia histórica femenina. Sobre el trabajo que hace María Jesús Lacarra en relación a la imagen de la mujer sabia en la literatura medieval, a pesar de las ideas vigentes de la incapacidad intelectual de la mujer; comenta, que allí se demuestra y observa un “consenso general sobre la concepción del matrimonio como el cauce legítimo de la sexualidad de hombre y de mujer, y siendo la procreación su objetivo principal”,
Carlos Gonzáles Vargas analiza la obra de Guamán Poma de Ayala, especialmente interroga e investiga las láminas que el autor mestizo elaboró. González va señalando por ejemplo en las láminas, a qué escena remiten, cuál figura interviene, en qué lugar, pero además señala los elementos que a primera vista no se perciben pero que adquieren notoriedad en la escena.
Así lo expresa analizando la lámina número 339 que aparece inserta en Nueva Corónica y Buen Gobierno: “La lámina remite a la escena de la crucifixión de Cristo en el Monte Calvario, en el momento que encomienda a su discípulo San Juan, que cuide a su madre María.
- La figura de Cristo, con rostro resplandeciente, ocupa el eje central de la lámina”,
- Le puse sangría) Gonzáles señala que Guamán Poma de Ayala pone de manifiesto muchos aspectos del dogma católico, el que aprendió de su hermano Martín de Ayala y de los sacerdotes españoles, como también de la leyenda cristiana.
La influencia católica occidental se ve plasmada en la obra, principalmente por el cometido que tiene el autor con la obra (con la misma, para no repetir), informar a Felipe III sobre la situación de la región andina. Además, dar parte sobre la situación del clero misionero cristiano, en Ayala se nota una clara expresión a favor de las visitas eclesiásticas para reformar el clero y terminar con las prácticas rituales tradicionales andinas.
(que consideraba idolátricas porque era un católico convencido) Felipe Guamán Poma de Ayala Sobre el autor, la historiografía nos dice que fue escritor andino, el que pretendía en el siglo XVII escribir al rey de España Felipe III, sobre los abusos cometidos por ciertos funcionarios españoles en suelo incaico.
A ciencia cierta no se sabe la fecha de su nacimiento, pero se estima que fue en el año 1534 en Ayacucho y que falleció en Lima en 1615. La obra según se interpreta al analizar su biografía, la escribió siendo un hombre maduro, luego de haber vivenciado y recogido vastas experiencias en la región andina, las que retrata posteriormente en su obra.
Obra Es una obra extraordinaria de la literatura latinoamericana, en la que excepcionalmente se da una mixtura y coexistencia de lenguas como el español, quechua, latín, aymara, en donde además las palabras están combinadas con la iconografía, las imágenes, el dibujo. Sobre ello la escritora Mercedes Lopez – Beralt expresa: “El intenso mestizaje lingüístico, genérico y discursivo de esta singular crónica propone una etnografía del mundo andino prehispánico, una narración de los hechos y la conquista del Perú, la denuncia de los abusos del régimen colonial, y a la vez un programa político para la buena administración del virreinato”,
Una hechicera y el primer inca En general Guaman Poma les concede a las mujeres de los Incas cierto poder, lo podemos apreciar cuando expresa que el primero de ellos descendía del Sol y de una hechicera: “La primera coya, llamada Mama Uaco fue muy hermosa y morena de todo el cuerpo y de buen talle.
- Dicen que fue gran hechicera, según cuenta su vida e historia que hablaba de los demonios, esta dicha señora hacía hablar a las piedras, y peñas ídolos guacas.
- De esta señora comenzaron a salir reyes Ingas y dicen que a ella no le fue conocido su padre ni de su hijo Mango Capac Inga, sino que dijo que era hijo del sol y de la luna y se casó con su hijo primero Mango Capa Inga; para se casar dicen que pidió a su padre el sol dote, y le dio dote, y se casaron madre e hijo.
Dicen que murió en el Cuzco con edad de doscientos años en el tiempo de su hijo Roca Inga y tuvo muchos hijos bastardos de su marido con auquiconas y ñustaconas. Y esta señora dejo la ley del demonio muy entablado a todos sus hijos, nietos y descendientes”,
- Guamán Poma confirma la utilización de fuentes orales cuando expresa “dicen”, incorporando a esta investigación la tradición de este tipo de testimonios.
- La “Coya” mujer y hermana del inca, hija del sol (inti) y de la luna (quilla), en este caso la primera, Mama Uaco, fue la encargada del origen de la tradición Inca, junto al Sol.
Las mujeres de los Incas Guamán Poma no hace referencia a las mujeres de los pueblos o de la región andina en general, sino que su obra respecto a las mujeres, se centra en el caso de las Coyas, las esposas principales de los Incas, pero no en las secundarias, recordando que la clase dominante Incaica practicó la poligamia.
Los Incas tenían hijos con las dos mujeres, la principal y la secundaria, pero los hijos de las segundas mujeres eran considerados “bastardos”. Ayala a pesar de ser descendiente de dos etnias andinas en su descripción durante la crónica, pero especialmente en la de las Coyas se expresa tanto a través del lenguaje europeo como el andino, debido a la influencia que recibió en su infancia.
Luego de nombrar y describir a la primer Coya Mama Uaco, Guamán Poma sigue la crónica en relación a las Coyas, con la segunda, llamada Chimbo Urma Coya. “Fue casada con Sinchi Roca Inga, y con alegre cara gobernaba a sus vasallos y les regalaba, y muy querida de su marido.
Y murió con ochenta años en el Cuzco y dejo infantes hijos () En su tiempo de su marido y de ella nació Nuestro Señor Jesucristo y murió y resucitó y subió a los cielos y fue enviado el Espíritu Santo y se repartió a todo el mundo los apóstoles y así vino San Bartolomé a este Reino de las Indias en este tiempo de Chinbo Urna”,
Además de describir la atención que le dedicaba a sus hijos y marido, el que la quería mucho, Guamán expresa que era “hermosa, exquisita”. La tercera Coya, Mama Cora Ocllo Coya la describe como muy linda pero avarienta: “Esta mujer avarienta de pocas cosas lloraba: no estaba bien con sus vasallos y de ello no le hacía tanto caso los señores y principales grandes; de todas las riquezas y comidas mandaba encerrar en el depósito, allí se pudría y se acababa.
- Como era tan triste de corazón comía maíz crudo.
- Fue casada con Lloque Yupanqui Inga y así tuvo infantes hijos () con ellos tuvo otros infantes los cuales sus hermanos ellos los mataron por quedarse en el reino solo su marido; y por mandado de su marido esta señora hacia muy grandes daños”,
- En la descripción de Guamán Poma sobre esta tercera Coya se ve con la naturalidad que toma el casamiento entre hermanos, como un hecho de tradición cultural.
Mama Cora Ocllo Coya y con Lloque Yupanqui Inga eran hijos de Chimbu Urma Coya. Sobre la cuarta Coya expresa Poma: “La cuarta coya Chinbo Mama Yachi, reyna coya, fue algo fea y monera y bizarra, amiga de salir a la vista de otras señoras principales, y holgarse con música, fue mujer de Mayta Capac Inga; esta mujer dicen que siempre hurtaba hacienda de su marido para darle de comer a viejas y viejos y a los pobres () dejó en su testamento todo por heredera a su madre Mama Cora Ocllo”,
Seguramente Chimbo Mama no fue una Coya con las características “deseables”, al menos desde la visión de quienes le transmitieron oralmente a Poma sobre esta esposa Inca. La quinta Coya Chimbo Mama Caua, continuó con la tradición cultural de casarse con su hermano como lo describe Guamán Poma, pero “() después de haberse casado le dio el mal de corazón y no podía gobernar la tierra y así dicen que el dicho de su marido Yupanqui pidió otra mujer al Sol su padre para casar y gobernar su reino”.
Sobre la sexta Coya Ayala describe: “Gran señora y gobernadora fue casada con Inga Roca. Y por esta señora fue respetado grandemente su marido por los señores grandes de este reino y tuvo infantes () se murió a edad de ciento y veinte años y dejo mucha riqueza; repartió en tres partes en el testamento; lo primero para el sol, lo segundo para la luna y lo tercero para sus hijos”,
Inga fue una mujer respetada, aclamada, por el estado del Tahuantinsuyu. Dejó una herencia material pero especialmente la de sus infantes. Como así también lo hizo Ipa Guaco Mama Machi Coya, la séptima Coya, a la que Guamán describe así: “Ipa Guaco Mama Machi Coya casada con Yuar Uacac Inaga. Volvia mucho por los hombres y quería mal a las mujeres, tuvo infantes hijos () y dejo al Sol en su testamento por heredero de todos sus bienes que había”,
La octava Coya según Guamán Poma de Ayala es Mama Yunto Cayan Coya, quien estuvo casada y tuvo hijos, entre ellas a Mama Anauarque Coya, quien se convirtió en la novena Coya a quien se le atribuyen muchos vicios según Ayala, como el de beber y de comer mucho.
Mama Ocllo Coya la décima coya es citada y elogiada por Ayala por ser la madre del último Inca: “y se cubrió todo de luto cuando murió su marido en tiempo de la conquista de los cristianos. Y no se escribe de su hijo ni hija, ni lo había legítimos ni bastardos, y así en este rey y reina, Inga, Coya, se acabaron los reyes Ingas”,
Concluye Guamán Poma: “No os espantéis mujeres, el primer pecado fue cometido por una mujer, Eva que quebrantó el mandamiento de Dios, y así el primer idolatra fue mujer y sirvió a los demonios”, A través de la detallada descripción que hace de las doce mujeres de los Incas, se deja ver la historia de la cultura Inca, desde allí, también, se desprenden la tradicional asociación simbólica entre pecado y mujer y el simbolismo cristiano que tanto exalta Guamán Poma.
Influencia europea en Guamán poma de Ayala Quizás lo más interesante de la obra sea la analogía que hace del origen del mundo andino y las especies con los relatos bíblicos de los colonizadores. La crónica que escribe Poma de Ayala está plagada de ambigüedad, lo que define una falta de identidad, no siendo mestizo, pero tampoco español, sino como él se describe descendiente de dos culturas andinas, la de los Incas y la de los Malqui.
La catequización recibida lo impactó e influenció, desde el lenguaje utilizado para describir a las Coyas, a pesar de que sus juicios son más neutrales que los emitidos críticamente hacia los Incas varones. Es evidente también que en pasajes de las descripciones sobre las mujeres de los Incas a veces intenta valorar la cultura Inca, pero otras veces la crítica.
- Incluso exalta lo positivo de los españoles con su llegada, como su cultura y su catequización.
- Porque Guamán Poma era cristiano y opositor de las idolatrías incas.
- Poma de Ayala como muchos otros cronistas de la época fue unánime al escribir con términos europeos, sobre el Tahuantinsuyo, su cultura y las mujeres Incas.
Utilizando palabras como: testamento, imperio, reino, infantes, casar, casamiento, mandamiento, pecado, legitimo, señor, Jesucristo, apóstoles. La iconografía representada por el autor en las láminas de las Coyas, está impactada de igual forma que el lenguaje por la influencia española, incluido el lenguaje expuesto a pie de cada lámina.
- En cada una de las láminas que dibuja Poma de Ayala hay representados principios de lateralidad y de relación entro lo de arriba y lo de abajo, definida según la jerarquización andina pero también la católica europea, la que Guamán Poma no olvida.
- El eje vertical entre lo masculino y lo femenino está siempre presente, así como el eje horizontal que divide el mundo terrenal del divino.
Reflexión Este autor ilustra el ambiguo universo andino, regado de infidelidades, traiciones, idolatrías, bastardías. Muchas de sus conclusiones sobre estas cuestiones las expone en extraordinarias láminas, dibujos, de un valor histórico incomparable.
Más allá de cuestiones de precisión histórica el legado de Guamán Poma sobre la mujer incaica es interesante, permite ver el universo femenino del Tahuantinsuyu desde las crónicas y nos da la posibilidad de descubrir una rica experiencia histórica. Bibliografía Ayala, F, Nueva Coronica y Buen Gobierno.
http://www.latinamericanstudies.org/incas/Nueva_coronica_2.pdf PASADO Y PRESENTE DE LA RUTA DE LA PLATA 7 DE JUNIO DE 2016.doc Guardia, S, (2002), Historia de las mujeres en América Latina, Murcia, España, CEMHAL. Encuentro, Ministerio de Educación de la Nación, (tijobrae), (Publicado el 12 dic.2013), Explora América Latina – Cap 3 y 4 – Historia de las mujeres en Latinoamérica, Ciudades de Latinoamé.
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¿Cómo era la educación inca y quiénes tenían acceso?
La educación en el incanato duraba 4 años e iniciaba a los 12 años aproximadamente. Como no existía ningún sistema escrito, la educación estaba basado en oír y memorizar. Los maestros que impartían la enseñanza eran llamados ‘Amautas’. Enseñaban con la práctica, la repetición y la experiencia.
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¿Cómo era la educación de la nobleza?
La educación en el Imperio Inca siguió los lineamientos de la sociedad clasista, esto es, únicamente la clase noble tuvo acceso a una educación esmerada que la preparó para el ejercicio de la labor gubernamental, en cambio, la clase popular recibió una educación enteramente práctica.
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¿Que se les enseñaba a los jóvenes varones en el Yachayhuasi?
Manejo e interpretación de los quipus, equivalente a las matemáticas y su uso contable. Arte militar, que incluía historia, geografía, estrategia, edificación de fortalezas, empleo de armas y técnicas de combate.
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¿Qué fue el Yachayhuasi y el Acllahuasi?
Inca Roca estableció el Yachayhuasi y el Acllahuasi para la nobleza masculina y femenina respectivamente. La educación a inicios de la época incaica, era informal y suponía una enseñanza empírica basada en las experiencias de los integrantes del Ayllu.
- Inca Roca, uno de los gobernantes del Tahuantinsuyo, estableció, en su Administración (alrededor de 1350 d.c), los Yachayhuasi o escuelas reservadas a la nobleza.
- En estos sitios, la educación era formal, rigurosa y estructurada en donde los Amautas, los grandes maestros o sabios, podían enseñarles todos sus conocimientos.
En estos se enseñaban diversas materias como lenguaje, retórica, religión, matemática, historia, entre otros. El sistema incaico reposaba, en cierta medida, en la educación en la que recibieran sus dirigentes. Era necesario que la nobleza o la élite incaica sepan administrar correctamente sus bienes.
- Asimismo, puedan interpretar y leer eficazmente la información de los quipus.
- En este sentido, se genera la necesidad de que exista un sitio en el que la nobleza pueda aprender de los grandes maestros y sabios como administrar sus terrenos.
- El autor Ariruma Kowii muestra cómo el aprendizaje era importante en tiempos del tawantinsuyo: “Wacharishkamanta yachankapak kallarinchik.
Los ancianos kichwas suelen decir que «empezamos a conocer desde el momento en que nacemos». A ese pensamiento se suma este: «Yachakuika Pachami kan», el conocimiento es interminable. A éste se suma, además, «Shimi rimakun, maki shinakun», «Escuchar, mirar, hacer, aprender».
Las sociedades, las culturas, en cualquier época que se encontraron, siempre pusieron interés por el conocimiento.” (2005) En aquellas épocas, los incas tomaron tanta importancia en formar un sistema educativo como cualquier otra cultura. Esta formación, en el tawantinsuyo, se aprecia en la formación de los amautas (en la figura) y las mamacunas dirigentes de los Yachayhuasis y los Acllahuasis respectivamente.
Los amautas enseñaban oralmente todas las materias. El quechua es un lenguaje ágrafo. Por ello, es difícil saber qué temas, exactamente, abarcaban las materias ya antes mencionadas. Sin embargo, se sabe que estas “escuelas” se centraban en la administración de los bienes así mismo, de inculcar los principios que regían la vida comunitaria, como la reciprocidad.
Según Fray Martín de Murúa, la educación de la joven nobleza empezaba a partir de los 13 años de edad y culminaba alrededor de los 19.La educación en los Acllahuasis era muy distinta al de los Yachayhuasis, ya que en ellos se instruían a las mujeres nobles el arte de ser mujer, además de la elaboración de tejidos, hilados, chicha y otras labores domésticas. No obstante, pese a no tener el beneficio de los conocimientos de los amautas, la plebe era la encargada de la agricultura, caza, pesca, tallado en piedra, elaboración de caminos, puentes, sistemas de irrigación, construcción, etc.Por ello, consideramos que la creación de los Yachayhuasi forma uno de los hitos más importantes en la historia de la educación peruana, pues es el primer gobernante que reorganiza y concentra toda la información de su época en un solo lugar para la difusión y enseñanza de este en una forma estructurada.Video:en este video musical se muestra la educación en el acllahuasi.Fuentes:KOWII, ARIRUMA. Sociedades diversas y educación(2005)ARMAS, EDUARDO DE. América Precolombina (2010)
: Inca Roca estableció el Yachayhuasi y el Acllahuasi para la nobleza masculina y femenina respectivamente.
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¿Cuál era la función del curaca?
Administracin del Virreinato del Per
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El curaca Los curacas sufrieron una transformacin durante los primeros aos de la colonia. Si bien siguieron siendo los jefes de los pueblos y ayllus, no fueron ms los jefes tnicos tradicionales tal como fueron en tiempos prehispnicos. Los curacas dejaron de controlar la administracin comunal y sobre todo, no volvieron a disponer, segn su apreciacin, de la fuerza de trabajo o energa humana necesaria para la elaboracin de redes de redistribucin. La eleccin del curaca ya no radicaba en su sabidura o en la edad (tal como se hacia en tiempos prehispnicos), sino que era elegido por el corregidor. Su funcin se centr principalmente en la recoleccin del tributo -ellos mismos no tributaban- dentro del pueblo, reduccin o ayllu. Su cargo fue problemtico pues tuvo que enfrentar el encono de los miembros de su pueblo cuando el encargo de la carga tributaria era mayor a lo establecido. De igual manera enfrentaba al corregidor si es que deba reclamar por algn abuso y era el encargado de ir hasta a la audiencia si es que el fallo del corregidor le pareca injusto. |
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Administracin del Virreinato del Per
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¿Qué nombre reciben los maestros o sabios encargados de la enseñanza Inca?
Los encargados de la enseñanza eran los amautas, que en lengua quechua significa ‘maestro’ o ‘sabio’. Ellos eran ayudados por los haravicus o poetas, que preparaban lecciones en verso para que los alumnos las memorizaran.
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¿Qué hacía la nobleza Inca?
Nobleza inca en el incanato – Los incas constituían una verdadera casta dentro del imperio con características de exclusividad y preeminencia hacia los súbditos comunes. Sus miembros pertenecían a las panacas, las familias creadas por cada uno de los soberanos incas que se habían sucedido en el trono.
- Esta nobleza, al igual que los soberanos, formaban una estirpe, debido a los enlaces endogámicos que establecían entre sí, no tanto para conservar la pureza de sangre sino para mantener los estrechos vínculos de parentesco con el Sapa Inca,
- La manutención de los nobles provenía del tributo.
- La nobleza de sangre en el Imperio incaico se estima al momento de su caída en más de 10 000 individuos repartidos en diferentes partes del Tahuantinsuyo, que cumplían funciones administrativas y militares.
Parte de las estrategias utilizadas por los incas para someter a otros pueblos, luego de enfrentamientos militares, era establecer alianzas matrimoniales entre los gobernantes locales y las hijas o concubinas del Inca a modo de crear lazos que permitieran la ocupación pacífica.
- También era habitual que el curaca entregara a sus hijas o esposas al Inca, las que se enviaban directamente al Cuzco para formar parte de su serrallo.
- La pertenencia a esta élite restringida estaba determinada por lazos de consanguinidad y nadie podía acceder a ella salvo por derecho de nacimiento.
- Las excepciones eran los llamados ” nobleza por privilegio “, una categoría limitada de individuos comunes que se habían distinguido por méritos militares excepcionales y que eran acogidos en las filas de la nobleza en consideración a las cualidades demostradas en la batalla.
El derecho de nacimiento era un requisito indispensable para acceder a la condición de “inca”, pero por sí mismo no garantizaba, de manera absoluta, la aceptación de la nobleza. Los jóvenes aspirantes, después de largos estudios en las más diversas disciplinas, tenían en efecto que someterse a un duro entrenamiento y, en el colmo de difíciles pruebas, incluso crueles, recibían, en caso de éxito, la aprobación del Inca.
Esta especie de iniciación, llamada warachikuy, finalizaba con una solemne ceremonia que consistía en la perforación de los lóbulos de las orejas y la introducción en ellos de aquellos discos de oro que eran la insignia de la casta y que habrían dado a los incas el apelativo de ” orejones” por los conquistadores españoles,
Desde ese momento el nuevo inca pasó a formar parte de la nobleza y pudo ser empleado en una de las numerosas tareas que su condición conllevaba. Para distinguirse del resto, los varones miembros de la nobleza se trasquilaban el cabello, cortándoselo y llevándolo sumamente corto en comparación a todos los habitantes del Imperio, quienes estimaban mucho llevar el cabello largo.
- Los de la etnia incaica, además se deformaban el cráneo en forma tubular erecta.
- La guerra los involucró de manera preponderante, pero también tuvieron que acometer todos los trámites administrativos que regían el complejo aparato estatal y preveían la gestión del Estado,
- Siendo ellos los únicos en alcanzar los conocimientos técnicos y jurídicos necesarios, también tuvieron que cargar con la carga de administrar justicia y planificar las inmensas obras arquitectónicas y agrícolas que caracterizaron a la civilización inca.
La vida de un noble inca era intensa y laboriosa. La animaban las grandiosas fiestas a las que la admitían, pero también estaba llena de responsabilidad.
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¿Cuántas mujeres puede tener un inca?
El Inca y sus curacas: poliginia real y construcción del poder 1 Si comparamos las crónicas sobre Cuzco, capital inca, y sus alrededores con aquellas de Tenochtitlán, capital azteca, con sus alrededores, notamos una gran diferencia. En México, cronistas indígenas de ciudades cercanas a la capital, como por ejemplo,Tezozómoc, Chimalpáin e Ixtlilxóchitl, se interesaron por las historias heroicas de sus propios pueblos y así podemos situar nuestra información dinástica, política, calendárica, ritual, etc.
Sobre Tenochtitlán en un marco comparativo, crítico e histórico. Y esto, sin referirme siquiera, en un marco más amplio, a las grandes crónicas y códices sobre Tlaxcala, los tarascos, mixtecas, zapotecas, mayas, etc. En el Perú, casi toda la atención de los cronistas se concentró sobre la ciudad del Cuzco, con la excepción de la provincia de Huarochirí (Taylor, 1999).
Hay alguna información legendaria sobre las capitales de pueblos cercanos al Cuzco, sujetos por los incas en un pasado no más lejano que los cercanos a Tenochtitlán en México, y hasta conocemos algunos mitos o leyendas sobre sus antiguos curacas, pero sus reinos no atrajeron a los cronistas.
Nos falta también una crónica sobre los antiguos reinos colla, cerca del lago Titicaca. El rico manuscrito de Huarochirí no dice casi nada de sus gobernantes anteriores, y lo poco que sabemos sobre el antiguo reino de Chimor concierne más bien la mitología del reino anterior de Ñampallec (Cabello Valboa, 1951; Rowe, 1948; Zuidema, 1990).2 Quizás el interés por la historia prehispánica de los intelectuales españoles e indígenas en los Andes no fuera mucho menor que el de Mesoamérica, si consideramos que el tipo de información que podían recoger fue muy distinto.
Betanzos, nuestro primer cronista sobre la cultura inca, es bien explícito en declarar que el patrón dinástico —hacia 1550— que el virrey Don Antonio de Mendoza le obligó a reconstruir y a reportar sobre el Cuzco, fue de muy poca relevancia para los mismos andinos para explicar y defender su sistema político y la continuidad de éste (Betanzos, 1987 : 7).
Al revés, fue el creciente interés español, culminando con la intervención del virrey Don Francisco de Toledo cuando obligó a su cronista Pedro Sarmiento de Gamboa a que interpretara la memoria inca en forma de herencia dinástica de padre a hijo, lo que destruyó efectivamente la concepción específica inca de la memoria del pasado y de su concepto de continuidad en el gobierno (Sarmiento de Gamboa, 1943 ; Zuidema, 2005a).
No obstante, rasgos de esta memoria inca sobrevivieron en las crónicas. Y como estos rasgos se conforman mejor con el sistema real de política inca, aportan más datos explicativos y ofrecen más posibilidades de análisis suplementarios. Aquí me concentraré en un aspecto crucial del significado para el estado de la poliginia del Rey en el sistema político, que resultó de esto y en su continuidad en el tiempo.
- Tal como resulta en otras partes de los Andes, nuestra información es más bien de carácter calendárico, ritual y legendario o mitológico, pues así fue como los incas se expresaron —y lo observó claramente Betanzos—.
- Es la información más empírica que ellos nos dieron.
- Siguiendo este camino de investigación, el contenido de ciertos documentos históricos también resulta ser más prometedor.3 *** 4 La descripción más explícita del sistema poligínico del Rey la debemos al cronista Pedro Pizarro quien trabó amistad con el último rey inca, Atahuallpa, en su prisión en Cajamarca.
Es el único testimonio directo sobre un Inca reinante en su corte y de su modo de gobernar. Un detalle del mismo sistema de gobierno lo observaron los españoles en la tarde anterior a la derrota del imperio. Dice Pedro Pizarro que aparte de la Coya, la Reina, el Inca tenía a otras 40 mujeres, cada una acompañada por un servicio de 100 vírgenes provenientes de todas las partes del país.
- Cada esposa en turno servía al Rey por un periodo de 8 a 10 días, hasta que el turno volvía a la primera (Pizarro, 1978 : 78).
- Cuando los españoles se entrevistaron con Atahuallpa en el palacio de los baños, las únicas personas que estuvieron con él adentro, sirviéndole, fueron aquellas señoras mencionadas por Pedro Pizarro.
Después de Atahuallpa, esta organización se perdió pero no su memoria pues un documento sobre la participación de un descendiente de Atahuallpa en una fiesta quiteña del año 1630, todavía se refiere a dicha organización en detalle; menciona cómo al lado del Rey y de sus ocho capitanes salieron la reina de Cochasquí y cuarenta «mugeres» como damas de su corte (Herrera, 1916: 88).
- Otros elementos apuntados por cronistas del Cuzco nos permiten reconstruirla de forma más completa.5 Cuando Betanzos, nuestro primer cronista, describe las tareas de las muchachas de 5 a 15 años, especifica que estaban bajo el cuidado de ciertas señoras que se turnaban cada 10 días.
- Él define a éstas Cuzco iñaca cuna, es decir señoras Iñaca del Cuzco, como «ciertas matronas romanas», las que inspeccionaban a las mujeres que entraban en la ciudad (Betanzos, 1987 , l.1: cap.21).
Reconocemos en ellas las esposas secundarias mencionadas por Pedro Pizarro.6 Veinte años más tarde, Sarmiento hace coincidir su descripción de las señoras Iñaca con un relato, probablemente inspirado por Betanzos, de la boda de Pachacuti Inca, el gran Rey organizador del Cuzco, con una señora de las afueras del Cuzco en el mismo valle (Sarmiento de Gamboa, 1943 : cap.47).
- Ella había tomado su nombre de la mítica ancestra preincaica de su pueblo, Mama Anahuarque.
- Según Betanzos, recibió de su marido el servicio de 100 acllas, vírgenes escogidas, y del sacerdote del Sol 50 acllas más.
- En la versión de Sarmiento, quizás más cercana a la verdad, Pachacuti tuvo, aparte de sus hijos legítimos con Mama Anahuarque, a100 hijos y a 50 hijas «bastardos», que «por ser muchos, llamó Hatun aillo (gran linaje) y por otro nombre.
Iñaca panaca aillo », o sea, «los varios linajes descendientes del Rey en mujeres secundarias Iñaca ». Los dos nombres del ayllu o panaca pertenecían al mismo grupo de gente y así lo entendieron también cronistas posteriores. Reuniendo la información de Pizarro sobre las 40 otras esposas, cada una con un servicio de 8 ó 10 días, la de Betanzos sobre las señoras Iñaca, también con servicio por 10 días y la de Sarmiento sobre las mujeres secundarias del Rey, toma cuerpo la identificación entre los tres grupos mencionados.
El servicio de 100 acllas que solo Mama Anahuarque recibía, según Betanzos, o cada una de las esposas, según Pizarro, en palabras de Sarmiento se transforma en 100 hijos y 50 hijas bastardas del Rey.7 No encontramos en Betanzos ni en Sarmiento el número de 40 como total de las señoras Iñaca, pero el primero sí aludió a ello en parte cuando en un comentario anterior, dijo que Pachacuti había recibido 20 esposas al asumir el trono.
Y habló entonces de 10 jefes no-Incas de más alto rango y de 10 de menor rango. Reconocemos también el número 40 en las dos descripciones más tardías, bien paralelas, de Felipe Guaman Poma de Ayala y de Martín de Murúa (Guaman Poma, 1987 : 757-760; Murúa, 1964, l.2: 62-63).
- Ellos discuten la organización de tipo decimal de la región alrededor del Cuzco incluyendo los pueblos cuyos curacas habían recibido el privilegio de llevar el título de Inca y de no pagar tributo.
- La región, definida como provincia o huamani de 40 000 familias, fue subdivida en entidades de 20 000, 10 000, 5 000, 1 000, 500 y menores números de familias.
Las señoras Iñaca fueron esposas y/o hermanas de los 40 curacas de huaranca, de mil familias cada una, y solo éstos fueron Incas de privilegio, un rango limítrofe entre Inca y no-Inca. Mientras que las señoras de más alto rango consideradas como «hijas» del Rey eran casadas en el Cuzco de mano del mismo Inca, las señoras Iñaca solo lo fueron en presencia del Rey pero no de su mano.
Las Iñacas ocuparon un rango intermediario entre «hijas» y «no-hijas», como esposas secundarias en quienes el Inca procreó descendencias «bastardas». En efecto, Betanzos (1987 , cap.16: 78) definió a los miembros de diferentes linajes, que podemos concluir pertenecieron a Iñaca panaca (grupo de descendientes de una pana «hermana de un hombre»), no como «hijos del Inca» sino como huaccha concha, «sobrinos pobres» ( huaccha «pobre, huérfano»; concha «hijo/a de la hermana pana de un hombre») (Zuidema, 2005a).8 La última información proviene de Garcilaso de la Vega, el Inca y es muy reveladora sobre el verdadero rol en la corte de las señoras Iñaca, aunque parece desconocer el término y quizás también la antigua posición legal de aquellas en la sociedad cuzqueña (Garcilaso de la Vega, 1991 , l.3: cap.22).
Después de explicar las semanas incaicas, dice que unos representantes de los diferentes pueblos de Incas de privilegio ejercían distintos oficios en los templos y en la corte del Cuzco. En la mesa del mismo Inca solamente servían «sus mujeres concubinas» y ellas defendían los intereses de sus pueblos con el mismo Rey.
«Se remudaban de tantos a tantos días, semanas o meses» y mientras Garcilaso aquí no adhiere al patrón estricto de semanas, sí implica que tuvieron una relevancia aún mayor en el calendario para todo el sistema político y jerárquico inca del Cuzco.9 *** 10 La información reunida de las crónicas me permite ahora anclar una reconstrucción bastante completa de una organización de 40 señoras Iñaca en el sistema de los Ceques ; es decir, el registro de 328 huacas del valle del Cuzco por medio de 41 direcciones, los ceques, y del culto a los 41 ceques por igual número de grupos sociales.
Vale por eso integrar al sistema también la región aledaña, bajo la autoridad de los Incas de privilegio. Asumo que cada señora Iñaca llegaba a la corte siguiendo su propio ceque, Aparte de un único ceque llamado Capac —calificado de «real» probablemente por estar relacionado con la Reina— 10 ceques estuvieron a cargo de los 10 grupos de mayor rango, mencionados por Betanzos.
- Cronistas posteriores nombraron estos grupos como las 10 panacas ; otros 10 ceques estuvieron a cargo de los 10 grupos de menor rango, que los demás cronistas conocieron como los «10 ayllus» del valle del Cuzco.
- El gran rito de la Situa, en septiembre, sugiere la inclusión de un rol de los 20 ceques restantes.
Cuatrocientos guerreros iban a echar los males y las enfermedades a los confines del territorio de los Incas de privilegio, dividido éste a la vez en cuatro partes o suyus así como en cuatro bandas de jerarquía descendiente alrededor del Cuzco. Los hombres hacían el recorrido en relevo: primero 100 hombres de las 10 panacas, entonces 100 de los 10 ayllus, y después dos veces 100 hombres de los Incas de privilegio que atravesaban sus propios territorios (Molina, 1989 : 73-75).
- Estos últimos grupos bien podían haber entregado al Rey en el Cuzco a las 20 señoras Iñaca que todavía faltaban de las 40 totales.11 Nuestras fuentes nos sugieren varios nombres propios de estas señoras y quiero terminar mi análisis muy general del sistema mencionando a algunas de ellas.
- Pero antes de seguir, necesito recordar dos factores a tomar en cuenta.
No todas las 40 señoras podían corresponder al rango que Guaman Poma y Murúa habían adjudicado a las Iñaca : es decir, no solo hermanas o esposas de curacas de Incas de privilegio sino también y a la vez, de curacas de huarancas (1 000 familias). Vale por eso mencionar el primer significado del término iñaca por el cual ellas se distinguían: designa la fina tela, llamada tanto ñañaca como iñaca, que en forma plegada ellas llevaban sobre la cabeza.
- Guaman Poma enseña que las señoras Iñaca constituyeron el último rango inferior que tenía permitido llevar la ñañaca pues las señoras de rangos más altos también la usaban.
- Podemos concluir que los 41 ceques correspondían a 41 señoras de distintos rangos de Incas y de Incas de privilegio, incluyendo a la Reina, a las señoras de panacas, de ayllus y de Incas de privilegio, pero no exclusivamente a las señoras Iñaca,12 Un interés inicial que me instigó a estudiar a las señoras Iñaca radica en el calendario estatal.
Como ya nos indicaron los primeros cronistas, el sistema de ceques funcionó como una organización tanto espacial como temporal, o sea como calendario (Zuidema, en prensa). Una información abundante aunque dispersa nos permite reconstruir la secuencia diaria de las 328 huacas por medio de su distribución sobre los 41 ceques,
El promedio de huacas por ceque era de 8, el número que ya mencionó Pizarro, pero el número real de huacas por cada ceque variaba mucho, probablemente por influencia de la posición de la señora asociada al ceque en el sistema jerárquico. El sistema de ceques como calendario indica cuando una señora particular estaba presente en la corte y qué rol entonces iba a cumplir allí en el marco de los ritos del calendario anual.13 Si ahora puedo identificar a varias señoras Iñaca y a los pueblos que representaban, observamos un rasgo bastante peculiar de la cultura inca andina.
Estas señoras no fueron recordadas tanto como personas de carne y hueso sino por las huacas, cerros, mitos y ritos que se asociaban a ellas. Obtenemos también más información pertinente por medio de los mitos. En la memoria inca del pasado, a las antiguas representantes de las panacas se les asignó el rango de Coyas, es decir Reinas, y conocemos algunos de sus pueblos de origen no-inca por sus huacas como por ejemplo cerros.
- Y podemos identificar ceques dirigidos hacia aquellos pueblos.
- En las crónicas y documentos, tenemos acceso a varias listas de pueblos de Incas de privilegio, aunque todavía es difícil precisar cuáles pueblos, y en qué orden, participaban en el orden calendárico de las señoras Iñaca (Zuidema & Poole, 1982).
Al cumplir con esta tarea tenemos que aceptar también cierta inventiva de parte de las entidades participantes, tal como lo vemos en pueblos actuales. Por ejemplo, un pueblo, o pueblos como dice Garcilaso, y su señora Iñaca podría representar un ceque en una oportunidad y otro ceque en otra.
Sospecho que podemos conseguir todavía documentación etnohistórica en los pueblos descendientes de Incas de privilegio y de sus señoras Iñaca, no solo con el propósito de conocer su pasado histórico, sino para entender en qué consistían su participación y su contribución a la organización estatal del Cuzco y de su región, en tiempos incaicos y hasta en los primeros años de la Colonia.14 Quiero terminar presentando tres casos de señoras Iñaca y de sus lugares en el calendario político-ritual.
En mi representación del calendario de los ceques doy a cada día el espacio de un grado en un compás de 365 grados; hay 12 meses de duración desigual y un décimotercer mes compuesto por los días que no se contaban cuando no había cultivo en las tierras del estado (Zuidema, 1990; en prensa).
- Los tres casos están bien documentados por una razón que comprendí solo posteriormente.
- Sarmiento (1943 : cap.52) nos revela que la gente común tenía que trabajar en las tierras del Inca todo el año excepto durante tres meses cuando podían dedicarse a sus propias chacras.
- El primer mes era para arar y sembrar, el segundo para cosechar, y el tercero, según el cronista, «en el verano, para sus fiestas y para que hilasen y tejiesen para sí».
Fueron éstos los meses Incas correspondientes a septiembre y abril, y el mes correspondiente a mayo. Según la descripción del sistema de los ceques, los trabajadores fueron representados por aquellos ceques o grupos de ceques que no tenían conexión con ninguna panaca (véase la figura 1: las panacas se indican aquí con los números 1-10 y los meses para la gente común por los nombres de las tres señoras).
Figura 1 – La representación calendárica del sistema de los ceques con la participación de algunas señoras míticas del rango Iñaca 15 El primer ejemplo es de Mama Anahuarque, la Coya del Inca Pachacuti, el cual procreó a muchos hijos secundarios en señoras Iñaca de todas partes de su nuevo reino. Aunque de origen no-inca, como esposa principal iba a ser reconocida como reina.
Fue nombrada por el cerro Anahuarque y por el ceque dirigido a este cerro como huaca de su pueblo nativo, Choco, cerca del Cuzco (Sarmiento, 1943: caps.34, 47). Sus habitantes reclamaron derechos autóctonos sobre sus tierras pues sus antepasados preincaicos habían sobrevivido sobre su cerro cuando éste fue el único que subió con las aguas del Diluvio (Molina, 1989: 104-106).
Mama Anahuarque —cerro y coya — eran venerados en «la fiesta de la Reina», Coya raymi, por septiembre, dedicada a la siembra, a la fertilidad de la tierra, en honor, precisan las crónicas, a la Luna, a la Coya y a todas las mujeres, y celebrada por Incas e Incas de privilegio. La manera más explícita de expresar esta dedicación consistía en las grandes carreras de los muchachos por iniciar, desde el cerro hasta el Cuzco, cuando las muchachas que eran sus acompañantes ya se les habían anticipado para recibirles abajo con chicha (cerveza de maíz) (Zuidema & Urton, 1976).
En ciertas fiestas actuales por septiembre, fuera del Cuzco, los hombres jóvenes todavía se visten con trajes de mujer, lo que subraya el carácter femenino de la celebración (Arguedas, 1956). Es bien probable que a principios de Coya raymi una mujer de Choco, con el mismo nombre Anahuarque del cerro y de su antepasada mítica y legendaria, representara a su pueblo en la corte del Inca.
Un reflejo de la relación se detecta todavía en documentos del siglo XVII que Horacio Villanueva y Jeanette Sherbondy publicaron sobre el calendario de riego en el valle del Cuzco, donde cada familia tenía derecho a cierta cantidad de días y a ciertas fechas para regar (Villanueva & Sherbondy, 1979).
Describen cómo en este contexto los habitantes de Choco seguían manteniendo sus antiguos y distintivos privilegios de origen preincaico.16 El segundo ejemplo trata de Mama Huaco, la cuarta hermana de Manco Cápac, el mítico fundador del Cuzco (Pachacuti Yamqui Salcamaygua, 1993: 183-187; Sarmiento de Gamboa, 1943: cap.13; Zuidema, 2005b).
- Como dos de los tres hermanos fueron reconocidos en el sistema de ceques como antepasados de ayllus «comunes» podemos concluir que ella también representara un rango inferior similar.
- Conquistó la ciudad en dos ocasiones: en la primera sembró el primer maíz y en la segunda, un año más tarde, lo cosechó.
Más singular todavía ¡conocemos exactamente su camino de conquista! Siguió un ceque (el que representa el periodo de 10/4-17/4), que resulta ser el único documentado fuera de la relación de los ceques, El gran rito estatal por abril en tiempo de la cosecha, una procesión en que participaba el Inca y la nobleza, también seguía esta misma ruta; en esta ocasión se recogía la cosecha de la muy conocida chacra, llamada Sausero, que fue dedicada a ella y a su momia (Segovia, 1968 : 81-82).
- La chacra fue propiedad de los descendientes del último Inca impuesto por los españoles, Paullu Inca, quien murió en 1549.
- Sospecho, sin embargo, que el pueblo de Incas de privilegio y del mismo nombre de Paullu, cerca de Pisac, también tuvo algo que ver con la chacra Saucero (Cobo, 1956: 214-215; Molina, 1989: 118-119).
Mama Huaco fue adorada en forma de una olla, vestida de mujer, que contenía la semilla de maíz del año por venir (Cobo, 1956: 215). Queda la pregunta del significado de su momia pues no sabemos a cuál grupo originalmente perteneció y así cuáles ayllus o pueblos la adoraron.
Sospecho que fueron aquellos que vivían en el valle más abajo del ceque que definió la ruta mítica por la cual Mama Huaco entró al Cuzco.17 El último ejemplo es de la señora Chañan Cori Coca. En un primer contexto mítico, ella había sido una mujer valiente que en la defensa del Cuzco por Pachacuti contra los Chancas había vencido a los enemigos atacándolos hacia el Sur (Sarmiento, 1943: cap.27).
Como tal, tenemos de ella un retrato colonial, conservado en el museo arqueológico del Cuzco. Su sepultura fue la huaca de un ceque (aquel indicado por su nombre) en la misma dirección al sur (Cobo, 1956: 184). En el segundo contexto mítico, bien investigado por Gary Urton en base a un documento del siglo XVI, ella habría sido la ancestra —digamos la señora Iñaca — del ayllu más importante de Pacari tambo, el mítico lugar de origen de los Incas (Urton, 1990: 46-62).
- Está bien documentado que los Incas de privilegio de los alrededores de Pacaritambo, los masca, fueron representados también por un ayllu suyo en el valle del Cuzco.
- La relación entre Pacaritambo y Cuzco no es solamente, y ni siquiera principalmente, mítica.
- Cada año, hoy día, como herencia de su antigua obligación de mita, los hombres de Pacaritambo todavía renuevan el camino entre su pueblo y el Cuzco.
En los años cincuenta yo he podido presenciar cómo la gente de dicho pueblo, cuando emigraba a la ciudad, se quedaba a vivir en su entrada, por la zona del pueblo de Choco. Los emigrantes habían formado allí un ayllu con el nombre de su pueblo. Esta costumbre parece ser más general entre gente de los pueblos de los alrededores del Cuzco.
- Lo que nos falta por conocer en este ejemplo de Chañan Cori Coca es la conexión calendárica entre Pacaritambo y Cuzco.
- El calendario inca sugiere una semana al principio de octubre pero hay que buscar argumentos en su apoyo.18 Podemos documentar en forma similar los casos de otras señoras Iñaca, de sus pueblos y sus ceques, y quizá de sus obligaciones al Cuzco; obligaciones que Molina (1989: 74-75) define como las de mitimaes,
Pero, para ello, tendría que incluir también otro tipo de información, especialmente sobre las panacas y su rol calendárico, un aspecto al cual no puedo dedicar más espacio en este artículo. Espero que, con las posibilidades que el ejemplo de Pacaritambo nos ofreció, encontremos ejemplos similares de otros antiguos pueblos de Incas de privilegio.
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¿Cómo se llama el hijo del inca?
Auqui (en quechua : Awki ) es el título que poseía el príncipe heredero en el Imperio Incaico o Tahuantinsuyo. De manera genérica, se denominaban auquis a todos los hijos varones del Inca; sin embargo, el título específico recaía en uno solo de ellos, cuya elección se basaba en criterios distintos a los del mundo oriental (se tomaba más en cuenta su capacidad, antes que su calidad de primogénito o de hijo legítimo).
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¿Dónde estudiaban las mujeres en el Imperio Inca?
Las acllas (del quechua : akllasqa ‘escogida’ ) eran mujeres de singular belleza. Fueron escogidas de varios lugares del Imperio inca para servir al Inca o al dios Sol o Inti, Su preparación se llevaba a cabo en el Acllahuasi donde vivían las mujeres bajo la vigilancia de las Mamaconas aisladas en un servicio de alto honor. Existían diversos tipos de Acllas, entre las más importantes tenemos:
- Aclla del Sol (en quechua, Intiq Akllasqan ) Dedicaban su vida entera a la adoración del Dios Sol.
- Aclla del Estado (en quechua, Suntor Akllasqan )
- Aclla ceremonial (en quechua, Taki Aklla ) Elegida por sus habilidades cantoras. Su labor era alegrar las fiestas de la corte imperial.
¿Cómo era la educación durante el incario?
Educación en la época de los Incas El Imperio Incaico dominó los restos del Imperio Colla-Aymara e impuso una organización social de tipo colectivo, ya que correspondía más o menos, a lo que modernamente se denominó socialismo de Estado. Dos personajes dominan la escena Manco Cápac y Mama Ocllo,
Manco Cápac: enseño a los hombres las técnicas del cultivo de la tierra, los entrenó para la guerra, les instruyó en el arte de construir, abrir caminos y en los conocimientos necesarios para el regadío, la ganadería y la conservación de los frutos. Mama Ocllo: enseño a las mujeres el arte de tejer y hacer vestidos y las adiestró en todo género de actividades femeninas.
Asimismo, impusieron normas morales bastante rígidas. La educación en la época de los Incas pasó por un período de constitución como tarea del Estado mediante los amautas, sabios que enseñaban las ciencias a los nobles del imperio. Era una educación oral, práctica y por experiencia.
Los Aravicus, eran poetas que perpetuaban la memoria de los soberanos cuya obra había sido beneficiosa para el Estado, a juicio del Concejo de Notables. Mediante una obra denominada Ollanta, del tipo tragedia, transmitían las gestas de estos soberanos. De este modo se conformó una colección de poemas tradicionales que se transmitían oralmente.
Este cuerpo de intelectuales se veía complementado por los quipucamayus, que eran los especialistas en elaborar las estadísticas. La historia incaica fue conservada en hilos de colores y nudos (quipus), que no lograron sobrevivir al paso del tiempo ni llegaron a constituir historia debido a la ausencia de expresión gráfica.
El Estado impulsó la fabricación de tejidos, la alfarería, la orfebrería y las armas. Promovió la construcción de caminos, palacios, y templos, en función de las necesidades del gobierno y del culto. Los Yachaywasis eran las casas en donde se reunían estos sabios. Por eso era la casa del saber, exclusiva de los nobles.
La gente común no era aceptada en estos re cintos. La educación era clasista. La primera escuela de este tipo fue creada por el Inca Roca en Cusco, El impulsó un nuevo tipo de educación dirigida al pueblo. Su finalidad fue la de imponer la lengua del Cusco a todos los hombres.
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¿Cuándo nace la educación?
Orígenes – La educación tiene su origen en las comunidades primitivas, y el punto de referencia se encuentra cuando el ser humano pasa del nomadismo al sedentarismo, ya que la caza y la recolección son las principales fuentes de alimento y supervivencia, y los elementos principales que influyen para abandonar el carácter errático del ser humano y que éste se estableciera en lugares estratégicos para proveer de alimentos a la comunidad.
- Es en este momento en que comienza la transmisión de saberes entre los integrantes de una misma comunidad -padres a hijos-, y por lo tanto de las primeras ideas pedagógicas al aplicar técnicas y métodos austeros para hacerse de provisiones.
- La complejidad de la educación comienza a aparecer por el la comunicación que se establece a través del intercambio de mercancías entre diferentes grupos de diverso lugares.
Por otro lado, también se originaba la división de clases sociales de forma incipiente y rudimentaria que marcara en siglos posteriores a la educación. Los métodos de enseñanza más antiguos se encuentran en el Antiguo Oriente (India, China, Persia, Egipto), así como en la Grecia Antigua.
- La similitud educativa entre estas naciones radica en que la enseñanza se basaba en la religión y en el mantenimiento de las tradiciones de los pueblos.
- Egipto fue la sede principal de los primeros conocimientos científicos escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura.
- La educación en la antigua China se centraba en la filosofía, la poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio y Lao-tse.
El sistema chino de un examen civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años, se ha mantenido hasta el presente siglo, pues, en teoría, permite la selección de los mejores estudiantes para los puestos importantes del gobierno. Persia se encargo de priorizar el entrenamiento físico que después le secundo Grecia con la Gimnasia. Grecia es el lugar en el que parte el pensamiento occidental con Sócrates, Platón, Aristóteles, Aristófanes, Demócrito e Isócrates. El objetivo griego era alcanzar la perfección con la enseñanza de disciplinas como la Música, Estética, Poesía, Literatura, Gimnasia y Filosofía.
Dentro el desarrollo del Mundo Occidental se encuentra también una ciudad importante la Antigua Roma, lugar en el que se dio origen la lengua latina, la literatura clásica, la ingeniería, el derecho, la administración, arquitectura y la organización del gobierno (Política). Los métodos romanos en los que se basaba la educación eran los conocidos Trivium (retórica, gramática y dialéctica) y Quadrivium.
En esta época es donde se establece e papel de maestro-alumno, con Marco Fabio Quintiliano como el principal pedagogo romano. Quintiliano asignaba un alto valor a las aptitudes naturales de los niños. En su opinión, la torpeza y la incapacidad son fenómenos raros.
En el siglo VIII los árabes conquistaron la península Ibérica y surgieron las escuelas musulmanas, siendo la de mayor apertura e inclusión al mundo occidental la primera escuela con carácter de universidad la de Córdoba, España. Posteriormente con el avance de la división de poderes y clases sociales se estratifica la educación quedando claramente plasmada durante la época medieval y en el origen del feudalismo.
Los únicos que podían acceder a una educación formal y sistemática eran los reyes e hijos de nobles, y los que podían transmitir y fungir como maestros los sacerdotes (clérigo). Los esclavos eran sometidos a largas jornadas laborales y sin acceso al conocimiento.
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¿Qué tipo de educación recibían los incas era igualitaria?
La educación inca durante la época del Imperio inca se dividió en dos esferas principales : para niños ricos y para niños pobres altas y educación para la población en general. Las clases reales y unos pocos individuos especialmente. elegidos de las provincias del Imperio fueron educados formalmente por los Amawtakuna (filósofos eruditos), mientras que la población en general recibió conocimientos y habilidades de sus antepasados inmediatos.
Dado que los incas no tenían un idioma escrito, sino que tenían Quipus para registrar, es difícil determinar el tipo de sistema educativo que tenían los incas. Los amawtakuna en Perú constituían una clase especial de sabios similares a los bardos de Gran Bretaña, Incluyeron filósofos, poetas y sacerdotes ilustres que mantuvieron viva la historia de los incas impartiendo el conocimiento de su propia cultura, historia y tradiciones en todo el reino.
Considerados los hombres más educados y respetados del Imperio, a los amawtakuna se les encomendó en gran medida educar a los de sangre real, así como a otros jóvenes miembros de culturas conquistadas especialmente elegidas para administrar las regiones.
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¿Cómo era la educación en la época pre inca?
2181 palabras 9 páginas EDUCACION PRE-INCA Educación en las Culturas Pre incas No existen registros escritos ni orales acerca de algún sistema educativo organizado en las culturas pre incas, sin embargo, el grado de evolución que alcanzaron algunas de ellas demuestra de manera indirecta su existencia.
Cada cultura, debido a sus ventajas competitivas y de especialización en un campo específico, habría desarrollado una manera ideal de entrenamiento. Así, por ejemplo, se podría explicar los trabajos en orfebrería, cerámica o textilería que se conservan hasta hoy y cuya técnica se perfeccionó con el pasar del tiempo y que lamentablemente se perdería junto a las conquistas de muchas otras culturas.
Manifestaciones culturales En la Época Pre inca, el poblador ver más La Educación Familiar : La educación del pueblo incaico se caracterizó, porque más que recibir una educación llena de conocimientos científicos y teóricos, recibió una educación eminentemente práctica, la cual tenía como punto de partida el hogar y en su misma comunidad o Ayllu.
Este tipo de educación estaba a cargo de los padres y los miembros más antiguos, quienes trasmitían de esta manera a los más jóvenes, sus conocimientos, sus experiencias, y habilidades, sobre aspectos relacionados con la agricultura, las artes y la moral, la religión, la caza y la pesca, así como toda manifestación cultural propia de su nivel social.
Los Yachayhuasis El Yachayhuasis significa casa del saber,fue el centro de enseñanza para los jóvenes integrantes de la realeza y de la nobleza que allí acudían para ser preparados como clase dirigente a cargo de los maestros o amautas,El funcionamiento del Yachayhuasis empieza con inca roca,Quien fundo escuelas de este tipo en el cuzco.
Con el correr del tiempo y a medida de la expansión, la educación en este centro de estudios y preparación se orientó, básicamente, a cuatro aspectos Lengua(quechua) El estudio de la lengua abarcaba no sólo la gramática sino también la retórica, extendiéndose a la poesía y al teatro y llegando posiblemente a la música.
El de la religión giraba entorno a la teología, una filosofía cosmogónica y cierta astrología que debía presuponer astronomía y derivar un
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¿Como los incas criaban a sus hijos?
Los hijos de los señores de los pueblos conquistados se criaban en la corte del Cusco, de tal manera que los Incas lograban, además de formarlos en sus parámetros culturales, tener con- trolados a sus padres, quienes sabían que cualquier rebelión que hicieran contra el Inca podría ser castigada en sus hijos.
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